CONTEXTO ECONOMICO REGIONAL

CAPITULO 9. Contexto Económico Regional

Afortunadamente, la idea de coordinar esfuerzos conjuntos en el marco de la concepción de regionalización propuesta por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba y la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales ha madurado en el tiempo. Trabajar para la consolidación de la Región Central, estrechar los vínculos con otras regiones y fortalecer la inserción externa, constituyen los principales desafíos. Esta edición del Balance pretende incorporar al análisis la temática de las subregiones o microregiones, concebidas como espacios de integración de vital importancia a la hora de aligerar las diferencias de desarrollo interegionales.

En este sentido, el IIE ha propuesto una división de la provincia de Córdoba en cinco áreas, las que podrán encarar iniciativas de desarrollo endógenas y autogeneradas.

9.1. Introducción

Durante las últimas décadas, la economía mundial ha asistido a un proceso de globalización. Este se advierte en el crecimiento de los flujos comerciales, y en la facilidad y velocidad con la cual éstos tienen Iugar, y en la extraordinaria movilidad del capital. Las transacciones se realizan en forma instantánea y la tecnología informática posibilita la difusión de un conocimiento compartido por todo el mundo. La globalización le imprimió una nueva dinámica al sistema económico: se debe pensar en forma global pero actuar local y regionalmente.

Así es como, simultáneamente a este fenómeno, surgió otro proceso denominado regionalización. Este es una consecuencia directa del anterior, es la respuesta microeconómica a los cambios en el entorno macro.

Esto condujo a que la actual economía global no sea otra cosa que un mosaico de regiones económicas, que se despliegan en múltiples jurisdicciones políticas, donde la tendencia es la integración entre Estados, naciones y ciudades. Este proceso se explica por la necesidad de insertarse en la economía global, lo cual exige que se trabaje de cerca sobre las ventajas competitivas de las distintas áreas geográficas de un país. Así es como la regionalización aparece como la coordinación de factores, recursos y medios, con el objeto de optimizar las posibilidades de desarrollo de un área determinada.

En la medida que este proceso avance, la economía en su conjunto se verá beneficiada. La experiencia internacional indica que el desarrollo regional estimula y fortalece el progreso nacional, ya que la inserción de una región en el contexto mundial, y su crecimiento socioeconómico, genera efectos multiplicadores que benefician al país en su conjunto. En otras palabras, existe un derrame de beneficios hacia los territorios adyacentes.

Como se mencionó en el capítulo 13 (Competitividad), las claves para un crecimiento sostenido y la exitosa inserción regional se centran en los incrementos de la productividad de los factores y la reducción de los costos globales de producción (transporte, seguros, mano de obra, servicios financieros, entre otros).

Se dijo que las regiones son esencialmente económicas y no políticas. Sin embargo, el Estado tiene una función que desempeñar en todo este proceso. La eficientización del sector público es de suma importancia para lograr la total adaptación al contexto internacional. En la mayoría de los casos, los Estados desarrollan enormes estructuras burocráticas que tornan ineficiente su accionar, afectando la competitividad regional. De ser así, se ven limitados y afectados los esfuerzos en pos de incrementar la productividad.

Con el constante aumento en la productividad como objetivo, las economías regionales están destinadas a liderar el crecimiento económico mundial de los próximos años. Los ejemplos son numerosos alrededor del mundo, pero se pueden destacar la Región de Kansai (Osaka, Kobe y Kioto) en Japón, la Región de San Diego/Tijuana en California y el Triángulo Mineiro en Brasil.


1 En base a la publicación de Jorge Carlos Antón, » Las Regiones Económicas Argentinas», (Ciudad Argentina 1999) y fuentes propias.


9.2. Avances de la Regionalización

Se expuso cómo el proceso de regionalización ha cobrado un fuerte impulso a nivel mundial; sin embargo, Argentina aún está dando los primeros pasos en esta dirección. Un hecho que revitalizó el interés por los temas regionales fue la Reforma Constitucional de 1994, que habilitó a las provincias a realizar acuerdos con miras al desarrollo socioeconómico regional. Cabe destacar que desde hace más de dos décadas, distintas Cartas Magnas de otros países latinoamericanos, como Chile, Brasil y Bolivia, consideraban la problemática del desarrollo territorial. La reforma argentina estuvo orientada hacia la modernización y la incorporación de nuevas herramientas para el progreso.

En la edición de 1997 del Balance, ya se había identificado una franja de territorio dentro del continente sudamericano, denominada «Corredor Austral de Crecimiento»2, que poseía las mayores potencialidades de desarrollo. Quedaron definidas entonces cuatro regiones3 dentro del corredor, las que fueron denominadas como:

i) Región de Uruguay y Sur de Brasil, integrada por la República Oriental del Uruguay y los Estados Río Grande do Sul y Santa Catarina en el territorio brasileño;

ii) Región Central Amplia, formada por las provincias argentinas de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, San Juan, San Luis y Mendoza;

i) Región Buenos Aires, que corresponde al territorio de la provincia de Buenos Aires, Capital Federal y el Conurbano;

ii) Región Central de Chile, integrada por las regiones IV, V, VI y Área Metropolitana.

Asimismo, dentro del territorio argentino, las provincias ubicadas al norte de la Región Central Amplia han sido consideradas en forma conjunta bajo la denominación de Región Norte mientras que las provincias patagónicas fueron agrupadas en la Región Sur.


2 EI Corredor Austral de Crecimiento se define como la franja geográfica con mayores niveles de ingreso de la región austral de América del Sur; la cual se extiende aproximadamente entre el triángulo formado por las ciudades de Belo Horizonte, Río de Janeiro y San Pablo, orientado hacia el Océano Atlántico, hasta las regiones IV, V, VI y Área Metropolitana de Ia República de Chile sobre el Océano Pacífico.

3 Puede encontrarse en la Edición 1998 del Balance un análisis de los principales indicadores referidos a la geografía, economía y aspectos sociales de las cuatro regiones.


El Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba contribuyó a impulsar la regionalización del territorio nacional, especialmente la creación de la Región Central Amplia, como un medio para lograr un desarrollo nacional más equilibrado, dando lugar a un espacio alternativo al histórico centralismo de la ciudad de Buenos Aires y su área de influencia.

En el cuadro 9.1 se muestran los principales indicadores socio-económicos de las regiones argentinas. Pueden advertirse las significativas diferencias en materia de producto bruto, población, médicos por habitantes, tasas de analfabetismo, estudiantes universitarios, salarios promedios y hogares con necesidades básicas insatisfechas (NBI), todos indicadores favorables a la provincia de Buenos Aires y Capital Federal.

A pesar de ello, existe un conjunto de indicadores que revelan la dinámica y protagonismo de otras regiones argentinas. Por ejemplo, en la Región Sur, las políticas de promoción de la actividad económica, el mayor gasto público en relación a otras regiones y la gran abundancia de recursos naturales junto a un territorio poco poblado, permitieron alcanzar un nivel de PBG per cápita similar al de Buenos Aires, pero con una capacidad adquisitiva promedio menor, debido a que los precios finales son más altos en la mayoría de los bienes y servicios disponibles.

La Región Sur, junto con la Región Central Amplia, lidera la inserción externa, ya que exhiben un coeficiente de apertura (entendido como el cociente entre exportaciones y PBI) del 14,4% y 16,6%, respectivamente, porcentaje más de dos veces superior al registrado en Buenos Aires.

Asimismo, los índices de desempleo de las regiones Central, Norte y Sur son levemente inferiores a los de la región más rica del país. Por último, existe un conjunto de producciones regionales de significativa importancia en la economía nacional. El caso de la producción de oleaginosas, aceites vegetales y pellets en Córdoba y Santa Fe son ejemplo de ello, al igual que la gran cuenca lechera existente entre estas dos provincias y las numerosas industrias lácteas radicadas en la región.

La producción de limón y su jugo en Tucumán, su industrialización y exportación, las plantaciones de arroz y cítricos en Entre Ríos, la explotación de petróleo y gas en la Patagonia, constituyen otros ejemplos.

Asimismo, el nuevo marco de integración y los cambios estructurales en la economía están redefiniendo los flujos comerciales. El intercambio con los países vecinos se ha incrementado notablemente, especialmente en el caso de Brasil y Chile, y el comercio exterior tiende hacia la descentralización.

La Región Centro quedó formalmente constituida el 15 de agosto de 1998 mediante el acta firmada, en la ciudad de San Francisco, por los gobernadores de Córdoba y Santa Fe. Con la firma de un Acta de Integración Regional, el 6 de abril del corriente año en la ciudad de Paraná, se sumó la provincia de Entre Ríos a la Región Central. Asimismo, la provincia de San Juan ha manifestado su interés por formar parte a la iniciativa de las tres provincias pampeanas, aunque formalmente también integra la región denominada <<Nuevo Cuyo>>.

9.2.1. La Importancia de la Infraestructura

Numerosos estudios demuestran que mayores niveles de infraestructura física contribuyen notablemente al aumento de la productividad del sistema económico. Esto se observa en la reducción de costos de traslado, tiempos de viaje, disminución de los gastos de mantenimiento de rodados y los seguros del transporte, en la posibilidad de incorporación del just in time en el manejo de inventarios, entre otros beneficios. Las mejoras en la infraestructura pueden profundizar el perfil productivo de las regiones, estimulando su especialización en la producción de aquellos bienes para los que posee ventajas comparativas. Entre las ventajas sociales de la infraestructura encontramos: las posibilidades de acceder a mejores empleos, menores tasas de accidentes, nuevas oportunidades de educación, de vivienda y de salud.

Cabe destacar que la disponibilidad de mayores niveles de infraestructura puede también estimular la relocalización de actividades productivas y el movimiento de factores. A fin de disminuir los desequilibrios regionales, recientes investigaciones4 recomiendan las inversiones intraregionales, es decir, obras de infraestructura dentro de los límites de las propias regiones (autopistas, caminos secundarios, agua potable, redes eléctricas y de comunicaciones, ferrocarriles interurbanos de carga, etc.). Al mismo tiempo, se afirma que los aumentos de la dotación de infraestructura interregional (entre regiones) posibilitará la relocalización de industrias desde las áreas menos adelantadas hacia las de mayor desarrollo, a fin de aprovechar los recursos físicos de estas últimas.

La literatura económica reconoce el rol de la infraestructura como condición necesaria (aunque no suficiente) para estimular el crecimiento económico, especialmente cuando un país pretende insertarse comercialmente en un mundo globalizado y competitivo.

La logística y las vías de comunicación son los elementos que, cada vez en mayor medida, determinan y canalizan los procesos de integración regional. Adicionalmente, la disponibilidad y calidad de la infraestructura son factores de importancia a la hora de decidir la localización de inversiones.

No quedan dudas de que las administraciones provinciales deberían modificar la estructura de sus gastos y priorizar el crecimiento de la infraestructura física y la promoción de la inversión privada en la materia. En el capítulo 10: Infraestructura de la Región Central, se analizará la importancia de los proyectos de la autopista Córdoba-Rosario, la Hidrovía Paraná-Paraguay, los pasos fronterizos, y el Puente Rosario-Victoria, los ramales ferroviarios de la Región Central, entre otros proyectos relevantes.

9.3. Las Nuevas Concepciones del Desarrollo Regional

La reciente experiencia internacional en materia de desarrollo regional se ha orientado al fomento de las interacciones territoriales, la promoción de los procesos de especialización y complementariedad recíproca entre los agentes económicos. Una política considerada como favorable es la estimulación de la circulación del conocimiento, tanto formal como informal, considerado de suma importancia para el desarrollo eficiente de los procesos de innovación.


4 Ver «Las Economías Regionales», Guido Porto 1995.


Son claves para el desarrollo, la formación de redes (networking), las que surgen de la interacción entre los distintos niveles de gobierno, las entidades empresariales, universidades, fundaciones y organizaciones no gubernamentales.

El enfoque europeo pone el acento en el desarrollo y fortalecimiento de la participación de los distintos agentes económicos en las políticas de crecimiento. La principal finalidad de esta nueva concepción fue crear un ambiente favorable para el desarrollo y gestación de negocios, incentivar la complementación productiva y estimular un proceso de crecimiento autogenerado. En consecuencia, se pasa de un enfoque de política orientado desde arriba (top-down) a otro impulsado por los agentes e instituciones locales directamente involucrados en la intervención (botton-up).

El enfoque botton-up, facilita encontrar e implementar soluciones a problemas particulares o específicos y crea un ambiente de cooperación empresarial e institucional.

Las políticas asistenciales han sido sustituidas por otros enfoques. Las nuevas formas de intervención implican un tránsito de lo global a lo específico y de lo nacional a lo regional. Los subsidios generales a la producción se transformaron en políticas de apoyo con productos y servicios concretos y reales, donde las instituciones intermedias tienen un papel preponderante. En este sentido, podemos citar las políticas regionales implementadas en la Unión Europea:

üPromoción del desarrollo tecnológico

üPromoción de la calidad

üTransferencia de conocimientos y experiencias

üProvisión de infraestructura básica

üCapacitación del capital humano

üDiversificación de las estructuras productivas

üIncentivo de la capacidad de adaptación de las empresas

üCreación de nuevas empresas.

Podría sintetizarse como toda política que contribuya a generar un entorno empresarial competitivo y a elevar su productividad. Asimismo, estos cambios se reflejan también en el concepto de competitividad. Surge la concepción de «competitividad sistémica», donde si bien se le da importancia a los clásicos elementos macro y microeconómicos, adquieren especial relevancia el ambiente en que se desarrollan los negocios, el grado de cohesión social, las relaciones entre las empresas y las distintas instituciones de la sociedad, el rol del Estado, la existencia de externalidades y sinergias dentro del funcionamiento público y privado, entre otros.

En una reciente publicación, Allen Scott5 señalaba que la economía moderna es un mosaico de sistemas de producción regional interdependientes. Estos sistemas se forman con base en economías de aglomeración y transacciones. El orden colectivo necesario en los sistemas regionales requiere de acciones públicas y de las instituciones. Las políticas, en muchos casos, tienen que ser regionales, por ello el espacio regional y subregional se ha convertido en algo mucho más importante para la economía de lo que era anteriormente.

9.4. Microregiones

9.4.1. Bases de la Subregionalización

Indudablemente, dentro de la Región Central, como de las restantes áreas territoriales, existe un conjunto de subregiones o microregiones donde prima una determinada estructura productiva, un patrón de especialización o bien, similares potencialidades para el desarrollo.

La conformación de subregiones constituye una alternativa y una oportunidad de desarrollo dentro del entorno regional y nacional. Los agentes económicos y sociales subregionales deberán decidir estratégicamente y planificar acciones tendientes a su propio crecimiento.


5 Ver «The Geographic Fundations of Industrial Performance», Allen Scott 1998.


En el mundo actual no compiten empresas sino sistemas y organizaciones y es en este marco en el que debe comprenderse el sentido de microrregionalización. Las empresas están integradas a una red que incluye a sus proveedores de bienes y servicios, al sistema financiero, educativo, tecnológico, energético, de transporte y comunicaciones, entre otros. Eliminar los rezagos de productividad y competitividad involucra a todo el sistema microrregional. De esta forma, las subregiones son el ámbito adecuado para impulsar la cooperación y coordinación de las estructuras productivas y aprovechar y profundizar las ventajas comparativas y competitivas.

El punto de partida para la fijación de los límites subregionales son aspectos tales como; el origen histórico, la estructura productiva, el nivel socioeconómico de la población, los polos de desarrollo y su vinculación con su periferia, entre los más significativos. Lo que se persigue es delimitar un espacio que comparta similares características físicas, biológicas, sociales, culturales y económicas. Sin embargo, se advierte la importancia de disponer de un eje de desarrollo en torno al cual se canaliza la integración subregional. Un claro ejemplo de estos ejes de desarrollo son las distintas rutas provinciales y nacionales que conectan conglomerados urbanos de importancia dentro de las regiones. Córdoba presenta una cruz vial, que vincula los principales centros productivos de la provincia.

La ruta nacional 158 desde San Francisco hasta Río Cuarto (pasando por Villa María) constituye la arteria Noreste-Sudoeste, mientras la ruta nacional 9 representa la recta Noroeste-Sudeste. La red vial se completa con las rutas nacionales 36 (Córdoba-Río Cuarto), 19 (Córdoba-San Francisco), 7 y 8 en el Sur.

9.4.2. Propuesta de Subregionalización de Córdoba

En primer término, se debe aclarar que la provincia de Córdoba presenta características muy particulares. La provincia muestra una heterogeneidad geográfica y cultural que se observa en pocas jurisdicciones estaduales argentinas. La diversidad geográfica se aprecia en la convivencia de sierras, lagos, salinas, llanuras y bosques. A estos aspectos, se agregan las influencias de dos importantes corrientes colonizadoras: la hispánica (con orígenes en el siglo XVI) y la agraria (desde fines del siglo pasado). La propuesta considera la delimitación de seis subregiones dentro de la jurisdicción territorial provincial. A continuación, se detallan las mismas:


6 Asociación para el Desarrollo del sur de Córdoba,

7 Ente lncercomunal del Norte de Córdoba.


– Subregión Centro

Como se observa en el mapa 9.2, incluye los departamentos Capital, Colón, Punilla, Río Primero, Río Segundo, Santa María, Totoral y el norte de Calamuchita.

El núcleo indiscutido de esta subregión es la ciudad de Córdoba, centro de servicios por excelencia del interior del país, con proyección internacional. Así es como las actividades terciarias ocupan un lugar destacado dentro de la estructura económica subregional, sobresaliendo la actividad turística. Esta microrregión concentra el 67% del valor de la producción provincial del sector terciario (comercio y servicios).

La industria manufacturera también es importante. La ciudad de Córdoba y las poblaciones satélites comenzaron a desarrollar la industria pesada hace más de 40 años, lo que posibilitó que actualmente sea uno de los polos industriales más importantes del país. La riqueza agropecuaria de los departamentos lindantes con la capital, permitió que se desarrollara una industria alimenticia de importancia.

Dentro de las actividades primarias, se destacan la agricultura de alto rendimiento en los departamentos Río Primero y Río Segundo, la ganadería intensiva en el norte subregional y las actividades extractivas en el departamento Santa María (el cual aporta el 67% de la producción minera bruta provincial).

Sin embargo, se advierte en el cuadro 9.2 que en relación a los indicadores sociales, se ubican por debajo del promedio provincial.

– Subregión Norte

Incluye los departamentos Ischilín, Río Seco, Sobremonte y Tulumba. Junto al oeste provincial, constituyen las subregiones más rezagadas de la provincia. El valor de la producción en términos per cápita asciende a $ 399, una décima parte del promedio provincial. Por otra parte, en cuanto a indicadores sociales, muestra un 34% de habitantes con necesidades básicas insatisfechas.

Las actividades terciarias están escasamente desarrolladas, destacándose como centro de servicios la ciudad de Deán Funes, el mayor centro urbano de la subregión.

El Norte provincial muestra una producción agrícola que presenta fuertes incrementos respecto a la década anterior. No obstante, su desarrollo todavía es incipiente.

La creación del Eincor es una herramienta importante para poner en práctica políticas de desarrollo que tiendan a reducir las diferencias existentes con las restantes subregiones provinciales. Este tipo de agrupaciones debe realizar una planificación estratégica para la subregión, detectando las oportunidades de desarrollo que brinda el medio para el Norte provincial.

– Subregión Oeste

Incluye los departamentos Cruz del Eje, Minas, Pocho, San Alberto y San Javier. Es importante mencionar que existe la intención de conformar una microregión interprovincial, entre los departamentos mencionados y el noreste de la provincia de San Luis. El oeste cordobés, al igual que el norte, se caracteriza por mostrar una brecha muy amplia respecto a los promedios provinciales en lo que hace a indicadores socioeconómicos. Presenta un valor de la producción por habitante cercana a los $ 830 (el segundo valor más bajo registrado entre las subregiones). En cuestiones sociales las condiciones no son mejores, existiendo un 24% de la población con NBI. Entre las oportunidades de desarrollo subregional, se destaca el turismo. Esta actividad ha crecido significativamente en la zona de Traslasierra, quedando aún un importante margen de crecimiento.

– Subregión Este

Se compone sólo por el departamento San Justo, aunque en la práctica se extiende sobre la provincia de Santa Fe, debido a la ubicación interprovincial de San Francisco (principal núcleo subregional). Es la región más rica de la provincia, con un valor de la producción per cápita que supera los $ 5.000. Además, en aspectos sociales muestra indicadores más favorables que los promedios provinciales. La industria manufacturera ocupa un lugar preponderante dentro de la estructura económica de San Justo, destacándose en orden de importancia la industria alimenticia y la metalmecánica. El sector primario se encuentra muy desarrollado, predominando la ganadería, ya que la subregión constituye una de las cuencas lecheras más importantes del país. También hay que señalar los esfuerzos que vienen haciendo los municipios de la zona en pos del desarrollo económico subregional. En este sentido, es importante remarcar la creación de la Región San Justo.

– Subregión Centro-Este

Incluye los departamentos Gral. San Martín, Tercero Arriba y la porción centro-norte de Marcos Juárez y Unión. Constituye una de las subregiones más pobladas de la provincia, al contar con importantes centros urbanos como Villa María-Villa Nueva, Río Tercero, Bell Ville y Marcos Juárez. Su valor de la producción per cápita asciende a $ 3.337. Muestra una estructura productiva diversificada, aunque principalmente orientada a las manufacturas. Dentro del sector primario, la agricultura y la ganadería son de fundamental importancia para el desarrollo de la agroindustria local. Es importante señalar que esta subregión concentra más de un 30% del número de porcinos de la provincia, lo cual muestra una gran oportunidad para esta actividad y su industria (ver Sección III, Capítulo 16: Nivel de actividad – Sector Frigorífico). Los indicadores sociales del Centro-Este, muestran a la subregión como la mejor posicionada en la provincia.

– Subregión Sur

Abarca los departamentos Juárez Celman, Río Cuarto, Pte. R. Sáenz Peña, el sur de los departamentos Calamuchita, Marcos Juárez y Unión. Las características del suelo determinan que la agricultura y la ganadería sean actividades de gran importancia para la subregión, destacándose la agroindustria dentro de las actividades manufactureras. En cuestiones sociales, se encuentra levemente mejor que el promedio cordobés. El principal centro de servicios es la ciudad de Río Cuarto, que no sólo extiende su zona de influencia sobre el sur cordobés sino también sobre el norte de La Pampa. Esta subregión ya posee un plan director para el desarrollo del sur provincial. El mismo fue elaborado por la Asociación para el Desarrollo del Sur de Córdoba (ADESUR), puesto en marcha en abril de 1997. Sin dudas, la constitución y articulación de estas microrregiones exigirá realizar importantes esfuerzos de las instituciones públicas y privadas subregionales y, principalmente, materializar un cambio de actitud y reacción ante un entorno de integración y competencia.

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