EL FUTURO ENTORNO ECONÓMICO

CAPÍTULO 25: EL FUTURO ENTORNO ECONOMICO

Algunos de sus Principales Rasgos

En poco tiempo más cambiaremos de siglo y de milenio. Y si bien a simple vista no es más que un cambio de fecha, tiene un indudable valor simbólico que no cabe despreciar AI mismo tiempo, se están produciendo importantes cambios que la humanidad no había vivido con anterioridad y que modificaron el entorno y nuestras vidas. Ello plantea el desafío de estudiar cuáles podrían ser algunos rasgos de las perspectivas que el comienzo de siglo ofrece a nuestro futuro. Esta es Ia razón de la existencia del presente capítulo.

No se pretende hacer futurismo ni actuar como profeta, sino definir las tendencias más importantes que surgen del mundo actual para pronosticar un escenario futuro y posible, en el cual se desarrollarán nuestras actividades y las de las generaciones venideras, buscando determinar qué dirección va a asumir el mundo en las próximas décadas.

25.1. Economía de Fin de Siglo

El siglo XX se ha caracterizado por los incesantes cambios que su sociedad ha vivido. Nos encontramos en un mundo tan cambiante, que tan sólo diez años atrás hubiera sido imposible predecir algo parecido a lo que hoy está ocurriendo a nivel internacional. Desde mediados del presente siglo, la economía mundial se encuentra inmersa en un proceso de globalización. Este proceso se da en un contexto de crecimiento económico mundial (ver gráfico 25.1), caracterizado por fuertesincrementos en el volumen y en la velocidad de las transacciones comerciales, que también alcanzan al movimiento de capitales. En el período 1970/97, las exportaciones crecieron a una tasa anual promedio del 6%, proceso que se aceleró desde comienzos de los ’90 (ver gráfico 25.2).

Paralelamente a la globalización, surgió otro proceso: la regionalización. Las naciones se unen, formando bloques comerciales, dando lugar a un comercio entre bloques más que entre naciones. Pero no sólo las naciones se unen. Las empresas han seguido el mismo comportamiento, realizando alianzas comerciales y no comerciales (con instituciones científicas).

Un ejemplo claro son las megafusiones desarrolladas recientemente entre grandes de la industria, los servicios y las finanzas, por sumas astronómicas. La última fusión anunciada (agosto de 1999) corresponde a tres bancos japoneses, que con activos superiores a los U$S 1.300 millones (cifra superior al PBI del Mercosur y países asociados), crearán el mayor grupo bancario del mundo.

Este fenómeno no se circunscribe sólo a las grandes empresas. Las pequeñas y medianas compañías no se quedan atrás. Estas alianzas tienen como único fin poseer el mayor conocimiento, tanto del mercado como de la tecnología. Buscan los mejores recursos y oportunidades locales, pero siempre teniendo en cuenta la proyección internacional de los mismos. El contexto exige perseguir, conseguir y mantener el liderazgo del mercado, ya que actualmente todos pueden adquirir la misma tecnología, todos son capaces de hacer todo, bien y rápido (Drucker, 1992).

Las alianzas estratégicas que tienen su origen en las empresas transnacionales nacidas en los ’60, dieron continuidad e incrementaron los flujos en concepto de inversiones extranjeras directas. En este sentido, las inversiones realizadas en los países en vías de desarrollo, muestran crecimientos anuales promedios del 10% desde 1970, llegando a U$S 155.000 millones en 1998.

Otro hecho sobresaliente de la economía globalizada, tiene que ver con la relación entre la inversión y los flujos comerciales. Tradicionalmente, las inversiones seguían al comercio, pero hace unos años la relación de causalidad se revirtió y son las inversiones la guía. Esta notable transformación global, caracterizada por la movilidad de capital, desregulación y nuevas tecnologías de comunicación, ha permitido a las economías nacionales de todo el mundo integrarse de manera significativa. Hoy, alrededor del 20% de lo producido a nivel mundial es producido y consumido en mercados globales. Si bien esta cifra es impresionante, en los próximos 30 años, al menos el 80% de la producción mundial será comercializada en mercados globales.

En una economía sin límites geográficos, las reglas de juego cambian. Es por esto que se hace necesario que las empresas reconozcan en este proceso una oportunidad de cambio y adopten las medidas para adaptarse a las condiciones que el entorno impone. Este proceso de globalización no hubiera sido posible sin el desarrollo de las telecomunicaciones. En la actualidad, un consumidor puede realizar sus compras en cualquier parte del mundo sin moverse de su hogar, como un inversor puede mover sus capitales constantemente durante las 24 horas del día. Siempre una de las grandes bolsas del mundo está operando; cuando Tokio cierra sus operaciones, las bolsas americanas están listas para iniciar sus actividades.

La tecnología ha dominado la última parte del presente siglo y será la fuerza dominante en el siglo XXI. Los descubrimientos se suceden a una velocidad tal, que los expertos tienen dificultades en permanecer actualizados en sus áreas de especialización.

Los cambios que estamos notando en nuestra vida cotidiana en este final del siglo XX son considerables. La nueva sociedad que esta emergiendo de este proceso de continuos cambios científicos y tecnológicos, es notablemente diferente a la de algunas décadas atrás. El mundo se está trasladando de una economía dirigida por la producción de bienes tangibles a una economía basada en la producción de ideas intangibles. Se está produciendo un cambio desde la era de la economía industrial hacia la era de la economía de información o lo que también se conoce como la Era del conocimiento.

Tradicionalmente, se creía que la riqueza de un país dependía de sus riquezas naturales o de su poder de compra (riqueza monetaria). Sin embargo, en esta Nueva Economía, la fuente de riqueza de una nación es algo específicamente humano: el conocimiento. Este elemento constituye la fuente de la riqueza de los ’90, como alguna vez lo fue el comercio con los mercantilistas, la agricultura con la fisiocracia y la industria con los economistas clásicos. Poseer el conocimiento y aplicarlo al trabajo, permite lograr permanentes aumentos de productividad y una innovación constante, lo cual asegura el liderazgo.

25.2. Las Tres Fuerzas Motoras

Los grandes descubrimientos y desarrollos tecnológicos de este siglo, se profundizarán en las próximas décadas. De todos los cambios por venir, existen al menos tres grandes fuerzas motoras que dominarán nuestras vidas.

1. La primera se refiere a la tecnología de la información, que abarca las telecomunicaciones y la informática, las que ya hoy son revolucionarias: La revolución digital.

2. La segunda fuerza se relaciona con el desarrollo de la biotecnología (es decir, la manipulación a nivel genético y molecular), la cual transformara la medicina, generando importantes cambios. Estos incluyen la extensión de la esperanza de vida a más de 120 años: La revolución biológica.

3. La última, tiene que ver con el descubrimiento de fuentes alternativas de energía, las cuales disminuirán la dependencia del mundo del petróleo como principal generador de energía, al tiempo que permitirán reducir los altos niveles de polución y contaminación generados en el siglo XX: La revolución energética.

El potencial del mundo no depende sólo de la tecnología. Es fundamental el papel de los recursos humanos, muchas veces subestimados. Las universidades están generando cada vez más graduados con títulos más avanzados. Cada uno en su campo, está empujando simultáneamente los límites del conocimiento, resolviendo problemas cuyas soluciones antes eran impensadas.

Por su parte, el surgimiento de la mujer como un actor activo dentro de la economía se ha ido incrementando en el desarrollo del mundo. Esta tendencia promete incorporar a la mitad de la población del planeta en la economía y descubrir personas de alto potencial, tradicionalmente ignoradas por muchas sociedades.

25.2.1. Tecnología de Información – Revolución Digital

Según Peter Drucker, la actual revolución de la información es en realidad la cuarta revolución en la historia de la humanidad referida al tema. La primera fue con la invención de la escritura, hace aproximadamente 5.000 años en la Mesopotamia asiática. La segunda surgió con la invención del libro escrito, primero en China 1300 años A.C. y luego, de manera independiente, los griegos 800 años después. La tercera revolución comenzó cuando Gutenberg inventó la imprenta entre 1450 y 1455, y con la invención contemporánea del grabado.

En la actualidad, no existe prácticamente sector en la economía que no haya sido influenciado por la incorporación de tecnología de información en sus actividades, y su evolución crece a pasos agigantados. En la década de 1980, las comunicaciones telefónicas se realizaban a través de cables de cobre que permitían la transmisión del equivalente a una página de información por segundo. Hoy, a través de la red de fibra óptica, tan tina como un cabello humano, puede transmitirse en un segundo el equivalente a 90.000 volúmenes de una enciclopedia.

No sólo la telefonía ha adoptado la forma digital, sino que prácticamente todos los medios están transformándose a este formato. La música ya es digital en los discos compactos. Los tradicionales videos VHS están siendo reemplazados por los DVD. La televisión digital se está desarrollando en paralelo con la vieja tecnología análoga. Los teléfonos celulares ya incluyen opciones digitales. El lenguaje común serán los bits y bytes del código de computadora. Y todo podrá ser transmitido por una única red de telecomunicaciones capaz de manipular todo tipo de formato de comunicaciones.

La combinación de la tecnología de la información con el avance de la informática se ha «materializado» en la red de redes: Internet. Esta red amalgama el poder de estas dos notables innovaciones (computación y comunicación). Pero la velocidad a la que se esta propagando nunca ha sido vista en otra innovación tecnológica. La rapidez en la adopción del uso de Internet eclipsa a todas las tecnologías que la precedieron.

La electricidad, como la conocemos hoy, fue descubierta en 1831. Debido a que requería una red que pudiera almacenar y transmitir su poder, el potencial de la electricidad tuvo que esperar 50 años hasta que la primera planta eléctrica fuera construida en 1882. Lo mismo sucedió con la radio, que tuvo 38 años de existencia antes de llegar a una audiencia de 50 millones de personas. A la televisión le llevó trece alcanzar ese número y la PC tardó 16 años para que 50 millones de personas posean este bien. Una vez abierta al público en general, Internet llegó a ese número en menos de cuatro años1.

Actualmente, los usuarios de Internet sobrepasan los 200 millones de personas. Se estima que el número se ha venido duplicando cada 100 días y que se incorporan 7 nuevos navegantes por segundo. Durante la década del ’90, todos los indicadores relacionados con las telecomunicaciones, informática e Internet manifestaron impresionantes crecimientos (ver capítulo 15.2.11. Telecomunicaciones). La informática e Internet tendrán consecuencias en todos los ámbitos: negocios, trabajo, medicina, educación, entretenimiento, etc.

25.2.1.1. Empresas y Negocios

Durante los últimos años, las empresas han comenzado profundos procesos de reorganización, cambiando de las tradicionales organizaciones burocráticas a estructuras más flexibles en forma de redes. El papel de la informática es clave para el logro de estos cambios, ya que facilita la comunicación interna, acelera los procesos y automatiza tareas repetitivas. El surgimiento de Internet facilita la búsqueda de información, mejora la comunicación a través del e-mail, esperándose que esta innovación siga teniendo profundos efectos en las estructuras internas de las empresas. Sin embargo, los beneficios no sólo serán hacia adentro, también serán hacia fuera de la empresa. La creación de extranets entre empresas y sus proveedores, y el notable crecimiento del comercio electrónico, transformarán las relaciones entre los distintos actores del proceso comercial.

El comercio a través de la red está adquiriendo tal auge que, por ejemplo, la cadena de ventas de informática Egghead ha anunciado el inminente cierre de sus tiendas abiertas al público y su dedicación exclusiva a las ventas online. Similar a este caso, es el de la empresa Amazon.com, la librería que desde sus inicios vende libros de manera exclusiva por Internet. Los ejemplos son muchos.

Nadie puede poner en duda los recursos que Internet va a proporcionar al comercio a nivel global. Sorprende, por ejemplo, que en Estados Unidos el número de usuarios de la red que compró un coche nuevo a través de Internet se duplicó en el año 1998 con respecto al año anterior, siendo muy optimistas las previsiones para los próximos años2.

El comercio electrónico crece día a día. Hoy es posible realizar cualquier tipo de transacción a través de Internet. Cada vez son más las empresas que inauguran sus sitios en la Web, promocionando sus productos y servicios.

Del lado de la empresa, las ventajas son muchas. Mientras más tarde en llegar la planificación de producción de una empresa a sus proveedores, mayores serán los inventarios que tendrá que mantener para evitar demoras y errores. Esto limita su capacidad de reacción frente a cambios de


1El lanzamiento comercial de Internet en Estados Unidos fue en 1993, mientras que en Argentina fue en 1995.

2Según información publicada por la consultoría NUA.


la demanda, al tiempo que aumenta sus costos operativos y, consecuentemente, reduce sus beneficios. La utilización de Internet o Extranets entre empresas y proveedores reduce notablemente los costos de compra de materia prima, tiempos de envío y mejora la coordinación entre firmas, derivando en menores costos y mejor servicio al cliente. Tal es el caso de los bancos que prestan servicios online. Según el Departamento de Comercio de Estados Unidos, el costo de realizar una transacción bancaria, como una consulta de saldo o una transferencia de fondos a través de Internet, es notablemente inferior que en cualquier otro método bancario (ver gráfico 25.5). Por otra parte, esta no es la única ventaja: un escritorio en un banco puede atender una persona por vez, mientras que un Web Site puede recibir tantas visitas como números existan.

Internet permitirá grandes reducciones, ampliando su red de negocios conectados electrónicamente y facilitando la colaboración y comunicación en proyectos donde participen equipos ubicados en localidades geográficas distantes en tiempo real.

Internet provee un número incalculable de oportunidades de ventas. La red funciona los 365 días del año, las 24 horas del día en todo el mundo. Como consecuencia, los negocios en la Web pueden penetrar en mercados que no podrían haber sido alcanzados con personal de ventas y compañías publicitarias.

Y esto recién comienza. Las mejoras en la velocidad, en la infraestructura y la ampliación del ancho de banda permitirá comercializar productos que hoy están reservados para ciertos ámbitos, como es el caso del cine.

El e-commerce y la red Internet serán de uso común en todas las empresas en las próximas décadas. Cualquier tipo de empresa, grande o pequeña, de productos o de servicios, nacional o extranjera, podrá comercializar con personas en cualquier lugar del planeta. Sin embargo, las empresas deberán tener en cuenta los cambios que se producirán en los hábitos de los clientes en cuanto al consumo. Probablemente, las grandes superficies como los supermercados, donde hoy se realizan las compras cotidianas, se reducirán a espacios virtuales, los cuales serán recorridos desde nuestros hogares y a través de nuestra computadora. Ante esta situación, las compañías deberán enfrentar nuevos desafíos.

25.2.1.2. Consumidores

Los consumidores del futuro se verán beneficiados con una amplia selección de productos y servicios, sin paralelo en los canales de comercialización tradicionales. Sin abandonar el hogar o la oficina, los consumidores tendrán acceso a miles de sites que les permitirán leer las noticias del mundo, chequear los notas de su hijo en la escuela y comprar desde una revista hasta un seguro de vida.

Las personas encontraran cada vez más conveniente realizar las compras online, ya que pueden ahorrar tiempo. Un comprador no necesitará viajar hasta un comercio o pedir permiso en su trabajo para realizar un trámite bancario. No deberá hacer más filas de espera o aguardar a que una secretaría deje de hablar por teléfono, para ser atendido.

Internet acentuará el concepto de «hecho a medida» o «customización». Hoy, diversos servicios de información permiten personalizar el tipo de noticias a recibir, eligiendo por ejemplo, política, economía y deportes, dejando el resto de las secciones afuera. Algunas empresas de venta de música permiten que los clientes armen su propio CD, eligiendo diversos autores y el orden de las canciones. En el futuro, podrán elegir los accesorios de su nuevo automóvil o el final que quiere para la película que acaba de alquilar.

Si bien el crecimiento del número de compradores online es una importante prueba de que los consumidores perciben sus beneficios, tal como se mencionará en el capítulo de telecomunicaciones, deben superarse una serie de barreras para animar a las personas a comprar a través de Internet y permitir que el comercio electrónico tenga un fuerte y rápido crecimiento. Estas barreras serán bajas para los consumidores más jóvenes. Los niños de hoy están creciendo con Internet, y a medida que se conviertan en adultos, la compra a través de este medio será fácil y natural para ellos.

25.2.1.3. Trabajo en la Era Digital

El rápido crecimiento de las industrias de informática y telecomunicaciones ya ha creado una gran y creciente demanda por programadores, analistas de sistemas, ingenieros y expertos en computación. A medida que el comercio electrónico empiece a sustituir a los servicios y ventas convencionales, el empleo desplazará aquellas ocupaciones tradicionales a favor de aquellas que requieren habilidades de TI (Tecnologia de Información). Esta situación debe ser tenida en cuenta para mejorar la educación en lo relativo a matemáticas y ciencias, para formar mejores trabajadores.

Internet también brindará gran flexibilidad en el trabajo. Las personas ya no estarán atadas a un escritorio o a una oficina. El número de oficinas virtuales creadas en los hogares es creciente en todo el mundo. Una de las formas que las empresas tienen para atraer talento y retener a sus empleados calificados, es brindarles la posibilidad de trabajar desde su casa y de participar en equipos virtuales de trabajo.

En los próximos años, la interacción con imágenes y sonidos en tiempo real se generalizará, facilitando la colaboración entre personas distantes geográficamente. Imagínese que usted está en una conferencia en San Pablo y su secretaria lo llama porque existen inconvenientes en su empresa. Ya no tendrá que tomar un avión urgente, pagando un boleto más caro, ni perderse la conferencia. Podrá, desde una cabina pública armar una reunión con su grupo de asesores, ellos en Córdoba y usted en San Pablo.

Don Tapscot, autor de «The Digital Economy» y coautor de «Paradigm Shift», llama a los trabajadores del siglo XXI la «Generación Net». Se refiere a la primera camada de personas que

crecieron frente a una computadora y que serán las primeras en aprovechar completamente la capacidad de ahorrar trabajo y de compartir información que posibilita la tecnología. A medida que la Generación Net entre a la fuerza laboral en el año 2000, comenzarán a introducir atributos que influirán profundamente en las empresas tradicionales y la gestión tradicional.

Muchos sostienen que si bien la innovación tecnológica está generando un aumento de productividad, y al mismo tiempo mayores niveles de bienestar y calidad de vida, el proceso tecnológico tan espectacular tiene efectos negativos en el mercado laboral, aumentando el desempleo. Sin embargo, la solución no puede pasar por frenar lo que es de por sí imparable: el cambio y la innovación tecnológica, sino por intensificar las políticas formativas y de actualización y por explorar nuevos yacimientos de empleo dentro de cada sector.

25.2.2. Biotecnología – Revolución Biológica

Los avances en las ciencias biológicas están creando un nuevo y gran potencial en la agricultura y en la industria en general, que pronostica mejoras para la humanidad y el medio ambiente. Sin embargo, algunos descubrimientos en la biotecnología, como la extensión de la esperanza de vida o la ingeniería genética, plantean importantes debates éticos que la sociedad deberá resolver.

Una de las aplicaciones de la biotecnología es en los alimentos. Esta permite a los investigadores insertar un gen en una planta y crear, por ejemplo, una nueva especie de maíz que duplique la velocidad de su crecimiento. A partir de aquí, cualquier cosa es posible. Las plantas pueden ser tratadas genéticamente para que emanen su propio pesticida o estar preparadas para crecer en suelos desérticos o salitrosos.

Importantes empresas mundiales están desarrollando productos totalmente innovadores: semillas de algodón que producirán fibras de colores, maíz del cual se podrá generar hemoglobina y soja para aceites destinados a enfermos cardíacos, con mayor sabor y más fácil de digerir.

Así, tres de las industrias más grandes del mundo, agricultura, alimentos y salud, que actualmente operan por separado, comenzarán a actuar integralmente.

Este es un importante negocio que se espera genere U$S 20.000 millones en el 2005, un importante incremento, comparado con los U$S 4.000 millones que produce actualmente. Para el año 2020 el mercado podría alcanzar los U$S 75.000 millones3. Evidentemente, todos estos avances científicos no serán posibles si los consumidores rechazan este tipo de innovaciones. Tal es el caso de los cultivos transgénicos, que presentan tolerancia a los herbicidas y resistencia a las plagas y virus, pero su consumo ha sido prohibido en muchos países. Existen argumentos a favor y en contra del uso de esto cultivos, como así también dudas acerca de sus efectos sobre la salud humana.

Tal vez el hallazgo más importante del siglo XX haya sido el descubrimiento de la doble hélice del ADN. Esto permite conocer el código genético de cualquier ser vivo, inclusive el del hombre. Y esto tiene implicancias controvertidas. El 23 de febrero de 1997, el Instituto Roslin de Escocia anunció la primera clonación exitosa de un mamífero: la oveja Dolly. A partir de allí, comenzó a ser frecuente este tipo de anuncio por parte de distintas instituciones del ámbito científico4. Pero esto acarrea un importante dilema: si es posible clonar ovejas, ratones o vacas, también será posible clonar humanos. Desde un punto de vista positivo, la biotecnología aparece con el potencial de curar afecciones genéticas, o la posibilidad de clonar órganos para facilitar trasplantes y así mantener vidas. Pero, ¿qué pasará cuando la manipulación genética llegue al punto donde se pueda elegir el color de los ojos de una persona, o el nivel de inteligencia, o crearlas con grandes aptitudes para el deporte? Es lo que Jeremy Rifkin en su libro «El siglo de la biotecnología» denomina «Niños a la Carta». Ritkin plantea que de llegar a este extremo, la sociedad corre el peligro de la aparición de un nuevo tipo de discriminación, la basada en el tipo genético. Personas portadoras de ciertas características genéticas pueden ser excluidas de ciertos trabajos, tener dificultad para obtener cobertura médica o una póliza de seguros de vida. Además, aparecería otro dilema, ¿quién decide cuales son los genes buenos y cuales los malos? Este tema está provocando un nuevo debate sobre las consecuencias éticas, psicológicas, económicas y culturales de la biotecnología. Este debate esta aún en sus comienzos y tendrá profundas consecuencias en muchos aspectos de nuestras vidas en el siglo XXI.

Por otra parte, la nanotecnología5 (o ciencia de la miniaturización y la electrónica molecular) será la próxima revolución tecnológica. Con los últimos avances en el desarrollo de la nanotecnología, los expertos pronto aprenderán a crear artefactos que emulen la forma en que la naturaleza crea los organismos. La nanotecnología tiene muchos usos prácticos. Será usada para crear robots o «nanobots’ para producir autos, muebles o actuar en el campo médico. Tal vez el uso más sorprendente se verá en este último campo. En un futuro no muy lejano, se habrán creado robots microscópicos que se introducirán en el torrente sanguíneo para reparar células dañadas.

La tendencia a la miniaturización producirá cambios revolucionarios en muchas industrias. En el futuro, no va a haber industria ni negocio que no se beneficie con la miniaturización que se consigue gracias a la tecnología. Habrá medicamentos salvadores que se administraran con micro láser. La dosificación será más precisa e indolora. Con un joystick se podrá controlar el movimiento de nanobots, que ensamblarán componentes microscópicos en la fabricación de, por ejemplo, fibras ópticas integradas. Además, todos los artefactos que actualmente llevamos encima, como agendas


3 Fuente: Revista Business Week. April 12th, 1999.

4 En Julio de 1998, anunciaron en Ia Universidad de Hawaii la clonación de ratones, de los cuales 7 eran clones de un clon. Seis meses, después en la Universidad Kinki en la ciudad de Nara en Japón, se anunció la clonación de ocho terneros.

5 Nanotecnología es una ciencia que manipula átomo y molécula, para crear máquinas de tamaño molecular, demasiado pequeñas para ser vista por el ojo humano. También es conocida como robótica microscópica.


digitales y celulares, buscapersonas y laptops, se fusionarán en uno solo y se reducirán, hasta tener el tamaño de una tarjeta de crédito. Los científicos ya usan el láser en tenazas ópticas para sujetar y manipular objetos de un micrón de diámetro (millonésima parte de un metro).

También se está trabajando en el «biochip», un microdispositivo dentro del cual entrará un laboratorio de investigación completo. Este «microprocesador biológico», que permitirá reducir el tiempo y el costo de desarrollo de ciertas drogas, está siendo desarrollado por varias empresas.

Una de las compañías que se encuentra desarrollando esta tecnología, confía en que las líneas de circuitos que constituyen los elementos electrónicos de los chips se reducirán un 80%, a 50 nanómetros (50.000 millonésimas de metro) para el año 2010.

Estos cambios producirán una importante transformación en los paradigmas relacionados con la salud, del mismo modo que los científicos actuales ven las prácticas médicas del Medioevo. Hoy en día los médicos dicen: ¿Pueden creer que los doctores en la época medieval creían que podían curar una enfermedad extrayendo la «sangre mala»? En el siglo XXI los doctores dirán: ¿Pueden creer que los doctores del siglo pasado curaban una enfermedad utilizando cuchillos y cortando a las personas?

25.2.3. Fuentes Alternativas de Energía – Revolución Energética

El cambio climático y el recalentamiento de la Tierra aparecen como un desafío global, que afectará de manera creciente a la comunidad mundial. El rápido crecimiento del mundo en los próximos años, depende del logro de un balance con el medio ambiente, haciendo imperativo el desarrollo de tecnologías ecológicamente benignas para el planeta, que reemplacen a la tradicional dependencia de fuentes de energía contaminantes (como el petróleo).

Los valores ecológicos van sumando adeptos, influyen en el funcionamiento de la administración, también en el de las empresas y reclaman ya otras pautas de consumo y de comportamiento de los ciudadanos.

A pesar de los intentos por reducir las emisiones contaminantes, como por ejemplo a través de catalizadores, las mismas no pueden ser eliminadas del proceso de combustión. La clave para resolver estos problemas es cambiar las fuentes de energía. Afortunadamente, se encuentra en desarrollo un conjunto de tecnologías orientadas a la búsqueda de fuentes alternativas, que además de ser menos contaminantes, son más abundantes y de menor costo.

Una de las posibilidades consiste en las células fotovoltaicas (también llamadas baterías solares), las cuales captan la radiación del sol, transformándola en energía eléctrica. La tecnología fotovoltaica se está desplegando con éxito a pequeña escala, en aplicaciones para la generación de electricidad pequeñas e individuales alejadas del tendido eléctrico. Actualmente, se estima que alrededor de 250.000 hogares en el mundo cuentan con este tipo de innovación. Las aplicaciones rurales, generalmente para el alumbrado, la refrigeración o la educación, hacen posible cubrir las modestas necesidades caseras y otras necesidades rurales. De esta manera, evitan las ineficiencias económicas de ampliar el tendido eléctrico hasta estos clientes que viven en zonas remotas. En la actualidad, se está preparando la construcción de centrales eléctricas de estaciones fotovoltaicas en Hawaii e India, que ofrecerán la posibilidad de una rápida reducción de costos.

Otra de las formas de aprovechar el poder del Sol es capturando el calor que éste emana (electricidad solar térmica). Las tecnologías de altas temperaturas solares térmicas, utilizan espejos o lentes para concentrar los rayos del sol en receptores donde el calor solar se transfiere a líquidos, cuya temperatura cambia, impulsando los sistemas convencionales de generación de electricidad.

Otra alternativa es la energía eólica, que consiste en aprovechar las fuerzas del viento en turbinas que producen energía eléctrica. La industria de la energía eólica se inició a principios de la década de 1980. En ese entonces, los costos eran altos y la infraestructura ineficiente. Sin embargo, durante los últimos años se han producido innovaciones, en especial en los materiales, facilitando que las astas de las turbinas sean más livianas y aerodinámicas, lo que ha permitido una importante reducción de los costos y un aumento en la eficiencia.

Un tema importante en este tipo de energía, es la variabilidad que existe en la ocurrencia de este tipo de fenómeno climático. Ya existen empresas que están desarrollando formas de generar viento de manera artificial, para lograr continuidad en el abastecimiento de la materia prima que esta tecnología requiere.

Pero entre todas las alternativas que existen para reemplazar el dominio de los combustibles provenientes de fósiles (como el petróleo), el que más futuro tiene y el que será más revolucionario es el hidrógeno. Es aquí donde surge la célula de combustible (fuel cell). En principio, una célula de combustible opera como una batería. Genera electricidad, combinando hidrógeno y oxígeno electroquímicamente sin ninguna combustión. Tal vez, la característica más destacada de esta innovación, sea el hecho que el único subproducto que se genera es agua 100% pura.

Esta tecnología ya ha sido probada por la NASA a partir de los años ’70. En el espacio, las células de combustible proveían de energía y agua potable a los astronautas. Pero los altos costos dificultaron su desarrollo. Sin embargo, durante los últimos años una serie de avances tecnológicos han permitido retomar esta innovación.

Las ventajas de esta tecnología son muchas: ofrece un alto rendimiento termodinámico, una operación silenciosa, emisiones contaminantes nulas y necesita poco mantenimiento. Además, el hidrógeno se puede obtener de una gran variedad de fuentes primarias de energía. El gran desafío de las células de combustibles es producir el hidrógeno completamente de fuentes de energía renovables, como la energía solar o el poder del viento.

Esta evolución tecnológica tendrá profundos efectos en la industria automotriz (ver Capítulo 15.7. Sector Automotriz). Importantes empresas automotrices ya han mostrado su interés en este producto. Más de la mitad de las firmas mundiales se encuentra desarrollando programas relacionados con la fuel cell. En 1997, Daimler-Benz invirtió U$S 320 millones en la adquisición de una cuarta parte de Ballard Power Systems Inc, empresa líder en el desarrollo de células de energía. Están trabajando conjuntamente en un sistema de células de combustible, especialmente diseñado para automóviles y ómnibus, anunciando la producción masiva de 100.000 automóviles propulsados por células en el año 2004. Incluso algunas compañías petroleras, se han embarcado en investigaciones referidas al tema.

25.3. Comentario Final

Los avances en la ciencia y la tecnología transformarán nuestras vidas en el próximo siglo, aunque no sabemos con seguridad de que manera. La informática y las telecomunicaciones modificarán prácticamente todos los campos de la actividad humana, desde el trabajo de oficina hasta las artes. Lo mismo sucederá con la robótica y la automatización, que reemplazará aquellas tareas que tradicionalmente eran realizadas por personas, permitiendo la producción de bienes y servicios a menor costo y con mayor calidad.

Un tema de importancia es la tecnología aplicada a la medicina, cuyos avances permitirán una esperanza de vida superior a los 100 años y que acentuará el debate sobre las consecuencias que tendrá el desarrollo de la ingeniería genética. La biotecnología revolucionará la producción de alimentos, tanto vegetales como animales. El medio ambiente tampoco podrá ser ignorado. Su situación cada vez más crítica, obligará a

desarrollar formas más limpias y baratas de energía. Asimismo, se están produciendo cambios profundos en los terrenos más íntimos de la vida cotidiana de la sociedad. Como se mencionará al comienzo del capítulo, el surgimiento de la mujer como un actor activo dentro de la economía, está cambiando las relaciones entre personas y grupos. La relación hombre-mujer evoluciona hacia una mayor igualdad.

La sociedad tiene una gran oportunidad que no debe desaprovechar. Los desafíos son muchos y contamos con herramientas para enfrentarlos. Tenemos el potencial de crear un mundo mejor en el siglo XXI para nuestros hijos y las generaciones venideras. Para ello, existen cinco requisitos que consideramos esenciales para que este cambio sea positivo: la democracia y las libertades, la pluralidad cultural, la competitividad económica, el respeto al medio ambiente y la cohesión social. El futuro ya nos rodea. Depende de nosotros aprovecharlo.

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