INVERSIONES EN LA REGION CENTRO


CAPÍTULO 8: INVERSIONES EN LA REGION CENTRO

 

En los últimos años se ha producido una mayor concentración de la inversión nacional y extranjera en la provincia de Buenos Aires y Capital Federal. Sin embargo la Región Centro todavía se mantiene como el segundo destino regional de dichas colocaciones, participando con el 16% en el promedio de la década del 90. La inexistencia de claros y precisos incentivos a la inversión señala la oportunidad de que la Región Centro diseñe y armonice sus acciones, e implemente acciones de promoción conjunta en los mercados externos.

8.1. CONCEPTOS GENERALES

En términos amplios se entiende por inversión a toda erogación destinada a incrementar o mantener los activos fijos (equipos productivos, maquinarias, obras civiles, instalaciones y demás bienes durables utilizados en el proceso productivo). Cabe destacar que este concepto no incluye a aquellas colocaciones financieras en capital o títulos de deuda que usualmente también se denominan inversión. La categoría de inversión directa se refiere a aquellas adquisiciones accionarias (por más del 10% del total) donde el comprador desea mantener una relación de largo plazo con la empresa local. Un proceso sostenido de inversión posibilita el incremento del stock físico de capital, mejoras en la productividad laboral y permite alcanzar niveles crecientes de competitividad internacional. Sin embargo, tal como señalan numerosos trabajos1, el crecimiento del stock de capital en una economía no sólo depende del costo de oportunidad del capital (tasa de interés), sino también de las expectativas que poseen los agentes económicos sobre el futuro y la existencia de un marco legal adecuado. Dado que la decisión de invertir es acompañada de un marco de riesgo e incertidumbre, estos factores adquieren un rol decisivo a la hora de evaluar un proyecto de inversión. Asimismo, este ambiente de confianza para los inversores adquiere vital importancia luego de considerar que Argentina depende de los ingresos de capitales internacionales para financiar la inversión interna. Cabe mencionar que, aunque la inversión ha recuperado su lugar luego de exhibir altas tasas negativas en la década del ochenta, todavía se ubica por debajo de los niveles existentes en otros países. Por ejemplo, si bien en Argentina la Inversión Bruta Fija se ubica en torno al 21% de su Producto Bruto, en Chile representa el 26% y en países como Corea, Malasia o Singapur supera el 35%.

8.2. INVERSIONES EN LAS REGIONES ARGENTINAS

Los últimos datos respecto a las inversiones nacionales y extranjeras, realizados por el Ministerio de Economía de la Nación, señalan que la Región Centro recibió en el período 1990-97 un monto superior a U$S 2.800 millones en forma de inversiones directas extranjeras y algo más de U$S 450 millones a través de inversiones de agentes nacionales. Esto representó un 20,5% del total nacional ingresado en dicho lapso, y tuvo como principal destino a la provincia de Córdoba, seguida luego por las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. De esta forma, luego de Buenos Aires y Capital Federal, la Región Centro fue el destino de mayor interés para



1 Ver Alicia Caballero: Economía Argentina. En presente y Futuro. Edición 2000.


las inversiones nacionales y extranjeras. Sin embargo, como se observa en el cuadro 8.2, los montos previstos para el período 1998-2000 se ubican en torno a los U$S 4.023 millones, lo que se traduce en una reducción en la participación regional de más de seis puntos, ubicándose en torno al 14%; mientras que la recepción de inversiones por parte de Buenos Aires y Capital Federal ha incrementado su peso relativo, alcanzando el 62,2% en idéntico lapso. De esta forma, se advierte que en los últimos años se ha producido una concentración de las inversiones a favor de la región bonaerense. Al comparar estos dos períodos también se observa que la merma en las participaciones de Córdoba y Entre Ríos se ubica en torno al 1%, mientras que Ia contracción de Santa Fe alcanza a cuatro puntos porcentuales.

En el gráfico 8.1 pueden observarse los destinos sectoriales de la inversión. En el caso de la Región Centro en su conjunto, las principales colocaciones se dirigieron hacia la Industria Automotriz y Autopartista, la Alimenticia y la Construcción. Sin embargo, entre las provincias que integran la región se advierten ciertas particularidades. En el caso de Santa Fe, las inversiones se concentraron en el sector alimenticio sobre el metalmecánico, al tiempo que en Córdoba este orden se invierte. En Entre Ríos tres sectores concentraron gran parte de las inversiones: Madera y Subproductos, Energía Eléctrica y Actividades Forestales.

Sin embargo, como se muestra en el gráfico 8.2, a nivel nacional fueron los sectores de Combustibles y Telecomunicaciones los que más fondos captaron, acompañados luego por la producción Automotriz y Autopartista y los Servicios Financieros y de Seguros. Cabe destacar que durante el presente año se observaron en la Región Centro importantes inversiones en materia de telecomunicaciones. Como consecuencia de la desregulación del mercado de las telecomunicaciones y los adelantos tecnológicos, distintos operadores se lanzaron hacia la expansión de sus áreas de mercado, la construcción de redes de fibra óptica, sistemas de banda ancha, equipos inalámbricos, portales de internet, entre otros. Respecto al origen de los capitales extranjeros, los datos agregados a nivel nacional señalan que Estados Unidos y España son los países que más fondos aportaron en materia de inversiones directas entre 1994 y 2000. Entre otros países de origen de las inversiones se destacan: Francia, Chile, Italia y Reino Unido.

Otro hecho destacado fue la gran cantidad de fusiones y adquisiciones producidas en los últimos Años. Frente a un contexto de integración, globalización y estabilización de las reglas económicas de nuestro país, distintos grupos internacionales desembarcaron en Argentina, de la mano de empresas locales o adquiriendo gran parte de sus paquetes accionarios. Las principales adquisiciones se produjeron en empresas de tamaño mediano que formaban parte de grandes grupos económicos nacionales. Esto obedeció a dos causas: en primer lugar, muchas de estas empresas se encontraban ante escenarios bastantes complicados a la hora de enfrentar un mercado cada vez más competitivo e integrado. En segunda instancia, los grupos económicos argentinos decidieron especializarse en sus negocios claves, desprendiéndose de negocios accesorios.

8.3. LAS INVERSIONES EXTRANJERAS EN EL Ano 2000

Como se muestra en el gráfico 8.4, desde 1994 la inversión extranjera directa había crecido hasta alcanzar un máximo en 1999. No obstante, las estimaciones para el presente año señalan una importante contracción, situándose en torno a los U$S 13.000 millones, más de un 50% menos que en 1999.

Los niveles de inversión han sido considerados como uno de los más fieles indicadores de las expectativas de los agentes económicos en el corto y mediano plazo. Por ello, la contracción de las inversiones directas para el presente año son el reflejo de una situación de incertidumbre de los agentes económicos y sociales nacionales.

A nivel «macro» o nivel agregado puede reconocerse un número importante de proyectos de inversión en marcha en Argentina y la Región Centro. Es indudable la relevancia de proyectos como el Puente Rosario-Victoria o la instalación de fibra óptica en las principales capitales provinciales. Sin embargo, el proceso de inversión a nivel microeconómico se halla adormecido en el mejor de los casos o amenazado en el peor de ellos.

Salvo algunos esperanzadores casos, las empresas locales se ven envueltas en un sistema socio-económico con gran incertidumbre y falto de cohesión en materia de rumbo y objetivos. Y hablamos de sistema ya que debe terminar de comprenderse que las instituciones y entidades involucradas en una determinada actividad productiva superan a la dicotómica división sector público-sector privado y que entre ellas existen vinculaciones directas e indirectas. En tal sentido, el problema de la falta de inversión, al igual que el desempleo o la falta de crecimiento económico, transciende a la simple responsabilidad gubernamental y exige el compromiso de todos los agentes sociales.

Asimismo, se requiere un esfuerzo adicional para generar instrumentes de promoción de las inversiones, tanto nacionales como extranjeras. De hecho, habría que emprender un profundo análisis o estudio respecto de los incentivos vigentes, la existencia de instrumentos legales y las políticas de premoción.

No existen normativas nuevas en la materia, al tiempo que muchos países y regiones han sido pioneras en la reglamentación de leyes de promoción muy interesantes, como la creación de créditos fiscales a las actividades de innovación, investigación y desarrollo, incorporación de capital tecnológico de avanzada, o la de personal especializado.

Ha quedado demostrado que nuestro país posee una gran cantidad de buenas ideas y programas para alcanzar un mayor nivel de desarrollo. La experiencia internacional también puede contribuir con sus ricos ejemplos. No obstante, exhibimos claras falencias de implementación, de coordinación de los esfuerzos yhasta podría decirse de determinación de las metas y objetivos a alcanzar.

Por otra parte, se presentan grandes dificultades para hallar información relevante y oportuna en materia de inversiones, a excepción de los trabajos del Centro de Estudios de la Producción (CEP) y de la Fundación Invertir; no existen fuentes de información que faciliten un conocimiento cabal de la realidad.

Frente a la inexistencia de incentivos claros y específicos para la inversión extranjera y nacional, surge la oportunidad de que la Región Centro acuerde sus propios instrumentos y herramientas de premoción, los ponga en marcha y los promocione conjuntamente en los mercados internacionales.

No se puede dejar de mencionar que en los últimos años se vivió una intensa competencia entre Estados, regiones y provincias a fin de asegurar a los inversores un conjunto de concesiones, muchas de ellas un tanto exageradas (terrenos, participaciones accionarias, infraestructura, adelantos de fondos, desgravaciones impositivas, créditos graciables y los avales del gobierno para conseguir recursos fuera del país).

Si bien los incentivos fiscales pueden favorecer las radicaciones industriales, existen otros factores que tienen una influencia más significativa en la atracción de inversores. Entre ellos se puede mencionar la disponibilidad de materias primas y recursos humanos capacitados y principalmente la temática relativa a los costos de transporte y las distancias a los mercados de consumo. De esta forma, el desafío de las regiones o provincias en materia de inversiones extranjeras es la coordinación de políticas de incentivos que apunten a la eliminación de costos, las mejoras de la productividad, la complementación industrial y la estabilidad de las reglas de juego. En este sentido, y al igual que lo mencionaremos para el caso del fomento de las exportaciones regionales, se observa como una política muy adecuada la promoción conjunta de las inversiones, asociaciones, alianzas y fusiones empresarias.

 

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