Redactor/a: Julieta Gallino

Sala: Sala de Negocios Internacionales

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Blockchain: ¿el mundo sin intermediarios?


Los promotores de "Blockchain" la definen como un registro distribuido de transacciones; no se la debe confundir con el "Bitcoin" - que utiliza esta tecnologÁ­a en transacciones monetarias - ya que comprende todo tipo de transacciones.


Para dar un ejemplo, se podrÁ­a utilizar para lograr resultados transparentes en elecciones, registros más seguros inalterables e inviolables (de propiedad intelectual, inmobiliarios, etc), registros corporativos y de entidades financieras más transparentes y auditables, para conocer con certeza la cadena de distribución de alimentos (productos de origen), asÁ­ como los productos farmacéuticos, etc.


Hoy, cuando hacemos transacciones recurrimos a intermediarios (entidades financieras, registros públicos, etc), que son terceros que nos dan confianza (que es la base de toda transacción), pero esta intervención tiene sus contras como son los costos (comisiones) y  la vulnerabilidad de estar toda la información centralizada, lo que genera barreras al desarrollo del comercio.


Blockchain cuestiona la existencia de estas personas, entidades e instrumentos de intermediación, generando un registro público y verificable a partir del cual se permite la interacción directa entre los interesados. El ejemplo más visible es el de las monedas virtuales, como Bitcoin.

Blockchain propone un sistema de consenso para crear un sistema de registro distribuido de transacciones.


Cuando se hace una transacción, ésta es emitida a todos los nodos [2], los que están conectados de manera directa y compiten entre sÁ­ para hacer una validación de la transacción (resolver la prueba criptográfica que la transacción representa), una vez validada (uno de los nodos la resuelve), hay un consenso distribuido, esto es, los demás nodos confirman que esta es la versión pública de verdad, mediante el mecanismo de consenso. AsÁ­ la transacción aprobada es agregada a un bloque que se suma a otras transacciones que estaban siendo validadas simultáneamente, creando asÁ­ una cadena de bloques, o blockchain.


El origen de la blockchain, tiene lugar con la creación del Bitcoin, en el aÁ±o 2009 por Satoshi Nakamoto, quien en virtud de la crisis financiera mundial de ese aÁ±o, crea una herramienta criptográfica, cronológica y distribuida que permite realizar transacciones monetarias directas, pagos directos, sin intermediarios evitando “el doble gasto”, generando una confianza distribuida.  


La misma se basa en las siguientes herramientas:


1) La función criptográfica HASH, que permite reducir la versión digital de un documento, al sistema alfanumérico, por ejemplo un libro de cientos de páginas a un algoritmo de entre 20 y 30 caracteres. Asimismo a través de esta función se puede reconocer cualquier alteración en el documento original; 

2) El sistema de claves públicas y privadas: se aplica al documento la clave pública para encriptarla de tal forma que cuando circula las personas saben que existe el documento  pero no pueden acceder a la información solo el que tiene la clave privada puede acceder a su contenido; y 

3) El registro cronológico de las transacciones, se agrega una estampilla de tiempo a cada una de las transacciones, asÁ­ sabemos cuando se inició,  de tal manera que si hoy gaste 10 dólares en una transacción, y ese era todo mi capital, y posteriormente  quiero realizar otra transacción el sistema la va a rechazar, no lo va a permitir.


Este registro criptográfico, cronológico y distribuido brinda mayor seguridad a las transacciones. 


En la actualidad,  estamos basados en un sistema de intermediarios, que custodian la confidencialidad de la información y de la identidad. Como Satoshi plantea un sistema de pagos directo, público y distribuido,   propone un cambio de paradigma: el sistema permite que las identidades permanecen reservadas pero las transacciones sean públicas, además el sistema deja de ser centralizado, como el modelo tradicional, por lo que  es más difÁ­cil que sea objeto de ataques. La confianza se deposita en el sistema distribuido no en los intermediarios.


Internet cambió nuestras vidas, desde 1990 ha evolucionado a pasos agigantados, hasta  hoy que nos permite transmitir no solo “información,” como la versión 1.0, sino “valor” a través de  Blockchain.


Blockchain representa un camino en construcción, nadie pude decir hacia dónde va o de qué manera transformará, se sabe su esencia y su potencial. 


Las compaÁ±Á­as más importantes del mundo, lÁ­deres en sus sectores, conforman diferentes consorcios para ir desarrollando aplicaciones de Blockchain, asÁ­ podemos citar como ejemplos: Intel, Microsoft,  Bolsa de Valores de Londres, Bancos de diferentes paÁ­ses del mundo,  etc. 


El sector financiero se dio cuenta que debe sumarse al vagón de la innovación, que es imparable y genera oportunidades de crecimiento, para reducir costos operativos y aumentar su rentabilidad. 


Otro tema a considerar, en este sentido, es el de los contratos inteligentes o "smart contracts," en inglés.


La manera más sencilla de dar una noción de ellos, es decir que se tratan de contratos que tienen la capacidad de cumplirse en forma automática una vez que las partes han acordado los términos.  Este tipo de contratos difiere de los contratos en papel, si bien ambos son acuerdos en los que dos o más involucrados se comprometen a cumplir una serie de condiciones, y sus elementos fundamentales son los mismos: el consentimiento voluntario de todas las partes, el objeto del contrato (bien o servicio) y una causa justa, verdadera y lÁ­cita. 


Los contratos inteligentes son programas informáticos, no están escritos en lenguaje natural, sino en código virtual. Son un tipo de software que se programa, para llevar a cabo una tarea o serie de tareas determinadas de acuerdo a las instrucciones previamente introducidas. Su cumplimiento, por lo tanto, no está sujeto a la interpretación de ninguna de las partes: si el evento A sucede, entonces la consecuencia B se pondrá en marcha de forma automática.


Según un informe de IBM, para el 2020 en todo el mundo habrán más de 34 billones de dispositivos conectados a Internet, y al menos dos tercios de ellos no serán computadoras ni teléfonos celulares, serán objetos cotidianos, desde un lavarropas, una estufa, una cerradura, la iluminación de una casa, etc, que por estar conectados a Internet podrán controlarse de forma digital. [3]


En un futuro se podrÁ­a pensar, para dar un ejemplo práctico, en un contrato inteligente de alquiler de autos, en virtud del cual  se programa que el pago debe hacerse mensualmente, caso contrario el auto no arranca.  


Para llegar a este tipo de contratos, queda un camino largo por recorrer y existen ciertos obstáculos a superar, como la seguridad de esta tecnologÁ­a, la dificultad que representa la programación de los contratos inteligentes y su regulación jurÁ­dica.


Estamos en un camino en construcción y tenemos que apropiarnos de él, debemos saber que existe, para tratar de  entenderlo y adaptarlo a las necesidades de la sociedad. 


Blockchain representa un reto jurÁ­dico, que requerirá combinar esfuerzos entre los programadores, los operadores jurÁ­dicos, abogados, notarios,  y empresarios, para que avance su desarrollo y funcionamiento, beneficiando a cada uno de estos sectores.


NOTAS:


[1] Para la redacción de este artÁ­culo se han tenido en cuenta las ideas vertidas por el Dr. Erik Castellanos, en su exposición en la Universidad de Externado de Colombia, en la MaestrÁ­a de Derecho Internacional,  de fecha 17/07/17, para mayor información ver: https://www.youtube.com/watch?v=Dw-YPlN781c


[2] Nodo es una computadora que se conecta a la red y utiliza el protocolo peer-to-peer (P2P, por sus siglas en inglés) que permite que los nodos se comuniquen entre sÁ­ dentro de la red, asÁ­ como difundir información sobre transacciones y bloques. La información se distribuye entre dichos nodos y es en lo que consiste la red de la blockchain.


[3] https://criptonoticias.com/informacion/que-son-los-contratos-inteligentes/#axzz4pM57jS3S.