Históricamente solo rematar automóviles e inmuebles o embargar el sueldo del deudor era una opción económicamente posible, porque para los bienes muebles, con lo que se obtenÁ­a en la subasta no alcanzaba ni para cubrir el costo del flete. Ahora, el sistema cambió y los números son otros.

El Poder Judicial de Córdoba implementó la Subasta Judicial Electrónica, a la que se accede desde http://subastas.justiciacordoba.gob.ar y donde se ofrecen todo tipo de bienes no registrables por ahora, y en un futuro todo tipo de bienes.

El bien se publicita por 20 dÁ­as y la subasta tiene una duración de 5 dÁ­as hábiles, comenzando y concluyendo siempre a las 11 a.m. AsÁ­ los interesados pueden apostar en cualquier momento de esos 5 dÁ­as, si le conviene a las 4 de la maÁ±ana, bienvenido. Este plazo extendido y sin horario ni presencia fÁ­sica, cambió un elemento clave del fracaso de la subasta presencial. Ya que el dÁ­a y hora de subasta se fijaba en función de la disponibilidad de la sala y del Tribunal, nunca considerando al comprador, quien tenÁ­a que dejar todas sus actividades para participar.

El escudo protector del Tribunal y del Martillero era la leyenda “En el estado en que se encuentra”. Nadie sabÁ­a su real estado. Al punto que se subastó una carcasa de microondas, como si fuera uno funcionando. Ahora, con las fotografÁ­as y videos de los bienes, todos saben y controlan, inclusive el deudor desposeÁ­do ha llegado a informar cuando faltaba un bien entre los publicitados o que la descripción no se condecÁ­a con el producto.

El resultado de la subasta judicial electrónica ha sorprendido a propios y ajenos, ya que los valores obtenidos son idénticos a los de mercado. Se dejaron de legalizar las ventas espurias. ¿Quién en su sano juicio venderÁ­a un bien por el 20% de su valor? Solo en las subastas presenciales. La queja recibida es que los bienes salen muy caros. Más que un reclamo es un halago.

Transparencia más eficiencia fueron las claves del éxito.

MatÁ­as Altamira