ASPECTOS MACROECONÓMICOS
CAPÍTULO 1: ASPECTOS MACROECONOMICOS
El desempeño de la economía argentina en los últimos cuatro años es una realidad
algo difícil de creer, se logró un crecimiento sostenido a tasas elevadas y se
espera que este comportamiento continúe en los próximos años. Este
excelente desarrollo es acompañado por lo que se conoce como
superávit gemelos, es decir, un buen manejo de las cuentas fiscales y un saldo positivo en la cuenta corriente.
Adicionalmente se observan mejoras en los indicadores sociales; con respecto al año
2002 se logró disminuir notablemente el nivel de pobreza e indigencia a la vez
que se observaron leves mejoras en la distribución del ingreso. A
pesar de ello, queda mucho por hacer en este campo, dado que
todavía existen fuertes disparidades entre los pobres y los ricos, y los niveles de pobreza e indigencia son aún elevados.
En un análisis de largo plazo, surge que Argentina está alcanzando su nivel de
crecimiento potencial, esta situación estaría indicando que la economía puede
continuar creciendo, pero a tasas más moderadas y en relación con
el incremento de la fuerza laboral y la inversión, que incremente
el stock de capital. Otro factor de importancia para el largo plazo es el aumento en la productividad total de los factores.
1.1 La economía Argentina post crisis. Una rápida
recuperación
1.1.1 Crecimiento desde el año 2001 a la actualidad
El desarrollo de la economía argentina a partir del año 2002 fue sorprendente, luego de
vivir una de las peores crisis de la historia logró recuperarse y superar los
máximos del PIB observado en 1998. Considerando datos al cierre del año
2005 el producto bruto real del país se encuentra un 5,7% por encima
del valor de 1998. Suponiendo que el crecimiento para el total del año 2006 será de un 7,5%, el PIB podrá alcanzar un valor superior a los $327.000
millones en valores constantes de 1993.
Adicionalmente, los meses de crecimiento sostenido
en la decada del 2000 ya superan a
los observados durante la decada del ´90. Este comportamiento se observa a continuación,
cuando se analiza el Estimador Mensual de la Actividad Económica
(EMAE).
1.1.1.1 Estimador Mensual de la Actividad Económica
El Gráfico 1.2 muestra el
comportamiento mensual de la
actividad económica del país. Argentina logró 42 meses de crecimiento sostenido desde enero
del año 2003 a junio del año 2006, valor que ya supera a los 31 meses de crecimiento
logrados en la decada del 90 – marzo 1996 octubre 1998 – . Si se sigue con esta
tendencia –como se espera durante todo el año 2006 y el año 2007 – se alcanzarán
60 meses de crecimiento sostenido, lo que significa cinco años de desempeño
positivo ininterrumpido.
Considerando las proyecciones para los próximos
años, todo indica que este buen
desempeño es posible. El primer semestre del año 2006 acusa un crecimiento interanual del
8%, tasa superior a la estimada – que giraba alrededor del 7 y 7,5% – y casi el doble de la indicada por el
Presupuesto 2006 que fue del 4%.
Si bien el crecimiento continúa siendo elevado, se
verifica alguna desaceleración en relación a la evolución observada en
años anteriores. Para verificar este comportamiento se puede analizar
la tasa de crecimiento interanual para los primeros seis meses del año 2006 con respecto a las tasas observadas durante los años anteriores (2003-2005) para igual período de
tiempo.
Durante el 2006 el EMAE se incrementó un 7,97% mientras que durante los años 2005, 2004
y 2003 el aumento fue del 9,25%, 9,05% y del 8,24% respectivamente.
Este fenómeno puede ser explicado como consecuencia de que el proceso de recuperación
post crisis del año 2001 se está agotando, y a partir de ahora las tasas de
crecimiento pueden ir decreciendo paulatinamente hasta alcanzar una
tasa de crecimiento sostenible a lo largo del tiempo, más relacionada
con el aumento poblacional e incremento de la fuerza laboral, y con el desarrollo de nuevas inversiones y el aumento de la productividad. Es importante
destacar que el aumento del PIB – a tasas Chinas – observado en el
período 2003-2005 se debe a que Argentina estaba en un nivel notablemente inferior al de equilibrio y
contaba con una gran capacidad instalada ociosa en los primeros años posteriores a
la crisis de diciembre del año 20011.
1.1.1.2
Contribución de los distintos componentes al crecimiento del PIB
Mientras que en el primer trimestre del año 2006 todos
los componentes muestran tasas de crecimiento superiores a las observadas en el mismo período del 2005, durante el segundo trimestre se observa un comportamiento contrario, exceptuando el caso de la
construcción que es la única variable que muestra una tasa de
crecimiento superior a la observada en el segundo trimestre del año
2005.
La tasa de crecimiento promedio para el primer semestre del año 2005 alcanzó un 9,18%,
siendo la del año 2006 algo inferior, alcanzado un 8,25%. Se verifica durante el
primer semestre del año 2006 un ritmo de crecimiento algo inferior al
observado durante el año 2005, pero el desempeño de la economía
continúa superando las expectativas. Actualmente se puede afirmar que el crecimiento para el cierre del año 2006 no será menor al 7,5% con una alta
probabilidad de alcanzar valores muy próximos al 8%.
Con respecto al aporte que cada componente realiza al crecimiento del producto, cabe
destacar que el de mayor importancia es el consumo, contribuyendo con un 5,9% en
el primer trimestre y con un 5,3% en el segundo. Este componente es
seguido por la inversión bruta interna fija que contribuyó en un 3,9%
en el primer trimestre y un 3,5% en el segundo.
Sin embargo, el único componente que aumenta su contribución al crecimiento en el
segundo trimestre con relación al primero es la construcción, que aportó un 2,7% y
un 2,4% respectivamente. Adicionalmente el aporte en ambos trimestres
supera a los valores observados para igual período del año
2005.
1.1.1.3 Crecimiento mundial
La economía mundial crece por cuarto año consecutivo por encima de su tendencia
histórica, y lo hace en forma sincronizada, es decir, todos los países crecen e
inclusive se observa un comportamiento convergente. Esto significa
que las naciones menos desarrolladas (China, India, Rusia, y países de África) crecen a tasas superiores a las de los países desarrollados.
1 En la segunda parte del presente capítulo
se hace un análisis detallado del crecimiento de Argentina en el largo
plazo y se plantean algunas hipótesis sobre el comportamiento en el mediano plazo (2006-2010).
Durante el año 2005, la economía
internacional conservó un crecimiento saludable, mostrando cifras de
alrededor del 4,3%, ligeramente inferior a la del año 2004 que fue del 5%. Estados Unidos creció el 3,6%. China logró un crecimiento de 9,5%, como resultado de fuertes
inversiones principalmente en infraestructura. Japón reveló un
crecimiento modesto pero relativamente sostenido del 2%. Los países en
vías de desarrollo se expandieron a una tasa promedio de 6,4%, mientras, los países latinoamericanos, mostraron tasas del 4,3%. Dentro de este grupo se destaca
el fuerte crecimiento de
Argentina, que estuvo más cerca de las tasas Chinas, que de las de sus países
vecinos, con un 9,2%. Como se observa en el Gráfico 1.4 el crecimiento argentino
ocupa uno de los primeros lugares si se lo compara con las principales economías del
mundo.
Para el año 2006, se
espera que el crecimiento de America Latina sea inferior al
del año 2005, mientras que en Asia es probable que ocurra lo contrario.
Las expectativas respecto a China tambien indican que esta crecerá más que en el año 2005, hecho que puede ser beneficioso para Argentina en terminos de comercio exterior
2.
Existe cierto consenso acerca de que la apertura comercial tiene una correlación
positiva con el crecimiento económico, es
por ello que las estrategias de crecimiento hacia afuera cobran cada
vez más importancia en la economía mundial. Pero esta relación
crecimiento – apertura, está condicionada fuertemente por el contexto y
forma en la que se lleva a cabo el proceso de apertura. Factores tales
como la velocidad de apertura, la secuencia en que se realizan la apertura comercial y la financiera, la situación
macroeconómica, el rol de las políticas públicas o el manejo de la
política cambiaria, entre otros, pueden ser determinantes del impacto que tenga la apertura sobre el crecimiento.
2El capítulo 4 realiza
un análisis del sector externo argentino, indicando ventajas y desventajas del comercio con los diversos países del mundo, y las posibilidades del país en cuanto a
crecimiento vía exportaciones.
A pesar de la influencia de estos factores, si se analiza el
desempleo exportador de America Latina desde el ano 2000 a la actualidad, se ve una clara relación positiva entre crecimiento y nivel
de exportaciones. Pueden presentarse casos en los que esta correlaciósn no se verifique, y que a pesar de que el país haya generado
un proceso de apertura, el crecimiento contiene siendo bajo. Esto puede deberse a que las exportaciones no crecen lo
suficiente, o a que no generan suficientes encadenamientos hacia
delante y hacia atrás con el resto del tejido productivo.
Algunas de las razones por las cuales las exportaciones impactan de manera positiva
sobre el crecimiento del nivel de actividad son las siguientes:
– Permiten evitar problemas de restricción externa, dado que las mismas generan las
divisas necesarias para la importación, evitando que se genere un deficit de
balanza comercial.
– La mayor apertura comercial genera una asignación de recursos nacionales más
eficiente, y consecuentemente se aumenta la productividad media de la economía. A
su vez se pueden aprovechar las economías de escala y las ventajas de
la especialización, derivadas de la ampliación de los mercados a los
cuales las empresas locales destinan su producción.
– El mayor contacto con la economía internacional, genera mayores exigencias para lograr
ser competitivo en el mercado. Si el país aprovecha las ventajas de relacionarse
con el resto del mundo y es capaz de generar productos con un alto
grado de diferenciación podrá mejorar su competitividad y posicionar
mejor a las empresas locales.
1.1.1.4 El problema de la inflación
Argentina tiene como problema principal en los períodos post crisis, las fuertes
expectativas sobre los posibles incrementos de precios que puedan presentarse. En
este sentido la crisis del 2001 no fue la excepción y actualmente el
país acumula una inflación desde enero 2002 del 83,7%. Pero el
incremento fue dispar, frenándose notablemente en el año 2006. Actualmente se puede considerar que el problema de la inflación está controlado, pero con políticas
poco efectivas en el largo plazo.
Existen algunas discusiones en cuanto a si el IPC es o no el indicador adecuado para
medir la inflación. Es real que este tiene en cuenta sólo los precios de Gran
Buenos Aires, y considera solo una canasta tipo de bienes, por lo que
se puede considerar, adicionalmente, como medida relevante del a evolución de precios, el IPI (Indice de Precios
Implícitos) que mide la evolución de los precios de la economía en su conjunto.
El Cuadro 1.2 muestra la evolución de estos dos
indicadores mostrando que en algunos períodos la evolución es muy
similar, mientras que en otros se aleja en forma significativa. Cabe destacar la
diferencia observada en el año 2006, donde el IPI muestra una variación interanual del
13,3% y el IPC muestra un avance del 11%.
Si se analiza la inflación acumulada al segundo
semestre del año 2006, se observa que el IPC acusa un incremento del
4,9%, mientras que el IPI indica un incremento de precios al primer semestre del año de 5,4%.
Durante el año 2004 el IPI superó al IPC al igual que lo que ocurre en el año 2006,
mientras que durante el año 2005 sucede lo contrario.
Adicionalmente, es importante analizar cuáles son los rubros que impulsan el crecimiento
de los precios, para así observar cuáles son los sectores más afectados, y ver si
los acuerdos de precios cumplen el objetivo de contener la inflación
realmente, o simplemente son medidas efectivas en el corto plazo que
podrán generan mayores presiones inflacionarias en el futuro, dado que se reprimen los aumentos de precios temporariamente.
El Gráfico 1.6 muestra el porcentaje de inflación acumulada en el período enero-agosto,
para los años 2005 y 2006 por rubros. Se observa que los rubros que presentan
mayores aumentos en ambos años son vivienda y servicios, y educación.
Mientras que el rubro alimentos y bebidas (donde los acuerdos de
precios tienen mayor impacto) muestra un cambio sustancial, debido a que pasa de encontrarse entre los que más aumentaron en el año 2005, con un
incremento del 9,4%, a ocupar el tercer lugar durante el año 2006 con
una variación del 5%. Este cambio puede deberse no sólo al efecto de
los acuerdos de precios, sino tambien al efecto sobre el nivel de precios de los alimentos que generó la veda en la exportación de carnes.
Otros rubros que muestran cambios significativos entre un año y otro son: indumentaria,
que había presentado la menor variación en el 2005 alcanzando un valor del 2,4%, y
durante el año 2006 se encuentra en cuarto lugar acumulando una
variación del 5,6%; y el rubro esparcimiento, que ocupaba el segundo
lugar en el año 2005, y muestra un mayor incremento en el año 2006 pasando al sexto lugar, con un incremento del 5,7%.
Los rubros transporte y comunicaciones y equipamiento y mantenimiento del hogar, no
muestran diferencias significativas.
Esto muestra
claramente que los acuerdos de precios pueden ser efectivos para contener las expectativas de inflación y controlar los valores del IPC en el corto plazo,
pero en el mediano y largo plazo, los acuerdos de precios deben ser
complementados con medidas destinadas al aumento de la inversión
que permita aumentar la oferta y no genere inflación de demanda como consecuencia de las políticas expansivas aplicadas para mantener el crecimiento
económico.
Un crecimiento sostenido sin inflación requiere inevitablemente una política de
promoción de inversiones en capital reproductivo que aumente la capacidad
instalada de la industria, permitiendo así aumentos de la oferta
agregada y por lo tanto evite cuellos de botella.
Si se observa cómo el problema inflacionario afecta a la tasa de
crecimiento y se lo compara con lo que sucedió en el mundo, se verifica que los
países europeos crecen a tasas moderadas con niveles de inflación por debajo del
promedio mundial, mientras que China e India muestran tasas de crecimiento
elevadas, con tasas de inflación bajas, lo que representa la mejor situación.
Argentina junto con la mayoría de los países
latinoamericanos se encuentra dentro del grupo de países con tasas de
crecimiento elevado acompañada por tasas elevadas de inflación. Dentro
de este grupo Argentina y Venezuela son los países que muestran una situación comprometedora, indicando que el costo de altas tasas de crecimiento es soportar
altos niveles de inflación.
1.1.1.5 Perspectivas de la economía
argentina
El año 2007 continuará presentando un contexto macroeconómico favorable, pero se deberá
prestar atención principalmente a algunos problemas existentes, que pueden afectar
negativamente el desempeño del país. Entre estos factores se destacan:
la falta de inversión y la necesidad de mayor inversión extranjera
directa (IED)3, el
problema de la inflación, la desigualdad social, el empeoramiento de
las cuentas fiscales, y posibles problemas energeticos 4.
Si se relaciona crecimiento, inversión e inflación, y se analizan los últimos decenios
de historia económica del país, se puede corroborar que el hecho de crecer de
manera sostenida -a lo largo de un número aceptable de años- y sin
inflación pareciera ser una tarea utópica para nuestro país. Al igual
que Argentina, otros países del mundo pudieron crecer en el año 2005 dos o tres veces más que el promedio mundial con igual o menor inflación: China, India,
Chile, Singapur, entre otros. Pero, en general, una de las variables
que destacó a estos países por sobre la Argentina fueron sus tasas
promedio de inversión respecto al PBI de los últimos 3 – 4 años. Una alta tasa de inversión se presenta así como uno de los factores clave para
protegerse de la inflación durante períodos de alto crecimiento.
Argentina exhibió un aumento de la inversión bruta interna fija, que le posibilitó
cerrar 2005 con valores del orden del 20% del producto, pero esto se logró con una
IED exigua frente a otros países emergentes.
3 En el capítulo 3 de este libro, se
realiza un análisis detallado de la inversión en Argentina, incluyendo IED y relaciones con el resto de los países del mundo.
4 Al respecto, los pronósticos del IIE no
consideran una situación de colapso, aunque si se espera que puedan aparecer algunos problemas en la provisión del servicio durante 2007, agravándose en
el futuro si no se desarrollan las inversiones necesarias. Para más
detalles sobre aspectos vinculados a infraestructura energetica, ver capitulo 7.
La necesidad de mayor IED, es consecuencia de que el
ámbito local es proclive a una baja inversión. Las bajas tasas de
interes nominales, sumado al proceso inflacionario, generó en el año 2005, un efecto de tasas reales de interes negativas, lo cual sumado a un sistema
financiero aún en reconstrucción luego del default, no permitió un
normal flujo de los recursos a traves del tradicional canal de
ahorro-inversión.
Argentina no brinda hoy garantías legales, con lo que la desconfianza de los inversores
hace difícil imaginar un flujo de IED acorde a las necesidades del país en el
2006, especialmente en sectores claves como energía e infraestructura.
Adicionalmente las relaciones económico-financieras internas atentan
contra la Inversión productiva. De acuerdo a esto, el Estado debería poner en funcionamiento mecanismos de estimulo y organizaciones destinadas a estimular
la inversión, similares a los que funcionan en países vecinos, como por
ejemplo el Banco de Desarrollo (BNDES), en Brasil, o de la Corporación
de Fomento (CORFO), en Chile.
Con respecto al problema asociado al incremento sostenido de los precios, se debe
prender una luz de alerta al considerar que muchos precios aún continúan
reprimidos por el efecto de los controles de precios y los impedimentos
del gobierno para incrementar el valor de los servicios regulados. Es
indudable, como se señalo anteriormente, que este mecanismo de control de la inflación no es sostenible en el largo plazo.
El Gráfico 1.8 muestra claramente que los precios
de los bienes regulados aumentan a
tasas decrecientes, mientras que las tasas de crecimiento de los precios estacionales no
muestran una tendencia clara. Adicionalmente, se verifica que hasta mediados del
año 2005 la tasa de crecimiento interanual de los precios regulados y estacionales
eran muy similares, y a partir de septiembre de ese mismo año, las diferencias entre
estas comienzan a ser cada vez mayores.
Los precios estacionales mostraron una tasa de
crecimiento interanual muy superior a la observada en los precios
regulados, este cambio de comportamiento coincide con el momento en el que comienzan a implementarse los controles de precios, como medio para contener la
inflación.
El IPC y los precios
regulados muestran variaciones
inferiores en el período enero-julio 2006 con respecto a las observadas para igual período
2005, mientras que la evolución de los precios estacionales muestran el
comportamiento contrario.
Con respecto a la inflación que se espera para el total del año 2006, se pueden
construir dos posibles escenarios. El primero considerando que el IPC evolucionará
de la misma manera que lo hizo durante el segundo semestre del año
2005. De esta manera la inflación esperada al cierre del año será del 11%. El segundo
escenario se construye considerando que el IPC varíe de la misma manera que lo hizo
durante el primer semestre del año 2006, así la inflación acumulada
enero-diciembre 2006 será de un valor próximo al 10%. Bajo
cualquiera de los dos escenarios considerados se observa que la inflación esperada será inferior a la que se verificó durante el año 2005, cuando alcanzó el
12,3%.
En relación a las
condiciones sociales, se debe considerar como un aspecto fundamental el
problema de la renegociación salarial y la desigualdad social. Si bien los indicadores
sociales (pobreza, indigencia y distribución del ingreso) mejoraron con respecto al
año 2001 continúan amenazando el desarrollo económico de Argentina. Todavía
queda mucho por hacer en el plano social, dado que persisten altos niveles de
pobreza, indigencia y desigualdad en la distribución del ingreso.
Con respecto a la situación
social y problemas de distribución del ingreso, durante el año 2002 se
evidenció un fuerte incremento en el número de pobres e indigentes, el aumento fue de 43% y 184% respectivamente. A partir del año 2003 tanto la pobreza como la
indigencia han disminuido, alcanzando en el año 2006 mejoras del 24% y
54% respectivamente 5.
5 En el capítulo 2 se analizan de manera detallada los aspectos sociales más
relevantes de la economía argentina.
El segundo aspecto a considerar, es la evolución del salario, El
Gráfico 1.10 indica claramente el proceso de renegociación salarial en los distintos
sectores de la economía hasta junio del año 2006. Se observa que los pedidos de
incrementos fueron algo dispares y en algunos casos muy por encima de los
otorgados. A pesar de ello, el aumento otorgado en promedio fue del 19%.
Las renegociaciones salariales no solo afectan notablemente los
números de las empresas, sino tambien los de las cuentas públicas, dado
que aumenta el gasto del gobierno en concepto de salarios a empleados
públicos. El incremento de salarios públicos no fue parejo, si se analiza lo acontecido en las distintas regiones del país. El mayor aumento se observó en Buenos Aires y la
Región Centro, superando el 40%. Estos incrementos salariales tienen un
fuerte impacto en el gasto público provincial, ya que el gasto salarial
es uno de los componentes principales del gasto corriente provincial.
De acuerdo a esto y suponiendo que el porcentaje
de salarios sobre gasto total para
el año 2005 se mantenga en valores similares a los observados durante el año 2004, el impacto
de los aumentos salariales sobre el gasto público serán los que presenta el
Cuadro 1.6.
Por último, cabe analizar la situación fiscal que se ve amenazada
como consecuencia del empeoramiento de la situación fiscal provincial y el
incremento del gasto público que puede generarse en un año electoral.
Actualmente, las tasas de crecimiento del gasto y la recaudación
convergen a valores muy similares, este comportamiento puede estar indicando que si
durante el año 2007 se incrementa el gasto como consecuencia del proceso
electoral mientras la recaudación continúa con su ritmo actual de crecimiento, el
superávit fiscal puede disminuir notablemente.
Paralelamente, al cierre del año 2005, diecisiete de las veinticuatro jurisdicciones del
país mostraron disminuciones en el superávit fiscal con respecto al año 2004. En
el caso de que las provincias continúen con este comportamiento, el
superávit fiscal provincial al cierre del año 2006 podría ubicarse en
valores inferiores al 0,5% del PIB, y en un valor cercano a cero e incluso inferior, pasando a una situación de deficit, en el 20076.
6 En el capítulo 6 se analiza la situación
fiscal nacional, regional y provincial en forma detallada. Se incluyen desagregaciones del comportamiento del gasto, los ingresos y el resultado financiero
para cada caso.
El Cuadro 1.7 muestra la evolución del resultado primario en
relación al PIB, con los valores estimados para el cierre del año 2006 y el año 2007,
tanto para la Nación como para el consolidado nación provincias (resultado
global), planteando que si bien el valor nominal del superávit nacional no se modificará en forma significativa, este si se reducirá en terminos del PIB.
1.2 El potencial de Crecimiento de Argentina. Un análisis de largo plazo.
En esta sección se analiza el crecimiento del país en relación al mundo, y luego se
estima el PIB potencial de Argentina en el periodo 1960-2010.
Para esto, se estudia la volatilidad relativa de los componentes del PIB como tambien la
volatilidad de la tasa de crecimiento de Argentina comparada con la tasa de
crecimiento promedio de treinta y dos países. En segundo lugar, a
traves de un modelo simple con una función de producción de tipo Cobb
Duglas, se realizan las estimaciones del PIB potencial argentino. Esto permite extraer conclusiones sobre el comportamiento del país en el largo plazo; al
tiempo que deja ver las posibilidades que brinda la situación económica
actual en terminos de crecimiento en el mediano plazo.
1.2.1 Análisis de ciclos y tendencias
1.2.1.1 Crecimiento y Volatilidad: el Caso Argentino
Argentina muestra a lo largo de su historia un comportamiento
económico altamente cíclico, tanto en el corto como en el largo plazo. Si bien
existen diversas maneras de analizar los ciclos económicos, una forma clara de
visualizar la evolución es a traves de las variaciones absolutas (negativas o positivas)
del PIB. El Gráfico 1.12 muestra este comportamiento teniendo en cuenta el
crecimiento interanual desde 1970.
Para el estudio de los ciclos de largo plazo, se
analiza la tendencia del PIB y se trabaja con datos anuales desde 1900. Dicha
tendencia se obtiene utilizando el filtro de Hodrick-Prescott7.
En el Gráfico 1.13 se observa la tendencia de la tasa de
crecimiento del PIB argentino y los ciclos de largo plazo. Es así que se pueden apreciar
claramente los ciclos de largo plazo desde 1900 hasta la actualidad.
Una vez obtenida la tendencia de largo plazo, resulta interesante
analizar las fluctuaciones del PIB respecto de la misma. En los últimos años,
existe una evidencia de mayor inestabilidad, considerando que siempre son
preferibles tasas de crecimiento estables (aunque mas bajas a las observadas) a cambios
bruscos en las mismas. Confirmando lo antedicho, se aprecia que las desviaciones
respecto a la tendencia son cada vez mayores a lo largo de la historia argentina.
Dada la importancia que adquiere el estudio de los
ciclos económicos, se estudia a continuación el comportamiento de los
diferentes componentes de la demanda agregada, como tambien su relación
con el producto, tomando datos anuales para el período 1970-2005. Para esto, se calcula el componente cíclico y de tendencia de las variables, lo que permite luego
analizar la correlación de cada una de estas con el PIB y la
volatilidad y la simetría del ciclo. El Cuadro 1.9 resume los
resultados.
7 Se trabaja con un parámetro de
suavización de 100, el cual es aconsejado para datos de periodicidad anual.
– Correlación
En todos los casos, la mayor correlación se presenta entre las tendencias de las
variables y la tendencia del PIB. Antes de aplicar el filtro H-P la correlación
entre las series es muy elevada, exceptuando el caso de la inversión.
Analizando el componente cíclico, se evidencia que las exportaciones no
están correlacionadas con el PIB en el corto plazo, es decir, muestran un comportamiento acíclico. Mientras, las demás variables presentan, despues de aplicar el
filtro y eliminar la tendencia, una correlación fuertemente positiva y,
por lo tanto, se verifica un comportamiento procíclico de las variables
respecto al PIB.
– Volatilidad
Todos los grandes agregados macroeconómicos -Consumo, Inversión Bruta Interna Fija,
Consumo del Gobierno, Exportaciones, importaciones- son más volátiles que el PIB.
La variabilidad de la inversión y de las Importaciones es mucho mayor
que la variabilidad del producto; mientras que la volatilidad del
consumo es un 20% mayor que la de este último.
– Simetría
Se analiza la simetría sólo para el ciclo del
producto, observándose que en general la cantidad de años de expansión es mayor
que los años de contracción. Sin embargo las contracciones son más
pronunciadas; lo que hace que el proceso de recuperación del producto, a los niveles
pre caída, sean más prolongados.
Los resultados presentados anteriormente con respecto
a volatilidad y correlación, son muy similares a los obtenidos por
Kydland y Zarazaga (1996)8 quienes trabajan con datos
trimestrales, como así tambien a los obtenidos por Sturzenegger y Moya
(2000)9, quienes trabajan con datos anuales.
1.2.1.2 Crecimiento y Volatilidad: Comparación
Internacional
En esta sección se estudia el comportamiento del PIB y la volatilidad del mismo para
treinta y dos países, tomando el periodo 1960-2004. Para ello, se obtiene la tasa
de crecimiento promedio del PIB de cada uno de los países, como tambien
la variabilidad o volatilidad asociada a dicho promedio. Una mayor
volatilidad o variabilidad se puede asociar a una economía más incierta
o poco estable, que puede alcanzar tasas muy altas o muy bajas de crecimiento. Una mayor volatilidad en la tasa de crecimiento del producto de la economía, debería ser
compensada con una mayor tasa de crecimiento promedio. De esta manera,
el país se convierte en un espacio más atractivo para captar
inversiones, promover el incremento en el stock de capital y, consecuentemente, permitir el crecimiento del producto potencial.
De acuerdo a esto, se puede clasificar la situación de los diversos países, teniendo en
cuenta cuatro grupos. El primero lo conforman países con baja volatilidad y bajo
crecimiento; el segundo, países con alta volatilidad y alto
crecimiento; el tercero, agrupa a los que tienen baja volatilidad y alto crecimiento; y por último, se ubican los que poseen alta
volatilidad y bajo crecimiento. Los dos primeros grupos pueden ser considerados en
equilibrio; mientras, los países del tercero se encuentran en la mejor situación
posible y los del cuarto, en la peor.
8 F. Kydland y C. Zarazaga Is the Business
Cycle of Argentina «Different»?
9A. Sturzenegger y R. Moya Ciclos Económicos en Argentina 1884 – 1990.
El Gráfico 1.15 representa los resultados obtenidos, analizando el
período 1960-200410, considerando el PIB total. Teniendo en cuenta los cuatro grupos
planteados se puede destacar que, en general, los países europeos se encuentran en
equilibrio con tasas de crecimiento bajas, acompañadas por baja volatilidad. Los
países latinoamericanos muestran alta volatilidad, pero Brasil y Chile pueden hacer
frente a esta con elevadas tasas de crecimiento. Sin embargo, la situación de
Argentina se encuentra en el cuadrante menos alentador. Se verifica bajo crecimiento
para todo el período 1960-2004, el cual alcanza un valor de 2,37% anual con
elevada volatilidad (la desviación estándar de la tasa de crecimiento para el
mismo período de tiempo es de 5,31%).
Este análisis revela un indicador importante de la
confianza que se puede depositar en un país. Más interesante aún,
resulta comparar cómo cambian los resultados si se evalúan los últimos quince años (1990-2005), en lugar de tener en cuenta un período de tiempo tan
prolongado.
10 Dada la disponibilidad de datos que brinda el FMI, no es posible completar la serie
desde el año 1960 para el total de los países, por lo tanto cabe
aclarar que para Brasil se disponen datos desde 1963, para Australia desde 1964, para cuador desde 1965, para Noruega y Dinamarca desde 1966, para
Bolivia y Colombia desde 1968, para Italia desde 1970, para Portugal
desde 1977 y para China desde 1978.
Estos resultados se observan en el Gráfico 1.16 y en el Cuadro
1.12.
Brasil, Japón y Ecuador fueron los países que mostraron cambios más
profundos, evidenciando, en los últimos años, bajas tasas de crecimiento promedio,
acompañadas por bajos niveles de volatilidad. Mientras, del análisis del
período completo surge que estos países tienen niveles elevados de crecimiento con altas
tasas de volatilidad.
Tailandia e Indonesia muestran tasas de
crecimiento promedio elevadas en los dos períodos bajo estudio. A pesar
de ello, la volatilidad observada en el período 1990-2004 es superior a la observada
para el total del período de análisis (1960-2004). De acuerdo a lo planteado
inicialmente, si bien la volatilidad no es un indicador favorable para estas economías;
una elevada tasa de crecimiento puede «soportar» mejor una mayor volatilidad, por
lo que en los últimos años, no se estarían generando desequilibrios en estos
países.
Sin embargo la situación de Mexico y España es algo diferente. Para los años 1990-2004
estos países muestran tasas de crecimiento menores al promedio observado para el
total del período. Favorablemente, continúan con una volatilidad
inferior al promedio, factor que es de suma importancia para captar
inversiones y mantener un desarrollo sostenido del país.
Para los últimos años, Chile expone menor volatilidad
que para el período completo, manteniendo altas tasas de crecimiento,
lo cual lo ubica dentro del grupo de países con mejor performance
mundial. Portugal, a pesar de mantener altos niveles de volatilidad promedio, en los últimos años logró aumentar sus tasas de crecimiento, posicionándolo en una mejor
situación.
Si bien Argentina no ha modificado su posición, cabe un análisis detallado de lo que
sucedió en los recientes quince años, en relación a lo sucedido en los últimos
cuarenta y cinco. En nuestro país se observa un leve aumento en la tasa
de crecimiento promedio en el período 1990-2004, en relación al lapso
1960-2004, – pasando de 2,3% anual al 2,9% anual -; mientras que la volatilidad tambien se vio incrementada, pasando de una desviación estándar de 5,3% a
una desviación estándar de 6,4%.
1.2.2 Modelo de crecimiento potencial 1960-2010
Actualmente, Argentina tiene un nivel de PIB que se aproxima a su nivel potencial. Los
factores determinantes del PIB potencial son la evolución del stock de capital y
el factor trabajo; es decir se obtiene el nivel de PIB potencial
suponiendo la plena utilización de dichos factores. Si nuestro país
alcanza el nivel de PIB Potencial, el crecimiento, en los próximos años, podría mostrar tasas inferiores a las actuales; lo que se debe a que las posibilidades de
desarrollo estarán limitadas al nivel de inversión y al crecimiento
poblacional.
Considerando que en el período de crisis los valores que alcanzó el PIB estaban por
debajo del nivel potencial, durante los años de post crisis (2003-2005) existían
recursos ociosos. Esto permitió tasas de crecimiento superiores al 8%,
y el PIB logró recuperarse a niveles de 1998 – e incluso superarlo –
acercándose de esta manera al producto potencial.
Estar en niveles alrededor del PIB potencial es considerado óptimo. Pero estar por
encima de este puede no ser beneficioso, dado que se está creciendo por encima de
las posibilidades, situación que, probablemente, no sea sostenible en
el largo plazo. Es por eso que se espera que a partir del 2007 las
tasas de crecimiento sean inferiores a las observadas en el período 2003-2006.
A partir de un modelo económico simple, se intenta estimar el producto potencial
argentino, para así observar cuáles fueron las posibilidades de crecimiento de
nuestro país, y cómo podría evolucionar la economía en los próximos
años.
1.2.2.1 Metodología
Para el cálculo del PIB potencial se utiliza una metodología mixta. Para esto, se parte
de una función de producción y, combinándola con la metodología propuesta por
Hodrick – Prescott, se obtiene una tendencia de largo plazo para el
factor de productividad total. 11
Función de producción:
Y = F(K,L)
La variable Y mide el producto bruto real anual; L el empleo y K el stock de capital
reproductivo.
La utilización de la función de producción tipo Cobb Douglas presenta la ventaja de
poder transformarla en una función lineal al tomar logaritmos de las variables. Es
por ellos que se decide en este modelo emplear una función de este
tipo.
La función de producción que se utiliza es:
Y = AKαLβ
donde α + β = 1 β = 1 – α
Y = AKαL1α
11 Para la realización de esta estimación
se toma como base el trabajo realizado por Jose Luis Maia y Mercedes Kweitel en el trabajo «Argentina: Sustainable Output Growth After the Collapse»
September 2003.
Tomando logaritmos
ln y = ln A+ α ln K + (1- α) ln L
Para estimar la productividad total de los factores (PTF = A) para cada uno de los años,
se trabaja con una ecuación de una sola incógnita. Esto es posible dado que los
datos de producto, capital y trabajo son conocidos para el período
1960-2005. A su vez, se supone que es válida la restricción α + β = 1,
lo que permite calcular dichos coeficientes como la participación de cada uno de los factores en el PIB. Es decir:
α = rK / pY
β = wL / pY
Posteriormente, para el cálculo del PIB Potencial se obtiene la tendencia de largo plazo
de la PTF, calculada anteriormente utilizando el filtro de Hodrick – Prescott con
un parámetro de suavizamiento de 100, el cual es aconsejado para datos
anuales. Los valores de tendencia obtenidos, se consideran los
correctos para el cálculo del producto potencial. Asimismo, se mantienen las participaciones (α y β) constantes y se supone la plena utilización de los
factores disponibles en la economía.
Lo que implica que:
– se utiliza el total del stock de capital disponible.
– se encuentra ocupada el total de la Población Económicamente Activa (PEA),
considerando una tasa de desempleo natural del 5%.
1.2.2.2 Resultados de las estimaciones
Argentina muestra, como se dijo anteriormente, una elevada volatilidad en el
comportamiento de su PIB. Esto afecta notablemente al PIB potencial de la
economía. Por lo tanto se puede afirmar que, como consecuencia de las
recurrentes crisis de corto plazo, las posibilidades de crecimiento de
largo plazo se han visto reducidas.
Según algunas teorías del crecimiento económico, los gobiernos deben procurar siempre el
crecimiento del PIB potencial ya que, en el largo plazo, las políticas monetaria y
fiscal deberían permitir que el PIB real alcance su valor
potencial.
Actualmente, el nivel de PIB real se encuentra por
debajo del PIB potencial. Sin
embargo, muestra una fuerte recuperación desde el año 2003 a la actualidad y se estima que si
continúa el crecimiento económico observado en los años post crisis, se
alcancen valores potenciales en el corto plazo.
El último período en el que el PIB real superó al
potencial fue durante los años 1997-1998. En la actualidad, el PIB se
encuentra en niveles superiores a los de 1998, pero aun no alcanza los
valores del producto potencial. Esto indica que para los años 2006 y 2007 existen posibilidades de crecimiento por encima de la media. A su vez, cabe destacar, que mantenerse
por encima de las posibilidades puede no ser la mejor alternativa. Por
el contrario, el objetivo es alcanzar el nivel de producto potencial y
luego mantener una tasa de crecimiento moderada compatible con el
crecimiento de largo plazo que puede ubicarse entre el 3,5 y el 4,5%, para el caso argentino.
Con una tasa de crecimiento del 7% para el año 2006, el PIB real podría alcanzar el
nivel de PIB potencial en dicho año.
Proyectando el modelo para el período 2006-2010 se observa cómo podría comportarse la
economía argentina en el mediano plazo.
Para obtener estos resultados se realizan los siguientes supuestos:
– Tasas de crecimiento del PIB real, se exponen en el Cuadro 1.13.
– Tasa de crecimiento poblacional anual (2006-2010)
del 1,1%, la cual se corresponde
con la tasa inter censal.
– La tasa de actividad se comporta en forma similar al promedio de los últimos 10 años.
– En base a los dos supuestos anteriores, se calcula el empleo potencial realizando el
producto de la variable población total multiplicada por la tasa de actividad, y
luego se aplica una tasa de desempleo natural que se supone del 5%
anual.
– Para el cálculo del stock de capital, se realizan estimaciones del nivel de inversión
anual considerando el crecimiento del PIB (Cuadro 1.13) y suponiendo que la
inversión representa un 22% del producto para los años 2006 y 2007 y un
21% para los siguientes. Se considera una depreciación constante del
5,5%. Luego, sobre el último dato del stock existente se suma el monto
de inversión estimado y se resta la depreciación.
Los resultados obtenidos muestran que durante el año
2006 se alcanzaría el PIB potencial. Con los supuestos realizados, se
podría mantener el nivel de producto real en un valor aproximado al potencial para
los años 2007-2010.
En el Gráfico 1.18 se advierte este resultado y queda a la luz que
nuestro país sufrió, en esta última decada, una de las peores crisis de su historia. A pesar de esto, logró una recuperación a
una velocidad record, lo cual generó sorpresas y mejoró las
expectativas de la población; aumentando así las posibilidades de mantener esta tendencia en el mediano plazo.
1.2.2.3 Proyecciones. Cómo recuperar el terreno
perdido según distintas tendencias: 1970, 1990, 2002. Análisis del PIB total y el PIB per cápita
1.2.2.3.1 Visión histórica de la economía
argentina
Del estudio de la historia económica argentina surge que esta se vio afectada por
múltiples crisis, causadas tanto por factores externos como internos. En el
período post Segunda Guerra Mundial, Argentina comenzó a apartarse del
desarrollo mundial. Inicialmente el desarrollo industrial y el proceso
de sustitución de importaciones pareció exitoso, pero con el tiempo las posibilidades de crecimiento industrial comenzaron a agotarse.
Si se tiene en cuenta el período analizado (1960-2005), surgen como consecuencias de las
políticas aplicadas localmente varias crisis internas, además de las crisis
internacionales que afectan en distinto grado a la economía argentina.
Sumado a esto no se puede desconocer que uno de los principales
problemas del país es la inflación, que cuando se combina con recesión, disminuye notablemente las posibilidades de crecimiento y desarrollo de la Nación en el
largo plazo.
Entre las principales epocas de recesión, se destaca la crisis
económica de los 70. A nivel mundial, los países se veían afectados por la crisis del
petróleo; mientras, la situación local era diferente y las causas de la crisis estaban más
relacionadas con aspectos internos que externos. Argentina se encontraba bajo un modelo
de economía cerrada, y al iniciarse la dictadura en el año 1976 el objetivo de
alcanzar a los países desarrollados se convertía en una meta cada vez más utópica. La falta de un perfil definido para el
proceso de industrialización, la gran inestabilidad y volatilidad de
las políticas económicas, la dificultad para imponer un acuerdo social
que sustentara una política industrial de largo plazo, las fluctuaciones en la distribución del ingreso – que comprimía y expandía el mercado e impedía la
planificación empresaria – y la falta de una política de investigación
y desarrollo, expresaban claramente la diferencia entre la Argentina y
los países desarrollados.
La política económica durante este período estuvo centrada en el objetivo de controlar
la inflación. Las dificultades para dominar el fenómeno inflacionario condujeron
durante el año 1977 a reducir el gasto público, que sumado a la
contracción de salarios impacto notablemente sobre la demanda agregada.
Además se implementaron reformas financieras, obteniendo este sector un rol fundamental en la asignación
de recursos, influyendo notablemente en la dinámica de la economía en general. La
creciente rentabilidad de las colocaciones financieras restó recursos para inversiones físicas, resintiendo la capacidad de expansión de largo plazo de la
producción.
12 Roberto Cortes Conde. «La Crisis Argentina de 2001-2002». Cuadernos de Economía, Año
40, nº 121. diciembre 2003. Instituto de Economía, Pontificia
Universidad Católica de Chile.
El cuadro desalentador terminó de completarse a lo
largo del año 1978, con la implementación de la «tablita cambiaria»
que, como consecuencia del atraso cambiario y la distorsión de precios
que generó, afectó fuertemente la competitividad de la producción local. Sin embargo, se observa que si bien las tasas de crecimiento del PIB Potencial tienden a amesetarse,
entre 1970 y 1980, no hay un cambio de tendencia. La crisis, si bien
reduce la tasa de crecimiento del producto potencial, no genera una
caída del mismo.
Siguiendo en línea con lo anterior, cabe analizar lo acontecido en la decada del ’80. La
situación era algo diferente, dado que los resultados sobre Argentina están más
relacionados con lo que sucedía en el resto del mundo.
Los años 80 se caracterizaron por una gran inestabilidad en la economía internacional,
que se manifestó en grandes fluctuaciones de las tasas de crecimiento, de los
precios y de los flujos de comercio y de capitales. Eso motivó tambien
periódicos reajustes en las paridades cambiarias y las tasas de
interes. Los desequilibrios en las balanzas de pagos tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, desencadenaron una considerable elevación de las
tasas de interes, que causaron duras consecuencias para los países
endeudados. De este modo, la crisis fiscal se instaló tanto en los
países desarrollados como en los del tercer mundo, generando un fuerte
impacto en los movimientos internacionales de capitales. Tales movimientos pusieron en dificultades a los países más vulnerables, afectando especialmente a America Latina,
luego de la crisis mexicana de 1982.
En la segunda mitad de los ´80, la situación comenzó a mejorar paulatinamente. Los
países industrializados tomaron una posición mas flexible en el tratamiento de la
deuda, implementando el Plan Backer y luego el Plan Brady, los cuales
presentaban condiciones mas blandas y mayores plazos para el pago.
La situación de Argentina, no solo esta afectada por el contexto internacional de la
epoca, si no tambien por la herencia que dejó el gobierno militar. A comienzos de
la decada el país se encuentra en plena recesión – alta tasa de
desempleo, problemas inflacionarios, elevado nivel de deuda externa y
escasas reservas internacionales – la solución era sumamente complicada, y los acuerdos parecían conducir a una recesión aún más profunda y al incremento de la
inflación.
La crisis internacional en los ´80 y la recesión que
sufrió la economía argentina durante este período, tuvieron un impacto
indiscutiblemente más fuerte sobre el potencial de crecimiento de largo
plazo del país. El PIB potencial muestra una leve caída y un cambio de tendencia en esta decada.
La evolución en la segunda mitad de los ´80 continuo siendo desfavorable, a mediados de
1988 la economía argentina se encontraba en una situación crítica, en la que se
combinaban la recesión, la desocupación, la inflación y una deuda
externa que continuaba en aumento. Mientras la situación interna se
deterioraba, el sector externo mostraba signos de mejoría.
A principios de 1989, debido a la incertidumbre económica y la inestabilidad política,
las expectativas inflacionarias comenzaban a acelerarse. Se inicio una fuerte fuga
de capitales, la burbuja especulativa fue imparable; la cotización del
dólar libre se disparó y los precios comenzaron a acompañar la
evolución del dólar, por lo que se ingresó en un proceso hiperinflacionario.
En consecuencia, la crisis de 1989 – acompañada por la hiperinflación y la inestabilidad
política – produce una notable disminución en el PIB que alcanza su mínimo en el
año 1990. El impacto sobre el nivel de PIB potencial tambien es notable
en este período, disminuyendo así las posibilidades de crecimiento de
largo plazo. Esto puede ser consecuencia del deterioro tanto de recursos humanos, como del capital existente en la economía, el cual deja de ser
productivo en el largo plazo, si no se realizan las inversiones
necesarias para evitar la obsolescencia.
Tras el cambio de gobierno, en marzo de 1991 se implementa el plan de convertibilidad,
con el cual se pone fin a una larga historia de desequilibrios macroeconómicos y
de elevada inflación. El regimen inicialmente fue exitoso; logro
restaurar la estabilidad macroeconómica y disminuir la inflación
durante los ´90.
Diversas crisis internacionales en la segunda mitad de la decada, pusieron a prueba el
plan de convertibilidad. Inicialmente, la devaluación de Mexico el 20 de diciembre
de 1994, impactó sobre la economía argentina constituyendo uno de los
principales desafíos para la política económica en curso. Se produjo
una importante salida de capitales, principalmente de corto plazo, y se
generó una disminución de las reservas internacionales. Incluso bajo estas circunstancias que pueden ser consideradas extremas, el plan de convertibilidad demostró ser lo
suficientemente fuerte para sobrevivir, sin afectar el tipo de cambio $
1 a US$ 1.
La crisis tuvo efectos significativos sobre el nivel
de PIB real, el cual disminuyo un 4,4% en 1995, pero la economía
comenzó a recuperarse rápidamente y en 1996 el PIB creció un 4,8%; debido a esto el PIB potencial no se vio afectado, y la tendencia continuó siendo
creciente, mostrando una destacada recuperación luego de la perdida de
los ´80.
Pero el impacto internacional no terminó con el «efecto tequila», sino que continuó
hacia fines de los ´90. Tuvieron lugar la crisis del Este Asiático en octubre de
1997, la crisis de Rusia en agosto de 1998 y por último la devaluación
de Brasil en enero de 1999; las consecuencias que generaron sobre
Argentina estos últimos fueron aún más graves. Argentina no logró tasas de crecimiento positivas desde 1999, hasta caer en una de las peores crisis de la historia
en diciembre del 2001, profundizando el período de decrecimiento
durante el año 2002.
Como se observa en el Gráfico 1.21; el PIB potencial argentino creció durante la decada
del ´90, manteniendo una tendencia positiva entre los años 1992 y 2001. Luego de
la última crisis se verifican tasas de crecimiento del PIB potencial
que disminuyen durante los años 2001-2003.
Como se expresa en los párrafos anteriores, Argentina pasó por reiteradas crisis durante
la segunda mitad del siglo XX, pero todas fueron de una naturaleza distinta a la
que estalló a principios del siglo XXI. Anteriormente, las crisis
estallaban tras un período de expansión y altas tasas de inflación,
mientras que esta última se generó tras varios años de recesión y con deflación de precios.
A partir de 1996 se comienzan a verificar deficit fiscales que llegan a niveles de
alrededor del 4% del PIB en el año 2000. Adicionalmente la deuda pública que
estaba próxima a los $ 60.000 millones, aumento en 1994 a un valor de
$90.000 millones y alcanzó los $129.750 millones en el año 2000.
La administración de Fernando De la Rúa durante los años 2000 y 2001 se preocupó por
mejorar la situación fiscal – a traves del aumento de impuestos, conocido como
«impuestazo» – buscando apoyo externo para prolongar los plazos de
vencimientos.
Finalmente se inició el camino hacia la salida de la convertibilidad, esto aumentó la
desconfianza, afectando la visión que los acreedores tenían del riesgo argentino.
El riesgo país se convirtió en el termómetro de la visión de los
mercados de capitales, de los que dependía el gobierno para renovar la
deuda.
En diciembre, se inició una corrida bancaria que fue detenida en forma arbitraria a
traves del «corralito», luego siguieron los cacerolazos, hasta llegar al pedido de
renuncia del Presidente De la Rua, quien concluyó su gestión en medio
de la crisis.
Posteriormente se declaro el «default» y pocos días despues se abandono la
convertibilidad. La salida de la convertibilidad tenía el objetivo de expandir la
economía, pero esto puede ser efectivo en un marco de estabilidad y
solvencia fiscal que en la Argentina del 2001 estuvo ausente.
Los efectos negativos de esta última crisis, en terminos del PIB, parecen ser los más
importantes dentro de todo el período bajo análisis. En los años posteriores a la
crisis, la recuperación fue increíble; esta estuvo basada en algunos
pilares fundamentales, entre los cuales se pueden destacar: superávit
de cuenta corriente, superávit fiscal, tipo de cambio competitivo, mayor estabilidad y aumento de la confianza en el gobierno y la posibilidad de aumentar la
producción rápidamente sin la necesidad de altas inversiones,
consecuencia de la capacidad ociosa de la industria en ese
período.
Con el objetivo de medir cuales fueron las
posibilidades – en terminos de crecimiento del PIB en los últimos 50
años – se realiza un breve análisis de escenarios que hubiesen sido posibles si Argentina, en el período 1960-2005, hubiese mostrado un crecimiento sostenido;
suponiendo la inexistencia de las diversas crisis y los procesos de
«stop and go» sufridos durante estos años.
1.2.2.3.2 Análisis de perdidas y posibilidades de
crecimiento hacia el 2010
Es interesante analizar el PIB potencial que hipoteticamente se hubiese alcanzado en la
actualidad bajo dos escenarios posibles:
a) continuando la tendencia de crecimiento de 1970
(crecimiento sostenido del 4% anual)
b) continuando la tendencia del año 1996 (3,6% anual) lo que significa la inexistencia
de la crisis 2001.
El PIB potencial que se estima alcanzar en el año 2010,
considerando la situación económica actual, es de $379.809 millones, medido en valores
constantes de 1993. Si la crisis del año 2001 se hubiese evitado, se estaría en
condiciones de alcanzar un nivel de PIB potencial de $437.157 millones,
aproximadamente un 15% superior a las posibilidades actuales. Esta
situación es aun más grave si se considera la tendencia de los años 70. Si desde entonces Argentina hubiera crecido constantemente a una tasa del 4% anual, se
podría esperar para el año 2010 alcanzar un nivel de PIB potencial
próximo a los $774.529 millones. Este valor representa un 104% más del
que se puede obtener actualmente y un 77% más del valor que se hubiese
logrado en el caso de evitar la crisis del año 2001.
A continuación se realiza un estudio similar para el nivel de PIB per
cápita. Tomando como punto de referencia la tendencia de crecimiento del PIB
potencial anterior a los años 70 (2,5% anual), y suponiendo que no se produce
ninguna crisis económica hasta la actualidad, el PIB potencial per cápita podría
haber alcanzado, para el año 2010, un valor de $17.429 per cápita. Mientras, en las
condiciones actuales se podrá alcanzar un valor de tan sólo $9.522. Esto representa una perdida en terminos per
cápita del 83% del PIB potencial. Realizando el mismo cálculo con la
tendencia de crecimiento del año 1996, el 2,25% anual (suponiendo
nuevamente la inexistencia de la última crisis), el PIB potencial
podría haber alcanzado la suma de $10.082 per cápita, lo que representaría un valor 6% superior a las posibilidades actuales.
Esto demuestra que, a pesar que el país puede recuperar los valores previos a las
crisis, es poco probable que pueda lograr los niveles de producto per cápita que
hubiesen sido posibles si las mismas no hubiesen ocurrido. Cada una de
las crisis económicas que afectaron a Argentina dejaron perdidas que
difícilmente puedan recuperarse.
El desafío de nuestros tiempos es no repetir el ciclo económico, sino buscar una
estrategia de crecimiento sostenido basada, fundamentalmente, en el aumento de la
inversión en capital reproductivo que permita incrementar la capacidad
instalada y evite cuellos de botella en la industria.
Además es importante aplicar políticas que generen cambios estructurales, tales como
mejoras en la educación y mayor inversión en conceptos de I&D, potenciando
aumentos de productividad que equilibrarán el desarrollo económico de
corto con el de largo plazo.
En síntesis, nuestra historia muestra que los argentinos hemos tenido la fortaleza de
superar las sucesivas crisis económicas que nos afectaron, pero a pesar de ello
nos resulta dificultoso poder recuperar todo el terreno perdido.
1.2.2.4 Inversión y stock de capital (evolución y
necesidades de inversión)
Como se mostró anteriormente, Argentina experimentó periodos de perdidas que parecen ser
irrecuperables. El deterioro del capital en cada uno de los períodos de crisis es
un factor determinante por lo cual se verifica este fenómeno.
Pero la clave para recuperar el terreno perdido es la inversión tanto en capital físico,
como en capital humano y capital social 13.
El stock de capital de nuestro país en relación al
PIB, no muestra un comportamiento
constante, sino que se observa una alta volatilidad en la serie y una conducta cíclica al
evaluar la tendencia de largo plazo del mismo. Esto se ve claramente en el Gráfico
1.24, que muestra cómo evoluciona la relación capital – producto (K/PIB) desde
1960 a la actualidad.
Adicionalmente a la volatilidad que presenta la serie del stock
de capital, si se analiza la relación existente entre el stock de capital y el producto de
la economía, se encuentra que estas variables están altamente correlacionadas en
forma positiva, es decir, a mayor stock de capital mayor es el nivel del PIB, y lo
mismo ocurre entre el stock de capital y el PIB potencial. El valor de la correlación
entre el stock de capital y el PIB es de 94% y la correlación entre el stock de capital y
el PIB potencial alcanza el 97%.
Tomando como referencia la última crisis acontecida en nuestro país, con el fin de
recuperar las perdidas ocasionadas en este lapso de tiempo, se puede realizar un
breve análisis de cómo debería evolucionar el nivel de inversiones en
los próximos años. Si se supone que la relación IBIF-/PIB debería
haberse mantenido en un 20% como mínimo, las perdidas acumuladas durante los años de crisis alcanzarían un valor de $61.394 millones.
El tiempo que llevará recuperar la perdida en el stock de capital está relacionada con
el crecimiento del PIB y el porcentaje de IBIF, por lo tanto, si se considera un
incremento del PIB del 7% para el 2006, del 4% para el 2007 y del 3% de
allí en adelante; los años necesarios para la recuperación dependen del
porcentaje que se logre de IBIF/PIB.
13 En el capítulo 2 del Balance de la
Economía Argentina 2005 y en el capitulo 9 de este libro, se expone un estudio detallado sobre Capital Social.
El Cuadro
1.15 muestra los distintos escenarios posibles.
Bajo el supuesto más favorable, que significa una relación
IBIF/PIB del 25% en el año 2009 se podría recuperar la perdida de inversión producida
durante la crisis. Bajo una alternativa más realista, que sería alcanzar una
relación IBIF/PIB del 23% anual, recien en el año 2011 se recuperaría la perdida en terminos de inversión, producida en el periodo 1999-200314.
1.2.2.5 La relevancia de la productividad. Análisis
de la PTF
Uno de los factores importantes en la determinación del carácter sostenible de un
proceso de crecimiento económico es el incremento de la productividad de la
economía. Un mayor avance de esta es un indicador del aumento de la
capacidad productiva de la economía o producto potencial, determinando
si la economía está creciendo bajo un sendero sostenible en el largo plazo o, por el contrario, sólo tiene un carácter cortoplacista.
Además, la productividad de la economía es un indicador del nivel de vida de los
habitantes de un país. Un mayor crecimiento de esta permite la posibilidad de
sostener y mejorar el ingreso per cápita de la población.
Las ganancias de productividad están dadas por las mejoras en los procesos de producción
independientemente de la acumulación de factores. En el modelo desarrollado en el
apartado 1.2.2.1 de este capítulo, el parámetro «A» de la función de
producción mide la evolución de la productividad total de la economía.
Se considera que este capta el incremento del producto que no es
explicado por incremento de los factores capital y trabajo.
A modo de clarificar que es lo que mide este parámetro, se exponen algunas de las
explicaciones que se encuentran en la literatura relacionada con el tema. Desde el
punto de vista del enfoque neoclásico de crecimiento económico, el
aumento de la productividad total de los factores, es el incremento en
la producción originado en las mejoras en la organización del proceso productivo (management, layout, etcetera); independientemente de la acumulación de
los factores de la producción: capital, trabajo e insumos.
De acuerdo con esta visión, la capacidad productiva potencial de la economía está
determinada por el crecimiento de esta variable, llamada progreso tecnico exógeno
o productividad total de los factores o residuo de Solow.
Para el enfoque del crecimiento endógeno y la escuela neo-schumpeteriana, la PTF
captaría los efectos derrame (spillovers) de los factores sobre la productividad
agregada de la economía.
Esto es, las adiciones al desempeño de la PTF originadas en la acumulación de ciertos
insumos (capital humano, bienes de capital e intermedios), por fuera de la
contribución de cada factor al crecimiento del producto. Es decir que
se captaría un efecto conjunto o sinergia de la acumulación de este
tipo de factores en la PTF. En otros terminos, existirían rendimientos crecientes a escala y/o externalidades positivas sobre la productividad, originadas en la
incorporación de ciertos factores al proceso productivo.
14 En el capítulo 3 se realiza un estudio detallado de la evolución de la Inversión en
Argentina.
A partir de los datos utilizados en el modelo
anterior, se puede obtener la serie de la PTF correspondiente a la
economía argentina para el período 1960-2006. El comportamiento de la misma se observa en el Gráfico 1.26. El valor original surge de utilizar los valores
reales del PIB a precios constantes, mientras que la tendencia se
obtiene aplicando el filtro de Hodrick y Prescott. Dicha serie es la
que se utiliza en el cálculo del PIB potencial.
Es importante destacar la relación existente entre la PTF y la
inversión en stock de capital de la economía. Si se consideran los datos del 2005, la
relación IBIF/PIB estuvo próxima al 20% y la productividad total de los factores mostró
un incremento inusual del 5%. Estas dos variables permitieron un incremento del PIB
del 9,2%.
Se puede demostrar que mientras mayor sea el
crecimiento de la productividad total de los factores, menor será el
porcentaje de IBIF-/PIB necesario para alcanzar las tasas de crecimiento objetivo de la
economía. Para lograr un crecimiento hipotetico del 5%, suponiendo que el aporte del
empleo al crecimiento del producto sea del 1%, – lo que resulta coherente con el
incremento del empleo y la población – se plantean en el Cuadro 1.16 tres posibles
escenarios respecto al valor de la relación IBIF/PIB y el crecimiento de la PTF. Este cuadro muestra claramente
la relación inversa que existe entre el porcentaje de IBIF/PIB y el aumento
en la PTF.
De acuerdo con lo planteado anteriormente, el objetivo
de que Argentina crezca en los próximos años a una tasa promedio del
5%, con niveles de IBIF/PBI entre el 23% y el 24% (valores que se
pueden considerar alcanzables en las situaciones macroeconómicas actuales), solamente será posible, si se logra un aumento de la productividad total de los factores – a
traves de incrementos en el gasto en I&D, en educación y formación
de mano de obra calificada e incorporación tecnológica – de
aproximadamente el 2%.
1.3 Perspectivas y proyecciones para el período
2007-2008
Argentina hoy se encuentra altamente favorecida por el excelente contexto internacional
y no se esperan fuertes cambios en el corto plazo. Los principales motores de la
economía mundial, China y Estados Unidos, continúan mostrando un
intenso dinamismo y sus perspectivas para el mediano plazo, parecerían
haber mejorado sensiblemente en los últimos meses.
La tasa de interes de los Estado Unidos parece haber alcanzado un techo, y su economía
continuará creciendo, posiblemente, a tasas moderadas. Adicionalmente, hoy en día
los temores relacionados con el estallido de una burbuja inmobiliaria
son menores. En este marco la caída del precio del petróleo en el
mercado internacional, augura menores presiones inflacionarias en los próximos años.
Conjuntamente con Estados Unidos, el crecimiento de Asia Emergente, permanecerá robusto
para el bienio 2007-2008. El principal impulsor de la región continuará siendo
China, quien no ha podido frenar su ritmo de crecimiento, a pesar de
las medidas aplicadas en los últimos trimestres, por su gobierno. En
este punto es valido recordar que el constante crecimiento Chino, ha sido uno de los pilares, posiblemente el principal, del aumento de precios de los
commodities en general y los agrícolas en particular; favoreciendo
directamente al sector agro-exportador argentino.
Planteado este escenario resulta difícil imaginar una economía internacional, que atente
contra el crecimiento argentino en los próximos años. El resultado económico
argentino para el bienio 2007-2008 dependerá en gran medida de factores
internos. Entre algunos aspectos que podrían complicar el escenario
positivo se pueden destacar, la política cambiaria, la política fiscal y las presiones para aumentar el gasto público, la falta de respeto por las
instituciones y una creciente conflictividad social y algunos factores
vinculados con el insuficiente crecimiento del PBI potencial (baja
inversión en capital, baja productividad, etc).
Anexo 1.1 Construcciones
La actividad de la construcción ha presentado un gran dinamismo durante el proceso de
recuperación de la economía argentina. Esto justifica un análisis profundo de su
comportamiento, para comprender de manera más acabada su evolución y
dinámica.
En la primera parte del análisis se presenta un repaso de diferentes indicadores que
permiten visualizar el nivel de actividad de la construcción en nuestro país. La
segunda consiste en un análisis cualitativo del mercado inmobiliario en
general.
A1.1.1 Indicadores
A1.1.1.1 Indicador Sintetico de la Actividad de la Construcción (ISAC)
Tal como se aprecia en el Gráfico A1.1, el Indicador Sintetico de la Actividad de la
Construcción muestra una tendencia marcadamente creciente desde Enero de 2002.
En cuanto a las tasas de variación del indicador recientemente
presentado, el Gráfico A1.2 presenta las registradas por la serie desestacionalizada
en cada mes respecto a igual mes del año anterior.
Variaciones cercanas al 20% para los últimos meses registrados son
un indicio claro de la fortaleza del sector, ya que la economía en su conjunto está
creciendo a valores cercanos al 8% anual.
Por otra parte, el ISAC está compuesto por cinco bloques, los cuales individualmente han
presentado, en general, comportamientos similares a los del agregado.
Finalmente, en virtud del año electoral que se aproxima, se espera que la obra pública
presente un fuerte crecimiento a lo largo del 2007. Los programas de viviendas,
los anuncios de obras viales y obras de infraestructura son algunos
ejemplos.
A1.1.1.2 Empleo
La actividad de la construcción ha sido muy
importante en la generación de empleo durante la recuperación económica de
la Argentina.
Como se aprecia en el Gráfico A1.3, la cantidad de
trabajadores es muy elevada, algo
lógico dada la característica mano de obra intensiva del sector. Tambien se observa una
reducción en la tasa de crecimiento del número de empleados en los últimos meses,
situación normal considerando la gran magnitud alcanzada durante el año
2006.
Por otra parte, es importante resaltar que aun siendo
uno de los principales sectores en la generación de empleo, tambien es
alta la cantidad de trabajadores no registrados que forman parte de la
actividad.
A1.1.1.3 Costos
De la misma manera que en otros sectores, los costos son la principal preocupación. En
esta actividad los precios de los insumos no están sujetos a ningún acuerdo de
precios. Sumado a lo anterior, la construcción es mano de obra
intensiva, por lo que actualizaciones salariales impactan
inevitablemente, y lo hacen de manera importante. La conjunción de estos factores ha sido evidente a lo largo de todo el período de recuperación.
Como se aprecia en el Gráfico A1.4, el rubro Mano de Obra es el que más aumentó en los
últimos años, particularmente a partir del año 2005. La variación de esta variable
entre Diciembre del 2004 y Septiembre del 2006 alcanzó el
63%.
Cabe mencionar que el aumento del ICC ha sido muy
superior al de la inflación – medida por la variación del IPC – durante
Enero y Septiembre del año 2006 (23,5% y 10,7% respectivamente).
A1.1.1.4 Permisos de construcción
La superficie cubierta autorizada para construcción es otro de los indicadores
representativos del ritmo de actividad. La misma ha sido claramente creciente
desde el año 2003, y se espera un record de metros autorizados para el
año 2006.
Al igual que en el caso del empleo, la gran magnitud alcanzada por esta variable se ha
traducido en una disminución de la tasa de crecimiento de la misma en los últimos
meses.
Un tema al que hay que atender cuidadosamente es el de las
disparidades regionales. Considerando los permisos por habitante, se aprecia una clara
diferencia entre la ciudad de Buenos Aires y el resto. Para la primera se estima que se
habrá autorizado para construir casi un metro cuadrado por persona en este año. En
el segundo lugar de los casos registrados se encuentra la ciudad de Córdoba,
apenas superando los 0,7 metros. Rosario aparece a continuación, con una
estimación para el año 2006 algo mayor a 0,6 metros por habitante. Esta variable se
situará entre 0,5 y 0,6 para el caso de los 42 municipios relevados por el INDEC
mensualmente. En el último lugar de la muestra aparecen las ciudades de Santa Fe y Paraná,
con menos de 0,4 metros cuadrados autorizados por persona esto se observa en
el Gráfico A1.6.
Al evaluar las tasas de crecimiento de los permisos
otorgados para construir en cada uno de los municipios, las diferencias
son aún mayores que en el caso anterior. Nuevamente, es la ciudad de
Buenos Aires la que toma la delantera, muy por encima de las demás jurisdicciones. Al mes de Julio, las variaciones para la primera eran cercanas al 40% anual, a la vez
que a nivel nacional (42 municipios) rondaban el 25%. Rosario se
ubicaba muy cerca de este último valor en el mes de junio. Tanto la
ciudad de Córdoba como las ciudades de Santa Fe y Paraná, arrojaron tasas apenas superiores al 10% durante el septimo mes del año.
Esto implica que la ciudad de Buenos Aires está impulsando fuertemente el ritmo de la
actividad a nivel nacional. Si bien intuitivamente este efecto debería
considerarse natural, el mismo representa un llamado de atención. En la
segunda sección de este anexo se profundizará sobre ese punto.
A1.1.2
Perspectivas del mercado inmobiliario
El mercado inmobiliario de nuestro país ha presentado una dinámica muy interesante en
los últimos años. La principal razón de lo anterior se basa en la reducida
confianza de los ahorristas para con los bancos a la salida de la
crisis del 2001.
Esta desconfianza impulsó a los inversores a buscar otros mecanismos de ahorro, que
resultaran más seguros en cuanto al mantenimiento del valor en el mediano y largo
plazo.
Adicionalmente, el valor de los inmuebles había sido fuertemente castigado durante la
última crisis, lo que inducía a pensar en rentabilidades elevadas, o al menos, en
el mantenimiento del valor de los ahorros en el largo plazo si se
elegían los ladrillos.
Cabe que aclarar que la rentabilidad se compone de dos partes, la renta de capital y la
operativa. La primera surge por el aumento del valor del inmueble, mientras que la
segunda se relaciona con el uso económico que se le de a la propiedad.
Resulta evidente entonces que un inversor puede efectivizar la renta de
capital sólo cuando vende el inmueble, pero la renta operativa se hace
efectiva, por ejemplo, en caso de alquilarlo.
Hecha esta diferenciación, queda claro que si existía un ánimo de rentabilidad a la hora
de invertir en inmuebles en el período post crisis, estamos hablando de la renta
de capital, ya que el nivel de los alquileres era muy bajo
(considerando el corto y mediano plazo).
En el Gráfico A1.7 se aprecia que el rendimiento
de capital de la inversión en inmuebles ha sido realmente importante en
los últimos años, sólo por debajo de la evolución del índice Merval y apenas menor
a la que mostró el dólar.
El Cuadro A1.1 presenta un análisis detallado de la rentabilidad
operativa de la inversión inmobiliaria en Córdoba para los años 2004 y 2006.
En terminos generales, puede decirse que los diferentes tipos de inmuebles
experimentaron reducciones en su rentabilidad operativa a lo largo de ese período.
Esto se debe a que durante la salida de la crisis, el valor de compra
se recuperó más que el de los alquileres. De todas maneras, es muy
importante resaltar que estos valores son aproximaciones, ya que el mercado inmobiliario está muy zonificado y presenta una gran variabilidad de precios.
2 Se considera el rendimiento de capital de
la Inversión Inmobiliaria. Los valores en pesos para los departamentos a estrenar son aproximaciones para el mercado cordobes a mediados del año 2006. El cálculo del
Merval es correspondiente a mediados del 2006.
Un caso que no está en línea con el desempeño anterior
de la rentabilidad operativa es el de las oficinas. La causa natural de
esto es que ese era el rubro más rezagado además de estar íntimamente
ligado al ritmo de la economía, la cual se aproxima a su cuarto año de crecimiento a tasa superiores al 8%. Esos factores impulsaron la rentabilidad para este
segmento.
Anteriormente se deslizó un comentario acerca de la zonificación que se observa en el
mercado inmobiliario. Esto significa que el boom que está experimentando la
actividad en la actualidad no es algo ampliamente difundido.
A nivel nacional, se aprecia que las grandes ciudades son las más dinámicas, algo que
queda registrado en la mayoría de los indicadores disponibles (precios, cantidad
de trabajadores del sector, superficie autorizada a construir,
proyectos en carpeta, etcetera).
Sin embargo, hay que ser conscientes de que aun en una misma ciudad, existen diferencias
realmente llamativas entre diferentes barrios o zonas. El caso más paradigmático
es el de la ciudad de Buenos Aires, cuya estrella es Puerto Madero.
Allí se estiman inversiones por US$800 millones para los próximos cinco
años, con precios del metro cuadrado que superan los US$4.000. El
barrio de Palermo y su vecino Barrio Norte, junto a Belgrano y Recoleta, presentan un dinamismo similar, aunque el fenómeno no está tan concentrado en un espacio
tan reducido como sucede en Puerto Madero.
Por otra parte, se observan barrios capitalinos que aún no registran valores
inmobiliarios que superen los US$ 800 por metro, como La Boca, Constitución y
Floresta. Naturalmente, existe una diferencia mayor de precios a medida
que se incrementa la distancia con estas zonas.
En la ciudad de Rosario ocurre algo similar. El auge inmobiliario está concentrado en la
zona formada por las calles Avellaneda, 27 de Febrero y el río Paraná. Los precios
por metro cuadrado más elevados aparecen en el boulevard Oroño y en la
ribera del Paraná.
En la ciudad de Córdoba tambien se aprecia este fenómeno, con gran cantidad de proyectos
fuertemente nucleados en tres barrios, Nueva Córdoba, General Paz y el centro. El
primero es mayormente elegido por los estudiantes provenientes de otras
ciudades, principalmente por encontrarse en un punto intermedio entre
la Ciudad Universitaria y el centro. En cuanto al barrio General Paz,
es una pintoresca zona residencial de ubicación privilegiada, lo que tambien la hace muy atractiva. Los mayores precios por metro cuadrado se encuentran en la avenida
Hipólito Irigoyen y en la zona que rodea la plaza España, con altos
edificios de gran categoría.
Adicionalmente existen otros proyectos, como pequeños condominios, locales comerciales y
oficinas, en torno al crecimiento y desarrollo de algunas zonas más alejadas del
centro. Este es el caso de la zona norte en Capital Federal y el
corredor noroeste en Córdoba, entre otros. La gran difusión de
countries y barrios cerrados es otro ejemplo.
Ahora bien, se ha hecho referencia a una importante zonificación del mercado
inmobiliario en nuestro país, tanto a nivel nacional como provincial, pero esa no
es ninguna novedad para agentes, analistas o inversores del Real
Estate, ya que es algo que se registra en todos los países del mundo.
Lo que sí amerita un análisis más profundo es la demanda hacia la cual apuntan la mayoría de estos proyectos. Esa es la formada por el sector ABC1 de la población, el
de mayor poder adquisitivo.
La necesidad de resguardar los ahorros, más los ingresos generados por los productores
agrícolas a partir de la devaluación, sumado a la desconfianza hacia los bancos
luego de la crisis; se conjugaron para dar un enorme impulso a la
construcción de edificios residenciales de lujo, donde los demandantes
no precisan de financiamiento.
Está claro el porque de esa situación, lo que no es preciso es por cuánto tiempo puede
extenderse. En algunos casos ya se habla de saturación de la demanda o sobreoferta
y no se convalidan precios exorbitantes. Si se agrega a lo anterior que
los costos presionan cada vez con mayor fuerza, existe la necesidad de
rediseñar la oferta, hacerla más selectiva y amplia, de manera de lograr una continuidad en el ritmo de la actividad.
Sin embargo, para llegar a esos objetivos no alcanza con sólo reorientar la oferta, sino
que es fundamental generar mecanismos que permitan acceder a la vivienda propia a
las clases medias y bajas. Los mecanismos a los que se hace referencia
están principalmente relacionados con el financiamiento, cuyo principal
exponente es el Credito Hipotecario (CH).
En relación a este, el stock de CH alcanzó los $9.800 millones en Octubre del año 2006,
lo que arroja un stock per cápita de $256 (US$83) aproximadamente. Estos son
valores muy reducidos en terminos internacionales
3.
Como se dijo en numerosas oportunidades a lo largo de este año, el principal problema
para acceder al credito radica en gran desfase que generó la devaluación entre los
salarios medidos en dólares y los precios de los inmuebles.
Se deberá actuar en tres frentes simultáneamente para reducir en parte el deficit
habitacional de nuestro país 4.
El primero es el de la inflación reprimida. En un escenario de ese tipo, otorgar
financiamiento a plazos largos con bajas tasas de interes es casi imposible. Lo
anterior se debe a que sería lógico pensar en un eventual ajuste de
precios en algún momento, lo que podría originar un espiral
inflacionario que derive en tasas reales de interes negativas. Es por esto que resulta esencial recuperar el nivel «normal» de precios relativos de nuestra economía. Otro es el de
la seguridad jurídica. La imposibilidad de ejecutar garantías, algo que
surgió como respuesta ante la crisis, todavía está vigente por medio de
prórrogas de la Ley de Emergencia Económica. Esto, inevitablemente,
aleja inversiones que podrían servir para fondear un desarrollo financiero orientado al mercado de hipotecas. Finalmente, es menester recuperar la relación salario-precio
de inmuebles.
Si bien esta es una tarea para nada sencilla, estimular un mayor blanqueo de
trabajadores debería ser el punto de partida, de manera de recuperar el salario de
forma genuina 5.
En cuanto a las perspectivas del mercado inmobiliario de cara al futuro, resulta
evidente que las mismas son optimistas. Los principales agentes del sector estiman
un crecimiento para la construcción 6 cercano al 20% para 2006 y otro similar para 2007, seguramente impulsado en
gran magnitud por la Obra Pública. Adicionalmente, existen numerosos
proyectos privados en carpeta.
Por otra parte, las perspectivas para el sector agropecuario son positivas para el año
2007, lo que tiene una importante influencia sobre el mercado inmobiliario en el
contexto actual. Además, la demanda de inmuebles continúa recuperándose
desde la salida de la crisis.
En cuanto a los precios, su evolución resulta incierta. Existen zonas donde ya no se
convalidan precios muy elevados, pero algunos brokers aseguran que todavía hay
lugar para mayores aumentos. Otras regiones se encuentran más
rezagadas, por lo que hay mayor probabilidad de observar subas en los
valores.
3 El stock per capita en Chile superó los US$1.100 durante el 2005, mientras que
Estados Unidos, en el 2004, estuvo por encima de US$33.500.
4 El mismo se calcula en 3.000.000 de
viviendas.
5 Durante el 2do trimestre de 2006, el
41,05% de los trabajadores de la Argentina no estaba registrado según cálculos propios a partir de la EPH.
6 Medido por el crecimiento del
ISAC.
Antes de finalizar, el siguiente comentario debe
realizarse. Desde numerosos sectores relacionados con la actividad
inmobiliaria se demanda por una mayor planificación en las ciudades. Resultan evidentes las razones aducidas, alcanzar un desarrollo homogeneo, evitar la
carencia de infraestructura, preservar patrimonios culturales y
fomentar fortalezas regionales que estimulen el crecimiento de esta y
todas las demás actividades relacionadas. Si bien se han dado numerosos
pasos en este sentido, todavía queda mucho camino por recorrer. El desafío es grande y las dificultades surgirán reiteradamente, pero los beneficios potenciales de encarar un
desarrollo planificado son enormes.