DETERMINANTES DE UN BUEN DESENVOLVIMIENTO EXPORTADOR
3.5 DETERMINANTES DE UN BUEN DESENVOLVIMIENTO EXPORTADOR
De acuerdo a la teoría económica, un tipo de cambio real alto puede contribuir a un comportamiento ascendente de las exportaciones. En Argentina, contrariamente a lo que ocurre en otros países, dichas variables no están muy altamente correlacionadas. Para mostrar la escasa relación entre las ventas externas y el tipo de cambio real en Argentina se construyó el Gráfico 3.33 que indica la evolución de esas variables para el período 1960-2003.
En el período que va desde 1960 a 1980 se producen tres picos en el valor del tipo de cambio real que no fueron acompañados por fuertes crecimientos de las exportaciones, produciéndose el más elevado de ellos en 1975 cuando el valor exportado cayó un 25%. A partir de allí, las ventas externas comienzan a incrementarse considerablemente y el tipo de cambio presenta valores cada vez más bajos, llegando a 0,57 $/U$S en 1980. Otra disparidad ocurre en 1982 cuando se dispara el tipo de cambio real con un incremento del 138%, al tiempo que las exportaciones disminuyen un 17%. Solamente en el período 1985-1990 puede notarse un comportamiento similar de las dos variables. El mayor crecimiento en materia de exportaciones se produjo en la década del noventa cuando, a pesar de tener un peso sobrevaluado, había estabilidad en el tipo de cambio. En ese período las exportaciones crecieron continuamente hasta 1997, se mantuvieron estables el año siguiente y cayeron un 12% en 1999.
En Argentina, la estabilidad del tipo de cambio real es más importante que un valor elevado del mismo para el crecimiento de las exportaciones. La falta de correlación directa entre ambas variables refuerza el punto de vista de quienes sostienen que la teoría no es válida para todos los casos. Existen oportunidades en que un tipo de cambio alto, como consecuencia de la incertidumbre implicada en una situación económica inestable, no constituye ningún incentivo para exportar con continuidad e insertarse en los mercados internacionales en forma permanente. Un tipo de cambio alto favorece la rentabilidad de la producción y la exportación, sin embargo la devaluación de 2002 no fue suficiente para generar un salto en las cantidades vendidas al exterior. Aquél año los volúmenes exportados bajaron el 1%, en 2003 se recuperaron un 5%, pero en la primera mitad de 2004 el crecimiento de las mismas fue nulo. Sin duda un tipo de cambio alto, para lograr una situación más competitiva, necesita además ser estable y creíble.
A través de la Inversión Extranjera Directa (IED) las actividades de las empresas transnacionales pueden revestir vital importancia para el desarrollo de los países. Mediante las IED las empresas transnacionales proporcionan un conjunto de ventajas y de potencialidades que pueden contribuir sustancialmente al desarrollo sostenido de los países receptores, por ejemplo, aumentando las exportaciones de productos con alto valor agregado.
En la década del 90, el flujo de Inversión Extranjera Directa a nivel internacional se volcó hacia los países en desarrollo. En 1990 dichos países representaban el 17,7% de la IED mundial y para el año 1995 lograban un 35,5%, a pesar de la crisis de México. En este marco, Argentina y Brasil como países emergentes, fueron grandes beneficiarios: la participación de ellos como región pasó del 1,2% al 3% en 1995 y al 3,1% en 2002. Muchas de estas inversiones se canalizaron a sectores exportadores, mejorando el desempeño en el comercio internacional de éstos. El 2003, sin embargo mostró una reducción de la IED regional (Argentina y Brasil) del 49,4% con respecto al bienio 2001-2002 y del 77,8% respecto al período 1999-2000. Debe destacarse que la caída en la recepción de IED en la región en los últimos tiempos no fue proporcional en ambos países, siendo Argentina la más perjudicada.
Existieron grandes diferencias entre Argentina y Brasil en el crecimiento de los volúmenes físicos exportados luego de las devaluaciones de sus monedas. El incremento acumulado del volumen físico de las ventas externas argentinas hasta el segundo año posdevaluación fue del 5,7%, mientras que en el caso de Brasil dicho crecimiento fue sustancialmente mayor: 17,81%. Esta diferencia puede explicarse porque Brasil recibió más de U$S 60.000 millones durante los dos años siguientes a la devaluación de su moneda, mientras que Argentina alcanzó a acumular sólo el 2% de ese monto.