LOS CONSEJOS NACIONALES DE COMPETITIVIDAD, UNA OPCIN PARA FOMENTAR EL CARCTER COMPETITIVO Y EL PROGRESO DE AMRICA LATINA Y EL CARIBE
CAPÍTULO 7: LOS CONSEJOS NACINALES DE COMPETITIVIDAD, UNA OPCIÓN PARA FOMENTAR EL CARÁCTER COMPETITIVO Y EL PROGRESO DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Durante las últimas décadas, el concepto de la competitividad como un medio para el desarrollo económico y social ha ido ganando importancia tanto en el ámbito académico como práctico. Numerosos organismos internacionales como el Foro Económico Mundial 168 y el Instituto Internacional para el Desarrollo Gerencia’ de Suiza 169; entre otros, han elaborado indicadores de los más diversos con el fin de medirla, mientras que los países han esbozado diversas políticas por mejorarla. En la actualidad, los Consejos Nacionales de Competitividad (CNC) cobran cada vez mayor peso en diferentes regiones del mundo (sobre todo América Latina y el Caribe), como un intento de formar un ente capaz de llevar adelante las tareas necesarias para alcanzar un nivel internacionalmente competitivo.
7.1 Introducción
En el presente capítulo se describe la estructura y función de los Consejos Nacionales de Competiti-vidad analizando su creciente importancia en América Latina y el Caribe. Estos constituyen una insti-tución formal cuyas cualidades, características y resultados varían de país en país, manteniendo un único aspecto en común, su objetivo: aumentar la competitividad.
Como se verá en el apartado siguiente no todas las naciones poseen uno y el hecho de hacerlo no garantiza que este genere grandes cambios en el nivel competitivo del país. La capacidad de un CNC o de otra institución para trabajar sobre la competitividad se encuentra constantemente condiciona-da por factores a nivel meta (cultura), macro (país), meso (región o industria) y micro (empresa) del territorio donde operan.
Finalmente y en cuanto a lo que a la Argentina respecta, se encuentra estancada en su nivel de competitividad internacional, evidenciando un magro desempeño institucional y dificultando la posi-bilidad de consolidar un crecimiento sostenido, basado en un ordenamiento planificado de las políti-cas públicas y la confianza de los inversores tanto extranjeros como nacionales170. Dado el contexto cultural del país y su flaqueza institucional, una herramienta factible para superar las desavenencias puede ser un CNC, ya que el mismo podría convertirse en un organismo que no sólo reúna buenas intenciones, sino que posibilite poco a poco, la introducción de reformas institucionales, sociales y económicas que generen un marco de acción más claro y predecible en pos de mejorar la calidad de
168 Foro Económico Mundial. En adelante se utilizará el nombre en inglés o la sigla correspondiente a dicho idioma para hacer mención a este organismo, es decir, World Economic Forum o WEF.
169 Instituto Internacional para el Desarrollo Gerencial. En adelante se utilizará el nombre en inglés o la sigla correspondiente a dicho idioma para hacer mención a este organismo, es decir, The International lnstitute For Management Development o IMD.
170Acorde a investigaciones publicadas por numerosos organismos internacionales como en WEF y el WB.
vida de todos los habitantes. Insistiendo con la idea, el desarrollo de Consejos de Competitividad subnacionales acercarían soluciones locales, con la ventaja de un mayor reconocimiento del terreno de acción, pero siempre sería conveniente si se da en el espectro de una estrategia global.
7.2 La competitividad como nuevo paradigma económico
Existen pocos conceptos tan antiguos como la competitividad dentro del cuerpo de la teoría económica. El mismo se remonta a las discusiones de los economistas clásicos como Adam Smith y David Ricardo al abordar el tema de la competencia. Se trataba por aquel entonces de lograr la superioridad entre pares, a partir de cualidades distintivas para obtener un beneficio. Sin embargo, hoy en día esta antigua noción ha evolucionado pudiéndosela definir como “aumentos continuos y sostenidos de la productividad y competencia internacional de los sectores productivos y empresas de un país”, entendiéndose, a su vez, por estos “aumentos” a “la reducción de costos, diferenciación de productos, la capacidad de innovación y el uso eficiente de la tecnología”, transformándose en el nuevo paradigma que permite triunfar en el mercado global. El Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba posee una larga trayectoria en la medición de competitividad171, definiéndola como “Capacidad o potencial del sistema económico de una determinada región de alcanzar mayores niveles de ingreso per cápita de manera sostenida” 172. Este concepto es nuevo, no porque con anterioridad no hubiese sido necesario ser competitivo para crecer en el mundo, sino porque él ha sido recientemente advertido y entendido como el medio para lograrlo.
Abundante bibliografía ha surgido en los últimos años buscando explicar las relaciones existentes entre la “competitividad” y el “desarrollo” tanto “económico” como “social”. Luego de que organizaciones internacionales como el World Economic Forum y el International Institute for Management Development de Suiza publicaran por primera vez en 1979 el World Competitiveness Report173 y el World Competitiveness Yearbook (1989), desarrollando métodos capaces de medirla en una forma amplia, una vinculación directa parece ser aceptada, en todo el mundo, como la conexión entre estos conceptos174. Por su parte en 1996 el World Bank175 corroborando los resultados encontrados por el WEF y el IMD, comenzó a publicar su informe sobre los World Governance Indicators176 (Indicadores de Gobernanza Mundial), donde su interpretación de gobernabilidad, aunque presentando algunas diferencias, concuerda en muchos aspectos con la de competitividad antes mencionada. Vale aclarar que esta relación se acepta no solo desde una perspectiva teórica sino también práctica, puesto que aquellos países que han trabajado en mejorar su nivel competitivo, han visto sus ingresos incrementarse más que aquellos que no lo hicieron. Como puede observarse en los Gráficos 7.1 y 7.2
171 Índice de competitividad provincial de la República Argentina ediciones 2009 y 2010 y El Balance de la Economía Argentina 2006.
172 Definición que será utilizada a lo largo del presente capítulo.
173 World Competitiveness Report: Reporte de Competitividad Global. En adelante se utilizará el nombre en inglés o la sigla correspondiente a dicho idioma (WCR) para hacer mención a este informe.
174 The International Institute For Management Development, elaboró por primera vez junto al World Economic Forum el reporte que el segundo ahora pública anualmente. Una diferencia en la interpretación del concepto de competitividad, (explicada en detalle en el Recuadro 7.1) llevó a que el primero comenzara a publicar el Anuario de la Competitividad Global (The World Competitiveness Yearbook) desde el año 1989.
175 World Bank: Banco Mundial. En adelante se utilizará el nombre en inglés o la sigla correspondiente a dicho idioma (WB) para hacer mención a este organismo.
176 World Governance Indicators: Indicadores de Gobernabilidad Mundial. En adelante se utilizará el nombre en inglés o la sigla correspondiente a dicho idioma (WGI) para hacer mención a este informe
sobre el desempeño de la competitividad medida por el WEF y el PBI y PBIpc, respectivamente, exis-te una clara correlación positiva entre ambas variables177.
177 Se utilizan las mediciones del WEF ya que la definición de competitividad utilizada por esta institución se adecua más a la utilizada en el presente capitulo que la del WB. Por su parte, si bien el IMD utiliza una definición de competitividad que difiere sutilmente a la del WEF, este evalúa la competitividad en solo 59 países, dejando a muchas naciones latinoamericanas de lado. Siendo que son estas donde el objeto de estudio del presente capítulo, los Consejos Nacionales de Competitividad, han cobrado mayor fuerza en los últimos arios, se utilizarán las mediciones del WAD y las del WB solo como un medio para robus-tecer resultados y arrojar claridad sobre el análisis cuando la del WEF no sea concluyente o cuando la disponibilidad de infor-mación histórica sea insuficiente. las características y detalles técnicos de cada una de estas medidas pueden observarse en el Recuadro 7.1.
Recuadro 7.1: Medidas de competitividad
A nivel mundial existen principalmente dos grandes organizaciones que realizan mediciones periódicas y sistémicas de la competitividad de los países178, a las que se les suma una que mide un concepto afin, la gobernabilidad. Estas son:
El World Economic Forum, realiza el World Competitivness Report desde 1979 y entiende por competitividad a “la capacidad de un país para alcanzar tasas sostenidas de crecimiento del producto interno bruto (PIB) per cápita”.
El International Institute for Management Development de Suiza, publica el World Competitiveness Yearbook desde el año 1989, definiendo a la competitividad como “la capacidad de un país para generar valor agregado y por lo tanto incrementar la riqueza nacional mediante la gestión de activos y procesos, el atractivo y la agresividad, la globalidad y la proximidad, y mediante la integración de estas relaciones en un modelo económico y social”.
El World Bank, realiza desde 1996 el informe de World Gobernance Indicators. Este organismo no mide en si la competitividad, sino que mide un concepto altamente vinculado a la misma, la gobernabilidad, definiendo a esta como: las tradiciones e instituciones a través de las cuales se ejerce la autoridad. Esto incluye, el proceso por el cual se elige el gobierno de turno, y la forma en que se lo controla y renueva; la capacidad del gobierno de diseñar e implementar eficazmente políticas sólidas; y el respeto por parte de los ciudadanos y el Estado hacia las instituciones que regulan las interacciones políticas y sociales entre ellos179.
Todos ellos elaboran sus índices utilizando información pública disponible y numerosas “Encuestas de Opinión Ejecutiva”, realizadas a diferentes agentes de importancia e interés como empresarios, ONGs, etc.; a través de una red de institutos asociados (que incluye instituciones líderes en investigación y organizaciones de negocios) en los países incluidos en cada informe.
El Cuadro 7.1 presenta una comparación en cuanto al concepto que mide cada institución, la cantidad de países relevados y la cantidad de indicadores utilizados.
178 Es de importancia aclarar que el presente recuadro pretende solamente detallar las mismas y hacer mención de las semejanzas y diferencias más importantes entre los distintos indicadores. Por cuestiones metodológicas y una mayor explicación conceptual remitirse a las páginas web de cada organismo.
179 Para una mejor comprensión del concepto de gobernabilidad remitirse a los Capítulos 4 y 5 del libro “El Balance de la Economía Argentina” ediciones 2010 y 2009 respectivamente.
Debe tenerse presente, que no todos los países han aplicado las mismas medidas políticas, administrativas y/o socioeconómicas para incrementar su nivel de competencia internacional, sino que cada uno ha implementado las propias, obteniendo resultados muy diversos unos de otros. En este sentido, las instituciones, las cuales se pueden definir como un sistema de reglas sociales establecidas y prevalecientes, que estructuran las interacciones colectivas restringiendo y posibilitando el comportamiento de la sociedad, son de suma importancia. Las mismas pueden clasificarse en dos grandes rubros, siendo las segundas las que dan forma a las primeras.
Formales: Son aquellas que han sido manifestadas de forma explícita como las leyes, las estructuras gubernamentales, la religión, los mercados, el dinero, las empresas, etc.
Informales: Son todas aquellas que los ciudadanos de una determinada región o país incorporan y utilizan de manera inconsciente por el solo hecho de vivir allí. La cultura, los modales y el lenguaje son algunos de los ejemplos más claros de estas.
Es debido a que las informales son diferentes en dos países cualesquiera que una política de estado (una formal), no es directamente trasladable de uno al otro180. De aquí se deduce que distintos tipos de organismos y entes gubernamentales han implementado diferentes tipos de políticas en variados lugares y momentos del tiempo. Sin embargo, al hablar de un concepto que atraviesa los distintos sectores de la economía en forma tanto vertical como horizontal de la manera en que lo hace el de la competitividad, se ha empezado a vislumbrar en distintos países un patrón común de institución
180 Para una mejor comprensión de la importancia de las instituciones en el efecto de las políticas remitirse al Capítulo 5 de “El Balance de la Economía Argentina 2009: Herramientas para la Elaboración de un Plan Bicentenario”.
encargada de manejar todos los asuntos vinculados a la misma en cada uno de estos, los Consejos Nacionales de Competitividad (CNC)181.
Como se verá en el apartado siguiente, si bien tanto la teoría como la práctica manifiestan la existen-cia de un consenso en cuanto a las funciones de los mismos, no lo hay en cuanto a su composición, estructura pública o privada, funcionamiento, o inclusive en torno a si sus dictámenes deben ser vinculantes o no; ya que todos estos aspectos son moldeados por las instituciones de cada país. El Esquema 7.1 ayuda a esclarecer las vinculaciones existentes entre estos conceptos.
7.3 Los Consejos Nacionales de Competitividad
Como se mencionó en la sección anterior, un Consejo Nacional de Competitividad, es una institución formal específicamente abocada a tratar las cuestiones de la competitividad de los sectores produc-tivos y empresas de un país. Asimismo, también se advirtió que las instituciones informales condi-cionan a las formales, por lo que los aspectos culturales de cada región obligan a los Consejos a mol-dearse de distintas maneras para alcanzar su cometido, el cual consiste en: convocar a todos los sectores y agentes de influencia en la competitividad del país (tanto públicos como privados182), sentar las bases de un dialogo y debate constructivo entre los mismos para que una vez alcanzado el consenso, coordinar el proceso de formulación, implementación y seguimiento de una política de-
181 Se utilizará de manera indistinta CNC, Consejo Nacional de Competitividad y Consejos, cambiando de una a otra únicamen-te para facilitar la lectura del presente capítulo. 182 Sectores público, privado, académico, civil y laboral.
terminada183. También deben informar sobre el estado de competitividad del país en general y de los sectores económicos en particular184 ya sea para el uso interno o el externo, brindar asistencia técnica a empresas y promover tanto las inversiones extranjeras directas como el comercio interior.
A continuación se detalla un recuento de todos los objetivos y funciones de un CNC, citando ejemplos de países latinoamericanos cuando los mismos son representativos del correcto y/o incorrecto cumplimiento de los mismos.
Coordinar los organismos públicos y privados en el papel que debe desempeñar cada uno, en el proceso de formulación, implementación y seguimiento de una política destinada a mejorar la competitividad.
Convocar a los distintos agentes y organismos de poder capaces de influenciar en la capacidad competitiva del país y generar un espacio de diálogo. Los mismos pueden ser detallados según su rol como sigue:
o Sector público: aporta su macro estructura, gran volumen de recursos, poder de policía y de gestión al Consejo, además de una visión global del país.
o Sector privado / empresarial: aporta ideas de negocios, nichos no explotados, inquietudes y visiones sectoriales de la economía, entre otras.
o Sector académico: aporta las herramientas analíticas, tecnología e innovación.
o Sociedad civil / ONGs: representan el pensamiento del ciudadano.
o Sector laboral: representa a los trabajadores y facilita la comunicación y coordinación de las decisiones del Consejo con estos. En Colombia tiene mucha importancia, aunque esta situación es poco común en otros países.
La idea es que se genere consenso y movilización, para de esta manera lograr el poder político necesario para realizar las reformas. En este sentido vale decir que el deseo político (una expresión de intenciones, metas y objetivos) resulta insuficiente, se necesita de la voluntad política (la capacidad de tomar las acciones necesarias para lograr los resultados) y esta no se consigue a menos que se tenga un buen nivel de convocatoria y de diálogo (en
República Dominicana y Ecuador, el poder de convocatoria es tal que el presidente de la Nación es a su vez, el presidente del Consejo). Finalmente, vale aclarar que los países que incluyen dentro de su programa de competitividad a la totalidad de los sectores antes mencionados usualmente han conseguido mejores resultados.
Informar sobre las condiciones competitivas de distintos sectores económicos y del país en general. Realizar mediciones periódicas de competitividad y publicar los resultados, de forma tal que la información sea utilizable tanto por el sector público para aplicarla en políticas como por empresas para detectar y aprovechar oportunidades de mercado.
183 Es decir, realizar todas las acciones necesarias para poner en marcha, desarrollar y controlar las reformas que en ellos se plantean. Toda medida impulsada desde un CNC debe ser concreta (no demasiado general) y medible para poder seguir su resultado, puesto que en si no lo fuesen, el mismo siempre podría presentar una excusa válida sobre el porqué la misma ha fracasado o no ha otorgado los resultados esperados.
184 Esto implica recolectar la información, procesarla y presentarla y/o delegar alguna y/o todas las etapas.
Brindar asistencia técnica a nivel de las compañías y empresas. Estas deben contar con un centro de consulta donde poder asesorarse sobre como poder ser más competitivas a nivel institucional y encarar mejor preparadas las adversidades del mercado.
Promover inversiones extranjeras directas, fomentando las ventajas comparativas del país para que las corporaciones internacionales adviertan las mismas y las contemplen al momento de planificar su política de distribución geográfica.
Promover el comercio interior fomentando el desarrollo regional acorde a las características de cada provincia / estado.
Numerosos factores pueden afectar la capacidad de un CNC de realizar los objetivos antes mencionados. Estos abarcan desde el mismo carácter de la institución, su estructura, autoridad y su forma de financiamiento hasta su nivel de independencia tanto profesional como política185. En términos teóricos, puede establecerse una combinación de los mismos que maximiza la eficiencia de esta institución. Sin embargo, actualmente ningún país la implementa exhaustivamente, ya sea por la falta de necesidad o porque su Consejo todavía puede volverse más eficiente186.
Las características que optimizan su funcionamiento son:
Carácter de la institución: pública y privada. Adquiere de esta manera una conformación más pluralista, facilitando la interacción entre los distintos agentes. Además asume las características distintivas de cada una, limitando las fallas de las mismas al estar combinadas187.
Nivel de desarrollo estructural: avanzado. Es decir, que posea una estructura administrativa propia y en lo posible, que también existan instituciones similares en los niveles subnacionales, con cierto nivel de independencia para que la competencia entre las mismas acelere el desempeño competitivo de cada región, pero que a su vez estén coordinadas por el nivel superior.
Recuadro 7.2: Consejos Subnacionales de Competitividad
Una temática incipiente de discusión es el papel que interpretan los Consejos Subancionales de Competitividad (CSC) en el fomento de la misma. Así como se verá más adelante, en el desarrollo de la presente Sección, que no existe sufiente información estadística para mensurar adecuadamente la contribución de los CNC a la competitividad y al crecimiento del producto, el mismo problema, pero agravado, recae sobre los CSC. Más allá de la posibilidad de probar empíricamente su utilidad, numerosos analistas del tema poseen opiniones sumamente divergentes en cuanto a la misma, desde considerarlos una segunda etapa dentro del esquema que un CNC plantea para el manejo de la competitividad de un país188, hasta rotularlos de un completo despropósito.
El punto en cuestión parece ser el sobredimensionamiento o no de la cadena de mando en la elaboración, ejecución y control de las políticas de fomento competitivo. Aquellos que adhieren a la innecesariedad de los CSC, sostienen que estos solo entorpecen y demoran el desarrollo de las medidas de pro‐
185 La independencia profesional y política otorga legitimidad al consejo y ésta condiciona el impacto de sus políticas puesto que si la sociedad no lo considera apto para realizar las tareas que le son encomendadas de manera imparcial y eficiente, simplemente desacreditará las medidas que éste dictamine.
186 Si se debe a una falta de necesidad, entonces sus instituciones informales están supliendo las condiciones y aptitudes que ese/os factor/es le brindan al Consejo Nacional de Competitividad.
187 Por ejemplo, ver propuesta de carrera del empleado público en el Capítulo 5 de “El Balance de la Economía Argentina 2009: Herramientas para la Elaboración de un Plan Bicentenario”.
188 Segunda etapa no porque no pueda existir en un país dado un CSC antes que un CNC, sino porque cuando existen ambos, el eje de decisiones y políticas es dirigido por el segundo, es decir, se va desde lo nacional a lo regional y lo local
moción al ser un escalón intermedio entre el CNC y el ente regional que debe realizar la tarea, que si un CNC no es capaz de coordinar una política regional se debe a que este carece de recursos propios para hacerlo y no a la falta de un CSC que actue de mediador y que al implementarlos se genera un alto des-orden institucional dado que generalmente existen con anterioridad organismos que cumplen cualquier otro rol y /o función que pueda asignársele al mismo, es decir, se genera una superposición de funciones y atribuciones. Estos justificativos, como bien argumentan el resto de los investigadores, obvian el hecho de que un CSC no posee comó único fin el de mediar entre el CNC y los organismos locales que ejecutan las políticas, sino que deben también elaborar propuestas de trabajo para la región y asesorar técnica-mente a ésta. Asimismo deben impulsar y desarrollar políticas propias, siempre y cuando éstas no con-tradigan a las impulsadas desde el ámbito nacional. En cuanto a la superposición de funciones, resulta evidente que junto a la creación de los CSC se debe realizar un proceso de depuración del resto de las instituciones locales, sin embargo, al igual que en el caso de un CNC, lo que se gana en este sentido es sistematización, orden, coordinación y colaboración. La articulación entre un CNC y un CSC se describe en el Esquema 7.2
Finalmente, vale mencionar que en el presente Capítulo se sostiene la importancia de la existencia de los CSC y es por ello que al definir el conjunto de características que optimizan el funcionamiento de un CNC se establece que el mismo tenga un nivel de desarrollo estructural avanzado, significando ello que además de poseer una estructura administrativa propia que coordine instituciones similares en los niveles subnacionales.
Fuente: IIE.
Autoridad de tipo: vinculante. El Consejo se constituye a sí mismo como el ente que debe realizar y controlar el cumplimiento por parte de los distintos agentes de sus dictámenes. En caso contrario (no vinculante) el Consejo, generalmente, se convierte en un órgano de consulta y asesoramiento, el cual puede ser sobrepasado, con mayor facilidad, por intereses políticos y / o económicos.
Financiamiento: debe buscarse la independencia económica de parte del Estado o de cualquier otro grupo de interes. En este sentido, uno similar al de un fideicomiso es ideal189. En última instancia debería buscarse una combinación de financiamiento público y autofinanciamiento mediante trabajos e informes de consultoría particulares.
Por otro lado, en la sección 7.2 también se advirtió que no todos los países manejan su política de competitividad mediante un CNC, resulta llamativo que los mejores posicionados en latinoamérica como Chile y El Salvador no tienen uno190. Así mismo, vale decir que tener un CNC no asegura mejoras en la competitividad, deben dársele recursos y tener cultura de competitividad.
Con el propósito de cuantificar la eficacia que estos organismos y otras instituciones abocadas al manejo de la competitividad han exhibido en los países donde actúan, se presentan los Cuadros 7.3 y
189 Robert Landmann en el seminario internacional titulado “Alcanzando competitividad: aprender, innovar y asociar”. Uruguay, año 2009.
190 Por ejemplo, Chile tiene un Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad y a la Fundación Chile, ambas tratan cuestiones de competitividad, pero ninguna cumple el rol sistémico de manejar todos los aspectos vinculados a la misma y de coordinar a los distintos agentes de influencia en el proceso de desarrollo de las políticas de fomento de ésta.
7.4, detallando el impacto que han generado en el PBI y el PBIpc respectivamente de los países de América Latina y el Caribe.
En las filas de ambos cuadros, se detalla la lista de países de la región, clasificados en cuatro grupos:
- Países sin instituciones que se aboquen a la temática de la competitividad.
- Países con CNC (no son aquellos que simplemente se llamen de ese modo, sino que reúnan dos características distintivas básicas con respecto al resto de las organizaciones abocadas a la temática de la competitividad; que cumplan el rol sistémico de manejar todos los aspectos vinculados a la misma y el de coordinar a los distintos agentes de influencia en el proceso de desarrollo de las políticas de fomento de ésta)191.
- Países con otro tipo de Institución abocada a la temática de la competitividad.
- Países no relevados por el WEF en el período de análisis (hasta año 2009).
De las columnas dos a cinco, se recolecta la información relativa al PBI y nivel de competitividad de los periodos 1990‐2009 y 2006‐2009 respectivamente192, mientas que desde la seis a la diez, se presentan las variaciones relativas y absolutas de estas medidas para los periodos antes mencionados, incluyendo además la tasa de crecimiento promedio de la primera. Por su parte, la once y doce listan a los países con CNC u otra institución a fin, mientras que la trece explicita el año en que fueron fundadas o a partir del cual se encuentran funcionando y la catorce el PBI de dicho año. Finalmente, las columnas quince a diecisiete reflejan los resultados obtenidos midiendo las variaciones absolutas y relativas y la tasa de crecimiento promedio del PBI, respectivamente. Realizando un primer análisis se observa que los países con CNC han tenido en general una mejor evolución en su nivel de competitividad. En efecto, si se calcula el promedio de las variaciones relativas del índice del WEF entre los años 2006 y 2009, puede observarse que los países sin instituciones han retrocedido en promedio un 1,08%, aquellos con otro tipo de institución lo hicieron en menor medida con un 0,17% y finalmente los que poseen un CNC han avanzado en un 1,14%. Así mismo, al calcular el crecimiento del PBIpc promedio de los tres grupos, para el mismo periodo, se concluye que aquellos sin instituciones lo hicieron en menor medida que los otros dos, hecho que se encuentra en línea con los argumentos expuestos en la sección 7.2. Los incrementos observados pueden listarse en el siguiente orden:
- Países sin instituciones que se aboquen a la temática de la competitividad: 4,54%.
- Países con otro tipo de institución abocada a la temática de la competitividad: 7,17%.
- Países con CNC: 8,28%.
Un resultado similar se halla si se realiza el mismo cálculo con respecto al PBI.
Por otro lado y con el propósito de arrojar información extra sobre esta cuestión, los Cuadro 7.5 y 7.6 comparan las tasas de crecimiento del PBI y PBIpc de los países con CNC y aquellos con otro tipo
191 Como se explicó en la Sección 7.2, los CNC se diferencian unos de otros en muy diversos factores concernientes a sus atribuciones, estructura, etc. A raíz de ello, técnicamente hablando son instituciones distintas, más allá de que lleven el mismo nombre. Por esta razón, se considera que el hecho de cumplir el rol sistémico de manejar todos los aspectos vinculados a la competitividad y de coordinar a los distintos agentes de influencia en el proceso de desarrollo de las políticas de fomento de ésta, los agrupa y diferencia del resto de las instituciones que trabajen sobre la misma.
192 Es preciso aclarar que en el caso del primero, se utilizó la información de CEPAL, la cual se encuentra estandarizada a valores constantes del año 2000 y expresada en dólares, lo cual permite realizar comparaciones más precisas. El año 2010 fue dejado de lado en el análisis por ser considerado atípico, dado el fuerte impacto que la recesión global (iniciada en 2009) tuvo sobre las economías locales, mientras que en el caso del 2011 se carece de información definitiva en la gran mayoría de los países. Por su parte, se toma como año de inicio a 1990 porque se entiende que el concepto de competitividad adquiere el peso de un nuevo paradigma económico con el impulso de la Globalización.
de instituciones antes y después de la creación de los respectivos organismos. El primero lo hace midiendo los periodos 1990‐año de creación de la Institución y año de creación de la Institución – 2009, permitiendo en la mayoría de los casos contrastar la velocidad del crecimiento193 del segundo periodo con una “velocidad histórica”194. El segundo, por su parte, establece el mismo punto divisorio195 pero situando el año de inicio del primer periodo de forma tal que éste tenga el mismo largo que el último196, priorizando de esta manera, la igualdad de tiempo transcurrido en uno y otro al momento de realizar la comparación.
Como puede observarse en el Cuadro 7.5, para el caso de países con CNC197, el 80% de ellos ha logrado una aceleración de su tasa de crecimiento198 (medida por cualquiera de los dos indicadores), mientras que en aquellos con otro tipo de institución, dicha cifra asciende a 67%199 en el caso del PBIpc y al 56% en el del PBI. Por su parte, el Cuadro 7.6 muestra una realidad diferente: mientras que en el primer grupo el porentaje de países que aumenta su velocidad de crecimiento alcanza un 60%200, considerando tanto el PBI como el PBIpc, los del segundo lo hacen en un 67% según la primera medida y 78% en relación a la segunda201.
193 Velocidad de crecimiento: léase “tasa de crecimiento”.
194 El periodo de tiempo contemplado para tomar una tasa histórica de crecimiento debe ser lo suficientemente grande para contener tanto picos como recesiones y periodos de estabilidad.
195 El segundo período es idéntico en ambos Cuadros.
196 Por ejemplo, para el caso de Chile el Consejo Nacional para la Innovación y la Competitividad data del año 2005 (ver Cuadros 7.3 74), por lo que se contabilizan cinco años hasta el 2009. De esta manera, se fija el año de inicio del periodo previo a la creación de esta Institución como el 2000.
197 Sin contar el caso de Honduras por la sumamente reciente instalación de su CNC en el 2011.
198 Es decir, la tasa de crecimiento correspondiente al periodo posterior a la creación del CNC es mayor a la del periodo previo a la existencia del mismo
199 Sin contar el caso de El Salvador por lo antiguo de la creación de su Institución (1983).
200 Sin contar el caso de Honduras por la sumamente reciente instalación de su CNC en el 2011.
201 Sin contar el caso de El Salvador por lo antiguo de la creación de su Institución (1983).
Siendo que los resultados expuestos en cada Cuadro parecen indicar realidades distintas sobre qué tipo de institución logra que una mayor proporción de países aceleren su tasa de crecimiento, vale hacer mención de que las cifras no son directamente comparables, puesto que como se mencionó con anterioridad, cada uno otorga mayor importancia a distintos factores que hacen al criterio de evaluación. Aunque no es el propósito del presente capítulo ahondar en estos detalles, no debe dejar de mencionarse que son estadísticamente significativos. Un análisis más concluyente puede realizarse cuando el lapso de tiempo transcurrido desde la creación de los Consejos Nacionales de Competitividad (u otra Institución) sea suficiente para determinar una tasa de crecimiento histórica, pudiendo de este modo comparar dos tasas de crecimiento históricas y cuyos periodos de análisis tengan la misma duración.
En conclusión, como ya se aclaró con anterioridad, los resultados obtenidos no demuestran que un CNC necesariamente es mejor que otro tipo de institución para manejar las cuestiones de la competitividad de un país, ni que genere un mayor ritmo de crecimiento. Existen numerosos factores además de la competitividad que pueden afectar al nivel de actividad económica o a la manera en que ésta afecta a la segunda. Es decir, lo que la información aquí presentada señala es que un CNC es en general más eficiente en estimular uno de los factores más importantes en la determinación del PBI de un país (la competitividad) y que, por las experiencias documentadas, esto refleja en general, no solo un mayor crecimiento sino que también una aceleración del mismo en la mayoría de dichas naciones202. En este sentido, no se debe dejar de tener presente que lo que la teoría afirma es que existe una relación directa entre competitividad y PBI o PBIpc, no que esta sea además de directa,
202 Ya sea que se contemplen los resultados del Cuadro 7.5 o los del 7.6.
lineal203. Por otro lado, como ya se explicó en el Esquema 7.1 las instituciones informales condicionan las características de un CNC y de las instituciones en general, afectando de esta manera su capacidad de acción y resultados, siendo de suma importancia, además, la calidad de los organismos públicos en donde el CNC se enmarca y con las cuales coordina gran parte de su accionar. Esto es lo que justifica que al mirar los resultados caso por caso y no de manera agregada, un país como Chile se encuentre ampliamente aventajado en relación al resto. Finalmente la cantidad de datos procesados, no es suficiente para obtener conclusiones estadísticas fiables, más allá de que los resultados preliminares se muestren a favor de los CNC.
7.4 La experiencia histórica de Argentina en el desarrollo de su competitividad
Al hablar de la experiencia histórica de Argentina en materia de competitividad, difícilmente puede decirse que se haya tratado metódica y sistemáticamente de desarrollar políticas orientadas a su incremento. Sólo durante dos periodos definidos de la historia del país puede observarse una predominante política de Estado destinada a tratar las cuestiones competitivas. Una se dio en el período comprendido entre los años 1880 y 1929204 con la llamada generación del 80`, que dirigió al país y en su proyecto de gobierno claramente existía una exaltación de las ventajas comparativas mediante la implementación del modelo agroexportador. Según la concepción de “competitividad” de la época, Argentina estaba explotando aquellos recursos que le eran abundantes en comparación al resto de los países del mundo generando así el motor de su crecimiento. Veinte años más tarde los consecutivos gobiernos peronistas formalizaron el proceso de industrialización que se había iniciado durante la Primera Guerra Mundial. Se consideraba que la competitividad del país debía ir más allá del sector agropecuario logrando el autoabastecimiento industrial proyectándose hacia el futuro como una nación industrializada y exportadora de bienes industriales205. A partir de ese momento, las políticas de promoción adoptadas tendieron a la instalación y diversificación de actividades productivas, donde se generaba una rentabilidad ficticia mediante la protección del mercado interno. Un trabajo de la CEPAL denominado “Políticas de competitividad en la Argentina y su impacto sobre la profundización del Mercosur” realizado por Gustavo Baruj y Fernando Porta en el año 2006 presenta una detallada reseña histórica de todo este proceso. La misma se cita a continuación206:
“Hasta principios de los años noventa, la Argentina registraba una larga tradición de políticas promocionales tendientes a la instalación y diversificación de actividades productivas, especialmente en los sectores de industria manufacturera. En líneas generales, los instrumentos disponibles tendían a reducir tanto el costo de la inversión inicial, como los costos operativos durante una prolongada transición, al tiempo que se reforzaba la rentabilidad esperada de los proyectos con políticas de “reserva de mercado207” bastante efectivas.
En línea con estos criterios, predominaba un enfoque de corte sectorial, combinado con propósitos de promoción de determinadas regiones o provincias y, frecuentemente, con negociaciones específicas a nivel de firma (en general, grandes empresas locales o internacionales). Los instrumentos procuraban la instalación, el desarrollo y el crecimiento de los proyectos y las actividades involucradas,
203 Una relación directa entre dos variables implica que ambas varían en el mismo sentido, en este caso, si la competitividad aumenta el PBI y PBIpc también. Por su parte si la vinculación es directa y lineal entonces, no solo las variables se mueven en el mismo sentido, sino que en magnitudes constantes.
204 Más allá de que los primeros cuestionamientos sobre el modelo agroexportador surgieron durante la primera guerra mundial, es hacia fines de la década del ‘20 con la Gran Depresión cuando el esquema político/económico nacional comenzó un nuevo rumbo.
205 Para una mayor comprensión de los planes de gobierno de la generación del 80 y de los gobiernos peronistas consultar el Capítulo 3 de “El Balance de la Economía Argentina 2009: Herramientas para la Elaboración de un Plan Bicentenario”.
206 A pesar de algunos juicios de valor que pueden expresar los autores y que no necesariamente reflejan los del autor/es del presente capítulo/libro, se considera que el trabajo es sumamente objetivo y que representa, en términos generales, una buena documentación histórica de las políticas de promoción en Argentina.
207 Se interpreta que los autores usan el término “reserva de mercado” como “protección del mercado interno”.
más que la búsqueda de un desempeño competitivo de las mismas, y se basaban preponderantemente en incentivos fiscales.
A mediados de los años ochenta, se intentó compensar el sesgo anti‐exportador implícito en esa dinámica de funcionamiento o en las repetidas coyunturas de atraso cambiario con diferentes instrumentos de subsidio a las exportaciones, en este caso, con un enfoque de tipo horizontal, aunque, en la práctica, con marcados sesgos sectoriales. Sin embargo, las crecientes restricciones fiscales y la progresiva acumulación de controversias en el plano multilateral por el recurso a este tipo de instrumentos llevaron a un temprano desmantelamiento de estos programas.”
Aproximándose la década del ‘90, las reformas comerciales y en regímenes de competencia introducidas entre 1987 y 1988 tendieron a disminuir la promoción basada en políticas de protección de mercado, pasándose a una de carácter horizontal (adoptando con mayor intensidad una corriente de pensamiento que ya se estaba estandarizando en el mundo y de la cual los resultados son hoy en día ampliamente observables). Según los autores:
“Contemporáneamente, al menos entre los objetivos explícitos de las políticas promocionales, comenzaron a incluirse consideraciones en torno a la necesidad de modernizar productos y procesos y de fortalecer las capacidades competitivas de las firmas. Esto dio lugar a una “nueva” generación de instrumentos, con un enfoque predominantemente horizontal, tendientes a promover las competencias tecnológicas y de gestión de las empresas, principalmente orientados a las pequeñas y medianas y con el propósito declarado de desarrollar un mayor componente exportador”
“Los instrumentos de carácter horizontal predominan fuertemente entre las acciones destinadas a promover exportaciones y capacidades y competencias tecnológicas; asimismo, son mayoría dentro de las medidas disponibles para fortalecer el desempeño en el mercado interno adoptadas más recientemente. En lo que hace a la promoción de inversiones, el panorama es más balanceado: si bien aparece un conjunto de instrumentos horizontales destinados a favorecer la incorporación de bienes de capital nuevos o usados, hay también diversos regímenes sectoriales, cuyo impacto promocional parece ser, en general, relativamente alto.”
A pesar de ello, a la fecha todavía pueden observarse diferentes tipos de políticas de promoción, tanto horizontales como verticales e individuales. Esto no habría de constituir un problema en sí mismo si las mismas fuesen controladas y organizadas metódicamente, sin embargo, un macro esquema de desarrollo de la competitividad es justamente lo que parece faltar en Argentina. En este sentido Baruj y Porta señalan que:
“El panorama de los instrumentos vigentes en Argentina refleja de un modo bastante evidente estas sucesivas “capas geológicas” de la política promocional. Si bien la mayor parte de los instrumentos actualmente disponibles han sido creados o generados en esta última etapa, aún permanecen algunos (o los derechos oportunamente adquiridos por sus beneficiarios) propios del patrón previo.” Otra evidencia de este desorden es la clara carencia de eficiencia y eficacia en la implementación de políticas de promoción por parte de la gran mayoría de los niveles subnacionales, que al no contar con una guía central, en algunas ocasiones terminan compitiendo innecesariamente los unos contra los otros aplicando políticas de promoción impositiva desmedidas que terminan por dañar las arcas públicas de ambos. Los autores afirman además que:
“Definitivamente, el esquema promocional relevante en el caso argentino se deriva de los instrumentos de carácter nacional identificados, que son los que concentran la mayoría de los recursos disponibles. A nivel provincial, más allá de algunos programas de asistencia técnica que pueden ayudar al desempeño competitivo de las firmas residentes, los programas existentes tienden fundamentalmente a gestionar las crisis de empleo y su contribución a las decisionesde localización de las empresas resulta absolutamente marginal.”
Concerniendo a los organismos públicos que han llevado a cabo la implementación de estas políticas de desarrollo, vale mencionar que la falta de orden no se limitaba a la postura ideológica, sino que se extendía a las mismas entidades encargadas de implementar dichas medidas, es decir, no ha existido la concepción de un único ente cuyo objetivo sea manejar las cuestiones de competitividad como bien puede hacerlo un CNC. No obstante, algunos progresos se han realizado en este sentido, en el año 2006 se creó la Agencia Nacional de Desarrollo de Inversiones (ANDI), la cual era un organismo descentralizado que respondía al Ministerio de Economía de la Nación. En 2010 este ente fue suplantado por la Subsecretaría de Desarrollo de Inversiones de la Nación (SDIN) que a fines del 2011 se convirtió en la Subsecretaría de Desarrollo de Inversiones y Promoción Comercial de la Nación (SUINV). La SDIN dependía de la Secretaría de de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales, dependiendo ésta a su vez del Ministerio de de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto208. Como puede observarse en el Esquema 7.3 la SUINV mantuvo la estructura de dependencia de su antesesora por lo cual su orden jerárquico dentro de la Administración Pública Nacional es relativamente bajo en comparación al ideal de un Consejo Nacional de Competitividad209. Por otro lado, esta misma característica, genera en primera instancia que el organismo no posea un gran poder de convocatoria el cual también es visto como un objetivo de primera línea para éstos210. Sin embargo, vale mencionar que más allá de estos inconvenientes y teniendo en cuenta que en Argentina las políticas de promoción y desarrollo continúan siendo aplicadas y elaboradas por distintos organismos públicos, esta subsecretaría es la representante del país en el Observatorio de Competitividad de las Américas además de participar en las cuestiones de diplomacia económica internacional vinculadas con las inversiones, entre ellas, las negociaciones multilaterales en el ámbito de las principales organizaciones internacionales (G20, OCDE, UNCTAD), regionales (OEA, MERCOSUR) y bilaterales. Por otro lado, es la única identidad pública cuyas tareas parecen estar vinculadas a las cuestiones de la competitividad nacional. En palabras del propio ente, su objetivo es “brindar asistencia profesional y personalizada a potenciales inversores en todas las etapas del proceso de inversión: desde la evaluación del proyecto hasta la post‐inversión”. Incluyendo entre los servicios que provee a:
• Proveer información específica sobre sectores de negocios y localizaciones geográficas en Argentina.
• Identificar oportunidades de inversión e innovación en sectores estratégicos.
• Facilitar el proceso de inversión en todas las etapas del proyecto de manera personalizada y profesional.
• Asistir en el establecimiento de asociaciones entre inversores internacionales y compañías locales.
Su mismo organigrama, presentado en el en el Esquema 7.4, refleja claramente la disposición y priorización de estos servicios
208 En el año 2010.
209 Ver Sección 7.3
210 Tampoco cumple con las condiciones de ser un ente de carácter mixto, tener una estructura avanzada, una autoridad vinculante o un financiamiento independiente de intereses del sector público y / o privado. Sin embargo, claramente esta institución no pretende ser un CNC, por lo que para tener un desempeño eficiente y eficaz no necesita puntualmente de todas estas características; las mencionadas en el texto parecen en este sentido ser las más imprescindibles de suplir. Vale aclarar que cuando se habla de un desempeño eficaz y eficiente de esta institución, se habla de una mejora en los aspectos que este organismo maneja, no en todos los componentes de la competitividad.
La SUINV trabaja avanzando desde una estrategia general de promoción de inversiones hacia una estrategia proactiva y focalizada en oportunidades concretas de inversión, involucrando en la mane-ra de lo posible a los Ministerios Nacionales, los Gobiernos provinciales, las representaciones de Argentina en el exterior (embajadas y consulados, entre otros) y el sector privado, acorde a las nece-sidades de cada proyecto en particular. Consta además de una guía detallada de todos los incentivos a la inversión brindados por cada nivel de la administración pública, en cada región del país, informa-ción y un listado de las características competitivas y oportunidades que ofrece cada provincia además de publicaciones de actualidad y registros legales e impositivos, con el fin de facilitar el pro-ceso de toma de decisiones por parte de los inversores. Los ejes estratégicos de trabajo y las distin-tas actividades que realiza se detallan en el Cuadro 7.7.
Como puede observarse, a pesar de sus extensas diferencias, la Subsecretaría de Inversiones de la Nación se estructura de manera similar a un CNC en lo que a los fines técnicos respecta. Es decir, es un ente de consulta y asesoramiento, busca coordinar a los diferentes involucrados en la elaboración de diversos proyectos productivos, eleva propuestas de políticas al gobierno nacional, entre otras. En conclusión, cabe manifestar sobre la Argentina y sus políticas de competitividad y los organismos que las diseñan, que a pesar de los importantes pasos realizados con las reformas comerciales y en regímenes de competencia introducidas entre 1987 y 1988, adoptando los criterios de promoción horizontal y la creación de la SUINV como un ente específicamente abocado a promover inversiones, resulta evidente que todavía queda mucho por mejorar. A la vista de la gran mayoría de los organismos internacionales cuyas bases de datos han sido consultadas y utilizadas a lo largo del presente capítulo, el principal problema parece residir en la calidad de las instituciones argentinas. En las propias palabras del Global Competitiveness Report 2011‐2012 del WEF:
“El extraordinario potencial competitivo del país que se beneficia de un gran tamaño de mercado doméstico y de una población que tiene un nivel bastante elevado de educación y una de las más altas tasas de matriculación de nivel superior sigue sin explotarse, tanto por la falta de confianza en sus instituciones (134) y los grandes ineficiencias en la asignación de los bienes (137 º), así como el trabajo (131) y los recursos financieros (126)”.
Continúa manifestando que gran parte del mal desempeño de los últimos tres indicadores encuentran raíz a su vez en el primero. Por su parte el WB califica en los aspectos institucionales de la gobernabilidad a la Argentina con un ‐0,57 para el Imperio de la Ley y con un ‐0,43 para Control de la Corrupción en 2011. Siendo que estos parámetros registraban en 1996 valores de 0,07 y ‐0,21 respectivamente y que el rango de variación de los mismos va desde ‐2,5 a 2,5, siendo el primero el mínimo y el segundo el máximo, no solo se evidencia una baja calidad institucional sino que este organismo también acusa un deterioro continuo de la misma211.
Finalmente, cabe preguntarse si sería o no conveniente para la Argentina reemplazar a la SUINV por un CNC con el fin de aumentar su competitividad. En una primera instancia, tal y como indica el Cuadro 7.5, desde la creación de la ANDI en 2006, Argentina ha aumentado notoriamente su tasa de crecimiento del producto y del producto percapita, no obstante, no se debe olvidar que esa extraordinaria aceleración ya se había iniciado algunos años atrás por lo que claramente no puede atribuirse todo el logro a este ente ni a la SUINV. Por otro lado, es un requisito lógico el buscar el medio de aumentar los niveles de competitividad del país si se pretende mantener la senda de crecimiento actual, y tal y como la Sección 7.3 sugiere, un CNC posee mayores posibilidades de lograrlo que otro tipo de Institución. Sin embargo, el ya nombrado magro desempeño de las instituciones públicas argentinas podría ocasionar que el presunto Consejo quede marginado, sin presupuesto y funcionando meramente de manera simbólica como ha ocurrido en algunos países vecinos. Es por este motivo que se requiere además del deseo político (una expresión de intenciones, metas y objetivos), la voluntad política (capacidad de tomar las acciones necesarias para lograr los resultados) de mantener, apoyar y defender los dictámines que éste expida. En este marco, puede establecerse que la respuesta a la pregunta anteriormente planteada es que la transformación de la SUINV en un CNC resultaría sumamente ventajosa para el país, siempre y cuando se den otros cambios a nivel institucional, que garanticen la correcta dotación de recursos y voluntad política para apoyar al mismo212.
Siguiendo esta línea de análisis, el posterior fomento de Consejos Subnacionales, Regionales y/o Provinciales de Competitividad constituiría el siguiente eslabón de la cadena de fomento de la competitividad, valiéndose de un mayor reconocimiento del terreno de acción y de las problemáticas locales.
7.5 Algunas recomendaciones para la mejora de la competitividad en Argentina en base a experiencias de países vecinos
Como bien se adelantó en la Sección 7.4 aumentar la competitividad nacional es un requisito de suma importancia para mantener la senda de crecimiento actual. En este contexto, resulta de utilidad esbozar algunas recomendaciones en caso de que un CNC se instaure en el país, además de una serie de medidas independientes a este hecho, probadas en países vecinos y orientadas al desarrollo de la misma. En primera instancia, tomar como base los decretos de creación de los Consejos Nacionales de Competitivdad de la región resulta provechoso. Por ejemplo el Decreto Presidencial N° 1374‐04 firmado por el entonces presidente de República Dominicana Leonel Fernandez213, resalta en su artículo primero el nivel de importancia que se le otorga a la competitividad y a la persecución de la misma de manera ordenada:
211 Para un mayor entendimiento de las medidas de Gobernabilidad del WB, las calificaciones de Argentina, su posicionamiento relativo en el mundo y explicaciones fundamentadas de estas, consultar el Capítulo 4 de “El Balance de la Economía Argentina 2010”.
212 Hecho que significaría un aumento de la competitividad en sí mismo dada la mejora institucional que plantea, además del que posteriormente genere el CNC.
213 Más allá que los resultados que el CNC de República Dominicana haya logrado puedan ser calificados de diferentes maneras según el criterio utilizado, ello no constituye bajo ningún aspecto un justificativo para no apreciar la calidad de la redacción del Decreto Presidencial que le dio origen. Entre algunas de las políticas más exitosas que este CNC promueve se encuentra el
“Artículo 1: Se declara política de Estado, considerada de alta prioridad para el desarrollo de la productividad nacional y el crecimiento económico sostenible de la República Dominicana, la adopción y puesta en marcha de un Plan Nacional de Competitividad …”
Por su parte el artículo segundo confiere al CNC todo el poder y el deber de llevar a cabo todas las políticas relacionadas a ésta:
“Artículo 2: El Consejo Nacional de Competitividad (CNC) es el organismo oficial encargado de desarrollar e implementar, conjuntamente con los sectores público y privado, el Plan Nacional de Competitividad, el cual tendrá como objetivo principal el mejoramiento y optimización de la capacidad competitiva de la República Dominicana en los mercados internacionales de bienes y servicios.”
El artículo tercero hace mención al compromiso de los agentes de influencia, en materia de competitivdidad, de colaborar con el CNC: “Artículo 3: En razón del carácter de prioridad nacional conferido al Plan Nacional de Competitividad, se le solicita a todas las instituciones tanto del sector público como privado que se encuentren directa o indirectamente vinculadas a los objetivos del presente Decreto a prestar toda la colaboración y apoyo logístico ecesarios al consejo Nacional de Competitividad…”
El cuarto establece que el mismo debe ser de “caracter mixto”214, otorgándole además un alto poder de convocatoria al ubicar al presidente de la nación como miembro de éste:
“Artículo 4: El Consejo Nacional de Competitividad (CNC) es un organismo de carácter mixto, y estará integrado por los siguientes representantes de los sectores público y privado
a) El Presidente de la República Dominicana, quien lo presidirá; …”
La capacidad de establecer una red de Instituciones comandadas por el Consejo capaces de atender con mayor minuciosidad a cuestiones específicas de cada región del país, se dispone en el artículo quinto, confiriendole de este modo un “nivel de desarrollo estructural avanzado”215:
“Artículo 5: Para la consecución de sus objetivos el Consejo Nacional de Competitividad, podrá crear los Consejos Sectoriales o Regionales de Competitividad que considere necesarios para la articulación de estrategias sectoriales y regionales de competitividad, tomando en cuenta la amplia diversidad regional y los distintos grados de especialización de sus estructuras productivas. La composición y forma de operación de esos consejos, serán definidas por el propio Consejo Nacional de Competitividad.”
Finalmente los artículos sexto y séptimo determinan una alta capacidad de obtención de recursos y un “financiamiento de carácter mixto” respectivamente216:
“Artículo 6: Para el cumplimiento de sus funciones el Consejo podrá contratar las personas naturales o jurídicas, nacionales y extrangeras, las asesorías y los estudios que les sean necesarios para la realización de sus tareas.”
encadenamiento de los clústeres productivos, punto que debería ser observado con mayor detalle para fomentar la competitividad regional.
214 Ver Sección 7.3 sobre las características que optimizan el funcionamiento de un CNC.
215 Ver Sección 7.3 sobre las características que optimizan el funcionamiento de un CNC.
216 Ver Sección 7.3 sobre las características que optimizan el funcionamiento de un CNC.
«Artículo 7: El presupuesto del Consejo Nacional de Competitividad deberá nutrirse de los recursos que le asigne la Ley de Gastos Públicos, y por recursos provenientes de otras fuentes, especialmente de los organismos de cooperación internacional y de los aportes que le hagan las organizaciones sectoriales privadas o públicas vinculadas a los objetivos del mismo.»
Por otro lado, el CNC debería ser pensado en dentro del marco de una estructura de interacciones con los demás agentes de relevancia, similar a como lo refleja el Esquema 7.5 representativo del enfoque del Gobierno de Ecuador, el cual resulta suficientemente claro como para explicarse a sí mismo.
Concerniendo a aquellas medidas aplicadas en países vecinos que podrían implementarse en Argen-tina, más allá de la existencia o no de un CNC en el país, hay dos que dados los problemas actuales del mismo, pueden revertir algunos de los más importantes, por lo que se destacan por encima del resto. Las mismas serán tratadas a continuación, sin ánimo de desmerecer logros alcanzados por el resto de los Estados de América Latina y el Caribe que trabajan arduamente en mejorar su nivel competitivo. La primera es la resolución de aprobación del Manual para el Análisis Económico y Legal de la Producción Normativa en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) de Perú y la segunda es el nivel de detalle con el que se ha elaborado el Plan Nacional de Competitividad del mismo país. Para el caso del primero se entiende que el Manual de Procedimientos debe permitir que el conjunto de normas aprobadas por el MEF guarde coherencia con el cumplimiento eficiente y eficaz de los objetivos del mismo, es decir, la asignación eficiente de los recursos (del Estado y de la economía en general) y el aumento del bienestar de la población, siguiendo los principios de necesidad, efectivi-dad, proporcionalidad, transparencia y consistencia. Cada norma que el ministerio apruebe debe pasar por un exhaustivo proceso de elaboración y control el cual se detalla en el Esquema 7.6.
Como puede observarse, el mismo consta de una serie de controles abocados a garantizar la eficien-cia y eficacia de cada norma entre los cuales se tiene: uno de impacto económico (paso tres), una consulta pública (paso cuatro), una revisión legal (paso seis) y una revisión de la experiencia (paso ocho) tras la cual en caso de no cumplir los objetivos, se puede promulgar una norma anexo que la complemente o derogarla.
El control de la eficiencia normativa es un procedimiento por demás útil en cualquier país, pero lo és aún más en aquellos donde uno de los principales escollos del desarrollo económico de mediano y largo plazo es la volatilidad de las reglas del juego, como lo es el caso de Argentina.
Finalmente el Plan Nacional de Competitividad (PNC) de Peru resulta de interes, ya que más allá de crear un CNC para que lo coordine o no, es conveniente tener una macro política y objetivos a largo plazo en este sentido. Sin embargo, generalmente cuando se planifica con metas que deben ser cumplidas dentro de varios años, no se le presta atención a la asignación minuciosa de tareas y obli gaciones de cada institución pública o privada que debe intervenir para lograrlas. Es por ello que lo que en la presente sección se pretende resaltar no es el contenido del PNC de este país, sino su nivel de detalle, el cual incluye metas, indicadores para monitorearlas y las entidades participantes en su realización. Un ejemplo tomado del mismo puede observarse en el Cuadro 7.8.
7.6 Consideraciones Finales
A lo largo del presente capítulo se ha abordado la temática de la competitividad, otorgándole la importancia de un nuevo paradigma económico clave en el crecimiento y desarrollo sustentable de cualquier país. Siendo un factor de tal envergadura se buscó dar respuesta a qué tipo de institución es la más eficiente en el desarrollo de la misma, en base a las experiencias documentadas de los países de América Latina y el Caribe, obteniéndose resultados que si bien se encuentran a favor de los Consejos Nacionales de Competitividad sobre otro tipo de instituciones, no pueden ser considerados concluyentes.
En lo que a Argentina respecta se realizó una revisión histórica del manejo de las políticas de fomento competitivo desde el año 1880 hasta la actualidad, encontrándose que si bien se han hecho avances significativos con la adopción de los criterios de promoción horizontal y mediante el rol desempeñado por la SUINV, todavía resta mucho por avanzar, sobre todo en materia de crecimiento institucional. Para concluir se esbozaron algunas sugerencias sobre como debería conformarse un CNC en caso de que se tomase la decisión de reemplazar a la SUINV, además de algunas medidas probadas en países vecinos que podrían contribuir a reducir la volatilidad de las reglas del juego como así también a delimitar con mayor precisión las tareas y responsabilidades de cada organización pública o privada, en la persecución de las políticas de Estado de largo plazo.