CAPTULO 1-ASPECTOS MACROECONMICOS

CAPÍTULO 1: ASPECTOS MACROECONÓMICOS

 

Argentina se ha encontrado desde mediados de 2006 con excelentes precios internacionales de los commodities, lo que ha llevado a que en ciertos años los términos de intercambio sean los más altos de la historia. Esta tendencia, al contrario del pasado, se ha mantenido relativamente estable por los últimos ocho años. A pesar de ello, las desacertadas políticas económicas han llevado al país a una situación angustiante. Los dos flancos débiles son el gasto público ineficiente y la debilidad externa, dada no por lo que se deja de exportar, sino por aquellos dólares que no vienen, ya sea en forma de inversión extranjera directa o para refinanciar vencimientos de deudas. Pero, las medidas de fines de 2013, principio de 2014 le han otorgado tiempo al gobierno para poder ajustar variables críticas y no llegar a una crisis inmediata. Los puntos que aún quedan por ver son como encaran la eficientización del gasto público y convencer a los mercados externos de que han cambiado para así obtener deuda fresca, la cual tendría incentivos a financiar inversiones en energía, minería e infraestructura. Pero la deuda más difícil de zanjar es la institucional, social y educacional.

  

1.1 Introducción

Durante 2013, la economía mundial se ha caracterizado por países desarrollados que registraron signos de mejora en su actividad económica, lo que sugiere que lo peor de la crisis ya ha sido resuelto. 

Por otro lado, las economías emergentes han experimentado un menor dinamismo en relación a años anteriores. Así, a partir de 2014 se espera que las primeras comiencen a incrementar su contribución al crecimiento mundial, recuperando parte del terreno perdido luego del estallido de la crisis.

Los factores explicativos de la peor performance relativa de los países emergentes en 2013 responden a cuestiones de orden estructural como así también coyuntural. Entre los factores estructurales se puede citar, por ejemplo, la necesidad de la República Popular China de virar hacia un modelo de crecimiento basado en el consumo y la existencia de cuellos de botella en la industria en Brasil. En cuanto a los factores coyunturales, las economías mencionadas se han visto fuertemente afectadas por condiciones más restrictivas y volátiles en el mercado financiero mundial. La causa principal de esto último ha sido la estrategia “flight to quality” llevada a cabo por los agentes financieros como consecuencia del temor impuesto por la Reserva Federal de los Estados Unidos acerca de un posible recorte en los estímulos monetarios a partir del mes de mayo, el cual se materializó en diciembre. De esta forma, los agentes optaron por refugiarse en activos más seguros, como los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, generando una gran salida de capitales en las conomías emergentes, fuertes depreciaciones de sus monedas, encarecimiento del crédito, etc.

En relación a Argentina, no ha sufrido los problemas mencionados. En primer lugar, no se ha visto expuesta a las condiciones adversas mencionadas, ya que no se encuentra inserta en el  mercado de capitales internacional. En lo que refiere a la evolución del producto bruto interno, Argentina ha experimentado una tasa de crecimiento económico superior en 2013 a la observada en 2012, año en el cual la economía permaneció estancada. Lo anterior se refleja, tanto en el desempeño de indicadores públicos, como así también privados. Así, el Estimador Mensual de Actividad Económica elaborado por el INDEC (EMAE-INDEC) creció 4,9% en 2013 mientras que doce meses antes se expandió tan sólo 1,8%. En el caso del Índice General de Actividad elaborado por la consultora Orlando J. Ferreres (IGA-OJF), las tasas de variación se ubicaron en 3,2% y -0,5% respectivamente. Por el lado de la oferta, los sectores con mayor contribución al crecimiento fueron la intermediación financiera, servicios personales, hoteles y restaurantes, agricultura y ganadería e industria.

Durante 2013, la economía argentina ha reafirmado la preponderancia del consumo por sobre los demás factores de demanda (inversión y exportaciones netas), ratificando el enfoque hacia el mercado interno. Adicionalmente, la economía se enfrenta a mayores restricciones de oferta generadas principalmente por un nivel de inversión que representa una menor proporción del producto bruto interno que hace unos años atrás, una retracción en el nivel de inversión extranjera directa, un mayor envejecimiento en los equipos físicos de producción, entre otros. De esta forma, la presión en el mercado de bienes toma cada vez mayor importancia, reflejándose en el nivel de precios.

Otro de los problemas estructurales a los que se enfrenta la economía argentina es el excesivo y creciente déficit público. En 2013, el resultado financiero del Sector Público fue de -$64.477 millones mientras que el déficit primario ha sido de $22.479 millones. Si a este último se le resta las rentas de la propiedad provenientes principalmente del BCRA y ANSES, alcanza los $81.738 millones, es decir, un 147% superior al de 2012. De esta forma, queda en evidencia la importancia de los fondos provenientes de otras entidades públicas para el Sector Público.

La gran necesidad de financiamiento por parte del gobierno, repercute en la emisión monetaria llevada a cabo por el BCRA y esta, en la evolución del nivel de precios. Así, mientras que en 2012 el sector público explicó la emisión de $47.495 millones, en 2013 lo hizo por $94.082 millones.

La alta tasa de inflación experimentada en 2013 ha afectado a la economía a través de un gran número de canales, entre los que cabe mencionar: contracción del 4,6% en el salario real, pérdida de reservas, aumento en la cotización del tipo de cambio informal y en la brecha cambiaria, etc. Además, el fuerte atraso cambiario derivado de altas tasas de inflación y de un tipo de cambio prácticamente estable, llevó a la economía argentina a experimentar un menor nivel de competitividad, un mayor drenaje de reservas, mayor inestabilidad económica, entre otros.

Frente a los graves problemas mencionados, el gobierno adoptó una serie de medidas de tinte ortodoxo  con  la  intención de solucionar  los  problemas  descriptos.  Así,  luego  del  cambio  de gabinete ocurrido en noviembre, se experimentó una aceleración en la tasa de devaluación, la cual alcanzó su máximo valor en enero de 2014 con un crecimiento del 16% en tan sólo dos días. 

Adicionalmente, el gobierno implementó una política de fuerte aumento en las tasas de interés para descomprimir el mercado cambiario y el de bienes  quitando presión a  la cotización de la moneda extranjera y al nivel de precios de la economía. Otro componente de la política monetaria restrictiva, llevada a cabo por la autoridad monetaria, ha sido la contracción de la base moetaria, principalmente a través de sus títulos, con el objeto de disminuir el exceso de liquidez.

Si bien las medidas mencionadas se dirigen por el camino correcto, aún deben tenerse en cuenta un gran número de problemas. En otras palabras, resulta de vital importancia que el gobierno adopte un programa integral de política económica tendiente a solucionar los  problemas de fondo  que  acechan  a  la  economía  argentina,  entre  los  cuales  cabe mencionar,  la  existencia de cuellos de botella en sectores productivos primarios, el abultado y creciente déficit de las cuentas públicas, la aceleración en la tasa inflacionaria, la baja creación de empleo registrado, el estancamiento en la distribución de la riqueza, entre otros. 

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