PREFACIO
Prefacio
Desde el desarrollo económico de la pampa húmeda durante la segunda mitad del siglo XIX gran parte del territorio argentino se estructuró de acuerdo a las necesidades de la economía agroexportadora y luego se mantuvo sin cambios importantes durante la vigencia del esquema de sustitución de importaciones. Durante todo ese período, el interior del país tuvo un vínculo casi exclusivo con Buenos Aires sin que existieran otras opciones…
Sin embargo, a partir del nuevo escenario en el que se desenvuelve la economía internacional y los cambios en la organización de la economía argentina, consolidados durante el transcurso de la presente década, comienzan a definirse los rasgos de una nueva geografía económica que revierte la creciente concentración de recursos, actividades y decisiones alrededor de la ciudad de Buenos Aires.
Los primeros indicios de la misma son la paulatina aparición de nuevas regiones económicas, que tienen identidad propia y fuerza suficiente como para atenuar el desequilibrio mencionado. Una de ellas es la región localizada en la franja central del territorio argentino, cuyo contorno se define en forma aproximada por los límites de la agrupación de las provincias de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Mendoza, San Juan y San Luis. Desde la misma, y en conjunto con las otras regiones del país, es posible lograr una difusión más eficiente y equitativa de los beneficios del crecimiento económico que si se intentara hacerlo únicamente desde un reducido espacio de desarrollo alrededor del puerto..
Las nuevas inversiones radicadas en el interior, especialmente en la Región Central, están modificando la composición de la oferta y produciendo un cambio en la orientación del flujo de comercio hacia las aduanas del interior. Las mismas, a diferencia de lo que ocurrió en otras etapas del desarrollo económico, se caracterizan por la diversidad de los sectores a los cuáles van dirigidas, la amplitud del mercado en la que se insertan y la estrategia adoptada, generalmente con una visión global pero a su vez con una descentralización de la gestión operativa. Asimismo, los inversores destacan el potencial de los recursos humanos y la ubicación geográfica elegida como factores esenciales para la toma de decisiones. Las nuevas empresas que se establecen están produciendo un importante cambio en las estructuras sectoriales y en la organización y estrategia de sus competidores.
Por lo anterior, el vínculo sin opciones que las provincias mantenían con Buenos Aires se está debilitando, en el marco de un proceso de integración que tiene una gran inercia. Esta es la razón por la cual el IIE incorpora en su análisis de la Región Central a los territorios aledaños de los países limítrofes, a fin de conocer mejor las oportunidades de intercambio e inversiones.
Debemos ser conscientes que el fortalecimiento del nuevo escenario y los futuros vínculos que origine, demandará un alto grado de responsabilidad y solidaridad. Los principios de descentralización, subsidiariedad, cooperación y convergencia son imprescindibles para acompañar en forma exitosa al mismo.
Esta actitud debe comenzar a manifestarse en la superación de nuestros propios errores y dificultades, para que las oportunidades que buscamos se puedan encontrar a partir de las ventajas que la nueva región ofrezca a quienes pretendemos vincularnos.
En esta edición del Balance se incluye un resumen sobre los principales aspectos de la crisis internacional con el objeto de evaluar su impacto en la economía argentina. Gastón Utrera fue el responsable del capítulo 8 donde el IIE inicia una serie de estudios sobre las diferencias en
el crecimiento de las provincias argentinas y las políticas económicas mas adecuadas. Asimismo, Utrera coordinó el trabajo sobre infraestructura vial encargado por la Cámara Argentina de la Construcción, Delegación Córdoba, y en el que recibiéramos el asesoramiento de Juan Novara y la colaboración de Gimena Caelles. Por cuarto año consecutivo, Mariángeles Pagalday se ocupó de los aspectos referidos a las inversiones y junto a Luciana Targi colaboraron en la coordinación general del trabajo. Luciana Targi y Paula Auerbach fueron responsables de los capítulos del Balance Social y de la investigación sobre Filantropía Empresaria. Pablo Urani, quien desarrolló durante el corriente año una pasantía en el BID, se ocupó de los capítulos sobre comercio exterior, la situación de EPEC y el análisis estadístico de las provincias. Maximiliano Heywood colaboró en la confección de dichas series estadísticas. Pascual Berrone estuvo a cargo de la evaluación de los distintos sectores de servicios, el perfil de la ciudad de Córdoba como prestadora de los mismos, la presentación de la provincia de Córdoba preparada para la Subsecretaría de Comercio Exterior, el resumen conceptual del «costo Córdoba» y en aspectos referidos al mejor funcionamiento del sistema de cómputos del Instituto. Un trabajo sobre el Sector Lácteos realizado por Berrone fue publicado durante el corriente año por el IIE. Guillermo Acosta estuvo a cargo del análisis del Sector Agropecuario y del resumen del trabajo sobre el sector Frigorífico – ganadero, colaborando además en diversos temas. El trabajo sobre el sector automotriz fue realizado por Paula Auerbach, Pascual Berrone y Guillermo Acosta. Agradecemos la colaboración de Daniel Semyraz por su aporte sobre aspectos relacionados con la provincia de Córdoba y de Carlos Bonvin en el análisis de temas financieros. Asimismo, agradecemos a Agustín de la Reta y Orestes Lucero por el diseño y diagramación del material del IIE. Marcelo Sappia prestó su apoyo operativo como Gerente de la Institución. La coordinación y edición final del informe y su posterior seguimiento fue responsabilidad de Luciana Targi a quien agradecemos especialmente. La información e interpretación de los hechos incluidos en el mismo, así como también los errores cometidos son exclusiva responsabilidad de los autores.
Javier Koroch Raúl Hermida
Jefe de Investigación Director
Instituto de Investigaciones Económicas
15 de diciembre de 1998