Informes
Económicos



Fecha: 7/2020

Los efectos socioeconómicos de la pandemia tardarán años en disiparse - Resumen Semanal

Ante mayor flexibilización, mayor inflación


El índice general de precios aumentó 2,2% en junio, superior al 1,5% observado en abril y mayo. Aunque el nivel de precios en el rubro “alimentos y bebidas” subió solo 1%, lo que es bueno para contener el costo de la canasta básica de alimentos, hay rubros que tuvieron variaciones de precios mayores, como “Vestimenta y calzado” con un 6,6%. Esto podría deberse a un rebote de la demanda por la flexibilización de la cuarentena y a que la gradual vuelta a la “nueva normalidad” conlleva costos extra que podrían trasladarse a precios. 


Cabe acotar, no obstante, que el incremento de la inflación se da en un contexto de precios cuidados, precios máximos, tarifas de servicios y precios de combustibles congelados, y un dólar minorista oficial que avanza lentamente, con un aumento de 4% en junio y una brecha cambiaria que se mantuvo alta pero estable. A lo anterior se agrega una una férrea política del Banco Central de neutralizar, con aumentos en el stock de pases remunerados y LELIQ, la emisión monetaria para financiar al gobierno, que ya es de casi 1,3 billones de pesos en lo que va del año, algo que será difícil de sostener si continúa la expansión del gasto y puede acelerar la inflación. Adicionalmente, la reciente autorización de ajustes a precios máximos de entre 2 y 4,5% y precios cuidados, en promedio de 5%, va a impactar en la inflación de julio. 


Fuerte aumento de la pobreza en Argentina y la región


Según proyecciones de la CEPAL, la pandemia tendrá un fuerte impacto social en América Latina. Siguiendo una metodología armonizada para todos los países, Argentina es donde se esperan los mayores aumentos de la pobreza, que al pasar de 26,7% a 37,5% de la población, se incrementaría en casi 11 puntos porcentuales. En un contexto social tan delicado el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y medidas similares que se plantean en un formato más permanentes son necesarias, pero generan tensiones entre brindar contención social en el corto plazo y seguir aumentando el “gasto público inflacionario”. Por su parte, pasada la pandemia, las políticas deben dejar de tener un carácter asistencialista y pasar a brindar los incentivos necesarios para facilitar la inserción laboral de los trabajadores más afectados por la pandemia.


Consenso de una caída de al menos 10% en el PBI 


El preocupante escenario para la pobreza se relaciona con la profundidad de la recesión. A partir de información proporcionada por Latin Focus, 29 de 42 consultoras, centros de investigación y bancos de Argentina, estiman que la actividad en 2020 caerá entre 10% y 17%. Por su parte, si bien se descuenta un rebote de actividad para el año que viene, según el 80% de las proyecciones el producto de 2021 será al menos 5% inferior al de 2019; más aún, hasta el cálculo más optimista prevé que la actividad del próximo año estará 1,5% por debajo del nivel de 2019. El impacto en empleo de la menor actividad junto con la caída en el salario real, resultante de la inflación y salarios nominales estancados, confluyen en explicar los fuertes incrementos esperados en los índices de pobreza. Si a lo anterior le sumamos el impacto que tiene en el largo plazo la fuerte disrupción en el ciclo lectivo, se puede concluir que los efectos de la pandemia sobre la economía y la sociedad tardarán años en disiparse.