ENTORNO REGIONAL: REVALORIZANDO LA REGIÓN CENTRO
CAPÍTULO 2: ENTORNO REGIONAL: REVALORIZANDO LA REGION CENTRO
A partir de la reforma constitucional de 1994 se ha advertido un cierto progreso en la regionalización que el país necesita para superar sus problemas federales. Claros ejemplos son los pasos dados para conformar la Región Centro, el Nuevo Cuyo y la Región Patagónica. En este contexto es que en agosto de 1998 se constituye formalmente la Región Centro. Los avances más notables se aprecian en las iniciativas y actividades realizadas por las instituciones intermedias, al mismo tiempo que se observa un cierto estancamiento, y en algunos aspectos aún un retroceso, de las tareas que deberían haberse efectuado en el ámbito gubernamental. Por tal motivo, un grupo de entidades intermedias de la región junto con legisladores nacionales y provinciales se reunieron recientemente en una mesa de trabajo convocada por la Bolsa de Comercio de Córdoba donde se analizaron los próximos pasos a seguir para consolidar las instituciones relacionadas con el proyecto regional. En el presente capítulo se resumen algunos conceptos referidos a los rasgos básicos de la región que ya fueron tratados extensamente en las ediciones del Balance de la Economía Argentina de los años 1997 a 2001, agregándose también consideraciones sobre la estructura institucional y los resultados de la referida reunión.
2.1. El Entorno Geográfico de la Región Centro
En el territorio sudamericano puede identificarse una región que se destaca por su nivel de desarrollo económico, la diversidad y cantidad de recursos naturales disponibles y su potencial de crecimiento. La misma está comprendida aproximadamente por las regiones sur y sudeste de Brasil, la República del Uruguay, la franja central del territorio Argentino y la región central de Chile.
En diciembre de 1997 el IIE introdujo el concepto de «Corredor Austral de Crecimiento» para denominar esa región.
Para un mejor análisis de las posibilidades de desarrollo económico y de intercambio comercial dentro de dicho corredor, el mismo puede ser dividido, en su parte más austral, en cuatro regiones que se complementan y que en el futuro pueden impulsar en forma notable la economía del Cono Sur del continente:
I) Región de Uruguay y Sur de Brasil, integrada por la República Oriental del Uruguay y los Estados Río Grande do Sul y Santa Catarina en el territorio brasileño;
II) Región Central Amplia, formada por las provincias argentinas de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Rioja, San Juan, San Luis y Mendoza;
III) Región Buenos Aires, que corresponde al territorio de la provincia de Buenos Aires, Capital Federal y el Conurbano;
IV) Región Central de Chile, integrada por las regiones IV, V, VI y Area Metropolitana.
En el territorio argentino comprendido dentro del denominado «Corredor Austral de Crecimiento» se identificaron dos regiones que apuntan a lograr una primera aproximación a una nueva estructura regional para el país. Por un lado, la «Región Central Amplia», definiéndola como aquella formada por las provincias de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y la Región Nuevo Cuyo1 y, por el otro, la región «Buenos Aires» que comprende la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el resto de la provincia.
A nuestro criterio, la primera constituye una región alternativa y complementaria a la región «Buenos Aires», necesaria para impulsar un desarrollo económico regional más equilibrado dentro de la propia franja central del territorio argentino2 .
Aún así el desequilibrio entre estas dos regiones y el resto del país es muy grande en términos de actividad económica. Por eso es conveniente dividir a cada una de ellas en dos subregiones. En la Región Central Amplia separando la Región Centro y la Región Cuyo, y en la Región «Buenos Aires» la Ciudad Autónoma de Buenos Aires del resto de la provincia. Debería estudiarse la conveniencia de intentar otro tipo de estructura sub-regional que comprendiera, por un lado la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los partidos del conurbano, y por el otro, al resto de la provincia. En lo que resta del capítulo continuaremos considerando la primera opción.
A continuación, incluimos los rasgos básicos de lo que podría ser una de las alternativas de regionalización. En la misma, se pueden distinguir seis regiones en el país que mantienen un mayor equilibrio entre si al considerarse el valor del Producto Bruto Geográfico relativo de cada una y las posibilidades de desarrollo económico potenciales. En este esquema, se atenúan las grandes diferencias entre la provincia de Buenos Aires y las restantes jurisdicciones y se mejora substancialmente el poder de negociación regional reafirmándose el federalismo. A su vez, es posible estructurar en forma más adecuada las relaciones entre el gobierno nacional y los gobiernos subnacionales por región.
1 Siguiendo la división regional propuesta por Zamorano (Zamorano, M.; 1969), la cual incluye gran parte de los territorios de las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis.
2 Ver «El Balance de la Economía Argentina en 1997», Capítulo 8.
En esta aproximación a una nueva estructura federal, las regiones quedarían definidas de la siguiente manera:
a) Ciudad Autónoma de Buenos Aires
b) Región Buenos Aires: 24 Partidos del Gran Buenos Aires y Resto de Buenos Aires.
c) Región Centro: Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos
d) Región Nuevo Cuyo: La Rioja, Mendoza, San Juan y San Luis.
c) Región Norte: Catamarca, Corrientes, Chaco, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta, Santiago del Estero y Tucumán
e) Región Sur: Chubut, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur.
Desde el punto de vista de los recursos disponibles y del desarrollo económico actual, esta división política es sensiblemente más equilibrada que la actual.
Como puede apreciarse en el cuadro 2.1, la diferencia entre la región con el mayor PBG total y el menor es de aproximadamente cinco veces. Con la división jurisdiccional actual, el PBG que se genera en el territorio de la provincia de Buenos Aires, excluida la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es ciento seis veces el PBG de Formosa. Con semejante diferencia, se produce una enorme distorsión en las formas de representación política y la negociación de los aspectos referidos a la administración pública, tales como la distribución de la carga impositiva, el plan de obras públicas, la distribución de los subsidios por desocupación, etc.
En los últimos años, las iniciativas de regionalización han avanzado hacia una nueva configuración federal, aproximándose a un esquema parecido al que se incluye en este capítulo. Por cierto, la estructura definitiva deberá tener en cuenta aspectos tales como los pasos cordilleranos actuales y a construir, los puertos fluviales, la red vial y ferroviaria, es decir la disponibilidad y forma en que las regiones económicas más homogéneas se comunican entre si y con el resto de la economía mundial. Habrá que considerar los aspectos culturales e históricos, los antecedentes de los acuerdos entre las actuales provincias y el equilibrio en la disponibilidad de los recursos naturales. También es importante tener en cuenta la especialización de la mano de obra, la trayectoria industrial, los recursos no explotados, etc.
Por último, es conveniente no olvidar que otra ventaja importante de la regionalización es el ahorro que puede producirse en la administración del sector público al reducirse la estructura burocrática y aplicar los recursos en actividades más productivas. Esto no debe interpretarse como un objetivo en si mismo sino como un medio para alcanzar más eficiencia.
Así, por ejemplo, será más fácil discutir una nueva ley de coparticipación federal y el traspaso de las potestades impositivas dentro de un esquema de descentralización.
En síntesis, el primer paso necesario para terminar con la organización económica, social corporativa y prebendaria que prevaleció en el país durante los últimos cincuenta a setenta años es un cambio drástico en su estructura federal.
El mecanismo de transferencia de la renta generada por la explotación de los recursos naturales hacia un gobierno central que luego los distribuye regionalmente está en crisis desde hace muchos años y difícilmente pueda mantenerse en las próximas décadas.
El mismo no resulta eficiente en la medida en que las dificultades y conflictos que genera requieren de una gran burocracia que consume buena parte de los recursos y otorga muchas oportunidades a la corrupción. A su vez, asfixia a la pequeña y mediana empresa, aumentando la desocupación y demandando mayores volúmenes de gasto social. Por tal motivo es necesario incrementar los impuestos lo que debilita a las industrias ligadas a la explotación de los recursos naturales que generalmente interrumpen el proceso de inversión. El círculo vicioso aumenta sus efectos sobre el resto de la economía, dando lugar a los fuertes comportamientos cíclicos observados. Por cierto que el esquema descrito conduce a concentrar las decisiones, la riqueza y la renta en el lugar donde se radica el gobierno nacional o sea la Ciudad de Buenos Aires.
Finalmente, muchas de las provincias terminan subsistiendo en gran parte sólo gracias al gasto público. La estructura jurídica prevaleciente discrimina de cualquier emprendimiento que no se encuentre relacionado al sector público o a las grandes empresas que gozan de privilegios frente al debilitamiento de las restantes instituciones. La red productiva languidece y se producen grandes inmigraciones con sus secuelas de pobreza. En este enfoque poco cuentan las políticas económicas exitosas, porque tarde o temprano terminan
respondiendo a la vieja organización establecida sobre la base de explotar generosos recursos naturales y menospreciar el valor agregado y la innovación. Este modelo de organización y sus consecuencias se analizará con mayor detalle en el capítulo de Perspectivas Económicas.
2.2. La regionalización desde una óptica económica
Económicamente, la regionalización se concibe como la coordinación de factores, recursos y medios con el objeto de optimizar las oportunidades de desarrollo de un área geográfica determinada. En este sentido, regionalizar significa constituir una alianza estratégica entre jurisdicciones territoriales a fin de aprovechar oportunidades y asumir los desafíos impuestos por el contexto.
El enfoque regional ayuda a encontrar e implementar soluciones a problemas particulares o específicos, creando un ambiente de cooperación empresarial e institucional que facilita la cooperación y la complementación. Así, la regionalización debe advertirse como una gran oportunidad, ya que posibilita el diseño de instrumentos propios y específicos de promoción, lo que significa asumir cabalmente la propia responsabilidad del desarrollo.
Existe una extensa serie de ventajas concretas que pueden mencionarse como resultado de la puesta en marcha de un proceso de regionalización, destacándose:
– Aprovechamiento de recursos productivos
– Mejoras en materia de logística y transporte
– Economías de escala y especialización productiva
– Planificación conjunta de obras de infraestructura
– Promoción de inversiones y atracción de capitales
– Oferta exportadora más completa y variada
– Incentivos específicos al sector productivo
– Coordinación y armonización de políticas
– Mejoras en el poder negociador de la región
En virtud de los grandes beneficios que acarrea la regionalización surgen varios interrogantes, pero sin dudas el más importante es ¿quiénes son los agentes encargados de llevar adelante el proceso de regionalización? Antes de responder, se debe considerar que las tareas que requiere la integración regional no son sencillas; hay que construir una eficiente infraestructura de transporte, modernizar los Estados provinciales y municipales, promover conjuntamente las exportaciones y las inversiones y armonizar y coordinar políticas, entre los aspectos más relevantes.
La complejidad de la temática a abordar para lograr una exitosa integración regional entonces, requiere de la participación de todos los sectores de la vida económica, política y social. Por ello, el papel de las Instituciones es muy significativo. Se requiere de una aceitada articulación entre organizaciones públicas y privadas, de investigación y educativas, ONG´s y sectores económicos.
Sin embargo, hay un agente que necesariamente debe adoptar una actitud protagónica.
Este agente debe ser el Estado, lo cual no debe confundirse con el Gobierno, porque lo que se necesita es un entorno institucional estable en el tiempo.
2.3. La realidad socioeconómica de la Región Centro
La Región Centro cuenta con una superficie de 377.109 km2 y una población que supera los 7,3 millones de habitantes. La misma ejerce una influencia que trasciende su tamaño y caudal de población. La misma aporta más de u$s 50.000 millones al producto bruto argentino (2001). Con sólo el 20% de la población, genera un tercio de las exportaciones argentinas, por un valor superior a los u$s 7.300 millones.
La importancia relativa de la Región Centro sobre la economía argentina queda expresada en el repaso de una serie de indicadores socioeconómicos expuestos en el cuadro 2.2.
2.4. Estructura Institucional de la Región Centro
En 1994 se incorporó a la Constitución Nacional una cláusula de gran trascendencia:
la facultad que se da a las provincias argentinas para la creación de regiones para el desarrollo económico y social y para celebrar convenios internacionales (art 124).
En nuestro país no coincide el mapa político con el mapa regional, ni los límites de las provincias con los de las regiones que siempre aparecen más extensas que las divisiones provinciales. Así, son las regiones las que pueden convertirse en instrumentos adecuados para cumplir una tarea nacional complementaria de las provincias a fin de promover su completo desarrollo.
La Constitución faculta para promover y consolidar las economías regionales a las provincias, mejorar el desarrollo, crear nuevos polos de crecimiento y complementar la integración nacional. El regionalismo se convierte en una herramienta complementaria del federalismo que existe para integrar zonas de distintas potencialidad cultural, económica y social.
Desde finales del siglo XX, en la República Argentina se suscitaron procesos integrativos. En el caso del proceso de regionalización de la Región Centro, su institucionalización se dio a través de un cronograma de hechos que dieron como resultado la constitución de la misma.
El 26 de noviembre de 1996 en la ciudad de Córdoba, los entonces gobernadores de la provincia de Córdoba -Ramón Mestre- y de Santa Fe -Jorge Obeid- con sus respectivos gabinetes discutieron temas de la integración. En 1997 se repitió el encuentro en la ciudad de Santa Fe incorporando a empresarios y legisladores. En mayo de 1998 en las localidades de Landeta (Santa Fe) y El Fortín (Córdoba) se firmó la Declaración Conjunta, en la cual los gobernadores se comprometieron a impulsar la creación de la Región Central.
Antes de la constitución formal de la región, el 31 de Julio de 1998 en la ciudad de Santa Fe se realizó la reunión constitutiva de la Comisión Interparlamentaria para la Integración y Desarrollo de las provincias de Córdoba y Santa Fe.
La Región Centro se constituyó formalmente el 15 de agosto de 1998 en las ciudades Frontera (Santa Fe) y San Francisco (Córdoba) a través de la firma del Tratado de Integración Regional en el contexto de un país tradicionalmente centralista, con el fin de promover entre esas provincias el desarrollo económico y social y el humano; la educación, la ciencia, el conocimiento y la cultura.
Actualmente está en formación hacia su construcción definitiva y buscando impulsos desde lo sociopolítico y económico que ayuden a su concreción. Sin embargo, falta una voluntad política decidida y firme que logre sacar a la Región Centro del estancamiento en el que está inmersa.
En mayo de 2000, se ratificó el compromiso por parte de Santa Fe y Córdoba de continuar con el impulso de esta región y avanzaron en esa oportunidad, en la formación del Comité Ejecutivo, Comité Plenario (Comisión Parlamentaria Conjunta que se reuniría periódicamente trabajando en distintas comisiones de trabajo de temas afines a las partes en la región) y la Secretaría Permanente de la región.
La Secretaría Administrativa fue creada como el órgano de coordinación de la Región Centro. Según el Acta que la creó, funcionará de manera rotativa en ambas capitales de provincia y estará a cargo de un secretario designado por la Junta de Gobernadores y tendrá como función principal administrar y organizar el proceso de integración regional, velando por el cumplimiento de los tratados y brindando asistencia técnica y logística a los restantes órganos de la Región Centro.
A estas atribuciones deben sumarse las siguientes: elaborar el proyecto de presupuesto de todos los órganos, administrar la base documental de la Región Centro, establecer vínculos con otras entidades regionales de integración y cooperación, emitir el boletín oficial, informar lo actuado a la Junta de Gobernadores. Esta última será el centro estratégico desde donde emanarán las decisiones más importantes en cuanto al desarrollo de la estructura institucional y al cumplimiento de las decisiones operativas.
Un segundo órgano creado fue el Comité Ejecutivo, teniendo a su cargo la implementación y ejecución de las políticas regionales consensuadas por la Junta de Gobernadores, actuando únicamente en función de los intereses de la región. Estará integrado por los Ministros de las provincias signatarias, los titulares de las Cámaras legislativas y un delegado del Consejo Asesor para el Desarrollo Regional, y será conducido por una Mesa Ejecutiva integrada por los Ministros de Gobierno y secretarios generales de las provincias miembro. Otras competencias serían elaborar un programa anual de tareas, armonizar las legislaciones provinciales, establecer vínculos con organismos locales y supervisar la labor de la Secretaría Administrativa.
La Junta de Gobernadores constituye el máximo órgano ejecutivo y tiene a su cargo la conducción política del proceso de integración. Los gobernadores son responsables de formular las políticas regionales que luego serán implementadas por el Comité Ejecutivo en las jurisdicciones municipales y provinciales.
Este avance en la institucionalización que se diera luego de la conformación formal de la región no está funcionando en estos momentos en ninguna de las dos provincias firmantes.
No obstante, se llevaron a cabo distintos eventos que propiciaron un reforzamiento de la integración como el Primer Congreso Interprovincial sobre la Región Centro que tuvo lugar entre el 6 y 7 de mayo de 1999 y donde se tuvieron en cuenta los siguientes temas:
– Programa en conjunto de obras de infraestructura
– Crecimiento en volumen y diversidad de la oferta exportable
– Potenciación de la capacidad negociadora frente al Estado Nacional
– Aumento del atractivo de la región como receptora de inversiones
– Consolidación del federalismo
2.5. Mesa de trabajo: «Próximos pasos institucionales a seguir por Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe para constituirse en una
verdadera Región».
Durante el mes de septiembre el IIE convocó a una mesa de trabajo en la que se abordaron los próximos pasos institucionales a seguir por las provincias para la constitución de la Región Centro. Con ese objeto, se invitó a los principales referentes regionales en la materia, estando presentes Diputados Nacionales, Legisladores Provinciales y representantes de las Bolsa de Comercio de Córdoba, Entre Ríos, Rosario y Santa Fe, la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, las Universidades Nacional de Córdoba, Católica Argentina y Católica de Córdoba, el Instituto de Federalismo, la Fundación Centro, el Consejo Empresario de Entre Ríos, las Cámaras de Comercio Exterior de Córdoba y Entre Ríos, la Sociedad Rural de Córdoba, la Unión Industrial de Córdoba y la Federación del Citrus. A continuación se enumeran los principales conceptos vertidos en la mesa.
– El Entorno Global y Nacional Respecto a la tendencia observada a nivel internacional, se trajo a colación que Argentina está avanzando exactamente en sentido contrario al mundo desarrollado. Cualquiera que considere lo que ocurre hoy en la Unión Europea y en el Nafta, comprende que en el mundo actual lo que importa son las relaciones de región a región, de provincia a provincia e incluso de municipio a municipio. El ejemplo paradigmático es la Unión Europea, en donde no hay ninguna duda que, luego del Tratado de Maastricht y de Amsterdam, Europa es un continente de regiones. Esto indica con toda claridad que, frente a la globalización, una de las respuestas más inteligentes para promover el desarrollo económico y social no es otra que avanzar en las regiones.
Analizando lo hecho hasta el momento en Argentina, se advirtió que el esquema regional, tal cual fue planteado por la reforma constitucional de 1994, responde a un proyecto unitario en el país, en marcha desde hace algunos años, que busca consolidar en Buenos Aires el liderazgo completo. Esto deja al descubierto un país que no cumplió su proyecto federal y donde se sabe que en el 0,1% del territorio habita el 35% de la población y en un radio no mayor de 500 kilómetros del puerto porteño está asentado el 80% de la riqueza nacional.
Continuando con el análisis de los desequilibrios regionales, se dijo que Argentina es un país desintegrado, invertebrado, que presenta como dato para el análisis un ingreso per capita (2001) de u$s 22.800 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires contra u$s 1.900 en Santiago del Estero. En conclusión, una diferencia de 12 veces entre la zona más rica y la zona más pobre. Logicamente no hay país en donde no existan diferencias de tipo regional, pero en los países serios la diferencia es de 1 a 2 (como sucede en Estados Unidos entre los estados de New York y Alabama o en España la diferencia es de 3 veces entre Cataluña y el País Vasco hasta Extremadura).
El doctor Antonio María Hernández fue taxativo a la hora de definir el actual marco como un instrumento para destruir el federalismo argentino y para montar el proyecto unitarizante dirigido desde el puerto de Buenos Aires, el cual es apoyado por un ordenamiento transversal de partidos políticos, porque hay sectores que participan de esta tesis.
Por estas razones, durante la reunión se abonó la idea de que en la interpretación constitucional, la región sólo tiene que existir para el desarrollo económico y social. La región no es una instancia de tipo político para arrasar el federalismo argentino y nadie en una lectura constitucional correcta podría pensar en que hay que avasallar a las provincias o a los municipios. Lo que se debe corregir son los excesos que se cometen en esta materia, por lo tanto se señaló la inconstitucionalidad del proyecto Menem – Dromi, que con un criterio centralista pretende diseñar el mapa regional de Argentina desde el puerto, arrasando las autonomías provinciales y municipales.
La Región Centro en este contexto nacional, se planteó como la respuesta más inteligente y más importante para tratar de cumplir el proyecto federal de la Constitución Nacional y tratar de equilibrar el desarrollo argentino. Esto último es así porque la importancia política, estratégica y económica de la Región Centro la hace un gran frente al polo constituido por la provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La consolidación de la Región Centro significaría cambiar el ordenamiento territorial de Argentina y equilibrar el peso del área metropolitana de Buenos Aires.
– El Sector Público y la Regionalización En forma unánime los presentes reconocieron que, más allá del apoyo que siempre dieron a la idea de regionalización, no podían dejar de resaltar la falta de avances logrados luego de la reunión de Gobernadores de San Francisco, en 2000. Destacaron que, de no producirse modificaciones importantes en las estrategias para la constitución de las regiones en Argentina, el proceso corre el riesgo de quedar sólo en una expresión de anhelos.
Se defendió la imperiosa necesidad de contar con una estrategia para la organización de las regiones en Argentina. Para apoyarla, se debería pensar en políticas en las cuales el Gobierno Nacional transfiera responsabilidades a las regiones en la organización y en la adecuación del presupuesto de la Nación y en la formulación de obras públicas de envergadura que las regiones requieren y reclaman, entre los principales aspectos.
Desde los legisladores, se dejó claramente expresado que después de la decidida acción política que llevaron adelante los gobernadores Obei y Mestre, fue muy poco lo que se ha avanzado en el ordenamiento institucional de la Región Centro. Se hizo especial mención a la provincia de Entre Ríos, a la que nunca lograron sumar al diálogo con posterioridad al cambio de gobierno en 1999. Además, se expresó que dicha provincia nunca ratificó por medio de su Legislatura el acuerdo firmado en 1998 por las tres provincias. Esto motivó una de las primeras acciones concretas a emprender: iniciar el diálogo con legisladores entrerrianos para lograr la ratificación del acuerdo del 15 de agosto de 1998, para lo cual se propuso una serie de visitas de legisladores santafesinos y cordobeses a sus pares de la costa este del Paraná y también un encuentro con empresarios.
No obstante, se ratificó como punto fuerte de lo actuado que desde el punto de vista jurídico-constitucional, la Región está institucionalizada, faltando sólo la aprobación del acuerdo por parte de la Legislatura de Entre Ríos.
Sin embargo, en el terreno institucional aún se detectan algunas deficiencias como las diferencias existentes entre las Constituciones Provinciales. Al respecto, se comentó que las Constituciones de Santa Fe y de Entre Ríos son Cartas atrasadas, siendo las únicas que no han sido reformadas. Estas Constituciones tienen el problema de no reconocer, desde el punto de vista constitucional, la autonomía municipal y de no posibilitar el fenómeno de la integración. Entonces, resulta evidente que se deben adecuar los textos constitucionales provinciales a la realidad del siglo XXI y del mundo globalizado en el cual estamos insertos.
Otra cuestión sobre la que se conversó fue la dinámica y responsabilidades de la Comisión Interparlamentaria de la Región Centro, el único de los organismos regionales constituido y en funcionamiento. Al respecto, se expuso que los resultados de la misma tienen meros efectos declarativos, pero que aún así, tienen una función de trascendental importancia. Ello deriva de que, para lograr un proceso de integración serio, se debe contar con una legislación unificada, que elimine las asimetrías legislativas. Se debe conseguir que las distintas Legislaturas le cedan potestades a la Interparlamentaria para que conformen una legislación unificada o bien que ésta Comisión redacte proyectos y luego sus integrantes logren su aprobación en las respectivas Legislaturas provinciales. Sólo por medio de alguna de estas propuestas este «Congreso Regional» va a tener facultades ciertas para poder lograr la unificación que está incluida entre los tópicos de vital importancia inherentes a toda la propuesta de regionalización.
La unificación de la legislación permitiría, entre otras cosas, eliminar asimetrías, potenciar la intermunicipalidad y las áreas metropolitanas, homogeneizar las regionalizaciones existentes en la actualidad dentro de cada provincia en materia de salud, educación, seguridad; facilitar el comercio exterior, avanzar en criterios de ordenamiento del poder de policía y normas jurídicas y procesales, etc. Esto demuestra que el rol que podría jugar la Comisión Interparlamentaria reviste fundamental importancia, ya que para construir una verdadera región se debe consolidar un proyecto político, económico, jurídico y cultural de vastas proporciones.
Hay mucho por hacer en materia de coordinación, homogeneización, legislación, temas económicos, sociales, en educación, en salud, en seguridad de ordenamiento impositivo, de tratamiento de los aranceles profesionales; es decir hay multiplicidad de temas en que el sector público, especialmente el poder legislativo, puede ir avanzando en su esfera.
También se resaltó que no fue la recesión que vive el país desde 1998 la causa de las demoras en las que incurrieron los gobiernos provinciales en el aspecto regional. Por el contrario, la crisis económica, política e institucional, debiera haber sido un elemento que consolidara la región. Si se piensa por ejemplo en el poder político que tienen los legisladores ante el Congreso de la Nación (tanto senadores como diputados) en el debate de los grandes temas vinculados a los intereses de las provincias que integran la Región Centro, esa herramienta formidable nunca fue utilizada ni aún en medio de una crisis en que las tensiones y las pujas entre el poder central y los gobiernos de provincias hacían necesaria su utilización.
Por otro lado, las causas de este estancamiento del proyecto regional se atribuyeron a los problemas del tipo espiritual, moral y de capacitación que tiene la dirigencia política.
Se pronunció que actualmente hay voluntad y decisión mucho más honesta y transparentes y mucho menos mezquinas en el sector privado que en el sector público, destacándose que es necesaria una firme integración de los privados en torno a un objetivo estratégico como es avanzar en la conformación de la Región Centro.
– El Sector Privado y la Regionalización A modo de autocrítica, desde el sector privado se reconoció que, si bien es cierto que hubo un «quedantismo» de los sectores públicos de las provincias que conforman la Región Centro en los últimos años, también el sector privado mostró cierto grado de morosidad en el impulso de determinadas líneas de acción. Además, respecto al empresariado se dijo que hay una doble responsabilidad, de los funcionarios por no cumplir con sus obligaciones y de los sectores privados que a veces para congraciarse con el poder político no se animan a señalar con contundencia el incumplimiento de los funcionarios de su responsabilidad política.
Nuevamente el sector privado, no obstante reconocer las demoras, volvió a expresar su firme convicción respecto a la constitución de la Región Centro. En esta oportunidad, con el férreo apoyo de más de 20 instituciones intermedias de Entre Ríos.
En cuanto a políticas a implementar, desde la actividad privada se mencionaron cuatro temas como los aspectos de mayor importancia sobre los cuales empezar a trabajar. El primero de ellos la Infraestructura, un tema muy importante ya que sobre ella gravita el desarrollo económico y social de las regiones. La infraestructura influye en la productividad y en la mejora de la estructura de costos de las empresas, aportando al bienestar general de la población en función del comportamiento demográfico y mercado de trabajo, etc.
Hay consenso en que las inversiones en infraestructura son condición necesaria pero no suficiente para el impulso del crecimiento. El mayor o menor efecto que produzcan esas inversiones, lógicamente tendrá que ver con cómo se complementa con otros factores, como ser el capital humano, los recursos naturales, la tecnología disponible, y cómo se adiciona a ello la capacidad instalada y los desequilibrios entre la oferta y la demanda dentro de la región. Entonces, en ese sentido deberíamos nuevamente rescatar aquellos proyectos de importancia estratégica o aquellas obras de importancia estratégica para la región, muchas de ellas en curso de ejecución, para que con el peso propio de las provincias a través de sus gobernadores y legisladores en el orden nacional, podamos tener la fuerza suficiente para que esas obras se concreten y otras se pongan en marcha.
Entre las obras mencionadas se encontraron la autopista Córdoba-Rosario, la autovía Córdoba-Santa Fe, la profundización de las hidrovías, la finalización de la conexión física Rosario-Victoria y otras como la canalización de la laguna La Picasa que afecta a una región muy importante del interior y el proyecto Circunvalar que es un anillo ferrovial que rodea la ciudad de Rosario para evitar las congestiones en los puertos de la zona. Un punto aparte en el tratamiento mereció el ferrocarril Belgrano, una herramienta de enorme significancia si se piensa en explotar las potencialidades de la Región.
El tema que está planteado es que a falta de subsidio y ante la necesidad de casi duplicar el peaje que hoy se está cobrando, la firma concesionaria estaría dispuesta a conceder dos pies más de profundidad. Esto es necesario para insertarnos en el mundo exterior; por otra parte, los puertos de destino de nuestras colocaciones tienen mayores capacidades o mayor calado que lo que tienen los nuestros, por eso necesariamente debemos ir a mayor profundidad para abaratar los costos del flete.
Junto con las obras de infraestructura, también surgió la necesidad de hacer particular hincapié en lo relativo al transporte y la logística. Si se pretende que Argentina empiece a asumir un rol mucho más preponderante en materia de comercio internacional y la Región Centro en particular, deben transformarse en una cuestión clave las cadenas de suministros, gestión de almacenes, distribución física, etc.
Un segundo eje de trabajo lo constituiría impulsar la Denominación de origen. Lograr un alimento de la Región Centro que pueda tener un sello de calidad que lo identifique en el mundo y, por supuesto, tratar de impulsar el agregado de valor.
Otro tema planteado fue la Ciencia y Tecnología. Se deberían fijar rumbos hacia los cuales orientar la investigación realizada en la región, destacándose dos áreas: biotecnología y tecnología de la información. Se las planteó como dos cuestiones realmente transcendentes.
En cuarto lugar se mencionó el Turismo, un área de servicios que no ha sido suficientemente atendida por parte de los gobiernos y de la propia actividad privada regional. Finalmente, se resaltó como importante para el futuro económico de la región conservar una banca regional y desarrollar un mercado de capitales regional que trascienda lo meramente financiero.
– Regionalización y Municipios
Se observó como de fundamental relevancia el rol de los municipios en el proceso de regionalización, ya que hay que integrar al país a nivel supranacional, pero también hay que integrar a cada provincia. En esto último, no se puede desconocer que la provincia de Santa Fe tiene un problema muy serio entre el norte y el sur; o que la provincia de Córdoba es muy distinta en el norte, en el oeste y en el sur. Es decir, el concepto de planificación estratégica y la integración debe ser llevada desde el nivel supranacional hasta el último nivel provincial, donde aparece la importancia de las relaciones intermunicipales.
– Regionalización y Comercio Exterior
Durante el taller, el sector privado manifestó la necesidad de promover una política de Estado en comercio exterior, perdurable en el tiempo y a partir de allí trabajar sobre la competitividad de las empresas para que puedan posicionarse correctamente en el mercado externo. En este contexto, un objetivo regional debería ser apuntalar el Mercosur, participando en las discusiones sobre la materia, no dejando que sea sólo el sector público el que negocie en el ámbito de este mercado. Esta política de Estado debería estar orientada también, a responder cómo el país va plantear las negociaciones en el marco del Alca, llevar adelante una inserción clara en el Mercosur con una participación activa del sector privado y también lograr que el sector privado tenga de una vez por todas reglas claras de comercio exterior.
Los representantes del sector exportador dijeron estar convencidos de las ventajas de la regionalización, destacando que vienen trabajando juntos en el ámbito de la Federación de Cámaras de Comercio Exterior del interior del país, en la que participan en forma activa y esperan que se puedan iniciar las gestiones tendientes a lograr una oferta exportable conjunta en donde todas las economías regionales se puedan complementar.
Sostuvieron que no sólo se puede hacer diferentes presentaciones en ferias del mundo, sino además potenciar la Región Centro a través de acciones comerciales, teniendo un acabado conocimiento de cuáles son nuestros productos y, a partir de allí, ver cómo se pueden generar acciones concretas que permitan posicionarlos en el mundo.
– Regionalización y la apertura del debate
Sobre el final de la reunión se analizaron alternativas para difundir los beneficios de la regionalización entre los habitantes de las provincias que integran la Región Centro. A esos efectos, fue que se mencionó la necesidad de incorporar los medios de prensa al debate, lo que permitiría multiplicar y potenciar lo logrado hasta el momento y fortalecer el proyecto regional.
Se comentó luego, que un año atrás en la ciudad de Paraná se realizó un encuentro de periodistas y de medios de comunicación de la región para transferirle a los formadores de opinión lo avanzado en materia regional, presentándose como propuesta la realización de un evento similar en la ciudad de Santa Fe, organizado en forma conjunta por la Bolsa de Comercio local y de la Fundación Centro.
Finalmente, se habló de planificación regional como un proceso amplio, que implica más que cuestiones económicas y políticas. Los sociólogos y planificadores regionales hablan de la planificación regional como una función horizontal multidimensional, donde se incluyen factores económicos, sociales y políticos, pero también se incluyen planificaciones a niveles de espacio, a nivel grupos de las comunidades locales, llámense ONGs, universidades, etc. Por ello, es que se recomendó ampliar el espectro de las instituciones que participan de estas reuniones. El tema de la región hunde sus raíces mucho más profundamente que en proyectos coyunturales, por lo que es fundamental ampliar la discusión a todos los niveles y sectores.
Anexo Capitulo 2:
Declaración de «El Embrujo»
En «El Embrujo», localidad de El Fortín, Provincia de Córdoba, a los diecisiete días del mes de julio de dos mil dos, se reunieron los Presidentes y otros directivos de las Bolsas de Comercio de Córdoba, de Rosario y de Santa Fe con el propósito de coordinar esfuerzos para el relanzamiento de la Región Centro.
En un sitio rodeado de singular simbolismo, por su proximidad al límite interprovincial y por su equidistancia a las sedes de las tres entidades, los representantes de las Bolsas ratificaron su compromiso con el proceso de impulsar el desarrollo amplio y armónico de la región; y, a fin de avanzar decididamente en esa dirección, acordaron lineamientos generales sobre planes de acción que, desde sus propias esferas de actuación, resulten conducentes a la efectiva cristalización de tales objetivos.
En primer lugar, las entidades firmantes se comprometieron a defender, sostener y promover, frente a las autoridades nacionales y provinciales, accionando en forma conjunta, la aprobación de los proyectos y la concreción de las obras de infraestructura de importancia estratégica que favorezcan el crecimiento de la producción de bienes y servicios y la circulación de la riqueza regional. Entre estas obras, asignaron especial importancia a aquéllas que creen condiciones atractivas para la radicación de inversiones en nuevos emprendimientos y para la expansión de los ya existentes, como así también las que contribuyan a mejorar la competitividad de las producciones propias de la Región Centro y a facilitar su inserción o expandir su colocación en los mercados del exterior.
Asimismo, resolvieron coordinar el funcionamiento de sus respectivos institutos o departamentos de investigaciones y estudios económicos para la realización de trabajos sobre temas tales como el desarrollo del transporte de cargas y personas en sus diferentes modos (automotor, ferroviario, fluvial y aéreo); el mejoramiento de las hidrovías y la eficientización de los puertos y aeropuertos; los aspectos de la logística comercial; el funcionamiento del sistema financiero y del mercado de capitales regional; los regímenes impositivos que inciden sobre la producción regional y, principalmente, sobre su comercio con el exterior; todo ello con vistas a gestionar cambios en aquellas cuestiones que operan en desmedro de su competitividad.
Entre las materias que resultarán objeto de consideración por su potencialidad para el futuro de la región, las Bolsas destacaron las actividades ligadas al conocimiento científico y tecnológico, resaltando en particular la necesidad de un aprovechamiento integral de la capacidad existente en cuanto a instituciones y recursos humanos en las áreas de biotecnología y tecnología de la información. También se hará hincapié en la promoción e impulso del desarrollo del turismo receptivo regional en sus múltiples formas (turismo de temporada, de negocios, agroturismo, ecoturismo, etc.).
Se decidió llevar a cabo en forma conjunta a partir de este año la presentación y difusión a nivel local y nacional del Balance de la Economía Argentina, con enfoque especial en la Región Centro, que viene realizando desde hace ocho años el Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Córdoba.
En otro orden, conteste con los propósitos de avanzar en la integración, se coincidió en la conveniencia de constituir un Tribunal Arbitral de la Región Centro sobre la base de los tribunales existentes en las propias Bolsas, de modo de contribuir a la difusión y aceptación del arbitraje institucional como forma de resolución de conflictos, uniformar reglamentos de procedimiento y brindar a las empresas de la región un lista de árbitros de jerarquía de cada plaza.
Los lineamientos y propuestas consensuadas en la reunión serán elevados a la consideración de los respectivos Consejos Directivos.
En prueba de conformidad, suscriben la presente declaración los Presidentes de cada una de las entidades presentes.
JUAN C. VIANO FEDERICO E. BOGLIONE GUSTAVO VÍTTORI
Presidente Presidente Presidente
Bolsa de Comercio de Córdoba Bolsa de Comercio de Rosario Bolsa de Comercio de Santa Fe