ASPECTOS SOCIALES REGIONALES

CAPITULO 12: ASPECTOS SOCIALES REGIONALES

 

Un proceso de regionalización debe contemplar tanto el ámbito económico y productivo como las situaciones sociales y características demográficas de las distintas regiones. La Región Central Argentina, además de presentar importantes ventajas por sus recursos económicos y su ubicación geográfica, cuenta en términos generales con un panorama social en mejores condiciones que el país en conjunto. Asimismo, dentro del corredor de negocios, cada una de las regiones muestra indicadores más favorables que el promedio de su país. Al compararlas entre sí, la Región Sur de Brasil es la que expone la situación social más desfavorable.

12.1. Distribución del Ingreso y Pobreza

Como ya fue mencionado y desarrollado en el Capítulo 6 (Aspectos Sociales), existen diferentes metodologías para la medición de la pobreza de una jurisdicción. En el presente capítulo se utilizan dos indicadores, de los cuales se cuenta con cifras actualizadas a nivel regional.

En primer término, se considera una medida de la evolución de la pobreza estructural y que consiste en el porcentaje de hogares con NBI. Este indicador muestra el porcentaje de hogares que poseen al menos una de las siguientes características: hacinamiento crítico, tipo de vivienda deficiente, condiciones sanitarias inadecuadas, inasistencia escolar y capacidad de subsistencia.

En segundo término, se analiza la evolución coyuntural de la pobreza, medida a través de la distribución del ingreso. Para ello se tomaron datos de la proporción del ingreso que recibe el 10% más rico de la población respecto a la proporción que recibe el 10% más pobre.

Analizando la proporción de hogares con necesidades básicas insatisfechas, en el gráfico 12.1 se exponen las cifras obtenidas para 1994, discriminando entre aquellos hogares con pobreza moderada (cuentan con un solo indicador sin satisfacer) y aquellos con pobreza extrema (registran dos o más indicadores sin cubrir).

Dado que la información se extrajo de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el Indec, la misma no se refiere a jurisdicciones provinciales sino a aglomerados urbanos. De esta manera, para representar la situación de la Región Central, se tomaron el aglomerado Gran Córdoba, Paraná, Gran Rosario, Gran Mendoza, Gran San Juan y San Luis-El Chorrillo.

A nivel agregado, se puede apreciar que los aglomerados de Córdoba y Entre Ríos son los que menor nivel de hogares pobres presentaron, mientras que San Juan y San Luis fueron las peor posicionadas.

Estos últimos, junto con Santa Fe, fueron los que mayor porcentaje de hogares en situación de pobreza extrema registraron, con valores cercanos al 6%. Si se analiza el porcentaje de hogares con necesidades básicas insatisfechas de la Región Central en promedio, se puede observar que el mismo se encuentra ligeramente por debajo del registrado por el Gran Buenos Aires. Además de analizar la situación de pobreza en un momento dado, resulta interesante observar su evolución en el transcurso del tiempo. Al no disponer de las cifras de hogares con NBI en 1991 por aglomerado para efectuar una comparación con 1994, se tomó la evolución de la población en hogares con NBI entre ambos años1, de los cuales se pudo obtener registros (Ver cuadro 12.1). Se puede apreciar que en la Región Central aumentó poco más de un 20% la población en hogares con NBI mientras que Gran Buenos Aires lo hizo en un 28%. Nuevamente se observan algunas diferencias entre los integrantes de la Región, ubicándose los aglomerados de la provincia de San Luis y Santa Fe como los que vieron incrementada en mayor medida el indicador, seguidos muy de cerca por Mendoza y Córdoba, con incrementos superiores al 20%. A una cierta distancia, se posicionan los aglomerados de Entre Ríos y San Juan, los cuales aumentaron su población en hogares con NBI en aproximadamente un 12%. A pesar de la diferencia en la magnitud del crecimiento entre los aglomerados considerados, se puede afirmar que la pobreza estructural, lejos de disminuir, aumentó en los primeros años de la presente década.

Analizando la distribución del ingreso, se considera el cociente entre la proporción del ingreso que recibe el 10% más rico de la población respecto a la que recibe el 10% más pobre. En el gráfico 12.2. se puede observar que la Región Central en promedio mantiene su ventaja respecto al Gran Buenos Aires. En mayo de 1999, el decil de la población de mayores ingresos de esta región ganó 18,2 veces lo que recibió el decil de menores ingresos, mientras que en Gran Bs.As. esta relación ascendió a 22,3 veces. Observando la evolución de la distribución del ingreso, se puede apreciar que entre octubre de 1990 y octubre de 1997 la misma empeoró en forma considerable, aumentando la inequidad distributiva. Sin embargo, los registros para mayo de 1999 indican que no hubo importantes cambios, manteniéndose estable el indicador. Cabe destacar que estas cifras son promedios para la Región Central y que, al igual que en el caso de los hogares con NBI existen diferencias entre los aglomerados que la componen. El aglomerado Gran Rosario es el que menor inequidad demuestra en la distribución del ingreso, mientras que Gran Córdoba y Gran Mendoza son los que se encuentran en el extremo superior. Asimismo, es importante considerar que la estabilidad en la distribución del ingreso entre 1997 y 1999 de la Región Central, se produjo principalmente por la fuerte mejora que mostró Gran Mendoza, dado que los restantes aglomerados empeoraron la concentración de sus ingresos.


1 Si bien las fuentes de información para ambos años son distintas (Censo Nacional para 1991 y EPH para 1994), la comparación resulta válida dado que las diferencias metodológicas son menores.


Tal como se comentará en el Balance de la Economía de 1998, si bien en comparación con el Gran Buenos Aires, las cifras ubican a la Región Central en una mejor posición relativa, las mismas reflejan una situación aún lejana de la equidad en la distribución de la riqueza.

Con el objetivo de extender el análisis de la pobreza a las regiones que componen la parte sur del Corredor Austral de Crecimiento, se utiliza un indicador para el cual se pudieron obtener cifras actualizadas y cuya metodología es homogénea.

El coeficiente de Gini mide la distancia entre la distribución del ingreso actual de un país y la perfecta equidad. Un valor igual al implica que la jurisdicción en cuestión es perfectamente inequitativa mientras que un valor igual a 0 significa que se ha logrado la equidad distributiva. En el gráfico 12.3 se expone una comparación de los valores de este indicador en las distintas regiones del corredor para 1996.

Se observa la posición desventajosa en que se ubica la Región Sur de Brasil, con un valor de 0,567, aproximadamente el doble que el registrado por la Región Central Argentina, la mejor posicionada del grupo, con un nivel de 0,291. Uruguay registra un valor muy cercano, de 0,300.

En una situación intermedia se ubica Chile. Cabe aclarar que lamentablemente no existen cifras discriminadas respecto a la Región Central de Chile; sin embargo, de la observación de otros indicadores sociales, se desprende que la situación de la misma es más ventajosa que la del promedio del país, por lo que el coeficiente de Gini debería ser menor. Como ejemplo, se puede mencionar el caso del porcentaje de hogares en situación de pobreza (pobres+ indigentes), el cual alcanzó un nivel de 23,2% para Chile en 1996 mientras que la Región Central de ese país en promedio registró un 18,1%.

12.2. Empleo

Con respecto a la situación laboral, en el cuadro 12.2 se exponen los principales indicadores para el conjunto de aglomerados de las provincias que componen la Región Central Argentina. La tasa de desempleo promedio de la Región Central continúa siendo inferior a la del total de aglomerados urbanos del país y a la de Buenos Aires. Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta situación se presentó en un contexto de menores tasas de actividad y de empleo. Esto implica que si bien la desocupación es menos preocupante en la Región Central, la proporción de personas que buscan trabajo y la cantidad de personas empleadas respecto a la población total es más baja. Dentro de la Región Central, los aglomerados Gran Rosario, Gran Córdoba y Paraná son los que registraron en agosto de 1999 los índices de desempleo más elevados.

Se destaca la mejor situación de San Luis, dado que es la que menor nivel de desocupación y mayor tasa de empleo presentó. Por su parte, Mendoza se encuentra también en una buena posición relativa. Con respecto a la subocupación, las cifras son similares a las registradas en el total país.

En el gráfico 12.4 se expone la evolución de los principales indicadores laborales de la Región Central desde 1990 en adelante. Se puede apreciar que el desempleo mantuvo una tendencia creciente hasta alcanzar su máximo entre mayo de 1996 y mayo de 1997.

A fines de ese año, la situación general mejoró, dado que creció el nivel de actividad (más gente comenzó a buscar empleo), bajó la tasa de desocupación y creció la tasa de empleo. A partir de entonces, la situación siguió mejorando aunque lentamente, con caídas del desempleo pero con leves bajas en el nivel de actividad, generando una tasa de empleo estable.

La medición de agosto de este año mostró un empeoramiento de la situación, habiendo aumentado el desempleo del promedio de la Región Central, con bajas en el nivel de actividad y de empleo. Un tema que afecta al mercado laboral y que se agravó en los últimos tiempos, es el mercado de trabajo informal. El gráfico 12.5 expone la información que suministra el Indec relativa al porcentaje de asalariados a los que se les realiza descuentos jubilatorios2.


2 Para una explicación detallada de su conceptualización, ver el Capítulo 6 Aspectos Sociales.


Se puede observar que, a pesar de la caída en el empleo en negro entre 1992 y 1995, Ia tendencia de la década ha sido creciente, pasando de un 26,4% de trabajadores no registrados en mayo de 1990 hasta prácticamente un 36% en agosto de 1999. El cuadro 12.3 expone las últimas mediciones correspondientes a agosto de 1999, donde se aprecia que el aglomerado Gran Mendoza y Gran San Juan son los que mostraron mayores índices, superando el 40%. Por el contrario, los aglomerados Gran Rosario y San Luis son los que menor proporción de trabajadores sin registrar mostraron, cercanos al 30%. Este último ya se había destacado por su baja tasa de desocupación. A los fines de extender el análisis laboral a las demás regiones que componen el corredor de negocios, el gráfico 12.6 expone la evolución en el transcurso de la presente década de la tasa de desocupación de cada una.

Se resalta que, a pesar de las diferencias en el ritmo de crecimiento, en todas las regiones el desempleo aumentó durante el período 1990-1999. La Región Central Argentina es la que mayor nivel de desocupación registró en los últimos años (entre un 11% y un 15%), incluso sobrepasando a Uruguay que a comienzos de la década mostraba una situación laboral más desventajosa. Este país, a pesar de ubicarse en una de las peores posiciones (entre un 10% y un 11%), fue la que creció en menor medida su tasa de desocupación. La Región Central de Chile empeoró en forma considerable su situación, pasando de un índice de desempleo del orden del 6% en 1990 a aproximadamente un 11% en 1999. Si bien la Región Sur de Brasil es en este aspecto la mejor de las 4 regiones, creció fuertemente en la década, aumentando desde un 5% en 1991 a un 8% en este año.

12.3. Otros aspectos sociales

En los apartados anteriores, se analizó la situación relativa a la pobreza y al empleo. En el presente punto se intenta dar una visión general de otros aspectos que definen el bienestar social y nivel de vida de la población de una determinada región, tales como la educación, la salud, la vivienda (ver cuadro 12.4).

En términos generales, se destaca la peor ubicación de la Región Sur de Brasil, cuya tasa de analfabetismo es más del doble que la de las restantes regiones. La esperanza de vida en esta región se encuentra en el límite de los 70 años, siendo que ninguna de las restantes desciende de 72 años. El mismo comportamiento muestra la tasa de mortalidad infantil. La Región Central de Chile es la que se posiciona en un primer lugar, tanto en lo relativo al ámbito educativo como al sanitario, con una tasa de analfabetismo de 2,6%, una esperanza de vida de 73 años y una tasa de mortalidad infantil del orden del 11 por mil. Se destacan los mejores resultados de esta región en el ámbito de la salud, siendo que los recursos aplicados al área son notablemente inferiores al resto (el número de médicos cada 1.000 hab. es la mitad que el de Uruguay mientras que la cantidad de camas por cada 1.000 hab. es la mitad que la de la Región Central Argentina). Uruguay se posiciona en un segundo lugar, seguido por la Región Central Argentina, la que se destaca dentro del ámbito educativo con una importante proporción de estudiantes de nivel universitario. En lo relativo al ámbito de la vivienda, en el acceso a redes de agua se repite la peor performance de la Región Sur de Brasil y la mejor de Uruguay (no se encontraron datos de la Reg. Central de Chile). Si se analiza la disponibilidad de energía eléctrica en los hogares, es la Reg. Sur de Brasil la que lidera, con un 96,8% de viviendas con acceso a este servicio, seguido por Uruguay, con un 94,2% y Argentina, con un 93,7%.

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