Informes
Económicos
Fecha: 5/2020
Resumen semanal de novedades: 25 de mayo al 29 de mayo
Las nuevas regulaciones cambiarias ampliarán las distorsiones y tendrán efectos opuestos a los buscados En un intento de contener el tipo de cambio, la brecha cambiaria y la salida de reservas, esta semana se establecieron nuevas regulaciones en el mercado cambiario. En primer lugar, a inicios de la semana la CNV buscó quitar presión al tipo de cambio bursátil (dólar MEP y contado con liquidación), desincentivando la compra y venta de divisas en el mercado financiero por parte de personas y empresas, extendiendo el alcance de una regulación que se encontraba vigente, conocida como parking. Esta medida obliga a extender por cinco días los procesos de compra y venta, introduciendo así un mayor riesgo asociado a la incertidumbre de la evolución del valor de las cotizaciones; esto es, entre los momentos en que se realizan las órdenes y el de la liquidación, cinco días después. Por su parte, hacia el final de la semana, el BCRA estableció que las empresas que realicen operaciones de comercio exterior deberán utilizar primero sus activos externos líquidos para el pago de obligaciones con el exterior, antes de acceder al mercado cambiario local para obtener divisas, lo que llegado el caso requiere conformidad previa de la autoridad monetaria. Adicionalmente, se extendieron los plazos de incompatibilidad entre el acceso a los mercados cambiarios oficial y bursátil. Es decir, habiendo accedido al mercado oficial, debe transcurrir y haber transcurrido un plazo mínimo de 90 días para realizar operaciones en el mercado bursátil, y viceversa. En suma, con estas nuevas regulaciones seguramente disminuirán las operaciones con divisas en el mercado bursátil, pero habrá más actividad en el resto de los mercados cambiarios. En el mercado oficial, el dólar oficial después de impuestos aún tiene una menor cotización que las demás alternativas cambiarias, lo que haría aumentar su demanda. Más allá de la restricción de compra de 200 dólares por persona, esto profundizaría el drenaje de reservas del BCRA observado en las últimas semanas. Más allá de todas estas restricciones, en un contexto en que el tipo de cambio oficial se encuentra apreciado en términos reales y con una masiva emisión monetaria, las expectativas de devaluación se terminarán volcando en una mayor demanda de divisas que si bien se reflejará en todos los mercados, se manifestaría con mayor fuerza en el segmento informal. Como atenuante, un eventual acuerdo de restructuración de la deuda podría quitar presión sobre el dólar, aunque sin reducciones de magnitud en la brecha cambiaria. Continúa profundizándose el deterioro fiscal El resultado fiscal de abril exhibió cifras preocupantes, ya que tras alcanzar un superávit en el mismo periodo del 2019, 2020 alcanzó un déficit de 229 mil millones de pesos. Esto se vio explicado por una casi duplicación del gasto primario, principalmente el destinado a protección de familias y empresas, combinado con un estancamiento de los recursos tributarios ante la depresión económica durante la pandemia. La situación actual plantea los riesgos de que, una vez superada la crisis sanitaria, se mantenga una inercia fiscal tal que no se reduzcan estos mayores gastos, que las heridas económicas tras la pandemia no permitan una rápida recuperación de la economía, y que el déficit fiscal se mantenga en niveles elevados como los actuales. Ante esto, la política económica debiera apuntar a transmitir señales desde ya para generar confianza y minimizar esos riesgos de la postpandemia.