ANEXOS

Anexo 15: LA IGUALDAD DE GÉNERO Y LA DEMANDA POTENCIAL DE ALIMENTOS

 

En el desarrollo del Capítulo 15 se planteó la hipótesis de una creciente demanda mundial de alimentos,  mencionándose  como  impulsores  de  esta  tendencia  el  desempeño  económico de los países en desarrollo y dos factores demográficos claves: el crecimiento de la población mundial y el creciente proceso de urbanización de los mismos. Este escenario lleva a establecer la existencia de una alternativa de desarrollo para los países que presenten las mejores condiciones para satisfacer dicha demanda potencial.

A estos aspectos considerados en el análisis debe sumarse otra cuestión de suma importancia, vinculada a la mayor influencia y poder de decisión que están ejerciendo las mujeres actualmente en la sociedad principalmente en los países BRIC y N-11 1.

A15.1 Introducción

Las diferencias de género se están reduciendo notablemente y cada vez con mayor fuerza en los países BRIC y N-11, con respecto a los países desarrollados y en vías de desarrollo. En las últimas dos décadas son significativas las ganancias realizadas en estos países en cuanto a igualdad de género en materia de salud, educación, trabajo y representación política.

La creciente igualdad de género y el cambio en el poder de decisión del gasto de los hogares por parte de las mujeres tienen importantes implicaciones económicas. El análisis del consumo con fundamentos microeconómicos se caracterizó por considerar a las familias como una unidad, bajo un conjunto de preferencias idénticas para sus miembros y una restricción presupuestaria uniforme en aras de simplificar la realidad. Sin embargo, recientemente se ha puesto énfasis en la posibilidad de que las preferencias difieran entre los integrantes del hogar, y por lo tanto que la toma de decisiones como familia dependa del poder de decisión y de los recursos aportados por cada cónyuge. 

La disminución en las diferencias de género durante los últimos años coincide con un período de incremento en los ingresos y rápido crecimiento de las clases medias. Considerar ambos desarrollos conjuntamente sugiere que las familias no sólo van a gastar más, sino que lo harán de forma diferente, cada vez más de acuerdo a las preferencias de las mujeres.

 A15.2 Situación del género femenino en los países BRIC y N-11

Las mejoras en cuanto a igualdad de género pueden ser medidas a través de un amplio número de indicadores, de los cuales cabe destacar los niveles de educación, ingreso, salud, participación en la fuerza laboral y en la política. Este fenómeno se refuerza a sí mismo, dado que las mejoras en un aspecto actúan en forma complementaria con las demás.


1 BRIC hace referencia a los países emergentes con gran potencial de crecimiento en el futuro, aunque estrictamente los países BRIC son Brasil, Rusia, India y China. Next-11(N-11), se refiere a los siguientes once países en orden de importancia en cuanto a lo mencionado, estos son Bangladesh, Egipto, Indonesia, Irán, Corea del sur, México, Nigeria, Pakistán, Filipina, Turquía y Vietnam.


  El Índice de Desarrollo Humano relativo al Genero (IDG), construido por las Naciones Unidas, tiene como objetivo mostrar las desiguales entre hombres y mujeres en cuanto a educación, expectativa de vida e ingresos económicos. El índice asume valores entre cero y uno, donde cero representa la situación más desigual y uno la de mayor igualdad de género. Como puede apreciarse en el Gráfico A15.1 la desigualdad de género en los países BRIC ha disminuido significativamente.

En la última década este índice ha mejorado continuamente para los cuatro países mencionados, siendo Brasil y Rusia los que presentan un mayor grado de igualdad de género, contrastando en gran medida con India.

El Cuadro A15.1 presenta un resumen de las mejoras más importantes que ha tenido el sexo femenino en indicadores demográficos en las últimas dos décadas.

En  los  años  recientes  se han  observado  continuas  ganancias en cuanto a la alfabetización del género femenino, principalmente  entre  mujeres jóvenes  con  edades  que  van de los quince a los veinticuatro  años.  Con  respecto  a  los países BRIC, salvo India que presenta una tasa de alfabetización  del  77%  para  mujeres jóvenes,  en  Brasil,  Rusia  y China ésta supera el 98%.

Para los países N-11 las mejoras  en  este  aspecto  respecto  a  los  años  noventa  son considerables, superando en los países para los cuales hay datos disponibles el 70% de mujeres jóvenes alfabetizadas en el año 2007.

En línea con lo mencionado en términos de la creciente alfabetización entre las mujeres jóvenes, la tasa de fertilidad en los países considerados en el análisis ha caído notablemente. El caso más destacable es el de Irán, donde el promedio de niños nacidos por mujer descendió en 2007 a dos nacimientos en promedio por mujer, desde un nivel de 4,8 en el año 1990. En los demás países este indicador presentó caídas superiores al 30% para el periodo 1990-2007.

La expectativa de vida al nacer, considerada como uno de los mejores indicadores individuales del nivel promedio de salud, ha mejorado considerablemente para los BRICs y los N-11 en las últimas dos décadas. Las mujeres nacidas en 2007 en países como China, Brasil, Pakistán, Turquía e India entre otros, podían esperar vivir cinco años más que las mujeres nacidas en el mismo país en 1990. Este indicador presentó mejoras aún más relevantes en Indonesia, Bangladesh y Egipto, donde la expectativa de vida al nacer aumentó en nueve, diez y diez años respectivamente.

El cambio en la situación del género femenino en cuanto al empleo no es tan claro como en los demás indicadores. Por un lado, países como China y Vietnam presentan tasas de participación en la fuerza laboral para las mujeres del orden del 70%. Brasil, por su parte, experimentó una notable mejoría, pasando de un 39% de mujeres de entre 15-64 años que participaban en la fuerza laboral en 1990 a un 60% en el año 2007. Por otro lado, en la gran mayoría de los países éste indicador no supera el 50%. Sin embargo se están observando cambios en la tendencia de empleos que ocupan las mujeres, pasando de ocupaciones en sectores de baja productividad y bajos salarios a empleos mejores pagos y más productivos. 

Las mujeres están insuficientemente representadas en la política nacional en la mayoría de los países, tanto del mundo como los BRICs y los N-11. No obstante, como puede observarse en el Cuadro A15.1, se han observado notables mejoras desde 1990 a nuestros días. El porcentaje de participación de las mujeres en el parlamento nacional ha aumentado en todos los países BRIC y N-11 con excepción de Egipto.

Además de los indicadores mencionados, existen otros aspectos de orden cualitativo, y por lo tanto más difíciles de medir o incluso que no pueden ser medidos, que refuerzan el proceso de igualación de género; entre ellos se pueden mencionar las normas, leyes e instituciones sociales. 

En este sentido un gran número de países han introducido en sus legislaciones nacionales cambios en las leyes de divorcio y herencia, así como aumentos en las edades mínimas para contraer matrimonio, en orden de promocionar la igualdad de género y prevenir la violencia doméstica contra la mujer. Por su parte las actitudes están cambiando: los hogares con mujeres cabeza de familia están siendo cada vez mas prevalecientes en el mundo, y la participación de las mujeres en la toma de decisiones de los hogares es también mayor.

A15.3 Círculo Virtuoso

A medida que las mujeres aumentan sus niveles de educación, constituyen un mayor número en la fuerza de trabajo y perciben mayores ingresos. Su posicionamiento dentro de los hogares y de la comunidad realza su status social, incrementando su participación en las decisiones familiares. 

Hombres y mujeres tienen preferencias notablemente diferentes en cuanto a los gastos del hogar. Numerosos estudios muestran que la mayoría de los hombres deciden sobre el gasto en bienes para su propio consumo, mientras que las mujeres resuelven el gasto de los ingresos familiares sobre aquellos bienes vinculados al hogar y especialmente sobre el gasto de las necesidades de sus hijos. Un ejemplo de ello se puede observar en los resultados de las encuestas de gasto familiar llevadas a cabo por la Oficina Nacional de Estadísticas del Reino Unido, que se muestran en el Cuadro A15.2

A medida que la participación de las mujeres en las decisiones de gasto de los hogares aumenta, una proporción mayor de los presupuestos familiares es destinada a la compra de alimentos y a la provisión de servicios de salud y educación para los hijos. Esto puede ser visto como una mayor inversión en capital humano que reforzaría el proceso de crecimiento económico.

La igualdad de género y el crecimiento económico forman un círculo virtuoso, en el cual la mayor igualdad de género apoya el crecimiento económico y éste refuerza el proceso de igualación de los sexos.

La mayor influencia y poder de decisión que están ejerciendo las mujeres actualmente en la sociedad principalmente en los países BRIC y N-11, constituye otro motor en el aumento potencial de la demanda de alimentos mundial. En este sentido prestar una mayor atención a las tendencias seguidas por el género femenino y fomentar políticas tendientes a mejorar la igualdad de géneros son cuestiones fundamentales a tener en cuenta para garantizar un proceso de crecimiento económico sostenible.

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