EVOLUCIÓN Y PERSPECTIVAS DE LA ECONOMA ARGENTINA

CAPÍTULO 1: EVOLUCION Y PERSPECTIVAS DE LA ECONOMIA ARGENTINA

 

El comportamiento de la economía argentina en las últimas décadas no ha sido satisfactorio, especialmente porque su crecimiento fue mediocre y la distribución del ingreso personal, regional y funcional desmejoró notablemente. Analizando el comportamiento cíclico de la economía argentina, sabemos que hubo algunos períodos de recuperación que brindaron la posibilidad de revertir esta situación, y por diversos motivos no fueron aprovechados. Hoy estamos ante una nueva oportunidad para quebrar esta tendencia. Luego de más de tres años de un fuerte crecimiento basado en un equilibrio macroeconómico razonable y con buenas perspectivas para el año 2006 Argentina puede comenzar a realizar los cambios que necesita en su Estrategia y Organización Económica. Para ello es imprescindible un paulatino cambio en la cultura y las actitudes que la condicionan. Tenemos la esperanza de comenzar a recorrer un camino de transición desde ahora y hasta el Bicentenario que nos prepare para un nuevo punto de partida a fin de superar los problemas que nos llevaron a la decadencia. 

 

1.1 El desarrollo económico argentino durante las últimas décadas

En los últimos 75 años, o sea en el período 1929-2004, el PBI per cápita argentino creció a una tasa de solo el 0,84% anual acumulativo, una cifra extremadamente baja teniendo en cuenta la cantidad de recursos naturales y el nivel de educación con que ha contado nuestro país. 

En los gráficos 1.1 y 1.2, se puede observar la evolución del PBI a precios constates de 1993, desde 1929 a la actualidad, la tendencia general es creciente, aunque el PBI per cápita crece a tasas inferiores al PBI total. Otro aspecto a tener en cuenta, es que el PBI argentino muestra una alta volatilidad en cuanto a la tasa de crecimiento, que en el período analizado, varía desde una caída 10,89%, a un aumento máximo de 11,26% con una variabilidad respecto a la media de alrededor del 5%.

 

  

Repasando lo ocurrido en los últimos años, se observa que Argentina estuvo siempre condicionada a la economía externa, para crecer. Mientras el contexto externo fue favorable, el desarrollo de nuestro país lo siguió, pero de igual manera en periodos de crisis mundiales como fueron: la Primera Guerra Mundial a principios de siglo, la crisis de 1930, y la Segunda Guerra Mundial a mediados de siglo, significaron para Argentina fuertes caídas en el nivel de actividad y en las posibilidades de crecimiento. Es por eso que al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Argentina decide volcarse al mercado interno, comenzando su proceso de sustitución de importaciones y alejándose de la evolución de la economía global que inesperadamente fue por demás favorable en la última mitad del siglo 20. Es aquí donde empiezan a producirse los conocidos comportamientos cíclicos stop and go de Argentina. 

Analizamos ahora lo sucedido durante los últimos 30 años (1974-2004), el crecimiento percápita fue nulo y acompañado por un sensible desmejoramiento de las condiciones sociales.

 

En el mismo período en el que Argentina no crecía Chile multiplicaba por dos veces y media su PBI per cápita reduciendo sensiblemente el nivel de pobreza y mejorando las condiciones sociales. Por ejemplo, una buena parte de la población chilena puede hoy acceder a la vivienda propia financiada mediante el crédito hipotecario y adquirir automóviles y artículos para el hogar con crédito y en condiciones de estabilidad. La calidad de la educación ha mejorado sensiblemente y los indicadores de mortalidad infantil o la cantidad de población pobre o indigente muestran una reducción sustancial. Aún así no se observa una mejora en la distribución del ingreso pero existe una conciencia cada vez más amplia sobre la necesidad de afrontar esta diferencia y las condiciones económicas están dadas para que se lo intente más allá de las declaraciones o actitudes demagógicas1.

 

 

En nuestro país la situación es diferente. Si se compara el año 2004 con el año 1974, el nivel de la población debajo de la línea de pobreza o indigencia se ha multiplicado por diez, la desocupación pasó del 2,7% al 15% y el cociente entre el decil de la población con mayores ingresos respecto al de ingresos más bajos alcanzó durante el año 2004 un nivel de 27 veces contra 11 durante el año 1974. De la comparación entre el año 2004 y el primer semestre del 2005, se evidencia una mejora en los indicadores sociales, aunque con respecto a 1974, la situación esta lejos de ser la óptima.

Durante ese período de 30 años Argentina tuvo tres defaults, dos hiperinflaciones, fuertes confiscaciones de ahorros, especialmente intensas para los sectores de menores recursos, dos períodos de marcada des-inversión y un notable deterioro de la calidad educativa. 

Adicionalmente, se produjo un fuerte proceso de extranjerización de la economía (más del 70% de las empresas líderes están en manos extranjeras) con el correspondiente debilitamiento del conjunto de empresas nacionales, lo cual no le permite al país tener un conjunto de empresas nacionales insertadas en la economía global tal como ocurre en el caso de Brasil o Chile. 

Simultáneamente se produjo una salida de capitales que elevó el stock de fondos argentinos en el exterior a cifras que representan más del 50% del PBI argentino cuando el cociente entre el agregado monetario M3 y el PBI apenas llega al 29%.

  


1 En el capitulo 3 de este balance se analizan los aspectos sociales, en forma detallada.


 El Índice de Desarrollo Humano es uno de los mejores indicadores sobre el progreso económico y social de un país, si bien Argentina sigue teniendo el Indice de Desarrollo Humano más alto de Latinoamérica – que en buena parte se debe al rezago de la enorme diferencia que teníamos a nuestro favor desde comienzos del siglo pasado – esta posición puede perderse en los próximos años y el mismo puede no considerar adecuadamente el mencionado deterioro en la calidad de nuestra educación y el desmejoramiento en la distribución del ingreso personal y regional 

1.2 Un análisis del crecimiento económico más reciente

Hace doce años atrás, cuando comenzamos a preparar el primer ejemplar del Balance de la Economía Argentina pusimos especial énfasis en destacar la importancia del largo plazo en la evaluación de la mayoría de los fenómenos económicos argentinos, especialmente aquellos relacionados con los aspectos macroeconómicos. Para ello elaboramos un gráfico con la evolución del Producto Bruto Interno per cápita desde comienzos del siglo pasado expresando en cada uno de los puntos del mismo la tasa de crecimiento del PBI acumulada durante los últimos cuatro años. De esa manera, el último dato de la línea del gráfico mostraba dicha tasa de crecimiento acumulado durante el período 1991-1994. En esos cuatro años el PBI per cápita argentino había aumentado un 32,5%, una cifra que alentaba una cierta esperanza condicionada a la consecución de cambios fundamentales frente al desastroso comportamiento de la economía argentina durante la década de 1980 (el decrecimiento acumulado del PBI per cápita durante el período 1980-89 había sido del -23,5% decenal). 

Si bien en aquel Balance de la Economía 1994 habíamos expresado nuestros temores respecto a la continuidad de las altas tasas de crecimiento fundamentados en el creciente déficit fiscal y en la debilidad de las instituciones para hacer cumplir el presupuesto, todavía otorgábamos una razonable probabilidad a un escenario en el que comenzaran a realizarse los cambios pendientes en la organización económica del país, más allá de las privatizaciones.

Dichos cambios no se produjeron y hacia fines del año 2002 habíamos vuelto a caer en una de las recurrentes graves crisis que caracterizaron a la economía argentina en las últimas décadas. Para ese entonces y en términos de la evolución cuatrianual del PBI estábamos en una situación similar a la que se produjo durante la Primera Guerra Mundial o la depresión de los años 30. 

Sin embargo, a partir del 2003 en adelante, nuestro país comenzó a recuperarse de una forma que pocos habían imaginado. Esta recuperación continúa hoy en día su curso y si, tal como se estima, el próximo año el PBI crece alrededor de un 4% tendremos nuevamente una tasa de crecimiento cuatrianual 2003-2006 superior al 20%, una experiencia histórica que durante el último siglo solo se observó en los años 1905-1906, inmediatamente después de cada una de las dos guerras mundiales y en el año 1994. 

Como se expresa en el párrafo anterior; después de la crisis hacia fines del 2001 y principios del 2002, la economía argentina comenzó a recuperarse de manera inesperada en los últimos tres años y de acuerdo a las proyecciones para el cierre del año 2005, el PBI superará los niveles alcanzados en 1998. 

Según el proyecto de Ley del Presupuesto 2006, se estima un crecimiento del PBI de 4% para el 2006 y de 3,5% para los años 2007 y 2008. Esto muestra una desaceleración de la recuperación económica, convergiendo a tasas más sostenibles en el -largo plazo». Considerando que el fuerte crecimiento del 2005 permite recuperar los niveles del PBI a precios constantes de 1993 a los valores pre crisis 1998, es razonable esperar un incremento más moderado para los próximos años. 

A su vez, desde el IIE también consideramos que el 2005 será un año favorable para la economía argentina, y somos optimistas para el año 2006. Así, y en línea con el pensamiento de muchos otros economistas, consideramos que el crecimiento del PBI podría llegar a valores cercanos al 6%. Si bien el Presupuesto 2006 estima sólo un 4%, se considera a esta proyección conservadora, dado que estos valores serían levemente superiores al arrastre estadístico esperado para 2006 (2,86% estimado por el IIE)

Es importante tener en cuenta que estas predicciones se lograran siempre y cuando la economía argentina siga desarrollándose en un ambiente macroeconómico favorable, controlando la inflación, frenando el gasto público y manteniendo un alto superávit fiscal, y logrando ajustes y renegociaciones de deuda. El no tener en cuenta estos aspectos representa riesgos potenciales para nuestra economía, los cuales pueden alejarnos del crecimiento esperado2. 

Para el 2007, y ahora sí en línea con el presupuesto, nuestro modelo econométrico permite estimar que, de mantenerse todo constante, Argentina podría tener asegurado un piso de 3,2% de crecimiento económico.

 

1.3 Las condiciones económicas actuales

Es decir, doce años después de haber comenzado la preparación del primer Balance de la Economía nos encontramos nuevamente en un posible punto de partida que sirva de plataforma para un escenario económico favorable en el largo plazo. 

¿Cuales son las ventajas con que contamos para que esta oportunidad pueda aprovecharse? Tal como habrá observado el lector de los Balances anteriores, durante estos últimos doce años hemos sido muy reiterativos respecto a tres pilares sobre los que debería basarse nuestra economía para lograr un desarrollo sostenido. Estos tres pilares han sido los siguientes: 

1) Vigencia del Estado de Derecho

2) Funcionamiento de una economía de mercado

3) Fuerte desarrollo del Capital Social3 

Desde fines del año 1983 Argentina se ha acercado al Estado de Derecho, intentó hacer funcionar una economía de mercado y desgraciadamente fracasó en forma reiterada en la formación del Capital Social (Ver Balance de la Economía 2004).

 


2Se analizan estos aspectos en el punto 8 de este capítulo. 

3En los Balances anteriores mencionábamos como la tercera condición para el desarrollo sostenido a un alto nivel de colaboración y solidaridad que ahora sintetizamos bajo el concepto de Capital Social, cuya definición y consideración general incluyéramos en el Balance del año pasado. 


Recuadro 1.1: Nuestra definición del Capital Social

Entendemos que el Capital Social de un país es la capacidad de colaborar entre los distintos sectores sociales e instituciones a fin de lograr la generación de un alto valor económico agregado con una intensa participación del factor trabajo en condiciones de equidad. 

Argentina se caracteriza por una enorme fragmentación en los esfuerzos productivos, incapacidad de colaboración entre los sectores público, privado, universidades e instituciones intermedias y una organización con fuertes rasgos corporativos, o sea las condiciones más adversas posibles para la formación de Capital Social.4

 

1.4 La importancia de un equilibrio macroeconómico básico en las perspectivas económicas más inmediatas 

Estamos seguros que bajo las condiciones de recurrente desequilibrio macroeconómico en las que se desenvolvió la economía argentina durante las últimas décadas el Capital Social al que nos acabamos de referir tiene muy pocas posibilidades de desarrollarse. 

Sin embargo existe la posibilidad de que las viejas condiciones del país comiencen a cambiar. Creemos que esta vez el país tiene la ventaja de la comprensión por parte del actual gobierno respecto de la importancia de mantener el equilibrio macroeconómico básico como precondición para que el país pueda desarrollar el Capital Social consolidando los tres pilares de nuestra economía. 

Hasta ahora, la recurrencia del desequilibrio fiscal y monetario en el comportamiento cíclico de la economía ha permitido perpetuar una organización caracterizada por fuertes transferencias de ingreso, confiscación de ahorros, desvalorización del mérito y el trabajo y una actitud excesivamente individualista y de corto plazo. 

Argentina por primera vez en décadas tiene durante los últimos tres años una situación fiscal con un fuerte superávit primario, un resultado positivo de la cuenta corriente del Balance de Pagos y una política monetaria que, en principio, acompaña a las condiciones de equilibrio general mencionado.

 

Respecto del Balance Comercial, se observan déficit comerciales durante la mayor parte de los años noventa. Los mismos acumularon, entre 1990 y 2001, un rojo de 2.500 millones de dólares, produciendo un importante desequilibrio externo. A partir del año 2002, con la devaluación de la moneda, se aprecian fuertes superávit comerciales que persisten hasta el 2005. Si tenemos en cuenta que el saldo de la balanza comercial estimado al cierre del año 2005 será U$S 9.800 millones, luego, para el período 2002-2005, contabilizaremos un superávit de más de U$S 54.000 millones.

 


4Ver capitulo número 2, para ampliar estos conceptos.


  

 Esta cifra es importante no sólo para conseguir el equilibrio externo, sino que también es un dato con pocos precedentes en la historia argentina, ya que la última vez que se consiguieron cuatro años con crecimiento y saldo comercial positivos fue a fines del década de los sesenta. 

Considerando nuevamente que el alto superávit primario, es fundamental para lograr un equilibrio macroeconómico sostenido, se puede analizar lo ocurrido en nuestro país en los últimos años, en el gráfico 1.9 se muestra que el superávit primario durante la década del 90 no fue muy 

 

elevado, e incluso se observa un déficit en el año 1996 – mientras que en el período post crisis a partir del año 2003 parece que los responsables de la economía argentina comprendieron la importancia y la necesidad de mantener este valor en niveles mayores – elevando el superávit primario desde un nivel promedio de $2.401,95 millones para el período 1993-2002 a un nivel promedio de $15.1797,30 millones para el período 2003-2006.5 

Otro aspecto importante a tener en cuenta es la estructura de recaudación impositiva de nuestro país. El cuadro 1.3 demuestra la necesidad de un cambio estructural importante en materia de recaudación. Los impuestos considerados distorsivos son fundamentales en el ingreso del gobierno y esta situación evidentemente no es deseable. Un primer paso para poder realizar modificaciones impositivas, es lograr combatir la evasión de aquellos impuestos no distorsivos, y a continuación, lograr un programa de Coparticipación Federal que tenga mayor correspondencia con la equidad distributiva y genere incentivos para que las provincias mejoren su recaudación impositiva.6

 


 Los valores correspondientes a los años 2005 y 2006, siguen las estimaciones realizadas por el proyecto de Ley de Presupuesto 2006, que presentó la Oficina Nacional de Presupuesto en septiembre del corriente año. 

6 Ver capítulo número 6, para un análisis mas detallado sobre coparticipación de impuestos en la Región Centro.


 

Cuadro 1.3: Recaudación Tributaria proyectada 2005 – 2006 – Millones de pesos 

Si esta condición de equilibrio se mantiene el país puede ponerse de nuevo de pie y lograr alejarse de los peligros recurrentes que caracterizaron el ciclo económico argentino. En este sentido, creemos que los cuestionamientos por parte de algunos economistas a una política monetaria que se ocupe de combatir la inflación no es un buen consejo para los responsables económicos del gobierno. 

Lejos estamos de creernos dueños de la verdad o de calificar de deshonestos intelectuales a quienes piensan distinto a nosotros siguiendo la vieja costumbre del pensamiento único, frecuentemente practicado por parte de los tradicionales representantes de un lado y otro del arco ideológico, sin embargo hacemos votos para que el gobierno intensifique su política monetaria que prevenga el riesgo de una alta inflación. Esta misma advertencia fue el punto central del primer Balance de la Economía que bien recordamos por su repercusión.

 

1.5 Un ejercicio de proyección macroeconómica para los próximos años sin cambios estructurales en la estrategia y organización económica 

El equilibrio macroeconómico básico es solo la condición necesaria para que Argentina deje atrás una historia de mal desempeño económico. Un simple ejercicio de proyección del PBI para los próximos años suponiendo que no se repiten acontecimientos como las cesaciones de pagos o los fuertes procesos inflacionarios durante el período 1974-2004 nos indica que nuestro país puede crecer a una tasa de aproximadamente el 3,5% anual acumulativo. Este crecimiento, que en términos del PBI per cápita es del 2,5% anual, si bien es superior al que se observó en el período 1944-1974 y por cierto es mejor que el estancamiento de los últimos 30 años, está muy lejos de lo que Argentina necesita para lograr un verdadero proceso de convergencia con países como España o Chile. Simplemente, si tuviéramos ese crecimiento y al mismo tiempo Chile dejara de crecer necesitaríamos alrededor de 35 años para llegar a la misma situación relativa que teníamos con ese país en el año 1974. 

1.6 La evolución de las inversiones en el actual contexto

En el Balance del año pasado analizamos las conclusiones de un trabajo realizado por el Premio Nobel de Economía Fynn Kydland7, donde se decía que Argentina había invertido poco durante la década de 1990 teniendo en cuenta la desinversión ocurrida durante la década de 1980.

En el gráfico 1.13 puede observarse lo que ocurrió durante la última crisis. La Inversión Interna Bruta Fija (IIBF) como porcentaje del Producto Bruto Interno en el año 2002 se redujo a solo el 11,2%. Como al mismo tiempo se había producido una fuerte sub-valuación del peso respecto al dólar americano, el valor estimado de la inversión argentina durante ese año apenas superó los US$ 10.000 millones, una cifra extremadamente baja8. 

Si comparamos la proporción del producto destinada a la formación bruta de capital de Argentina con la de Chile y Brasil, podemos observar que nuestros vecinos presentan porcentajes superiores a los de nuestro país durante todo el período analizado. 

Chile invirtió proporciones superiores al 20% desde 1987, presentando una relación IBIF/PBI muy elevada entre 1993 y 1999. El caso de China es sorprendente; hace más de veinte años que mantiene esta relación cercana al 35% y ha llegado a representar más del 40% desde el año 2002. 

El tema es igualmente grave cuando consideramos el gasto en Investigación y Desarrollo donde Argentina efectúa esfuerzos con escasa coordinación entre los distintos actores involucrados que no apuntan a fortalecer los sectores productivos.

 


7«Argentina´s lost decade and subsequent recovery: Hits and misses of the neoclassical growth model», Finn Kydland y Carlos Zarazaga, Research Department, Federal Reserve Bank of Dallas.

8A fin de graficar este concepto podemos comparar los US$ 10,000 millones invertidos en Argentina con la inversión que realizó la empresa LG-Philips LCD Co. para la construcción de una planta de paneles de cristal líquido destinado a la manufactura de televisores en la ciudad de Paju, Corea del Sur, por un monto de US$5,000 millones y otros US$25,000 millones para la ampliación de la misma en los próximos diez años. Las empresas Samsung y Sharp están realizando inversiones similares en plantas elaboradoras del mismo producto ( ver BusinessWeek, Septiembre 12 de 2005, página 62-63)


 

Argentina debería sostener un nivel de IIBF mayor al 25% del PBI, pero además debería mejorar la calidad de la inversión. Para ello es conveniente enfatizar la necesidad de los siguientes cambios: 

a) aumentar la composición de maquinarias y equipos dentro de la inversión.

b) comenzar la tarea de desarrollar el Capital Social generando los mecanismos que obliguen a trabajar en conjunto con objetivos comunes basados en el crecimiento con solidaridad. 

c) aumentar el volumen de gastos en Investigación y Desarrollo y reorientar el mismo hacia los sectores productivos de acuerdo a un programa de largo plazo. 

d) Invertir en capacitación y entrenamiento para el manejo de las cadenas de valor desarrollando el capital intelectual y humano.

Respecto al primer punto, entre los años 1998 y 2005, se verifico que el rubro Construcciones aumentó su participación en detrimento del Equipo Durable Nacional e Importado9.

 La composición de las inversiones también deja observar la aparición de algunos cuellos de botella en sectores que son críticos para nuestro desarrollo futuro. Por ejemplo en el caso de la energía. La evolución de la producción de petróleo crudo y su exportación muestra una caída desde el año 1998 que podrían augurar un impacto negativo sobre la balanza comercial en los próximos años. Tampoco es suficiente lo que se gasta en Investigación y Desarrollo, cuyo monto estimado en dólares americanos durante el año 2004 sumó aproximadamente US$ 660 millones, lo que representa no mas del 0,70% del PBI10.

 


 En el capitulo 5 se analizan los principales aspectos vinculados con el comportamiento de la inversión en Argentina. 

10Para un análisis más completo del tema remitirse al capítulo 3, punto 4.


Para tener una idea general de la magnitud del gasto realizado por Argentina puede ser útil comparar ese gasto con el importe invertido anualmente por la empresa finlandesa Nokia que en su balance del año 2004 señala un gasto total en Investigación y Desarrollo de aproximadamente US$ 4.500 millones. Si bien ambos conceptos no son estrictamente comparables nos señalan la necesidad de concentrar nuestro escaso volumen de inversión en aquellos sectores donde dicho gasto puede tener un mayor resultado en términos de productividad, exportaciones y generación de empleo.

 

En relación a la Investigación y Desarrollo y el gerenciamiento de las Cadenas de Valor se necesita una fuerte reorientación del gasto respectivo, la regionalización de los presupuestos universitarios estatales, mayores recursos para la investigación aplicada y por sobre todo una estricta disciplina que exija en forma firme el trabajo en equipo como piedra fundamental de una Argentina menos fragmentada en sus esfuerzos. 

1.7 Los efectos en el largo plazo de un cambio en la estrategia y organización económica argentina 

Estamos convencidos de que si el equilibrio macroeconómico básico se sostiene en el largo plazo la misma dinámica del proceso económico va a conducir lentamente pero en forma inexorable a los cambios en profundidad que necesitamos. Sin dudas que lo más difícil es sostener ese equilibrio más allá del corto período de tiempo que la historia argentina de las últimas décadas demostró como posible y es allí donde surgen las mayores incógnitas. Pero si esta vez se consiguiera solo resta conocer cuanto tiempo llevará alcanzar un nuevo y probablemente definitivo escenario. 

En los Balances anteriores nos hemos referido a estos cambios en varias oportunidades, enfatizando la necesidad de dos tareas fundamentales para el progreso económico y social del país: fortalecer las instituciones y mejorar la educación. Para profundizar el tema con un mayor detalle es conveniente contar con un simple listado de algunas de las reformas a encarar. 

En una de las ediciones del Grupo de Análisis de la Coyuntura que realiza mensualmente la Bolsa de Comercio de Córdoba mencionábamos un grupo de iniciativas a incluir en una Agenda de Gobierno posterior a las elecciones de octubre de este año. Si bien no son taxativas y ni siquiera guardan un orden de importancia nos permiten tener una idea general sobre el tipo de acciones que deberían encararse.

 Recuadro 1.2: Algunas recomendaciones que aparecen como necesarias para lograr una Agenda de Gobierno

 Post-Octubre que garantice un crecimiento sustentable Anunciar un Plan Económico Quinquenal de Transición (Período 2006-2010) 

– Ratificar el Equilibrio Fiscal y Monetario como los parámetros principales.

– Integración del país al resto del mundo.

– Aumento de inversiones y productividad.

 Proponer una Reforma del Sector Público basada en dos aspectos principales:

– Carrera de Funcionario Público (ver modelo chileno).

– Descentralización Operativa y Administrativa (Nuevo Federalismo). Plan de Obras Públicas con Descentralización de Recursos

– Concesiones sin avales públicos.

– Plan de carreteras y ferrocarriles.

– Hidrovías y Pasos Cordilleranos.

 Respeto a las Instituciones

 – Se deberá primar la independencia de las instituciones: Poder Judicial (Corte suprema) y BCRA.

 Reforma Gradual del Sistema Impositivo

 – Descentralización en el cobro de Impuestos Directos.

 – Esquema tributario que incentive las Inversiones productivas.

 – Eliminación gradual de las retenciones.

 Promoción de Inversiones

 – Estimulo estatal a la producción con alto valor agregado y empleadora de recursos humanos con alta capacitación (ver CORFO – BNDES).

 – Desarrollo de Cadenas de Valor en base a ventajas comparativas.

 Drástica reforma en el Sistema Educativo

 – Educación Terciaria y Técnica.

 – Orientar la educación a los sectores productivos y no a la burocracia.

 Respecto a este grupo de iniciativas, hemos enfatizado durante los últimos doce años la necesidad de emprender un significativo esfuerzo de descentralización en la economía argentina.

 El país se caracteriza desde hace muchos años por tener una organización tremendamente centralizada en el puerto aún cuando se proclame el federalismo y exista alguna descentralización en la distribución de los recursos fiscales. En Balances anteriores hemos descrito con bastante detalle las enormes diferencias entre el producto bruto geográfico per cápita de las provincias más pobres respecto a las más ricas que justamente reflejan esa condición. Las retenciones a la exportación o el atraso cambiario han sido instrumentos esenciales a esa estructura centralizada consolidando una fuerte transferencia de ingresos y fortaleciendo la organización económica inadecuada que tiene el país.

 Nuestra propuesta sobre el desarrollo de las cadenas de valor regionales y las alianzas entre regiones apuntaron siempre a cambiar ese estado de situación que favorece una fuerte concentración del ingreso, la generación de escaso valor agregado en la producción y exportación y altos niveles de desempleo.

 El logro de solo modestos avances en la dirección de los cambios organizacionales señalados comenzaría a generar un nuevo clima para los nuevos emprendimientos.

 

1.8 Las fortalezas y amenazas del entorno económico en el corto plazo

Creemos que cuando se analizan las perspectivas de la economía argentina es conveniente hacer una distinción entre el corto y largo plazo. En la presentación del Balance de la Economía del año pasado sostuvimos que avizorábamos una buena oportunidad de crecimiento económico para el período bianual 2005-2006. En esta edición reiteramos nuestra impresión, basada en que si bien el año 2006 presenta algunas amenazas, sobre las cuales seguramente la conducción económica va a trabajar, las mismas tienen buenas perspectivas de ser controladas. Por ejemplo, es cierto que el gasto público ha aumentado notablemente hacia fines del año 2005, más que los ingresos, pero debe tenerse en cuenta que esta circunstancia se produce en un año electoral y que probablemente el Ministro aplique las correcciones que son necesarias para mantener la coyuntura bajo cierto control, en especial sabiendo cuales son los lineamientos del gobierno en ese sentido. Asimismo, aunque la inflación es alta, el Banco Central y el Ministerio de Economía tienen los instrumentos como para no dejar que dicho fenómeno se torne incontrolable. La cuestión principal es la decisión política al respecto y todo parece indicar que se han aprendido lecciones del pasado.

 Desde el Instituto de Investigaciones Económicas deseamos presentar un breve resumen y un cuadro que contiene las estimaciones para las principales variables económicas argentinas en 2006. Tomando como punto de partida, la confirmación de que el año 2005 será el tercer año consecutivo de fuerte crecimiento económico (alrededor del 7,5%); fenómeno que estuvo acompañado por algunos acontecimientos externos de apreciable magnitud que favorecieron al país: bajas tasas de interés mundial, altos precios de los commodities y una fuerte demanda externa de estos y otros productos impulsadas por el dinamismo de las economías asiáticas. En este contexto, la economía argentina se desarrolló con diversos matices según el sector que se considere, algunos mostrando fuertes incrementos y otros con una evolución menos favorable en el tiempo.

1.8.1 Principales inconsistencias potenciales

Apesar de ello, nos preocupan algunas inconsistencias del programa económico porque el número de instrumentos disponibles es inferior a los objetivos. Por ejemplo, no parece razonable pretender simultáneamente, el mantenimiento de un tipo de cambio alto, baja inflación, incrementos salariales por encima de los niveles de aumento de la productividad y objetivos demasiado ambiciosos en cuanto a la cancelación de la deuda externa.

 

 1.8.1.1 El Tipo de Cambio Real

A nuestro criterio el peso argentino está hoy subvaluado en relación a otras monedas de la región. El Adelanto de la Ley de Presupuesto 2006 sostiene que se producirá una apreciación real respecto al dólar de aproximadamente 5% al 7% durante el año que viene y en base a las proyecciones de plazo más largo se sugiere que la misma continuaría durante los años siguientes. En el caso que la inflación fuera más alta de lo previsto, dicha apreciación podría acelerarse más rápido de lo esperado generando una reducción en los márgenes de numerosos productos de exportación, lo cual es particularmente preocupante en el caso de los granos donde la reducción de los mismos ha sido notable durante el corriente año.

 Una excesiva y rápida apreciación del peso podría reducir el nivel de actividad en numerosos sectores de exportación afectando la recaudación impositiva por el menor cobro de retenciones y agudizando el problema de la desocupación.

 Si bien es cierto que podría intentarse una adecuada programación en el tiempo de la reducción de las retenciones a la exportación para que coincidan con la apreciación paulatina del peso esta tarea no es nada fácil teniendo en cuenta la alta volatilidad de la economía argentina.

 1.8.1.2 Inflación

Es sobre este indicador sobre el cual se presenta un mayor grado de incertidumbre para los próximos años. El comportamiento con tendencia creciente de esta variable durante 2005 llevó al gobierno a concentrar sus esfuerzos durante la primer mitad del año para evitar una escalada de precios que recortara la competitividad alcanzada luego de la devaluación y sobre la cual se cimentara el despegue de la economía desde 2003.

 Así, durante este año la inflación volvió a convertirse en la principal preocupación del gobierno, ya que el incremento de precios acumulado al tercer trimestre del 2005 respecto a diciembre del 2004 alcanza 8,9%. Esto señala que será difícil cumplir con la meta de inflación anual establecida por el Ministerio de Economía, del 10,5%11.

 Otro aspecto preocupante, es que la inflación acumulada de los últimos 12 meses alcanza cifras de 2 dígitos; – con la variación del IPC nivel general registrada en Septiembre que alcanzo el 1,2% con respecto a agosto – se eleva la inflación de los últimos 12 meses a 10,3%. Los bienes, que representan un 53% de la canasta, tuvieron una variación de 1,9 entre Agosto y Septiembre, mientras que los servicios, que representan el 47% restante, no variaron en este último mes.

 


11 El BCRA poseía una meta máxima para todo 2005 del 8%, de acuerdo a su programa monetario, la cual fue superada en Septiembre.


 

Desagregando de acuerdo a la clasificación en bienes y servicios con comportamiento estacional (representa 9,24% de la canasta), bienes y servicios cuyos precios están sujetos a regulación o tienen alto componente impositivo (representan 20,13% de la canasta), y el resto de bienes y servicios (70,63% de la canasta).

 Las variaciones del IPC acumulado al tercer trimestre del 2005 se presentan en el Cuadro 1.6. A excepción de los precios regulados, todos los componentes del IPC superaron la variación anual observada para el total del año 2004, es posible que esto se deba a la falta de ajuste en los precios de las tarifas públicas. Lo que presenta una alerta con respecto a la necesidad de aumentos de tarifas, para que estas no queden rezagadas respecto al nivel general de precios de la economía.

En base al Gráfico 1.17, se puede apreciar que los aumentos de precios no han sido parejos en todos los rubros. El gran aumento del IPC estuvo impulsado principalmente por el aumento en vivienda y servicios básicos, y en bebidas y alimentos. En la medición anual (acumulado 9 meses), los principales aumentos corresponden a los rubros alimentos (12,2%), vivienda (13,2%) y educación (12,9%), que en los tres casos acumulan una suba superior a la del índice general.

  

Aquellos rubros que crecieron por encima del promedio tienen fuerte impacto sobre la población de menores ingresos. Este fenómeno genera grandes preocupaciones debido a su impacto en el consumo real. Variaciones mayores a las esperadas en los precios generarán disminuciones en el poder adquisitivo de la población, por lo que esta variable deberá ser monitoreada de cerca durante los próximos meses. 

En este sentido, aumentos de precios mayorista que aún no han sido trasladados a los consumidores, una sostenida demanda interna y externa sobre bienes que poseen algunos cuellos de botella en su oferta, sumado a algunos ajustes en las tarifas de servicios públicos privatizados que se esperan para comienzos del 2006, sitúan las expectativas inflacionarias para 2005 en niveles levemente superiores al 11% y 9% para 2006. Para el año 2007 se podría estimar una inflación similar, o levemente inferior, a la de 2006.

 1.8.1.3 Deuda Pública

Un hecho importante durante el 2005 fue el conocido proceso de reestructuración de deuda en el que participaron tenedores de títulos elegibles que mantenían aproximadamente 76,15% del monto elegible total.

 El canje incluyó instrumentos de deuda pública cuyos pagos se encontraban diferidos (lo-Títulos Elegibles») con un monto elegible agregado, que representa el valor nominal e intereses vencidos e impagos, de aproximadamente US$ 81.800 millones, para un total de once series de Títulos Par, Títulos Cuasipar y Títulos Discount -Títulos Nuevos» y cinco series de Unidades Ligadas al PBI. Los Títulos Elegibles ofrecidos y aceptados para canje representaron un monto equivalente a aproximadamente US$ 62,3 mil millones.

 Pero a pesar de este importante avance en términos de salida del default, la Deuda Pública representa un factor de riesgo considerable. Si bien las necesidades de financiamiento en el corto plazo son manejables para el gobierno, un abrupto cambio en las condiciones financieras internacionales o los efectos de la inflación podrían generar algunos problemas en este sentido. Es por ello que actualmente se esta pensando en reiniciar negociaciones con el FMI, y continuar con el proceso de reestructuración de deuda sobre aquellos títulos que aun no fueron reestructurados (Holds out). Compromisos de pagos durante el 2006 Según lo expuesto en el proyecto de Ley de Presupuesto 2006 se deben afrontar vencimientos de Capital por $57.967 millones, (eliminando el pago de expectation al FMI, que se suponen se prorrogaran al 2007); el pago de intereses deberá ser de $10.385 millones y a estos compromisos de pago se le debe sumar la inversión financiera – que incluye básicamente deuda de las provincias – y alcanza un valor de $9.205 millones. De acuerdo a esto, el monto total de necesidades de financiamiento asciende a un valor de $77.557 millones. ¿Cómo hacer frente a estas obligaciones. El primer recurso con el que se cuenta, siguiendo el plan de desendeudamiento es utilizar el superávit primario ($ 17.824 millones). También se prevé una disminución de inversión financiera de $ 4.674 millones y por otro lado, habrá incrementos de otros pasivos por un monto de $ 18.618 millones (este concepto incluye básicamente los adelantos que otorga el BCRAal tesoro); por último se supone un acuerdo con los Organismos Internacionales – es decir un Roll over (obtención de préstamos de largo plazo) – por un monto de $ 9.964 millones. Para alcanzar dicho monto se deberá lograr un refinanciamiento de aproximadamente el 60% con el FMI y un 100% con el BID y el Banco Mundial, los cuales son factibles previo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Suponiendo que se logre la refinanciación, se obtiene un monto asignado al pago de deuda que suma $ 51.080 millones, lo que implica que aun existe una necesidad de financiamiento de $ 26.447 millones de pesos. De acuerdo al presupuesto se hará frente a estas obligaciones con la emisión de nueva deuda en moneda local ($12.085 millones) y en moneda extranjera ($14.392 millones). Debemos tener en cuenta que estos montos son bastante elevados, comparando con la emisión del año 2005 y por ello son un factor de riesgo o posible inconsistencia de corto plazo para el buen desarrollo de nuestra economía.

 A modo de resumen se introduce el esquema 1.1 como síntesis de lo explicado acerca de las necesidades de financiamiento para el próximo año. 

1.8.1.4 El Nivel del Salario Real

El otro problema serio que podrían plantear las inconsistencias potenciales del actual plan sería el nivel de bajos salarios vigentes y la importante cantidad de personas que se encuentran por encima de la línea de pobreza pero muy cerca de ella.

 Una aceleración del ritmo inflacionario generaría un mayor nivel de conflictividad social y las mayores presiones por aumentos resultantes podrían retroalimentar los desequilibrios. Simultáneamente a las presiones por aumentos salariales se producirían iguales circunstancias en cuanto al gasto público y la emisión monetaria.

 Si bien es cierto que tanto el tipo de cambio real como el nivel de salarios podrían manejarse durante el año 2006 y tal vez el 2007 quedarían muchas dudas sobre su sostenimiento en el largo plazo si las perspectivas de crecimiento se reducen a un aumento del PBI promedio anual de solo el 3,5%, tal como se vio en el punto 5.

 

1.8.2 El Peligro de Repetir el Ciclo Económico de las Ultimas Décadas

El problema de este tipo de escenario es que Argentina repita en algún punto dentro de los próximos cinco o seis años las recurrentes crisis del pasado, o sea el famoso comportamiento cíclico del stop-go.

 En el cuadro siguiente puede observarse la longitud de las expansiones y contracciones de la economía argentina desde comienzos de la década de 1970. Desgraciadamente este comportamiento cíclico está muy fresco en la memoria de los argentinos y es bastante probable que influya en la toma de decisiones de inversión limitando significativamente las posibilidades de nuestro país para lograr un crecimiento sostenido. Por ello es preferible recordar los acontecimientos del pasado con el propósito de no volver a cometer los mismos errores. 

 

1.9 La Necesidad de Enfrentar los Problemas de Largo Plazo

Cuando analizamos las dificultades del corto plazo debido a algunas inconsistencias potenciales y teniendo en cuenta que los cambios en la estrategia y organización de la economía argentina se van a producir en forma endógena si hay equilibrio macroeconómico, resulta esencial una firme posición del gobierno. El mismo debe enfrentar en forma drástica las propuestas económicas que implican soluciones mágicas a los problemas coyunturales y que tanto atraen a un grupo importante de analistas cada vez que la reactivación económica después de una crisis comienza a agotarse.

 Allí vuelven a aparecer recetas que van desde abandonar las metas inflacionarias por parte del Banco Central hasta cambiar totalmente el modelo argentino por experiencias alejadas de la economía de mercado. La experiencia histórica nos indica que tan solo la consideración y el debate de estas ideas modifican las expectativas y generan reacciones que afectan significativamente las inversiones y el nivel de empleo. Lo que se deriva de ello es historia repetida en nuestro país.

 Por lo tanto, solo hay un camino frente a esta situación tan peligrosa y este es acompañar los cambios en la estrategia y organización de la economía desde el gobierno para que le den un impulso inicial que luego el mismo proceso económico se encargará de consolidar. 

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