ASPECTOS ECONÓMICOS Y SOCIALES DE ARGENTINA

CAPITULO 1: ASPECTOS ECONÓMICOS Y SOCIALES DE ARGENTINA 

 

El propósito de este capítulo es presentar los principales rasgos de la situación Argentina a lo largo de los últimos cien años. Si bien a principios del siglo pasado el país estaba dentro de los más desarrollados, el crecimiento del producto per cápita ha disminuido notablemente en las últimas décadas. Entre los factores que mayor influencia tuvieron en esta situación, podemos mencionar el deterioro en algunos aspectos institucionales,  que son claves para el desarrollo económico sustentable. Si bien Argentina aún conserva el mejor puesto de Latinoamérica en el Índice de Desarrollo Humano, la crisis social, económica y política de los últimos años está afectando esta posición.

 

1.1 El crecimiento en los últimos cien años

A comienzos del siglo XX la economía Argentina era considerada como una de las más avanzadas del mundo con un producto per cápita casi igual que a de Alemania, Holanda y Bélgica y superior a los de Austria, España, Italia, Suiza, Suecia y Noruega1. Durante muchos años lideró el desarrollo económico en la región, ubicándose en los primeros lugares, cuando se consideraban indicadores que miden el comportamiento económico, social y cultural de una nación, tales como PBI per capita, alfabetismo y esperanza de vida al nacer.

Esto se refleja en el Cuadro 1.1, aquí se advierte claramente que el crecimiento del producto percápita en los primeros treinta años del siglo fue, en Argentina, uno de los mayores del mundo, alcanzando el 4,5% promedio anual. En los cincuenta años previos a la Primera Guerra Mundial se produjo uno de los crecimientos más altos en un lapso tan prolongado. En este período, la producción y las exportaciones del sector rural se expandieron junto al sistema ferroviario, en tanto que la inmigración de mano de obra y capital suministró otros insumos necesarios (Diaz Alejandro, 1975). A partir de la década del treinta, se produjo una desaceleración del crecimiento que alcanzó el 2,9% promedio anual en los treinta años siguientes, 2,4% entre 1960 y 1980 y 1,4% para los catorce años después  de 1980. A su vez, este crecimiento fue menor en términos relativos a la mayoría de los países considerados. 

En la última columna del Cuadro 1.1 se presentan estimaciones de crecimiento elaboradas por el Fondo Monetario Internacional,  a partir de las cuales se puede comprobar que en los últimos doce años el crecimiento del PBI pc argentino fue muy inferior al de los países de la muestra.

Aquí también se destaca el impresionante crecimiento de economías como la japonesa y la coreana que alcanzaron el 10,8% y 15,9% promedio anual respectivamente. Diversas comparaciones tales como las que se presentan en el Cuadro 1.2 también confirman estas tendencias del crecimiento de Argentina en relación a otras regiones del mundo. Si consideramos los cambios por década observamos que: entre los ´60 y los ´70 el crecimiento anual promedio en Argentina fue similar al de América Latina, pero muy inferior al de otra regiones como Asia del Este y levemente superior al de los países del África Sub-Sahara. Por su parte, entre los ´80 y los ´90 la caída del PBI per cápita fue mayor en Argentina que en el promedio para América Latina e incluso que países del África.


1   Michael Mulhall, nombrado en Diaz Alejandro (1975) 


 

 Como resultado de estas tendencias, en los últimos 42 años el crecimiento del PBI pér cápita en Argentina ha sido inferior al crecimiento promedio de todas las regiones consideradas. Esto es especialmente importante si se considera que en América Latina la década de los ochenta se considera una «década perdida» en materia de crecimiento y a  partir de 1997 se verificó un período de estancamiento, recesión y depresión2

Esta situación se puede apreciar en forma más clara comparando los Gráficos a continuación que muestran la evolución de un Índice del Producto pér Capita con base en 1900=100. A través de estas series podemos observar la diferencia en el crecimiento a lo largo de los últimos cien años de Argentina en relación a un grupo de países de América Latina (Grafico 1), países desarrollados (Gráfico 1.2) y por último Japón y Corea del Sur (Gráfico 3) cuyos crecimientos han sido extraordinarios en los últimos treinta años.


2   Stiglitz, J. (2003)


 En el primer caso, se destaca el gran crecimiento de Brasil a partir de los años 60, y de Chile desde mediados de los ochenta. En Argentina, por el contrario, el índice de PBI per capita se encuentra en niveles similares a los de comienzos de los setenta.

En relación a países como Canadá y Estados Unidos la gran diferencia comienza a partir de los años cuarenta, antes de la Segunda Guerra Mundial, mientras que con países europeos como Francia la brecha de crecimiento comienza a ampliarse a partir de los cincuenta. Por último, la comparación con países asiáticos nos muestra que la gran diferencia del crecimiento argentino en relación a Japón comienza luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, mientras que el gran crecimiento de la República de Corea se verificó recién a mediados de lossetenta.

El proceso de crecimiento del producto per capita argentino ha sido motivo de preocupación y estudio a lo largo de las últimas ediciones de este libro. Así, en la edición 2000 se resaltó el hecho de que sólo en tres períodos de la historia, el crecimiento acumulado durante diez años seguidos, superó el nivel del 35%. El primero fue en el período 1885-1910, el segundo en 1918 27, al acelerarse el proceso industrial argentino debido a las dificultades que ocasionó la Primera Guerra Mundial y el último a fines de la década del 60 cuando el desarrollo económico contó con el impulso de la industria automotriz3

Por su parte, en la edición 2001, se presentaron algunas de las hipótesis más relevantes sobre las causas de este escaso crecimiento en las últimas décadas. Allí se destacó que variables institucionales  y  de  política  económica  explicaban  una  parte  sustancial  del  diferencial  de  crecimiento entre países latinoamericanos y los del este asiático. Estas variables incluían aspectos como el consumo público, la seguridad jurídica, la tasa de inflación, la democracia y la apertura comercial4.

Finalmente, en la edición 2002, se analizó la evolución del PBI per cápita argentino a lo largo de la historia y se detallaron las causas de las principales crisis que debió afrontar el país. En esa ocasión se destacaron particularmente las grandes disparidades regionales en Argentina y el desafío de modificar esta estructura, proponiendo la regionalización como un importante factor de desarrollo5.

En la presente edición, se pretende completar los informes anteriores haciendo especial hincapié en un aspecto que, a nuestro juicio, es clave en la explicación del deterioro en Argentina. Nos  referimos  a  los  «aspectos  institucionales»  que  caracterizaron  al  país  en  los  últimos  años. Esto se sustenta en el hecho de que, la mala actuación del gobierno o el escaso desarrollo de instituciones que promuevan el crecimiento, pueden conducir a malos resultados macroeconómicos. Un bajo nivel de vida puede ser resultado de falta de credibilidad del gobierno, incompetencia para  proteger  derechos  de  propiedad,  poca  libertad  civil  y  política,  gran  nivel  de  corrupción, dependencia del sistema judicial al poder político e incumplimiento de las leyes, entre otros. 

 

1.2. Algunos aspectos institucionales 

Como se comentara anteriormente, Argentina, a pesar de ser un país rico en recursos humanos y naturales, no ha logrado recobrar la prosperidad que la caracterizaba a comienzos del siglo pasado.  Entre las principales teorías que explican este fenómeno se encuentra la denominada «Nueva Economía  Institucional»,  que  analiza  la  situación  imperante  en  un  determinado  país  o  región  considerando factores institucionales como la vigencia de derechos individuales y de prácticas democráticas,  o libertad con la que cuentan sus habitantes. Según esta corriente, para entender el funcionamiento de la economía de un país, es necesario un amplio conocimiento del contexto institucional en el cual se desenvuelve la misma. Saiegh y Tommasi (1998) explican que esta visión analiza actitudes, elecciones y expectativas del individuo dentro de restricciones impuestas por el contexto institucional, teniendo en cuenta la existencia de oportunismo, esfuerzos realizados para engañar y confundir, los cuales pueden conducir a resultados poco beneficiosos para la economía del país en su conjunto. Estos comportamientos oportunistas serán desincentivados únicamente a través de la puesta en vigor de los contratos realizados entre los distintos agentes.


3   El Balance de la Economía Argentina: Un Enfoque Regional, 2000, Capítulo 1

4   El Balance de la Economía Argentina: Un Enfoque Regional, 2001, Capítulo 1

5   El Balance de la Economía Argentina: Un Enfoque Regional, 2002, Capítulo 11


 

Es por ello que, de no contar con un sistema que regule los mismos, las actividades económicas, caracterizadas por el intercambio de derechos de propiedad entre individuos se encontrarán ante altos costos transaccionales que dificultarán el desarrollo de la actividad económica. 

Entre  los  indicadores seleccionados  para  poder analizar  algunos  de  estos aspectos  se  consideró  eldenominado   Polity   IV6que  evalúa  los  cambios políticos    ocurridos    en varios  países  del  mundo  a lo largo de su historia. Este indicador  resume  conceptos como son la competitividad  y  la  apertura  imperante en la elección del jefe ejecutivo y los límites que les  son  impuestos,  asimismo, considera la participación política de la ciudadanía.  Cuenta  con  un  rango de  variación  que  va  desde –10 (total autocracia) a 10 (perfecta      democracia). Mientras  el  indicador  es igual  o  mayor  a  8  (ocho), se  considera  que  existe plena   democracia,   y   se califica  a  un  régimen  de autocrático  siempre  que sea  igual  o  se  encuentre por debajo de 0 (cero)7

En  los  Gráficos  1.4  y 1.5  se  presenta  la  evolución  de  este  indicador  en los últimos cien años para Argentina, Canadá y Australia,   y   para   Brasil   y Chile respectivamente.

 


6   Este indicador es elaborado por el Centro para el Desarrollo Internacional y la Gestión de Conflictos de la Universidad de Maryland. Este indicador es escogido debido a que cuenta con un análisis institucional de largo plazo.

7   Las calificaciones se computan para el 1ro de enero del año siguiente de realizada la evaluación. Las líneas punteadas corresponden a gobiernos de transición.


Como se aprecia en el Gráfico 1.4, se contrastan los valores obtenidos para Argentina con los correspondientes  a  Canadá  y Australia.  Esta  comparación  se  realiza  debido  a  que  estos  países poseen  una  fuerte  orientación  de  su  estructura  económica  a  los  sectores  agropecuario  y  agroindustrial al igual que la Argentina, lo que motivó a que, en distintos momentos de nuestra historia económica, se los haya utilizado como ejemplo de modelo a aplicar. Otra de las economías que la Argentina tomó como modelo es la de Nueva Zelanda, que también muestra valores muy elevados del indicador. Sin embargo, es posible observar el gran contraste en cuanto a desarrollo de la democracia cuando se compara con nuestro país.

Desde comienzos de siglo XX hasta 1930, Argentina contó con valores positivos de este indicador, aunque sin superar los dos puntos. La primer gran caída se registró en 1930, durante el primer gobierno de facto, donde asumió el poder José Félix Uriburu (1930-1932). Luego, con la recomposición de la democracia el valor del indicador aumentó, aunque no consiguió mantenerse debido a la nueva interrupción del régimen. El indicador fluctuó durante cincuenta años, prevaleciendo los valores negativos hasta 1983 cuando regresó la democracia con Raúl Alfonsín (1983-1989). A partir de esta fecha, el indicador se ha mantenido estable y cercano a los 8 puntos, excepto en parte del gobierno de Carlos Menem (1989-1999) donde descendió a 7 puntos.

Cuando se contrasta el desempeño de Argentina con Brasil y Chile, se observa que si bien estos últimos son países que han presentado inestabilidades, las mismas son menos marcadas queen el caso de nuestro país.

 

1.2.1 Relación entre indicadores institucionales e Ingreso

Existen diversos indicadores que miden el desarrollo institucional de un país, estos evalúan aspectos como el nivel de democracia, los derechos políticos y civiles, el grado de libertad y de corrupción, etc. Los mismos pueden ser de carácter objetivo o subjetivo. Las mediciones de carácter  objetivo  como  la  frecuencia  de  elecciones,  el  número  de  votantes,  el  año  en  que  la mujer recibió el derecho a votar, entre otros, miden aspectos muy relevantes para el análisis de los factores institucionales, pero no reflejan otros aspectos como la celebración de elecciones sin que se produzca un cambio en el poder o la falta de respeto por libertades civiles o personales. Estos aspectos, que son sumamente importantes, son de carácter subjetivo y pueden dar lugar a desacuerdo o percepciones tendenciosas, por lo que no existe un instrumento para su medición que no sea ambiguo o controvertido. El detalle de estos indicadores puede consultarse en el Anexo al capítulo 1.

Es de singular importancia examinar la existencia de una relación entre estos indicadores y el nivel de ingreso per cápita. Esta relación puede verificarse debido a que son las instituciones las encargadas de establecer reglas para el funcionamiento de la economía. North (1990) argumenta que las instituciones afectan el desempeño económico a través de su impacto sobre los costos de intercambio y producción. Las instituciones tienen una gran influencia sobre la incertidumbre, al proveer una estructura a la vida diaria, ya que definen y limitan las decisiones de los individuos. 

La relación entre estos indicadores institucionales subjetivos8 y el nivel de ingreso per cápita se representa en el Gráfico 1.6 para 150 países. En todos los casos se observa que existe una relación positiva entre desarrollo institucional y el nivel de ingreso per cápita. Mientras mayor sea el desarrollo de las instituciones, el respeto por las leyes, la calidad regulatoria, entre otros aspectos, mayor se espera que sea el nivel del ingreso per cápita de dicho país.


8   Se consideran indicadores realizados por un equipo del Banco Mundial integrado por Kaufmann, Kraay y Zoido-Lobatón, a través de una recopilación estadística de percepciones acerca de la calidad de la gobernabilidad. Los datos que se presentan proceden de una encuesta realizada tanto en países industriales como en desarrollo, y en organizaciones no gubernamentales, agencias de determinación de riesgos comerciales, y gabinetes de estrategia.


 1.2.2. Indice agregado institucional

Sobre la base de los indicadores subjetivos de desarrollo institucional anteriormente mencionados, se procedió a la generación de un indicador agregado. El mismo surge de realizar un promedio simple entre los que componen cada uno de los agregados institucionales considerados (Vigencia de prácticas democráticas, Imperio de la ley y efectividad del gobierno y Grado de corrupción) y luego un segundo promedio simple de los resultados obtenidos para los distintos agregados, lo cual fue realizado una vez homogeneizada la información. Este índice agregado se estimó a partir de 1996, y varía entre 1 que significa el caso más crítico de desempeño institucional y 10 para el mejor desempeño9


9   Se le otorgó igual ponderación a cada uno de los agregados, lo cual si bien es una decisión subjetiva, se buscó ubicarse en un punto medio, a partir del cual pueden realizarse modificaciones en caso de querer darle mayor importancia a alguno de los agregados en particular.


 De acuerdo a este indicador,  las  posiciones  relativas  correspondientes  a cada uno de los países analizados  se  han  mantenido relativamente  constantes entre  1996  y  2002.  Chile ha  sido  el  país  con  mejor desempeño   institucional durante  todos  y  cada  uno de  los  años  de  acuerdo  a este índice agregado, Uruguay  ha  sido  el  segundo, seguido  en  forma  decreciente por Brasil, Bolivia y Argentina.  Finalmente,  el que se encuentra en la peor ubicación  a  lo  largo  de todo  el  análisis  es  Paraguay. En el Gráfico 1.7, Brasil presenta una posición media, sin embargo se observa un mejoramiento relativo a lo largo de los años. En el caso de Argentina, el indicador decrece durante el período analizado, especialmente a partir del año 2000, lo cual hace que pierda posición relativa entre los países considerados, hasta ubicarse en la cuarta posición, detrás de Bolivia para el 2002.

 

la  relación  existente  entre el  nivel  de  ingreso  per cápita y el valor del índice agregado.  Se  observa  que Argentina  cuenta  con  un ingreso alto y con una calificación institucional baja, ubicándose  por  debajo  de la  línea  de  tendencia.  Por este motivo, se espera que, si    Argentina    continúa manteniendo esta calificación en el futuro, el ingreso  y  el  nivel  de  bienestar de  los  habitantes  tenderán a disminuir.

Si lo que desea es mantener el nivel actual, o aumentarlo, deberán llevarse a cabo serias reestructuraciones de las instituciones y organizaciones que rigen las relaciones entre los individuos.

Existen una gran diversidad de instrumentos y políticas que pueden ser utilizadas para modificar las instituciones y de esta manera lograr un mayor nivel de transparencia, vigencia de prácticas democráticas y disminución la corrupción. 

Una institución fundamental que debe considerarse es la estructura federal de un país. Para el caso de Argentina, ésta es una de las instituciones que se encuentra más severamente dañada, como bien se explicará en el Capítulo de Alianzas Intraregionales. Es por este motivo que sobre la base de una mejora en este régimen, una de las alternativas posibles, que se propone y se enfatiza en el desarrollo de este libro, es la regionalización y más particularmente la integración entre distintas regiones tanto del país como de otras naciones (Inter-regionalización). 

Esta propuesta demanda gran cantidad de cambios, entre ellos se pueden mencionar el establecimiento de reglas claras para el comercio y el intercambio de bienes, la puesta en práctica de normas que compatibilicen aspectos como control de la corrupción, lavado de dinero, entre otros.

Mientras mayor sea la integración institucional, más profunda puede ser la comercial, a la vez que, un aumento del intercambio comercial, crea la necesidad de aumentar la integración institucional. Es por este motivo, que la integración comercial no debe ignorar caracteres de tipo institucional.

 

1.3. Situación social 

Como se comentara anteriormente, en los últimos años Argentina se ha caracterizado por un escaso crecimiento de su producto per cápita. A su vez, si bien se han producido importantes avances en materia de democracia y el indicador Polity IV se estabilizó en los ocho puntos, otros indicadores subjetivos que reflejan aspectos institucionales muestran un claro desmejoramiento en  los  últimos  años10. Asimismo,  el  deterioro  de  los  indicadores  sociales  ha  sido  alarmante, actualmente un alto porcentaje de personas carecen de las condiciones mínimas para llevar una vida digna, existe gran cantidad de niños que no reciben la nutrición adecuada y de adultos que no logran insertarse en el mercado laboral o que no consiguen un trabajo decente. En esta sección se resumen los principales indicadores sociales a lo largo de las últimas décadas. Como aproximación al nivel de bienestar o desarrollo de una sociedad, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) elabora lo que se conoce como el Indice de Desarrollo Humano (IDH). Este indicador utiliza y pondera tres indicadores: longevidad estimada en función de la esperanza de vida al nacer; nivel educacional, calculado en base a la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta de matriculación combinada entre primario, secundario y terciario11; y en tercer lugar considera el nivel de vida,  medido por el PBI real per cápita.

Según el Informe para el Desarrollo Humano elaborado en el 2003, el mundo enfrenta una profunda crisis de desarrollo. Particularmente en América Latina y el Caribe, aproximadamente la mitad de los países experimentaron un retroceso o un estancamiento en los ingresos durante la década de los noventa. También se destaca el caso de Brasil ya que ha sido uno de los países que más incrementó su IDH por su esfuerzo en materia de educación.

La  evolución  de  este  indicador  se  presenta  en  el  Gráfico  1.10.  Como  se  puede  apreciar, Argentina se encuentra entre los países de alto desarrollo humano y en relación a América Latina es uno de los países mejor posicionado, ocupando el lugar 34 a nivel mundial12. Esto puede deberse a que en los tres indicadores Argentina presenta buenos estándares promedio, es decir, sin considerar las diferencias entre sus provincias13. Sin embargo, el indicador de desarrollo ha experimentado una escasa mejoría en los últimos años.


10  Ver Apéndice I

11  La tasa de alfabetización tiene mayor ponderación que la tasa bruta de matriculación.

12  Es importante destacar que, lamentablemente, la comparación intertemporal de este indicador no es del todo correcta. Esto se debe principalmente al hecho que las dimensiones consideradas para su cálculo se fueron modificando a lo largo de los años y la última modificación fue introducida en 1999. Asimismo, hasta el año 1994 una de las principales críticas era que en su medición se incluían valores extremos de algunos indicadores que cambiaban cada año, por lo que un cambio en el IDH podría deberse exclusivamente a variaciones en los valores extremos y no a modificaciones reales en el desarrollo humano.

13  Un detalle del IDH por provincias se puede leer en el Capítulo de Pobreza y Distribución del Ingreso.


Un  país  que  merece  especial atención  es  Chile,  aquí  la  mejora en las condiciones de vida ha sido significativa. El IDH se incrementó de 0,70 en 1975 a 0,83 en el año 2001. Por su parte, Brasil es el que presenta menor nivel de desarrollo humano de la región, aunque con una  importante  mejora,  como  se mencionara anteriormente. Entre  las  regiones  destacadas por  su  avance  en  el  desarrollo humano  se  encuentran  los  países del  Asia  Oriental,  los  cuales  han hecho progresos rápidos y sostenidos en los tres indicadores considerados. En el Gráfico se observa la  evolución  de  Republica  de Corea y Malasia.

Entre  los  países  desarrollados, Canadá es uno de los que se mantiene en los primeros puestos junto con Noruega, Suecia y Australia. En el año 2000, los líderes de 189 países acordaron promulgar los objetivos mundiales de desarrollo conocidos como Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Los mismos abarcan desde invertir y detener la propagación del VIH/SIDA y otras enfermedades, hasta conseguir la educación primaria universal. En relación a la pobreza, lo que se pretende es sacar a millones de personas de esta situación para el año 2015, específicamente, se intenta reducir a la mitad, la proporción de la población que vive con menos de un dólar diario14. Sin embargo, en América Latina el proceso de superación de la pobreza se encuentra estancado desde 1997.  En el caso de Argentina la situación ha sido más crítica ya que en los últimos años se produjo un marcado deterioro en las condiciones de vida de la población. En efecto, solo en tres años, entre 1999 y el 2002 la pobreza en los hogares se duplicó pasando de 23,7% a 45,4%, mientas que la indigencia se triplicó (de 6,7% a 20,9%). En el caso de Brasil, la variación del porcentaje de personas pobres ha sido muy pequeña en los últimos años aunque se mantiene en niveles elevados. Por su parte México ha logrado reducir el porcentaje de pobres debido a los cambios en las zonas rurales (ver Gráfico 1.10).

Esta situación incide en el cumplimiento de la meta de reducción de la pobreza extrema según los ODM. Un estudio reciente evaluó las posibilidades que tendrían dieciocho países de América Latina de alcanzar la meta de reducción de pobreza15. En el caso de Argentina se estimó que para el 2015 cumpliría con dicho objetivo, pero estas estimaciones no tuvieron en cuenta la profunda crisis de los últimos años. A su vez, el informe establece claramente que la disminución de la desigualdad del ingreso es un factor clave para reducir la pobreza. Según el estudio «en la mayoría de los países bastaría que el Coeficiente de Gini bajara uno o dos puntos para que la pobreza se redujera en igual medida que en varios años de crecimiento económico positivo».


14  Ver CEPAL (2003) y PNUD (2003)

15   CEPAL, IPEA y PNUD (2003) El interrogante que se plantea es si en el año 2015 cada país habrá logrado disminuir a la mitad la tasa de pobreza extrema que registraba en 1999, respecto de una línea internacional de pobreza que corresponde a un dólar diario, y de una línea de pobreza específica para cada país.


 Sin embargo, en los últimos años la distribución del ingreso no ha mejorado en Argentina. Al igual que en otros países de América Latina, entre 1990 y 1999, se produjo un importante deterioro distributivo. En el Gráfico 1.11 se presenta la variación del Coeficiente de Gini (CG) en estos años16. Como se puede apreciar, en este período la desigualdad disminuyó en Uruguay y Colombia (aunque aquí existe una distribución muy inequitativa de la renta) y se mantuvo casi constante en México y Chile. La desigualdad aumentó en Argentina, Paraguay, Venezuela y Brasil, siendo este úlitmo, el país con mayor desigualdad de la región.

Por otra parte, los principales indicadores de salud de Argentina en relación a otros países han sido ampliamente desarrollados en la edición 2002 de este libro. Aquí se detalla el importante avance de Argentina en la reducción de la mortalidad infantil y el incremento en la esperanza de vida, aunque con especial hincapié en las disparidades regionales del país.

 


16   El mismo es un indicador de concentración del ingreso, mientras más cercano a cero sea más equitativa será la distribución de la renta en una región, y por el contrario, esta será más concentrada mientras más cercana a 1 sea el CG.


 Las proyecciones de esperanza de vida17  se presentan en el Gráfico 1.12, éstas parecen ser optimistas tanto en Argentina como en los países latinoamericanos considerados, especialmente Brasil cuya esperanza de vida pasaría de 63 años en el quinquenio 1980/85 a 70,7 en el 2002/10.

Un aspecto que no puede dejar de comentarse es el tema del hambre y la seguridad alimentaria en América Latina, al cual dedica especial atención el último informe del Panorama Social que elabora la CEPAL. Se afirma que ambos fenómenos están estrechamente relacionados con la pobreza extrema, pero que no se confunden con ella. Entre las múltiples carencias que enfrentan los pobres, la falta de alimentos es, por sus consecuencias, la más grave. Según el informe, se  estima  que  a  fines  de  la  década  pasada  (1998-2000)  casi  55  millones  de  latinoamericanos sufrían algún grado de subnutrición y la situación desde principios de la década solo mejoró levemente.  Debido  a  que  los  efectos  de  la  falta  de  alimentación  adecuada  son  irreversibles,  esta carencia constituye uno de los principales mecanismos de transmisión intergeneracional de la pobreza y la desigualdad.

Una de las causas de esta grave situación social ha sido el importante deterioro en las condiciones del mercado laboral en los últimos años en varios países de la región. Esto se reflejó no solo a través de mayores tasas de desempleo, sino también a traves de mayor duración de la desocupación  y de una menor calidad del empleo. Se estima que más del 70% de los empleos generados en la década de los noventa correspondió al sector informal18.

El Gráfico 1.13 muestra la evolución de la tasa de desempleo en algunos países de Latinoamérica. Se observa claramente que el mayor incremento en el porcentaje de  ersonas desocupadas se registró en Argentina. Por su parte, Chile logro disminuir su alta tasa de desempleo de los ochenta, pero ésta se incrementó nuevamente a fines de la década19.


17   Número promedio de años que se espera vivirá un recién nacido, si en el transcurso de su vida estuviera expuesto a las tasas de mortalidad especificas por edad y por sexo prevalecientes al momento de su nacimiento, para un año especifico en un determinado país, territorio o área geográfica.

18   CEPAL (2002) «Globalización y Desarrollo» citado en Stigliz (2003)

19   Más detalles del mercado laboral en la región se puede consultar en el Capítulo Mercado Laboral.


 A  pesar  del  aumento  del desempleo,   en   los   últimos veinte años se verificó un avance en los niveles de escolarización de la población económicamente activa. Esto se reflejó en mayor medida en Argentina, aunque  también  aumentaron levemente  en  Chile  y  Brasil.

De  los  países  considerados, este  último  es  el  que  tiene menor  nivel  de  escolarización promedio  de  sus  trabajadores que en el 2000 sólo alcanzabanla  escuela primaria,  mientras que Chile tiene el mayor nivel de educación de sus trabajadores (Gráfico 1.14).  Una de las consecuencias de esta situación social ha sido el ascenso  de  la  criminalidad  en América Latina. Según la encuesta Latinobarómetro 2001, dos de cada cinco entrevistados respondieron que ellos o un miembro de su familia habían sido objeto de un delito en los últimos  12 meses20.

El Gráfico 1.15 muestra la evolución en la década de los noventa de la tasa de homicidios dolosos cada 100.000 habitantes. Se observa que si bien Brasil tiene los mayores valores de este indicador, Argentina también presenta elevados niveles del mismo, sobretodo  cuando se compara con países desarrollados. Mientras que en EEUU la tasa de homicidios fue de 5,5 en el año 2000 y en Canadá de 1,8, en Argentina fue de 7,2, en Brasil de 17,9 y en Chile de 3,0.


20   Kliksberg, B. «Ética y Desarrollo en América Latina. Los desafíos abiertos».


 También es importante tener en cuenta que este indicador es un promedio para todo el país y las diferencias entre las ciudades puede ser aún más marcada, debido a que la delincuencia suele afectar en mayor medida a las grandes urbes. En Argentina, éste es el caso del Gran Buenos Aires y en Brasil de Río de Janeiro y San Pablo. Por último, cabe recordar que, el importante porcentaje del gasto público que estos países deben destinar a la seguridad, podrían ser aprovechados con otros fines. Se estima que Brasil gasta en fondos públicos y privados para seguridad el 10,3% de su PIB21.

 


21   Kliksberg op.cit.


Anexo 1: Análisis de indicadores institucionales

Entre los indicadores institucionales de carácter subjetivo que pueden ser utilizados para mostrar el nivel de democracia o derechos políticos y civiles en los distintos países, se han analizado los siguientes. En esta sección se analizarán distintos indicadores, estableciendo, para cada uno, los resultados para los países considerados en la comparación. 

A1.1. Vigencia de prácticas democráticas

A1.1.1. Indice de libertad22

Freedom House define como derechos políticos aquellas libertades que permiten a las personas participar libremente en el proceso político, y a las libertades civiles como la libertad de desarrollar opiniones, instituciones y auto- nomía personal con independencia del Estado. En el Gráfico A1.1 se muestra la evolución de este índice para los países analizados.

En los últimos años, el indicador de libertad se ha mantenido en una franja entre 1,5 y 3,5, excepto para  Uruguay,  quien  en  los  años 2000,  2001  y  2002  ha  logrado mejorar la misma hasta alcanzar el mínimo  valor  posible.  Brasil  ha mejorado su calificación a lo largo de estos últimos años, al igual que Chile,  quien  ha  pasado  de  2,5  a 1,5  en  la  última  calificación.  En cuanto a Argentina, se ha producido una caída en el indicador en el año 2000/01, aunque en los siguientes años ha mejorado su situación, recuperando la calificación con la que contaba en 1998/99. Sin embargo, se encuentra en una posición de país «Parcialmente Libre». Paraguay ha mantenido estable su desempeño aunque se encuentra en la peor situación relativa entre los países analizados, con una calificación de 3,5 puntos. Bolivia ha presenciado un aumento en el indicador en el último año, pasando de 2 a 2,5 puntos y encontrándose con una  calificación  mejor  que  la obtenida por Argentina.

 A1.1.2. Polity IV23

Uruguay es el país que cuenta con mayor desarrollo de la democracia,  seguido  por  Bolivia  y Chile.  Argentina  se  encuentra  al mismo  nivel  que  Brasil,  siendo Paraguay  el  país    con  el  régimen más autocrático entre los analizados. Como puede advertirse en el Gráfico A1.2, entre los años 1998 y  2000  se  registró  una  disminución del índice, lo cual indica una pérdida de algunas características democráticas que fueron recuperadas inmediatamente. Para el período analizado, el grupo de países considerados como un todo presentó una mejora según este indicador de democracia.


22  La organización internacional no gubernamental «Freedom House» realiza estudios sobre derechos políticos y libertades civiles en el mundo. A partir de 1978, publica «Freedom in the World», una evaluación anual comparativa sobre el estado de los derechos políticos y libertades civiles en 192 países y 18 territorios en disputa. Para determinar los indicadores, se basan en una amplia gama de fuentes, donde se incluyen boletines de noticias extranjeras y nacionales, publicaciones de organizaciones no gubernamentales, análisis académicos y de grupos de reflexión y contactos personales. 

23   Este indicador ha sido analizado en el Capítulo I y recopila información anual sobre características relacionadas al régimen y autoridad de estados independientes con una población mayor a los 500.000 habitantes. 


 

A1.1.3. Voz y responsabilidad

El índice de «Voz y responsabilidad» mide conceptos que incluyen, elecciones libres y justas, libertad  de  prensa,  libertades  civiles,  derechos  políticos,  presencia  de  militares  en  la  política, cambios de gobierno, transparencia, la existencia de información accesible para el sector empresarial sobre las novedades en leyes y políticas, la posibilidad del sector empresarial de expresar sus inquietudes ante cambios en leyes y políticas para 195 países. 

Del  análisis  de  este  índice, se  puede  extraer  que  Chile cuenta  con  el  mejor  desempeño  relativo  entre  los  países analizados,  seguido  por  Uruguay y contando con indicadores cercanos a la unidad. Como puede observarse en el Gráfico

A1.3.  Entre  los  años  1996  y 2002, Brasil, Chile y Uruguay han  presentado  una  mejora  en el   indicador,   mientras   que Argentina, Bolivia y Paraguay han registrado una caída en el mismo.   El   único   país   que cuenta  con  una  calificación negativa es Paraguay.

A1.2. Imperio de la ley y efectividad del gobierno

A1.2.1. Estabilidad política

Este indicador mide las percepciones de la probabilidad de desestabilización, entre las que se encuentran tensiones étnicas, conflictos armados, disturbios sociales, amenazas terroristas, conflictos internos, fragmentación del espectro político, cambios constitucionales y golpes militares, entre otros. Se trata de un agregado de una variedad de fuentes, entre las cuales se incluye Economist Intelligence Unit24, PRS Group25  y Business Environment Risk Intelligence26


24  Economist Intelligence Unit es el líder de los proveedores de inteligencia sobre países. Recopilan y analizan información hace 55 años. Cuenta con más de 500 analistas, editores y corresponsales. 

25  PRS Group ha otorgado información de negocios internacionales por más de 20 años. Cuenta con dos indicadores. Ofrecen información histórica sobre variables de tipo políticas, económicas y financieras

26  Business Environment Risk Intelligence es una fuente privada de calificaciones de riesgos. Entre los componentes se encuentran condiciones económicas, financieras, monetarias, operativas y políticas.


 Mientras  que  Bolivia  se  mantiene con  niveles  negativos  durante  todo  el período,  se  destaca  el  deterioro  de Argentina  y de Paraguay conjuntamente  con  la  mejora  en  el  desempeño  deChile y Uruguay.

 A1.2.2. Eficacia del gobierno27

El  indicador  «Eficacia  del  Gobierno»,  mide  aspectos  como  la  calidad burocrática, el costo de transacciones, la calidad de la atención de la salud pública y la estabilidad del gobierno para 195 países.

En el Gráfico A1.5, es posible observar, que el mayor deterioro en cuanto a este indicador se produjo en Argentina y Paraguay,  mientras  que  para  Bolivia  y Brasil  el  mismo  se  mantuvo  relativamente  constante.  El  mejor  desempeño en  cuanto  a  eficacia  del  gobierno,  de acuerdo a este indicador, corresponde a Chile, seguido por Uruguay.

 

A1.2.3. Calidad regulatoria28

Este indicador analiza factores como la incidencia de prácticas anti-mercado, por  ejemplo:  prácticas  de  controles  de precios, supervisión bancaria inadecuada, regulaciones excesivas en cuanto a aspectos como el comercio exterior y el desarrollo de los negocios. Mientras que Chile y Brasil mejoran su calidad regulatoria, según el indicador del Banco Mundial, se observa en el Gráfico A1.6 un gran deterioro del indicador  para  Argentina,  Bolivia  y  Paraguay. Argentina ha pasado entre 1996 y el año 2002 a contar con valores negativos los peores relativamente en el grupo analizado.


27  Se basa en un agregado de fuentes, incluidas PRS Group, Freedom House y Business Environment Risk Intelligence.

28  Indicador del Banco Mundial. Sus fuentes son diversas, al igual que los otros analizados anteriormente e incluyen PRS Group y Eco-

nomist Intelligence Unit.


A1.2.4. Imperio de la ley29

Este   indicador   generado   por   el Banco Mundial, trata de evaluar aspectos  como  la  existencia  y  expansión  de los mercados negros, la aplicabilidad de contratos  privados  y  gubernamentales, la corrupción bancaria, el crimen y robo como obstáculos a los negocios, las pérdidas y costos relacionados con la delincuencia y la imprevisibilidad del poder judicial. 

Al igual que el resto de los indicadores  analizados  anteriormente,  el  país con valores más elevados para este indicador  es  Chile,  seguido  por  Uruguay, presentando ambos una mejora con respecto a la calificación obtenida en 1996.  Se observa el pobre  desempeño,  contando  con  valores  negativos,  de  Paraguay,  Bolivia,  Brasil  y Argentina, quien, conjuntamente con Paraguay han presenciado una caída en el indicador en el período analizado.

A1.3. Grado de corrupción

A1.3.1. Control de la corrupción30

Este indicador, generado por el Banco Mundial, califica aspectos como la corrupción entre funcionarios públicos como obstáculo para los negocios, la frecuencia de «pagos irregulares» a funcionarios  y  jueces,  y  las percepciones de corrupción en la    administración    pública, entre otros aspectos.  Mientras  que  Chile  cuenta con  la  mejor  calificación  del grupo, de 1,5 para el año 2002, seguido  por  Uruguay  con  un valor  cercano  a  la  unidad, todos los restantes países analizados  poseen  un  indicador negativo.  Brasil  presenta  un desempeño estable en el período con un valor muy pequeño en términos absolutos. Argentina ha presenciado un deterioro  importante  de  este  indicador en el período, analizado mientras que Uruguay y Chile han mejorado su desempeño en el mismo lapso. Es notable la marcada disparidad entre los diversos países.

 


29  Utiliza para su formulación un agregado de fuentes entre las que se incluye PRS Group y Economist Intelligence Unit.

30  Entre sus fuentes se incluyen Freedom House, Economist Intelligence Unit y Business Environment Risk Intelligence.


 A1.3.2. Indice de percepción de la corrupción

Este indicador es elaborado por Transparency International31. Acorde con el Gráfico A1.9, entre los países analizados, es Chile el país que cuenta con el mejor posicionamiento en cuanto al nivel de  corrupción  acorde  a  los informes  de  Transparency International.  En  segunda instancia se encuentra Uruguay, a pesar de no contarse con los datos correspondientes a dicho país para el año  2000.  Brasil  sigue  en orden  decreciente  y  luego Argentina,    seguido    por Bolivia  y  Paraguay.  Todos los    países    exceptuando Argentina y Bolivia se han mantenido estables con respecto  a  este  índice  o  han presenciado una mejora en el  mismo  durante  el  período analizado.


31  Transparency International es una organización no gubernamental que mide, a través de distintas encuestas, el grado de corrupción pública que es percibida por los empresarios, académicos y analistas de riesgo. Cuentan con organizaciones afiliadas que evalúan el riesgo y la corrupción en cada país, siendo Poder Ciudadano la organización no gubernamental encargada de realizar esta tarea en Argentina.

Comments are closed.