Informes
Económicos



Fecha: 5/2020

Las nuevas regulaciones cambiarias ampliarán las distorsiones y tendrán efectos opuestos a los buscados

En un intento de contener el tipo de cambio, la brecha cambiaria y la salida de reservas, esta semana se establecieron nuevas regulaciones en el mercado cambiario.


En primer lugar, a inicios de la semana la CNV buscó quitar presión al tipo de cambio bursátil (dólar MEP y contado con liquidación), desincentivando la compra y venta de divisas en el mercado financiero por parte de personas y empresas, extendiendo el alcance de una regulación que se encontraba vigente, conocida como parking. Esta medida obliga a extender por cinco días los procesos de compra y venta, introduciendo así un mayor riesgo asociado a la incertidumbre de la evolución del valor de las cotizaciones; esto es, entre los momentos en que se realizan las órdenes y el de la liquidación, cinco días después.


Por su parte, hacia el final de la semana, el BCRA estableció que las empresas que realicen operaciones de comercio exterior deberán utilizar primero sus activos externos líquidos para el pago de obligaciones con el exterior, antes de acceder al mercado cambiario local para obtener divisas, lo que llegado el caso requiere conformidad previa de la autoridad monetaria. Adicionalmente, se extendieron los plazos de incompatibilidad entre el acceso a los mercados cambiarios oficial y bursátil. Es decir, habiendo accedido al mercado oficial, debe transcurrir y haber transcurrido un plazo mínimo de 90 días para realizar operaciones en el mercado bursátil, y viceversa.


En suma, con estas nuevas regulaciones seguramente disminuirán las operaciones con divisas en el mercado bursátil, pero habrá más actividad en el resto de los mercados cambiarios. En el mercado oficial, el dólar oficial después de impuestos aún tiene una menor cotización que las demás alternativas cambiarias, lo que haría aumentar su demanda. Más allá de la restricción de compra de 200 dólares por persona, esto profundizaría el drenaje de reservas del BCRA observado en las últimas semanas. 


Más allá de todas estas restricciones, en un contexto en que el tipo de cambio oficial se encuentra apreciado en términos reales y con una masiva emisión monetaria, las expectativas de devaluación se terminarán volcando en una mayor demanda de divisas que si bien se reflejará en todos los mercados, se manifestaría con mayor fuerza en el segmento informal. Como atenuante, un eventual acuerdo de restructuración de la deuda podría quitar presión sobre el dólar, aunque sin reducciones de magnitud en la brecha cambiaria.