EMPLEO
Capítulo 4.4. EMPLEO
La crisis argentina impactó fuertemente en el mercado laboral. La caída del Producto Interno Bruto se tradujo en un menor nivel de empleo, alcanzando las tasas de desempleo más altas de la década. Otra de la características ha sido el importante deterioro en las condiciones laborales, con un incremento de los asalariados sin aportes jubilatorios, y de aquellos trabajos de baja productividad como los programas de empleo.
4.4.1. mercado laboral en América Latina
Durante todo el 2001, las expectativas de crecimiento del PBI en Latinoamérica se redujeron sustancialmente. Esto se debió a diversos factores, principalmente la desaceleración del crecimiento económico global y el impacto de los atentados terroristas en Estados Unidos, que provocó una contracción del crecimiento de las importaciones y exportaciones, que impactó fuertemente en el comercio exterior en América Latina. Por otro lado, la incertidumbre financiera generó una reducción de las inversiones en la región.
Si a esto se le suman los propios conflictos de cada país, se puede comprender el fuerte impacto sobre el empleo en la mayoría de ellos. Como resultado, el desempleo aumentó en todos los países, excepto Brasil y Ecuador.
En el gráfico 4.43 se pueden observar las tasas de desempleo y de ocupación urbana, para algunos países de Latinoamérica. En el mismo se puede apreciar la desventajosa posición de Argentina, con un nivel de empleo muy inferior a los demás países y una tasa de desocupación del orden del 16%, una de las más altas de la región (después de Colombia).
En su informe anual del año 2002 la Organización Internacional del Trabajo extrae tres lecciones. La primera se relaciona con la necesidad que tienen los países de la región de establecer un marco coherente de políticas sociales y económicas.
La segunda lección tiene que ver con los riesgos que supone la liberalización de las economías y sus efectos sobre la situación laboral, no sólo para los países a nivel individual, sino también para el conjunto de éstos. Lo que suceda hoy con Argentina, afecta también a sus socios comerciales y a otros países que se reconocen como similares en su estructura económica. Es decir, en un ambiente de mayor interdependencia y apertura, al imperativo nacional de un marco de políticas socioeconómicas pro activas, se añade otro de tipo internacional, por cuanto los efectos de un incorrecto diagnóstico o de una mala aplicación de dichas políticas genera consecuencias en la región. Ello se traduce en mayores tasas de interés a los préstamos de los países, en un mayor costo financiero de la deuda, en un agravamiento de la situación fiscal, en un incremento de la posibilidad de no pago de la deuda y en el traslado de la percepción de riesgo a nivel general. El resultado final de este proceso se refleja en un menor crecimiento y mayor desempleo.
La tercera lección se desprende de la indefensión de los actores productivos que se vieron excluidos de los procesos de apertura y liberalización. Las empresas de tamaño pequeño y mediano vinculadas a la economía interna de los países, se vieron afectadas tanto por la mayor competencia externa como por la falta de un marco institucional que potencie su competitividad. Esto originó un proceso de erosión del sector, que se reflejó particularmente en la pérdida de empleos y, por tanto, en una menor capacidad para generar demanda interna. En este sentido, cabe a los países un rol fundamental en la recuperación y potenciación de las pequeñas y medianas empresas.
4.4.2. Principales indicadores del Mercado Laboral en Argentina
4.4.2.1. Promedio Nacional
En el gráfico 4.44 se presenta un panorama del mercado laboral en los principales centros urbanos de Argentina desde mayo de 1990. El mismo nos permite analizar las tendencias de las tasas de actividad, tasa de empleo, tasa de desocupación y tasa de subocupación en dicho período.
Siguiendo la evolución del nivel de empleo, se pueden diferenciar cuatro períodos:
Entre 1990 y 1993: Los incrementos de la tasa de actividad fueron cubiertos en gran medida por aumentos en los niveles de empleo. Esto posibilitó que, si bien se incrementaron los niveles de desempleo, éste se mantuvo con tasas inferiores al 10%.
Entre 1993 y 1996: La importante caída en los niveles de empleo, y el continuo incremento de las tasas de actividad, llevaron a niveles altos de desocupación.
¨ Entre 1996 y octubre de 1999: La recuperación del empleo posibilitó la disminución de la desocupación, pero a partir de 1998 se comenzó a evidenciar un estancamiento.
¨ Desde octubre de 1999 a mayo de 2002: La abrupta caída del empleo llevó a crecientes tasas de desocupación abierta y niveles de empleo más bajos de la década.
Por otro lado, también resulta importante estudiar el comportamiento de otro indicador: la tasa de actividad. La misma representa la participación de la población económicamente activa1 en el total poblacional y da una idea del porcentaje de la población total que desea participar del mercado laboral. Esta tasa se incrementó entre 1990 y 2001 un 9,5%, aunque en el último año se verificó una caída de la misma.
El incremento de la cantidad de personas que desean participar del mercado laboral puede deberse tanto a factores de tipo estructurales como coyunturales. Entre los primeros puede señalarse la mayor participación de las mujeres en el mercado laboral y la tendencia a aumentar el período activo (es decir a ingresar antes y retirarse después).
Entre los aspectos coyunturales, puede señalarse lo que se conoce como efecto del trabajador adicional, por el que en situaciones de depresión económica, ante la necesidad de mejorar el ingreso familiar o frente al riesgo que el jefe de hogar quede sin empleo, se incorporan más trabajadores secundarios al mercado (como jóvenes y amas de casa).
La caída de la tasa de actividad en el último año puede deberse a que prevaleció el efecto del trabajador desalentado, es decir que aquellas personas que se cansaron de buscar trabajo,
1PEA se refiere a personas que tienen una ocupación o que, sin tenerla, la están buscando activamente. Está compuesta por la población ocupada más la población desocupada.
decidieron abandonar la búsqueda de empleo y, por lo tanto, quedaron fuera de la Población Económicamente Activa.
Por último, la cantidad de personas que no encuentran empleo o que están subempleadas, ha alcanzado los valores más altos de la década (ver gráfico 4.44).
La tasa de desempleo, que en nuestro país se mide como el porcentaje de la PEA que se encuentra desocupado2, fue de 21,5% para mayo 2002. Esto representa aproximadamente 3.075.683 personas. A esto se le debe sumar los subocupados demandantes que alcanzaron el 12,7% y representan 1.816.799 individuos. De esta manera, las personas que no logran insertarse en el mercado laboral suman casi 5 millones de habitantes.
Principales Definiciones
TASA DE ACTIVIDAD: cociente entre la PEA y la población total, señala el grado de participación en el mercado laboral.
TASA DE EMPLEO: cociente entre los ocupados y la población total, es el indicador más representativo del nivel de actividad de la economía.
TASA DE DESOCUPACION: es el cociente entre los desocupados y la PEA.
La POBLACION SUBOCUPADA visible son las que trabajan menos de 35 horas semanales por causas ajenas a su voluntad y desean trabajar más. La tasa de suocupación horaria se calcula como el porcentaje entre personas subocupadas y la población económicamente activa.
2Siendo las personas desocupadas aquellas que no teniendo ocupación, están buscando activamente trabajo. Este concepto corresponde a desocupación abierta y no incluye otras formas de precariedad laboral (también reveladas por la EPH) tales como personas que realizan trabajos transitorios mientras buscan activamente una ocupación, aquellas que trabajan jornadas involuntarias por debajo de lo normal, a los desocupados que han suspendido la búsqueda por falta de oportunidades visibles de empleo, a los ocupados en puestos por debajo de la remuneración vital mínima o en puestos por debajo de su calificación, etc.
4.4.2.2. Región Centro
A nivel regional o provincial las fuentes de información del mercado laboral son los relevamientos de las Encuestas Permanentes de Hogares (EPH) que realiza el INDEC. Dicha encuesta se realiza en 28 aglomerados del país, permitiendo la obtención de algunos indicadores urbanos que se consideran representativos del total provincial.
En el cuadro 4.11 se observan los principales indicadores para la Región Centro en mayo de 2001 y mayo de 2002.
En términos generales, en todos los aglomerados se produjo una importante caída en la tasa de empleo, junto con una disminución de la tasa de actividad. Es decir, aunque hubo menos gente en el mercado laboral, la capacidad de generar puestos de trabajo disminuyó.
Gran Córdoba, Rosario y Santa Fe son las que se encuentran en la peor situación, mientras que Río Cuarto se ubica en la posición contraria.
4.4.3. Evolución del Empleo
4.4.3.1. Evolución de Puestos de Trabajo
Resulta de especial interés para proyectar el crecimiento de un país, la consideración de la evolución del empleo. En este sentido, se pueden analizar dos indicadores: los puestos de trabajo declarados al SIJP y las estimaciones del número de personas ocupadas del sector urbano en base a la EPH.
Con respecto a la evolución de los puestos de trabajo declarados al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, el mayor crecimiento a nivel nacional se dio en el primer trimestre de 1999 en comparación con el último de 1998 (Ver Gráfico 4.45). A partir de esta fecha la variación trimestral de los puestos de trabajo sigue un comportamiento aleatorio, con valores negativos y positivos. Sin embargo, a partir del segundo trimestre del 2001 se observan variaciones negativas del nivel de empleo tanto a nivel país como en la Región Centro. La mayor caída se verificó en el primer trimestre de 2002 en relación al último de 2001, con una caída para la región de 6,54%.
En cuanto a los puestos declarados al SIJP en la Región Centro, los mismos pasaron de un máximo de 769.000 en el primer trimestre de 2001 a 691.000 en el segundo trimestre de 2002, valor similar a 1998.
Por otro lado, la participación del empleo de la región en relación al país, fue del 16,1% en el segundo semestre de 2002. Dicha participación creció desde 1998.
Si se considera el porcentaje de los puestos declarados correspondientes a cada provincia se puede observar que el total de 691.000 puestos se divide de la siguiente manera: 46,0% en Santa Fe, 41,0% pertenecen Córdoba, y un 13,0% a Entre Ríos.
El segundo indicador es la creación neta de empleo urbano, medida como la diferencia entre el total de ocupados entre mayo de cada año (ver gráfico 4.47). La interpretación de su evolución muestra que si bien se había evidenciado una creación positiva de puestos de trabajo entre mayo del 2001 y mayo del 2000, esta tendencia se modificó sustancialmente entre mayo de 2002 y mayo de 2001. En este período la destrucción neta de puestos de trabajo en el país fue de 6,2%.
Cabe recordar que este indicador incluye todas las personas que declaran estar ocupadas, trabajadores formales e informales, y los de sectores tanto públicos como privados.
4.4.3.2. Empleo Privado
El Ministerio de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos, realiza mensualmente un relevamiento denominado Encuesta de Indicadores Laborales, cuyo objetivo es ampliar el conocimiento sobre las características y estructura del empleo formal privado. Esta encuesta comenzó en diciembre de 1995 en el Gran Buenos Aires, con 200 casos mensuales. A partir de julio de 1998 se realizó un revisión conceptual y metodológica y se inició un período de ajustes y modificaciones que comprende aspectos muestrales (ampliación y rediseño), conceptuales y operacionales. En esta fecha se incorpora Gran Córdoba con una muestra de 200 empresas y se amplía la muestra de Gran Buenos Aires a 400 casos. Gran Rosario se incorpora a partir de julio de 1999 con el estudio de 200 casos, ampliándose a partir de ese momento la muestra de GBA a 800 casos. Finalmente, desde agosto de 2001 se incorporó el aglomerado Gran Mendoza, ampliando así la cobertura de la encuesta.
En el gráfico 4.48 se presenta la evolución del empleo privado formal a partir de mayo de 1998, considerando como año base agosto de 2001.
Se puede observar que el empleo privado cayó en todos los aglomerados, especialmente en Córdoba.
Es importante destacar sin embargo, que en los últimos dos meses se ha producido una desaceleración de la destrucción neta de puestos de trabajo.
Asimismo, la Encuesta de Indicadores Laborales elabora un índice de variaciones trimestrales en el empleo por rama y tamaño de la empresa en las tres ciudades mencionadas. En el Cuadro 4.12 se puede apreciar la problemática del empleo privado en forma más desagregada, considerando las variaciones entre el segundo trimestre del 2002 y el segundo trimestre del 2001.
Para el Gran Buenos Aires, hubo una caída en el empleo de todo tipo de empresa, siendo las más afectadas los pequeños emprendimientos de 10 a 49 ocupados y las del área de Construcción y Comercio, restaurantes y hoteles.
En la ciudad de Córdoba es donde las pequeñas y medianas se vieron más perjudicadas con una disminución del empleo con respecto al año anterior de 17,2%. También se vio fuertemente deteriorado el sector Construcción y Servicios financieros.
Por último, en Rosario también se destaca la pérdida de puestos de trabajo en las PYME y en el área de la Construcción.
Con respecto a las expectativas del empresariado en la región en agosto de 2002, más del 80% de las empresas de los cuatro aglomerados relevados esperan mantener sus dotaciones en los niveles actuales en los próximos tres meses.
Las firmas que esperan nuevas incorporaciones de personal disminuyeron en todos los aglomerados relevados, a excepción de Gran Córdoba, donde crecieron. Las empresas que esperan nuevas bajas de personal disminuyeron en Gran Buenos Aires y aumentaron en Gran Córdoba, Gran Rosario y Gran Mendoza.
4.4.4. Empleo no registrado
Una de las características del mercado laboral en Argentina en los últimos años ha sido el deterioro en la calidad del empleo. Para analizar este hecho se pueden considerar los incrementos en las jornadas parciales involuntarias medidas por la tasa de subempleo demandante. La misma alcanzó el 12,7% en mayo de 2002.
Por otro lado, otro indicador utilizado es el porcentaje de asalariados en negro, que se estima en base a aquellos trabajadores a los que no se les realizan aportes jubilatorios. El gráfico 4.49 muestra el aumento de este porcentaje en el transcurso de la década. En mayo de 2002, el 37,9% de los trabajadores asalariados se encontraba en esta situación.
Al igual que lo sucedido a nivel nacional, en los principales aglomerados de la Región Centro el empleo en negro creció en forma considerable durante los ’90 (ver gráficos 4.50 y 4.51). Los niveles mas altos se observan en Concordia, Río Cuarto y Gran Córdoba.
Se puede destacar que hubo una leve mejora entre mayo de 2001 y mayo de 2002 en los aglomerados de Gran Córdoba y Gran Rosario.
Asimismo, resulta conveniente señalar el efecto que esta precarización laboral tiene en la salud de la población. La inestabilidad laboral se traduce en inestabilidad de ingresos y la carencia de servicios sociales como salud, provoca una mayor presión sobre los hospitales públicos. A su vez, la ausencia de aportes al sistema jubilatorio también constituirá un grave problema en los próximos años.
4.4.4.1. Empleo No Registrado según rama de actividad
En todos los aglomerados se evidencian tendencias similares. La mayor cantidad de trabajadores en negro se concentran en el rubro Servicios comunales, sociales y personales, seguido por el sector de Comercio, restaurantes y hoteles y luego por el rubro Industria Manufacturera (ver cuadro 4.13).
Se puede decir que, según el tamaño de la empresa, el empleo en negro se concentra en los establecimientos pequeños de 2 a 5 empleados. En cuanto a las características de las personas que se encuentran en esta situación, se puede observar en mayo de 2002 que afecta en mayor medida a las personas de bajo nivel de instrucción, las que no son jefes de hogar y las que tienen entre 25 y 49 años. Asimismo, los trabajadores precarios se componen casi en igual proporción por mujeres y hombres.
En el caso de Córdoba la tendencia es similar a la mencionada, con la particularidad que existe un elevado porcentaje de trabajadores en negro con un nivel educativo superior o universitario. En Paraná ocurre algo similar, con la excepción que son las mujeres la que mayor sufren esta situación laboral. Por último, en Rosario se verifican las dos excepciones mencionadas anteriormente, es decir, hay una mayoría de mujeres en negro y un elevado porcentaje de trabajadores con nivel de educación superior o universitaria.
Una aproximación a la calidad del empleo
Como se destacara en informes anteriores, la gran desocupación que afecta al país se traduce no sólo en inconvenientes psíquicos y económicos para todas aquellas personas que desean participar del mercado laboral y no pueden, sino también en diversas dificultades para las personas ocupadas. Muchas de ellas se ven expuestas a realidades como incrementos de las jornadas parciales involuntarias, trabajo en negro, inestabilidad ocupacional y de ingresos e incluso sobreocupación.
Una aproximación al estudio de la calidad del empleo, puede realizarse a través del porcentaje de la población ocupada con problemas laborales. En esta categoría se incluyen diversas situaciones, como los asalariados que no realizan aportes jubilatorios, los subocupados, los que tienen ingresos iguales o menores a $200, los ocupados no permanentes3, los sobreocupados no calificados, las personas que son beneficiarias de planes de empleo, los cartoneros o vendedores ambulantes y aquellas con trabajo en el club del trueque.
En el Gráfico 4.52 se observa que para el promedio de los aglomerados urbanos del país un 57% de los ocupados presenta algún inconveniente en su actividad laboral. Asimismo, los trabajadores que se ven más afectados, se concentran en las ciudades de Concordia, Río Cuarto y Santa Fe.
3Incluye temporarios, changas o desconocido
4.4.5. SALARIOS
4.4.5.1. Evolución de los Salarios Promedios
En cuanto a la evolución de los salarios, una estimación surge de la serie de ingresos promedio de los asalariados con datos de la EPH. Estos se refieren a los ingresos de la ocupación principal de los asalariados, incluyendo tanto los salarios formales como los informales.
En mayo de 2002, el salario promedio para todos los aglomerados urbanos del país alcanzó los $548,5, mientras que para el promedio para la Región Centro fue de $425,2.
Santa Fe, Gran Córdoba y Gran Rosario son los aglomerados con ingresos medios más altos de la Región, mientras que Concordia es la ciudad con salarios más bajos.
Por otro lado, es posible obtener las remuneraciones brutas promedio devengadas de los puestos de trabajo declarados al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP). En base a estos datos, el salario promedio en julio de 2002 para todo el país era de $991, mientras que para la Región Centro era de $755.
En el gráfico 4.55 se observa la gran diferencia entre la media nacional y las provincias de la región. Este hecho se debe fundamentalmente a los elevados salarios medios de jurisdicciones como Buenos Aires (1.381$), Chubut, Neuquen, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Aunque no es el espíritu del presente informe, es importante destacar dos aspectos que, debido a la devaluación que enfrentó el país, han afectado los niveles salariales.
Por un lado, luego de un período de estabilidad se ha registrado en el país un incremento en el nivel de precios de los bienes sin que aumentaran los salarios. Esto provocó un deterioro del poder adquisitivo que afectó principalmente a los asalariados de ingresos más bajos4.
El otro factor que debe considerarse es el incremento en el tipo de cambio que llevó a que los salarios en términos de dólares hayan caído significativamente. Si bien esto también provoca una pérdida de poder adquisitivo del salario, también implica un menor costo laboral y en cierta medida aumentaría la competitividad de los sectores mano de obra intensiva.
Si, por ejemplo, se considera el salario medio en la Región Centro, éste pasó de U$S 450 en octubre de 2001 a U$S 125 en mayo de 2002, a un tipo de cambio actual de 3,6. Sin embargo, esta ventaja no será permanente, primero porque es de esperar que el tipo de cambio real disminuya y además porque seguramente existirán presiones para lograr incrementos en los salarios corrientes.
4.4.5.2. Sector Público vs. Sector Privado
Un análisis interesante es el que resulta del estudio de los niveles de salario medio según algunas variables seleccionadas que se presentan en los gráficos a continuación.
En base a esta información se puede establecer que, tanto el salario medio en el sector público como en el privado, han experimentado una reducción. Sin embargo, se puede observar claramente que el salario en el sector público se ha mantenido por encima del salario del sector privado y que esta brecha se ha incrementado en los últimos años. Mientras que la reducción del salario del sector público fue del 19,7% entre octubre de 1994 y mayo de 2002, el salario en el sector privado se redujo un 24,4% en el mismo período.
Esto puede compararse asimismo con la cantidad de horas semanales trabajadas en cada uno de los dos sectores. A nivel nacional, se registra un promedio de 40,7 horas trabajadas en el sector privado, mientras que el sector público se ubica en un promedio de 34,3 horas.
Esta diferencia se mantiene en todos los aglomerados de la Región Centro, siendo más importante en las ciudades de Concordia, Paraná, Gran Rosario y Río Cuarto.
4Ver también capítulo de distribución del ingreso
4.4.5.3. Salarios según sexo
Otro aspecto que resulta interesante de analizar es la brecha de ingresos medio entre hombres y mujeres. A lo largo del período considerado el salario femenino ha representado aproximadamente el 74% del salario de los hombres. Esta diferencia se ha reducido levemente, pasando de representar el 72% en mayo de 1994 al 76% en mayo de 2002.
A su vez, ambos niveles salariales se han deteriorado en los últimos años, en el caso de los hombres se redujo un 13,5% y en el caso de las mujeres un 10,1%5.
Este tema es importante ya que las diferencias en la remuneraciones siguen siendo una de las formas más persistentes de desigualdad. Entre los factores que inciden en esta característica se puede citar la distinta composición estructural de la fuerza de trabajo masculina y femenina (por ejemplo distintas posibilidades de acceso a empleo formales e informales), el número de horas trabajadas por mujeres y hombres, su edad y su nivel educativo.
En el Informe Laboral de la Organizacion Internacional del Trabajo se realiza un estudio detallado del tema para distintos países de América Latina y el Caribe. En el mismo se señala que la diferencia entre la remuneración promedio de mujeres y hombres disminuyó durante la década pasada. Considerando datos para 15 países de trabajadores no agrícolas, se aprecia que la relación entre los ingresos de mujeres y hombres por hora trabajada aumentó de 0,68 a comienzos de la década de los ‘90, a 0,78 a fines de la misma.
5Esto puede deberse a la mayor participación de las mujeres en el sector público.
4.4.5.4. Salario medio según relación contractual
En el caso del salario según relación contractual, se observa una gran diferencia entre lo acontecido para los trabajadores registrados y para los no registrados.
Por un lado, el salario formal mejoró hasta octubre de 1998, fecha a partir de la cual comenzó a decrecer. Por su parte, en el informal se produjo un deterioro constante en todo el período considerado.
4.4.5.5.Salario según rama de actividad
En cuanto a los salarios según rama de actividad, la evolución de los distintos sectores se puede observar en el gráfico 4.59. Claramente los sectores más perjudicados han sido los de Construcción y el de Comercio, Restaurantes y Hoteles. Estos son justamente los que presentan mayor cantidad de trabajadores no registrados.
El sector con salarios medios más elevados corresponde al de Transporte, Almacenaje y Comunicaciones y el de la Industria Manufacturera.
4.4.5.5.Salario por nivel educativo
Por último, se pueden apreciar claramente las diferencias salariales según los años de educación formal del trabajador, distancia que se ha mantenido en los años considerados. Las personas con niveles educativos inferiores a secundario completo, reciben los niveles salariales más bajos. La mayor diferencia salarial se da en el caso de los trabajadores con nivel superior o universitario. Este hecho representa la mayor productividad laboral que alcanza una persona a medida que aumenta su capital humano.
Es importante destacar que la caída en los salarios se evidencia para todos los niveles educativos; sin embargo, dicha disminución se da con mayor intensidad a medida que aumenta la educación alcanzada por el trabajador.
4.4.6. Algunas características de desempleo en Argentina
En esta sección se presentan algunas características de las personas que están desocupadas en Argentina. En base a estos indicadores pueden establecerse pautas de la intensidad del problema en el país.
En el gráfico 4.61 se puede apreciar la existencia de una importante cantidad de personas que buscan trabajo durante un tiempo prolongado. Mientras el 41% está desocupado desde los últimos 3 meses, el 46% lo está desde hace 3 meses a 1 año. A esto debe sumarse que el 13% ha superado el año de búsqueda laboral.
Por otro lado, es importante evaluar el comportamiento de la tasa de desempleo de las personas que constituyen el sustento económico familiar, los denominados jefes de hogar. Se espera que estas personas tengan un menor nivel de desempleo que el promedio de la población ya que debido a la necesidad económica están dispuestos a aceptar menores beneficios laborales, mientras que los que se conocen como trabajadores secundarios, pueden dedicar mayor tiempo a la búsqueda de un empleo.
En el gráfico 4.62 se observa un importante incremento en la tasa de desempleo de los jefes de hogar en los principales aglomerados de la Región Centro.
En cuanto a las características de los desocupados por nivel educativo, el gráfico 4.63 muestra que la mayoría corresponde a personas con primario incompleto o secundario completo. Asimismo, un 6,9% de los desocupados son personas que alcanzaron niveles de educación superior o universitario.
Por otro lado, considerando el sexo de los trabajadores, no parecerían existir grandes diferencias en cuanto a la tasa de desempleo, tanto a nivel país como para las ciudades de la Región.
En general, ésta es mayor en el caso de los varones, con excepción de Gran Rosario.
4.4.7. Programas de empleo
Las políticas de empleo que lleva a cabo el Ministerio de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos pueden clasificarse en dos grandes áreas:
a) Políticas activas de empleo son aquellas que demandan algún tipo de capacitación y /o trabajo por parte del beneficiario, mejorando de esta manera su acceso al mercado laboral.
ü Programas de empleo: son aquellos que están destinados al financiamiento de mano de obra para el desarrollo de infraestructura económica; incentivos de Pymes para la creación de
ü puestos de trabajo y el respaldo de mano de obra para brindar servicios de promoción y desarrollo comunitario.
ü Programas de capacitación laboral: son aquellos destinados a ofrecer nuevos conocimientos que mejoren las condiciones de inserción en el mercado laboral.
b) Políticas pasivas de empleo son aquellas que, a diferencia de las anteriores, no demandan ningún tipo de acción por parte del beneficiario.
ü Seguro de Desempleo6: se otorga a trabajadores despedidos por causas ajenas a su voluntad y que tengan un mínimo de aportes al Fondo Nacional de Empleo.
En Argentina los montos destinados a programas de empleo a nivel nacional registraron un máximo de $298 millones en 1997, momento a partir del cual decrecen para todos los años, alcanzando en el 2001 $160 millones de pesos. Sin embargo, y debido a la crisis social que se agudizó en el 2002 el monto destinado a programas de empleo superarían los $1.800 millones.
Asimismo, los promedios de prestaciones anuales, es decir el número de beneficiarios, se incrementó de 1.101.672 personas en el 2001, a 9.253.104 en los primeros 9 meses del 2002.
Por otro lado, y como se observa a partir del gráfico 4.65, el monto gastado en programas de empleo tiende a disminuir en mayor proporción que el número de prestaciones, lo que estaría indicando que la prestación promedio ha disminuido constantemente durante la década.
En cuanto a la participación de las provincias de la Región Centro, si bien se incrementó considerablemente a partir de 1996, disminuyó nuevamente a partir del año 2000, representando en el 2002 el 18% del monto destinado a programas de empleo.
6La última información disponible de seguros de desempleo es para el año 2001 y puede consultarse en el Balance de la Economía Argentina 2001.
4.4.7.1. Programas de Empleo Nacionales
Una de las características del corriente año ha sido la unificación de programas de empleo a nivel nacional. Es decir, hasta el año pasado a los fondos destinados a ayuda laboral con fondos del tesoro nacional había que sumar los fondos destinados a este fin por los gobiernos provinciales.
A partir de la declaración de la Emergencia en materia social, económica, administrativa, financiera y cambiaria a través del decreto 165/2002 se declaró hasta diciembre de 2002 el «Estado de Emergencia Ocupacional Nacional». Entre las acciones destinadas a paliar esta situación, se creó el «Programa Jefes de Hogar» destinado a jefes y jefas de hogar desocupados, con hijos de hasta 18 años o discapacitados, o de hogares donde la jefa o la cónyuge, se hallare en estado de gravidez.
Es por ello que en el gráfico 4.66 este programa representa el 93% de las prestaciones y de los fondos destinados a programas de empleo.
Otros planes de empleo que aún están vigentes y que se destacaban hasta el año 2001, fueron el Plan Trabajar7 y el Programa de Emergencia Laboral (PEL8). Por último, también se encuentra vigente el plan Crear Trabajo, que se orienta a apoyar la creación y/o mantenimiento de puestos de trabajo estables, en el marco de microemprendimientos familiares y comunitarios o micro y pequeñas empresas dentro de la actividad extractiva, manufacturera, agropecuaria, de servicios turísticos, etc9.
7 PROGRAMA TRABAJAR: Es un Programa de Empleo Transitorio. El Ministerio de Trabajo financia una ayuda económica no remunerativa de hasta $200 mensuales para personas que trabajen en proyectos de 3 a 6 meses de duración y que tengan por finalidad satisfacer necesidades socialmente relevantes por medio de la construcción de obras de infraestructura social comunitaria. El Proyecto tiene que ser llevado a cabo por organismos públicos nacionales, provinciales, municipales u ONG sin fines de lucro, que deberán proveer los materiales, maquinarias, herramientas y la mano de obra calificada necesaria para la concreción de las obras. Está dirigido a trabajadores desocupados, personas de bajos recursos y escasa calificación laboral, preferentemente jefes o jefas de hogar, que no estén percibiendo prestaciones por seguro de desempleo ni estén participando en algún otro programa del Ministerio.
8 PROGRAMA DE EMERGENCIA LABORAL COMUNITARIO: Es un programa de Empleo Transitorio similar al anterior pero la ayuda económica no remunerativa es de hasta $160 mensuales. Está dirigido a trabajadores desocupados, con las mismas características que en el caso anterior pero se exige que en los proyectos un mínimo del 60% de los beneficiarios propuestos sean mujeres.
9 El MTEySS otorga a los proyectos encuadrados dentro de este programa un subsidio de $200, por tres a seis meses, que se considerará remunerativa, es decir, como pago a cuenta del salario.
Los proyectos deben ser presentados por organismos públicos nacionales, provinciales o municipales o por Asociaciones profesionales de trabajadores, cámaras empresariales u organismos no gubernamentales. Estas mismas instituciones podrán avalar proyectos presentados por empresas manufactureras, agropecuarias y extractivas. Asimismo, podrá ser beneficiario de este programa toda persona desocupada, mayor de 18 años, que no perciba prestaciones previsionales, por seguro de desempleo o por otro programa del MTEySS, o de otro programas nacionales provinciales o municipales. Tampoco deberá registrar aportes a la Seguridad Social al momento de su incorporación.
Los programas anteriores se complementan con Programas de Capacitación10como el Programa de Formación y Certificación de Competencias, Talleres Ocupacionales, Talleres Protegidos de Producción y Formujer.
Actualidad Laboral
Durante el 2002, dos fueron las personas encargadas de la cartera laboral y varios los proyectos presentados para enfrentar la situación de emergencia laboral. Entre las medidas que se implementaron o están en negociación se pueden mencionar:
· Reducción de la jornada laboral con el propósito de generar mayor empleo (en discusión)
· Eliminación de la ley que establecía la doble indemnización en caso de despido en este período de crisis laboral11
· Incremento de $100 en los salarios de una parte de los trabajadores en relación de dependencia (decreto 1273/02)12
· Incremento del haber jubilatorio mínimo a $200 que implicaría como máximo un ajuste de 50$ (decreto 1275/02)
El impacto de estas dos últimas medidas fue analizado por el SiEMPRO. El mismo establece que, en el caso del efecto compensatorio del aumento salarial cumple su cometido sólo de manera parcial debido al alcance limitado de la medida. En el caso del aumento previsional, esta medida sí tuvo un carácter más progresivo13.
· Universalización de la cobertura del seguro por accidentes laborales. La extensión del seguro, llegaría en forma obligatoria para los empleadores del servicio doméstico que trabajen 16 horas semanales o más y a los beneficiarios de planes de empleo y beneficiarios de pasantías. En cambio, para los autónomos, la inclusión en el régimen sería optativa e iría de la mano de ciertos incentivos para la permanencia en el sistema de la seguridad social.
· Cambios en las obras sociales: los trabajadores de tiempo parcial que cobren una remuneración inferior a $ 240 podrán optar por ingresar o no en una obra social para tener cobertura de salud. (decreto 1867/02). Se fija el carácter voluntario del régimen para esos trabajadores y se los exime, tanto a ellos como a sus empleadores, de hacer aportes y contribuciones cuando no se ejerza la opción. También se establece que al menos hasta diciembre cada gremio tendrá garantizado un ingreso mínimo de $ 47 per cápita, en reemplazo de los $ 40 actuales14.
10 Mayor información puede consultarse en la pagina del Ministerio de Trabajo de la Nación www.trabajo.gov.ar.
12 A septiembre de 2002 se estimaba que el 18,5% de los empleados en esta situación aún no habían cobrado el aumento (La Nación 17/09/2002).
13 SiEMPRO (2002) Impacto Social Comparativo del aumento salarial y previsional del programa Jefes-as de Hogar desocupados.
14La Nación 9/10/2002