ASPECTOS ECONÓMICOS Y SOCIALES DE ARGENTINA
CAPITULO 1: ASPECTOS ECONÓMICOS Y SOCIALES DE ARGENTINA
El propósito de este capítulo es presentar los principales rasgos de la situación Argentina a lo largo de los últimos cien años. Si bien a principios del siglo pasado el país estaba dentro de los más desarrollados, el crecimiento del producto per cápita ha disminuido notablemente en las últimas décadas. Entre los factores que mayor influencia tuvieron en esta situación, podemos mencionar el deterioro en algunos aspectos institucionales, que son claves para el desarrollo económico sustentable. Si bien Argentina aún conserva el mejor puesto de Latinoamérica en el Índice de Desarrollo Humano, la crisis social, económica y política de los últimos años está afectando esta posición.
1.1 El crecimiento en los últimos cien años
A comienzos del siglo XX la economía Argentina era considerada como una de las más avanzadas del mundo con un producto per cápita casi igual que a de Alemania, Holanda y Bélgica y superior a los de Austria, España, Italia, Suiza, Suecia y Noruega1. Durante muchos años lideró el desarrollo económico en la región, ubicándose en los primeros lugares, cuando se consideraban indicadores que miden el comportamiento económico, social y cultural de una nación, tales como PBI per capita, alfabetismo y esperanza de vida al nacer.
Esto se refleja en el Cuadro 1.1, aquí se advierte claramente que el crecimiento del producto percápita en los primeros treinta años del siglo fue, en Argentina, uno de los mayores del mundo, alcanzando el 4,5% promedio anual. En los cincuenta años previos a la Primera Guerra Mundial se produjo uno de los crecimientos más altos en un lapso tan prolongado. En este período, la producción y las exportaciones del sector rural se expandieron junto al sistema ferroviario, en tanto que la inmigración de mano de obra y capital suministró otros insumos necesarios (Diaz Alejandro, 1975). A partir de la década del treinta, se produjo una desaceleración del crecimiento que alcanzó el 2,9% promedio anual en los treinta años siguientes, 2,4% entre 1960 y 1980 y 1,4% para los catorce años después de 1980. A su vez, este crecimiento fue menor en términos relativos a la mayoría de los países considerados.
En la última columna del Cuadro 1.1 se presentan estimaciones de crecimiento elaboradas por el Fondo Monetario Internacional, a partir de las cuales se puede comprobar que en los últimos doce años el crecimiento del PBI pc argentino fue muy inferior al de los países de la muestra.
Aquí también se destaca el impresionante crecimiento de economías como la japonesa y la coreana que alcanzaron el 10,8% y 15,9% promedio anual respectivamente. Diversas comparaciones tales como las que se presentan en el Cuadro 1.2 también confirman estas tendencias del crecimiento de Argentina en relación a otras regiones del mundo. Si consideramos los cambios por década observamos que: entre los ´60 y los ´70 el crecimiento anual promedio en Argentina fue similar al de América Latina, pero muy inferior al de otra regiones como Asia del Este y levemente superior al de los países del África Sub-Sahara. Por su parte, entre los ´80 y los ´90 la caída del PBI per cápita fue mayor en Argentina que en el promedio para América Latina e incluso que países del África.
1 Michael Mulhall, nombrado en Diaz Alejandro (1975)
Como resultado de estas tendencias, en los últimos 42 años el crecimiento del PBI pér cápita en Argentina ha sido inferior al crecimiento promedio de todas las regiones consideradas. Esto es especialmente importante si se considera que en América Latina la década de los ochenta se considera una «década perdida» en materia de crecimiento y a partir de 1997 se verificó un período de estancamiento, recesión y depresión2.
Esta situación se puede apreciar en forma más clara comparando los Gráficos a continuación que muestran la evolución de un Índice del Producto pér Capita con base en 1900=100. A través de estas series podemos observar la diferencia en el crecimiento a lo largo de los últimos cien años de Argentina en relación a un grupo de países de América Latina (Grafico 1), países desarrollados (Gráfico 1.2) y por último Japón y Corea del Sur (Gráfico 3) cuyos crecimientos han sido extraordinarios en los últimos treinta años.
2 Stiglitz, J. (2003)
En el primer caso, se destaca el gran crecimiento de Brasil a partir de los años 60, y de Chile desde mediados de los ochenta. En Argentina, por el contrario, el índice de PBI per capita se encuentra en niveles similares a los de comienzos de los setenta.
En relación a países como Canadá y Estados Unidos la gran diferencia comienza a partir de los años cuarenta, antes de la Segunda Guerra Mundial, mientras que con países europeos como Francia la brecha de crecimiento comienza a ampliarse a partir de los cincuenta. Por último, la comparación con países asiáticos nos muestra que la gran diferencia del crecimiento argentino en relación a Japón comienza luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, mientras que el gran crecimiento de la República de Corea se verificó recién a mediados de lossetenta.
El proceso de crecimiento del producto per capita argentino ha sido motivo de preocupación y estudio a lo largo de las últimas ediciones de este libro. Así, en la edición 2000 se resaltó el hecho de que sólo en tres períodos de la historia, el crecimiento acumulado durante diez años seguidos, superó el nivel del 35%. El primero fue en el período 1885-1910, el segundo en 1918 27, al acelerarse el proceso industrial argentino debido a las dificultades que ocasionó la Primera Guerra Mundial y el último a fines de la década del 60 cuando el desarrollo económico contó con el impulso de la industria automotriz3.
Por su parte, en la edición 2001, se presentaron algunas de las hipótesis más relevantes sobre las causas de este escaso crecimiento en las últimas décadas. Allí se destacó que variables institucionales y de política económica explicaban una parte sustancial del diferencial de crecimiento entre países latinoamericanos y los del este asiático. Estas variables incluían aspectos como el consumo público, la seguridad jurídica, la tasa de inflación, la democracia y la apertura comercial4.
Finalmente, en la edición 2002, se analizó la evolución del PBI per cápita argentino a lo largo de la historia y se detallaron las causas de las principales crisis que debió afrontar el país. En esa ocasión se destacaron particularmente las grandes disparidades regionales en Argentina y el desafío de modificar esta estructura, proponiendo la regionalización como un importante factor de desarrollo5.
En la presente edición, se pretende completar los informes anteriores haciendo especial hincapié en un aspecto que, a nuestro juicio, es clave en la explicación del deterioro en Argentina. Nos referimos a los «aspectos institucionales» que caracterizaron al país en los últimos años. Esto se sustenta en el hecho de que, la mala actuación del gobierno o el escaso desarrollo de instituciones que promuevan el crecimiento, pueden conducir a malos resultados macroeconómicos. Un bajo nivel de vida puede ser resultado de falta de credibilidad del gobierno, incompetencia para proteger derechos de propiedad, poca libertad civil y política, gran nivel de corrupción, dependencia del sistema judicial al poder político e incumplimiento de las leyes, entre otros.
1.2. Algunos aspectos institucionales
Como se comentara anteriormente, Argentina, a pesar de ser un país rico en recursos humanos y naturales, no ha logrado recobrar la prosperidad que la caracterizaba a comienzos del siglo pasado. Entre las principales teorías que explican este fenómeno se encuentra la denominada «Nueva Economía Institucional», que analiza la situación imperante en un determinado país o región considerando factores institucionales como la vigencia de derechos individuales y de prácticas democráticas, o libertad con la que cuentan sus habitantes. Según esta corriente, para entender el funcionamiento de la economía de un país, es necesario un amplio conocimiento del contexto institucional en el cual se desenvuelve la misma. Saiegh y Tommasi (1998) explican que esta visión analiza actitudes, elecciones y expectativas del individuo dentro de restricciones impuestas por el contexto institucional, teniendo en cuenta la existencia de oportunismo, esfuerzos realizados para engañar y confundir, los cuales pueden conducir a resultados poco beneficiosos para la economía del país en su conjunto. Estos comportamientos oportunistas serán desincentivados únicamente a través de la puesta en vigor de los contratos realizados entre los distintos agentes.
3 El Balance de la Economía Argentina: Un Enfoque Regional, 2000, Capítulo 1
4 El Balance de la Economía Argentina: Un Enfoque Regional, 2001, Capítulo 1
5 El Balance de la Economía Argentina: Un Enfoque Regional, 2002, Capítulo 11
Es por ello que, de no contar con un sistema que regule los mismos, las actividades económicas, caracterizadas por el intercambio de derechos de propiedad entre individuos se encontrarán ante altos costos transaccionales que dificultarán el desarrollo de la actividad económica.
Entre los indicadores seleccionados para poder analizar algunos de estos aspectos se consideró eldenominado Polity IV6, que evalúa los cambios políticos ocurridos en varios países del mundo a lo largo de su historia. Este indicador resume conceptos como son la competitividad y la apertura imperante en la elección del jefe ejecutivo y los límites que les son impuestos, asimismo, considera la participación política de la ciudadanía. Cuenta con un rango de variación que va desde –10 (total autocracia) a 10 (perfecta democracia). Mientras el indicador es igual o mayor a 8 (ocho), se considera que existe plena democracia, y se califica a un régimen de autocrático siempre que sea igual o se encuentre por debajo de 0 (cero)7.
En los Gráficos 1.4 y 1.5 se presenta la evolución de este indicador en los últimos cien años para Argentina, Canadá y Australia, y para Brasil y Chile respectivamente.
6 Este indicador es elaborado por el Centro para el Desarrollo Internacional y la Gestión de Conflictos de la Universidad de Maryland. Este indicador es escogido debido a que cuenta con un análisis institucional de largo plazo.
7 Las calificaciones se computan para el 1ro de enero del año siguiente de realizada la evaluación. Las líneas punteadas corresponden a gobiernos de transición.
Como se aprecia en el Gráfico 1.4, se contrastan los valores obtenidos para Argentina con los correspondientes a Canadá y Australia. Esta comparación se realiza debido a que estos países poseen una fuerte orientación de su estructura económica a los sectores agropecuario y agroindustrial al igual que la Argentina, lo que motivó a que, en distintos momentos de nuestra historia económica, se los haya utilizado como ejemplo de modelo a aplicar. Otra de las economías que la Argentina tomó como modelo es la de Nueva Zelanda, que también muestra valores muy elevados del indicador. Sin embargo, es posible observar el gran contraste en cuanto a desarrollo de la democracia cuando se compara con nuestro país.
Desde comienzos de siglo XX hasta 1930, Argentina contó con valores positivos de este indicador, aunque sin superar los dos puntos. La primer gran caída se registró en 1930, durante el primer gobierno de facto, donde asumió el poder José Félix Uriburu (1930-1932). Luego, con la recomposición de la democracia el valor del indicador aumentó, aunque no consiguió mantenerse debido a la nueva interrupción del régimen. El indicador fluctuó durante cincuenta años, prevaleciendo los valores negativos hasta 1983 cuando regresó la democracia con Raúl Alfonsín (1983-1989). A partir de esta fecha, el indicador se ha mantenido estable y cercano a los 8 puntos, excepto en parte del gobierno de Carlos Menem (1989-1999) donde descendió a 7 puntos.
Cuando se contrasta el desempeño de Argentina con Brasil y Chile, se observa que si bien estos últimos son países que han presentado inestabilidades, las mismas son menos marcadas queen el caso de nuestro país.
1.2.1 Relación entre indicadores institucionales e Ingreso
Existen diversos indicadores que miden el desarrollo institucional de un país, estos evalúan aspectos como el nivel de democracia, los derechos políticos y civiles, el grado de libertad y de corrupción, etc. Los mismos pueden ser de carácter objetivo o subjetivo. Las mediciones de carácter objetivo como la frecuencia de elecciones, el número de votantes, el año en que la mujer recibió el derecho a votar, entre otros, miden aspectos muy relevantes para el análisis de los factores institucionales, pero no reflejan otros aspectos como la celebración de elecciones sin que se produzca un cambio en el poder o la falta de respeto por libertades civiles o personales. Estos aspectos, que son sumamente importantes, son de carácter subjetivo y pueden dar lugar a desacuerdo o percepciones tendenciosas, por lo que no existe un instrumento para su medición que no sea ambiguo o controvertido. El detalle de estos indicadores puede consultarse en el Anexo al capítulo 1.
Es de singular importancia examinar la existencia de una relación entre estos indicadores y el nivel de ingreso per cápita. Esta relación puede verificarse debido a que son las instituciones las encargadas de establecer reglas para el funcionamiento de la economía. North (1990) argumenta que las instituciones afectan el desempeño económico a través de su impacto sobre los costos de intercambio y producción. Las instituciones tienen una gran influencia sobre la incertidumbre, al proveer una estructura a la vida diaria, ya que definen y limitan las decisiones de los individuos.
La relación entre estos indicadores institucionales subjetivos8 y el nivel de ingreso per cápita se representa en el Gráfico 1.6 para 150 países. En todos los casos se observa que existe una relación positiva entre desarrollo institucional y el nivel de ingreso per cápita. Mientras mayor sea el desarrollo de las instituciones, el respeto por las leyes, la calidad regulatoria, entre otros aspectos, mayor se espera que sea el nivel del ingreso per cápita de dicho país.
8 Se consideran indicadores realizados por un equipo del Banco Mundial integrado por Kaufmann, Kraay y Zoido-Lobatón, a través de una recopilación estadística de percepciones acerca de la calidad de la gobernabilidad. Los datos que se presentan proceden de una encuesta realizada tanto en países industriales como en desarrollo, y en organizaciones no gubernamentales, agencias de determinación de riesgos comerciales, y gabinetes de estrategia.
1.2.2. Indice agregado institucional
Sobre la base de los indicadores subjetivos de desarrollo institucional anteriormente mencionados, se procedió a la generación de un indicador agregado. El mismo surge de realizar un promedio simple entre los que componen cada uno de los agregados institucionales considerados (Vigencia de prácticas democráticas, Imperio de la ley y efectividad del gobierno y Grado de corrupción) y luego un segundo promedio simple de los resultados obtenidos para los distintos agregados, lo cual fue realizado una vez homogeneizada la información. Este índice agregado se estimó a partir de 1996, y varía entre 1 que significa el caso más crítico de desempeño institucional y 10 para el mejor desempeño9.
9 Se le otorgó igual ponderación a cada uno de los agregados, lo cual si bien es una decisión subjetiva, se buscó ubicarse en un punto medio, a partir del cual pueden realizarse modificaciones en caso de querer darle mayor importancia a alguno de los agregados en particular.
De acuerdo a este indicador, las posiciones relativas correspondientes a cada uno de los países analizados se han mantenido relativamente constantes entre 1996 y 2002. Chile ha sido el país con mejor desempeño institucional durante todos y cada uno de los años de acuerdo a este índice agregado, Uruguay ha sido el segundo, seguido en forma decreciente por Brasil, Bolivia y Argentina. Finalmente, el que se encuentra en la peor ubicación a lo largo de todo el análisis es Paraguay. En el Gráfico 1.7, Brasil presenta una posición media, sin embargo se observa un mejoramiento relativo a lo largo de los años. En el caso de Argentina, el indicador decrece durante el período analizado, especialmente a partir del año 2000, lo cual hace que pierda posición relativa entre los países considerados, hasta ubicarse en la cuarta posición, detrás de Bolivia para el 2002.
la relación existente entre el nivel de ingreso per cápita y el valor del índice agregado. Se observa que Argentina cuenta con un ingreso alto y con una calificación institucional baja, ubicándose por debajo de la línea de tendencia. Por este motivo, se espera que, si Argentina continúa manteniendo esta calificación en el futuro, el ingreso y el nivel de bienestar de los habitantes tenderán a disminuir.
Si lo que desea es mantener el nivel actual, o aumentarlo, deberán llevarse a cabo serias reestructuraciones de las instituciones y organizaciones que rigen las relaciones entre los individuos.
Existen una gran diversidad de instrumentos y políticas que pueden ser utilizadas para modificar las instituciones y de esta manera lograr un mayor nivel de transparencia, vigencia de prácticas democráticas y disminución la corrupción.
Una institución fundamental que debe considerarse es la estructura federal de un país. Para el caso de Argentina, ésta es una de las instituciones que se encuentra más severamente dañada, como bien se explicará en el Capítulo de Alianzas Intraregionales. Es por este motivo que sobre la base de una mejora en este régimen, una de las alternativas posibles, que se propone y se enfatiza en el desarrollo de este libro, es la regionalización y más particularmente la integración entre distintas regiones tanto del país como de otras naciones (Inter-regionalización).
Esta propuesta demanda gran cantidad de cambios, entre ellos se pueden mencionar el establecimiento de reglas claras para el comercio y el intercambio de bienes, la puesta en práctica de normas que compatibilicen aspectos como control de la corrupción, lavado de dinero, entre otros.
Mientras mayor sea la integración institucional, más profunda puede ser la comercial, a la vez que, un aumento del intercambio comercial, crea la necesidad de aumentar la integración institucional. Es por este motivo, que la integración comercial no debe ignorar caracteres de tipo institucional.
1.3. Situación social
Como se comentara anteriormente, en los últimos años Argentina se ha caracterizado por un escaso crecimiento de su producto per cápita. A su vez, si bien se han producido importantes avances en materia de democracia y el indicador Polity IV se estabilizó en los ocho puntos, otros indicadores subjetivos que reflejan aspectos institucionales muestran un claro desmejoramiento en los últimos años10. Asimismo, el deterioro de los indicadores sociales ha sido alarmante, actualmente un alto porcentaje de personas carecen de las condiciones mínimas para llevar una vida digna, existe gran cantidad de niños que no reciben la nutrición adecuada y de adultos que no logran insertarse en el mercado laboral o que no consiguen un trabajo decente. En esta sección se resumen los principales indicadores sociales a lo largo de las últimas décadas. Como aproximación al nivel de bienestar o desarrollo de una sociedad, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) elabora lo que se conoce como el Indice de Desarrollo Humano (IDH). Este indicador utiliza y pondera tres indicadores: longevidad estimada en función de la esperanza de vida al nacer; nivel educacional, calculado en base a la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta de matriculación combinada entre primario, secundario y terciario11; y en tercer lugar considera el nivel de vida, medido por el PBI real per cápita.
Según el Informe para el Desarrollo Humano elaborado en el 2003, el mundo enfrenta una profunda crisis de desarrollo. Particularmente en América Latina y el Caribe, aproximadamente la mitad de los países experimentaron un retroceso o un estancamiento en los ingresos durante la década de los noventa. También se destaca el caso de Brasil ya que ha sido uno de los países que más incrementó su IDH por su esfuerzo en materia de educación.
La evolución de este indicador se presenta en el Gráfico 1.10. Como se puede apreciar, Argentina se encuentra entre los países de alto desarrollo humano y en relación a América Latina es uno de los países mejor posicionado, ocupando el lugar 34 a nivel mundial12. Esto puede deberse a que en los tres indicadores Argentina presenta buenos estándares promedio, es decir, sin considerar las diferencias entre sus provincias13. Sin embargo, el indicador de desarrollo ha experimentado una escasa mejoría en los últimos años.
10 Ver Apéndice I
11 La tasa de alfabetización tiene mayor ponderación que la tasa bruta de matriculación.
12 Es importante destacar que, lamentablemente, la comparación intertemporal de este indicador no es del todo correcta. Esto se debe principalmente al hecho que las dimensiones consideradas para su cálculo se fueron modificando a lo largo de los años y la última modificación fue introducida en 1999. Asimismo, hasta el año 1994 una de las principales críticas era que en su medición se incluían valores extremos de algunos indicadores que cambiaban cada año, por lo que un cambio en el IDH podría deberse exclusivamente a variaciones en los valores extremos y no a modificaciones reales en el desarrollo humano.
13 Un detalle del IDH por provincias se puede leer en el Capítulo de Pobreza y Distribución del Ingreso.
Un país que merece especial atención es Chile, aquí la mejora en las condiciones de vida ha sido significativa. El IDH se incrementó de 0,70 en 1975 a 0,83 en el año 2001. Por su parte, Brasil es el que presenta menor nivel de desarrollo humano de la región, aunque con una importante mejora, como se mencionara anteriormente. Entre las regiones destacadas por su avance en el desarrollo humano se encuentran los países del Asia Oriental, los cuales han hecho progresos rápidos y sostenidos en los tres indicadores considerados. En el Gráfico se observa la evolución de Republica de Corea y Malasia.
Entre los países desarrollados, Canadá es uno de los que se mantiene en los primeros puestos junto con Noruega, Suecia y Australia. En el año 2000, los líderes de 189 países acordaron promulgar los objetivos mundiales de desarrollo conocidos como Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Los mismos abarcan desde invertir y detener la propagación del VIH/SIDA y otras enfermedades, hasta conseguir la educación primaria universal. En relación a la pobreza, lo que se pretende es sacar a millones de personas de esta situación para el año 2015, específicamente, se intenta reducir a la mitad, la proporción de la población que vive con menos de un dólar diario14. Sin embargo, en América Latina el proceso de superación de la pobreza se encuentra estancado desde 1997. En el caso de Argentina la situación ha sido más crítica ya que en los últimos años se produjo un marcado deterioro en las condiciones de vida de la población. En efecto, solo en tres años, entre 1999 y el 2002 la pobreza en los hogares se duplicó pasando de 23,7% a 45,4%, mientas que la indigencia se triplicó (de 6,7% a 20,9%). En el caso de Brasil, la variación del porcentaje de personas pobres ha sido muy pequeña en los últimos años aunque se mantiene en niveles elevados. Por su parte México ha logrado reducir el porcentaje de pobres debido a los cambios en las zonas rurales (ver Gráfico 1.10).
Esta situación incide en el cumplimiento de la meta de reducción de la pobreza extrema según los ODM. Un estudio reciente evaluó las posibilidades que tendrían dieciocho países de América Latina de alcanzar la meta de reducción de pobreza15. En el caso de Argentina se estimó que para el 2015 cumpliría con dicho objetivo, pero estas estimaciones no tuvieron en cuenta la profunda crisis de los últimos años. A su vez, el informe establece claramente que la disminución de la desigualdad del ingreso es un factor clave para reducir la pobreza. Según el estudio «en la mayoría de los países bastaría que el Coeficiente de Gini bajara uno o dos puntos para que la pobreza se redujera en igual medida que en varios años de crecimiento económico positivo».
14 Ver CEPAL (2003) y PNUD (2003)
15 CEPAL, IPEA y PNUD (2003) El interrogante que se plantea es si en el año 2015 cada país habrá logrado disminuir a la mitad la tasa de pobreza extrema que registraba en 1999, respecto de una línea internacional de pobreza que corresponde a un dólar diario, y de una línea de pobreza específica para cada país.
Sin embargo, en los últimos años la distribución del ingreso no ha mejorado en Argentina. Al igual que en otros países de América Latina, entre 1990 y 1999, se produjo un importante deterioro distributivo. En el Gráfico 1.11 se presenta la variación del Coeficiente de Gini (CG) en estos años16. Como se puede apreciar, en este período la desigualdad disminuyó en Uruguay y Colombia (aunque aquí existe una distribución muy inequitativa de la renta) y se mantuvo casi constante en México y Chile. La desigualdad aumentó en Argentina, Paraguay, Venezuela y Brasil, siendo este úlitmo, el país con mayor desigualdad de la región.
Por otra parte, los principales indicadores de salud de Argentina en relación a otros países han sido ampliamente desarrollados en la edición 2002 de este libro. Aquí se detalla el importante avance de Argentina en la reducción de la mortalidad infantil y el incremento en la esperanza de vida, aunque con especial hincapié en las disparidades regionales del país.
16 El mismo es un indicador de concentración del ingreso, mientras más cercano a cero sea más equitativa será la distribución de la renta en una región, y por el contrario, esta será más concentrada mientras más cercana a 1 sea el CG.
Las proyecciones de esperanza de vida17 se presentan en el Gráfico 1.12, éstas parecen ser optimistas tanto en Argentina como en los países latinoamericanos considerados, especialmente Brasil cuya esperanza de vida pasaría de 63 años en el quinquenio 1980/85 a 70,7 en el 2002/10.
Un aspecto que no puede dejar de comentarse es el tema del hambre y la seguridad alimentaria en América Latina, al cual dedica especial atención el último informe del Panorama Social que elabora la CEPAL. Se afirma que ambos fenómenos están estrechamente relacionados con la pobreza extrema, pero que no se confunden con ella. Entre las múltiples carencias que enfrentan los pobres, la falta de alimentos es, por sus consecuencias, la más grave. Según el informe, se estima que a fines de la década pasada (1998-2000) casi 55 millones de latinoamericanos sufrían algún grado de subnutrición y la situación desde principios de la década solo mejoró levemente. Debido a que los efectos de la falta de alimentación adecuada son irreversibles, esta carencia constituye uno de los principales mecanismos de transmisión intergeneracional de la pobreza y la desigualdad.
Una de las causas de esta grave situación social ha sido el importante deterioro en las condiciones del mercado laboral en los últimos años en varios países de la región. Esto se reflejó no solo a través de mayores tasas de desempleo, sino también a traves de mayor duración de la desocupación y de una menor calidad del empleo. Se estima que más del 70% de los empleos generados en la década de los noventa correspondió al sector informal18.
El Gráfico 1.13 muestra la evolución de la tasa de desempleo en algunos países de Latinoamérica. Se observa claramente que el mayor incremento en el porcentaje de ersonas desocupadas se registró en Argentina. Por su parte, Chile logro disminuir su alta tasa de desempleo de los ochenta, pero ésta se incrementó nuevamente a fines de la década19.
17 Número promedio de años que se espera vivirá un recién nacido, si en el transcurso de su vida estuviera expuesto a las tasas de mortalidad especificas por edad y por sexo prevalecientes al momento de su nacimiento, para un año especifico en un determinado país, territorio o área geográfica.
18 CEPAL (2002) «Globalización y Desarrollo» citado en Stigliz (2003)
19 Más detalles del mercado laboral en la región se puede consultar en el Capítulo Mercado Laboral.
A pesar del aumento del desempleo, en los últimos veinte años se verificó un avance en los niveles de escolarización de la población económicamente activa. Esto se reflejó en mayor medida en Argentina, aunque también aumentaron levemente en Chile y Brasil.
De los países considerados, este último es el que tiene menor nivel de escolarización promedio de sus trabajadores que en el 2000 sólo alcanzabanla escuela primaria, mientras que Chile tiene el mayor nivel de educación de sus trabajadores (Gráfico 1.14). Una de las consecuencias de esta situación social ha sido el ascenso de la criminalidad en América Latina. Según la encuesta Latinobarómetro 2001, dos de cada cinco entrevistados respondieron que ellos o un miembro de su familia habían sido objeto de un delito en los últimos 12 meses20.
El Gráfico 1.15 muestra la evolución en la década de los noventa de la tasa de homicidios dolosos cada 100.000 habitantes. Se observa que si bien Brasil tiene los mayores valores de este indicador, Argentina también presenta elevados niveles del mismo, sobretodo cuando se compara con países desarrollados. Mientras que en EEUU la tasa de homicidios fue de 5,5 en el año 2000 y en Canadá de 1,8, en Argentina fue de 7,2, en Brasil de 17,9 y en Chile de 3,0.
20 Kliksberg, B. «Ética y Desarrollo en América Latina. Los desafíos abiertos».
También es importante tener en cuenta que este indicador es un promedio para todo el país y las diferencias entre las ciudades puede ser aún más marcada, debido a que la delincuencia suele afectar en mayor medida a las grandes urbes. En Argentina, éste es el caso del Gran Buenos Aires y en Brasil de Río de Janeiro y San Pablo. Por último, cabe recordar que, el importante porcentaje del gasto público que estos países deben destinar a la seguridad, podrían ser aprovechados con otros fines. Se estima que Brasil gasta en fondos públicos y privados para seguridad el 10,3% de su PIB21.
21 Kliksberg op.cit.
Anexo 1: Análisis de indicadores institucionales
Entre los indicadores institucionales de carácter subjetivo que pueden ser utilizados para mostrar el nivel de democracia o derechos políticos y civiles en los distintos países, se han analizado los siguientes. En esta sección se analizarán distintos indicadores, estableciendo, para cada uno, los resultados para los países considerados en la comparación.
A1.1. Vigencia de prácticas democráticas
A1.1.1. Indice de libertad22
Freedom House define como derechos políticos aquellas libertades que permiten a las personas participar libremente en el proceso político, y a las libertades civiles como la libertad de desarrollar opiniones, instituciones y auto- nomía personal con independencia del Estado. En el Gráfico A1.1 se muestra la evolución de este índice para los países analizados.
En los últimos años, el indicador de libertad se ha mantenido en una franja entre 1,5 y 3,5, excepto para Uruguay, quien en los años 2000, 2001 y 2002 ha logrado mejorar la misma hasta alcanzar el mínimo valor posible. Brasil ha mejorado su calificación a lo largo de estos últimos años, al igual que Chile, quien ha pasado de 2,5 a 1,5 en la última calificación. En cuanto a Argentina, se ha producido una caída en el indicador en el año 2000/01, aunque en los siguientes años ha mejorado su situación, recuperando la calificación con la que contaba en 1998/99. Sin embargo, se encuentra en una posición de país «Parcialmente Libre». Paraguay ha mantenido estable su desempeño aunque se encuentra en la peor situación relativa entre los países analizados, con una calificación de 3,5 puntos. Bolivia ha presenciado un aumento en el indicador en el último año, pasando de 2 a 2,5 puntos y encontrándose con una calificación mejor que la obtenida por Argentina.
A1.1.2. Polity IV23
Uruguay es el país que cuenta con mayor desarrollo de la democracia, seguido por Bolivia y Chile. Argentina se encuentra al mismo nivel que Brasil, siendo Paraguay el país con el régimen más autocrático entre los analizados. Como puede advertirse en el Gráfico A1.2, entre los años 1998 y 2000 se registró una disminución del índice, lo cual indica una pérdida de algunas características democráticas que fueron recuperadas inmediatamente. Para el período analizado, el grupo de países considerados como un todo presentó una mejora según este indicador de democracia.
22 La organización internacional no gubernamental «Freedom House» realiza estudios sobre derechos políticos y libertades civiles en el mundo. A partir de 1978, publica «Freedom in the World», una evaluación anual comparativa sobre el estado de los derechos políticos y libertades civiles en 192 países y 18 territorios en disputa. Para determinar los indicadores, se basan en una amplia gama de fuentes, donde se incluyen boletines de noticias extranjeras y nacionales, publicaciones de organizaciones no gubernamentales, análisis académicos y de grupos de reflexión y contactos personales.
23 Este indicador ha sido analizado en el Capítulo I y recopila información anual sobre características relacionadas al régimen y autoridad de estados independientes con una población mayor a los 500.000 habitantes.
A1.1.3. Voz y responsabilidad
El índice de «Voz y responsabilidad» mide conceptos que incluyen, elecciones libres y justas, libertad de prensa, libertades civiles, derechos políticos, presencia de militares en la política, cambios de gobierno, transparencia, la existencia de información accesible para el sector empresarial sobre las novedades en leyes y políticas, la posibilidad del sector empresarial de expresar sus inquietudes ante cambios en leyes y políticas para 195 países.
Del análisis de este índice, se puede extraer que Chile cuenta con el mejor desempeño relativo entre los países analizados, seguido por Uruguay y contando con indicadores cercanos a la unidad. Como puede observarse en el Gráfico
A1.3. Entre los años 1996 y 2002, Brasil, Chile y Uruguay han presentado una mejora en el indicador, mientras que Argentina, Bolivia y Paraguay han registrado una caída en el mismo. El único país que cuenta con una calificación negativa es Paraguay.
A1.2. Imperio de la ley y efectividad del gobierno
A1.2.1. Estabilidad política
Este indicador mide las percepciones de la probabilidad de desestabilización, entre las que se encuentran tensiones étnicas, conflictos armados, disturbios sociales, amenazas terroristas, conflictos internos, fragmentación del espectro político, cambios constitucionales y golpes militares, entre otros. Se trata de un agregado de una variedad de fuentes, entre las cuales se incluye Economist Intelligence Unit24, PRS Group25 y Business Environment Risk Intelligence26.
24 Economist Intelligence Unit es el líder de los proveedores de inteligencia sobre países. Recopilan y analizan información hace 55 años. Cuenta con más de 500 analistas, editores y corresponsales.
25 PRS Group ha otorgado información de negocios internacionales por más de 20 años. Cuenta con dos indicadores. Ofrecen información histórica sobre variables de tipo políticas, económicas y financieras
26 Business Environment Risk Intelligence es una fuente privada de calificaciones de riesgos. Entre los componentes se encuentran condiciones económicas, financieras, monetarias, operativas y políticas.
Mientras que Bolivia se mantiene con niveles negativos durante todo el período, se destaca el deterioro de Argentina y de Paraguay conjuntamente con la mejora en el desempeño deChile y Uruguay.
A1.2.2. Eficacia del gobierno27
El indicador «Eficacia del Gobierno», mide aspectos como la calidad burocrática, el costo de transacciones, la calidad de la atención de la salud pública y la estabilidad del gobierno para 195 países.
En el Gráfico A1.5, es posible observar, que el mayor deterioro en cuanto a este indicador se produjo en Argentina y Paraguay, mientras que para Bolivia y Brasil el mismo se mantuvo relativamente constante. El mejor desempeño en cuanto a eficacia del gobierno, de acuerdo a este indicador, corresponde a Chile, seguido por Uruguay.
A1.2.3. Calidad regulatoria28
Este indicador analiza factores como la incidencia de prácticas anti-mercado, por ejemplo: prácticas de controles de precios, supervisión bancaria inadecuada, regulaciones excesivas en cuanto a aspectos como el comercio exterior y el desarrollo de los negocios. Mientras que Chile y Brasil mejoran su calidad regulatoria, según el indicador del Banco Mundial, se observa en el Gráfico A1.6 un gran deterioro del indicador para Argentina, Bolivia y Paraguay. Argentina ha pasado entre 1996 y el año 2002 a contar con valores negativos los peores relativamente en el grupo analizado.
27 Se basa en un agregado de fuentes, incluidas PRS Group, Freedom House y Business Environment Risk Intelligence.
28 Indicador del Banco Mundial. Sus fuentes son diversas, al igual que los otros analizados anteriormente e incluyen PRS Group y Eco-
nomist Intelligence Unit.
A1.2.4. Imperio de la ley29
Este indicador generado por el Banco Mundial, trata de evaluar aspectos como la existencia y expansión de los mercados negros, la aplicabilidad de contratos privados y gubernamentales, la corrupción bancaria, el crimen y robo como obstáculos a los negocios, las pérdidas y costos relacionados con la delincuencia y la imprevisibilidad del poder judicial.
Al igual que el resto de los indicadores analizados anteriormente, el país con valores más elevados para este indicador es Chile, seguido por Uruguay, presentando ambos una mejora con respecto a la calificación obtenida en 1996. Se observa el pobre desempeño, contando con valores negativos, de Paraguay, Bolivia, Brasil y Argentina, quien, conjuntamente con Paraguay han presenciado una caída en el indicador en el período analizado.
A1.3. Grado de corrupción
A1.3.1. Control de la corrupción30
Este indicador, generado por el Banco Mundial, califica aspectos como la corrupción entre funcionarios públicos como obstáculo para los negocios, la frecuencia de «pagos irregulares» a funcionarios y jueces, y las percepciones de corrupción en la administración pública, entre otros aspectos. Mientras que Chile cuenta con la mejor calificación del grupo, de 1,5 para el año 2002, seguido por Uruguay con un valor cercano a la unidad, todos los restantes países analizados poseen un indicador negativo. Brasil presenta un desempeño estable en el período con un valor muy pequeño en términos absolutos. Argentina ha presenciado un deterioro importante de este indicador en el período, analizado mientras que Uruguay y Chile han mejorado su desempeño en el mismo lapso. Es notable la marcada disparidad entre los diversos países.
29 Utiliza para su formulación un agregado de fuentes entre las que se incluye PRS Group y Economist Intelligence Unit.
30 Entre sus fuentes se incluyen Freedom House, Economist Intelligence Unit y Business Environment Risk Intelligence.
A1.3.2. Indice de percepción de la corrupción
Este indicador es elaborado por Transparency International31. Acorde con el Gráfico A1.9, entre los países analizados, es Chile el país que cuenta con el mejor posicionamiento en cuanto al nivel de corrupción acorde a los informes de Transparency International. En segunda instancia se encuentra Uruguay, a pesar de no contarse con los datos correspondientes a dicho país para el año 2000. Brasil sigue en orden decreciente y luego Argentina, seguido por Bolivia y Paraguay. Todos los países exceptuando Argentina y Bolivia se han mantenido estables con respecto a este índice o han presenciado una mejora en el mismo durante el período analizado.
31 Transparency International es una organización no gubernamental que mide, a través de distintas encuestas, el grado de corrupción pública que es percibida por los empresarios, académicos y analistas de riesgo. Cuentan con organizaciones afiliadas que evalúan el riesgo y la corrupción en cada país, siendo Poder Ciudadano la organización no gubernamental encargada de realizar esta tarea en Argentina.