Redactor/a: Huber Oscar Alberti

Sala: Sala de Derecho Laboral y de la Seguridad Social

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Esa tendencia tan nuestra a querer regularlo todo

Si algo práctico y positivo está dejando el aislamiento social obligatorio es el incremento exponencial del teletrabajo o trabajo a distancia, como también se lo llaman. Lo que para algunos fue la forma en que se insertaron al mundo del trabajo dependiente o autónomo hace ya tiempo, para otros, particularmente los de mayor edad, ello no fue así hasta hace pocos meses y, casi seguro que, aunque a los tropezones, hoy ya muchos, entre los que me incluyo, nos vemos inmersos en tan rica experiencia. 


A quienes nos ha tocado recién ahora experimentarla, es comprensible que no la viéramos originalmente como una práctica amigable, en tanto todo lo novedoso, vinculado a la vez a lo tecnológico, genera cierta inseguridad y, por ende, absorbe inicialmente más tiempo y esfuerzo que la actividad presencial, y sin que siempre se puedan ver los resultados. Pero esto pasa con el tiempo, se adquiere experiencia y capacitación, y la tarea se desarrolla con tanto o más facilidad que antes, tal como algunos ya lo estamos disfrutando. Basta recordar a los mayores como fue el paso de la máquina de escribir a la PC, para que se comprenda el punto. 


Lo relevante, reitero, es que lo que estaba reducido a pocos, ahora alcanzó a muchos y, seguramente, esto se ajusta mucho más a los tiempos por venir. El mundo va hacia ello, nos guste o no, por lo que es bienvenido el empujón.


Consideraba y sigo entendiendo que la novel experiencia de muchos que, a la vez, hacía posible la conservación genuina de la fuente de trabajo, era lo realmente importante en el contexto dado y debíamos dejar que se desarrolle dentro del marco legal laboral actual que, como explicaré en una próxima entrega, no resulta insuficiente. 


Continúo persuadido de que no es prudente todavía hoy pretender encorsetarla. De allí que sostuviera ya tiempo atrás que la regulación de la actividad, si es que se considera necesaria- lo que no veo como necesidad - puede y debe esperar hasta recuperar cierta normalidad. Es que resulta clave tener en cuenta que lo que pueda estar ocurriendo hoy en dicho ámbito de trabajo, es muy probable que no sea representativo de lo que suceda en breve tiempo, para cuando quienes recién se han iniciado en él, hagan de esto su práctica habitual.  Tampoco es desacertado pensar que, para ese entonces, habremos recuperado al menos parte de nuestra vida anterior, se habrán apaciguado las ansiedades propias del encierro obligatorio, situación no vivida antes en el país, y los canales habituales de comunicación social ya hayan vuelto a su estado natural, retornando nuestros celulares y computadoras, notebook, etc a lo que deben ser, y no un soporte de mil mensajes al día vía mail, WhatsApp, redes sociales y demás.


Pues bien, es obvio que este no es el pensamiento o criterio de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación que, vale destacar, dentro de su competencia ha dado sanción hace pocos días a un proyecto legislativo regulatorio del teletrabajo, el que todavía debe pasar por el Senado de la Nación. Sin embargo, ello no obsta a que, en los próximos artículos, trate someramente cual es el marco legal actual aplicable a dicha forma de prestación laboral y efectúe finalmente un análisis a tal iniciativa legislativa que, de prosperar tal como está, anticipo que aparece merecedora de críticas.