Informes
Económicos
Fecha: 2/2021
La aceleración inflacionaria limita la recuperación de actividad - Resumen Semanal
Señales mixtas sobre la evolución de la actividad
Con los primeros datos sobre la evolución de la actividad sectorial que abarcan la totalidad del año pasado, se comienza a tener una idea más clara respecto al impacto de la pandemia y la cuarentena. Respecto a 2019, la industria manufacturera retrajo su actividad económica en 7,6%, mientras que la construcción, que estuvo muy afectada por las restricciones de la cuarentena en el segundo trimestre, tuvo una contracción de 19,5% a lo largo de 2020. Por su parte, el dato mensual de diciembre de 2020 muestra aumentos de actividad en industria de 0,9% y 4,3% respectivamente, respecto a noviembre.
Sin embargo, el buen desempeño de la construcción es relativo; mientras el mayor impulso se dio por la elevada demanda de materiales e insumos, los puestos de trabajo registrados continúan deprimidos, un 16,3% por debajo de los niveles de finales de 2019, y los permisos de edificaciones no muestran una tendencia de recuperación clara. Por ende, la acumulación de materiales, posiblemente para protegerse contra la inflación, empujó la actividad de la construcción, pero no tuvo un efecto de derrame sobre el resto de la economía real.
A su vez, esta semana se conocieron los datos de recaudación tributaria de enero del sector público nacional. A pesar que los recursos tributarios tuvieron un aumento de 46,6% interanual, creciendo en términos reales respecto a una inflación esperada en 38,5% frente a enero de 2020, los tributos relacionados a la actividad productiva siguen a la baja. En estos términos, el IVA interno, relacionado a la actividad económica local, aumentó su recaudación solo 28,8% respecto al mismo mes del año anterior, mientras los aportes personales y las contribuciones patronales, ligados a la evolución del empleo registrado, aumentaron 26,8% y 25,1% respectivamente, muy afectados por la destrucción de empleo de 2020 y el fuerte atraso de los salarios frente a la evolución del resto de los precios de la economía.
Los nuevos controles de precios no lograrán contener la inflación
Al igual que en diciembre, las proyecciones privadas de inflación de enero se ubican en torno al 4% mensual y no hay perspectivas de desaceleración para los meses que siguen. Esto preocupa al gobierno que según el presupuesto proyecta una inflación de 29% para 2021 y salarios reales en alza. Pero en lugar de enfrentar el origen del problema, que son el excesivo déficit fiscal y su financiamiento con emisión monetaria, las autoridades apelan nuevamente a incrementar controles que solo incrementan las distorsiones de la economía y terminan empeorando el problema en el largo plazo.
En ese sentido, se apeló a acuerdos de precios de la carne, para un stock muy reducido de cortes de dudosa calidad, y también se evalúa aumentar las retenciones a las exportaciones del agro en un intento de desvincular los precios internacionales de los internos, pero esto parece ser más una excusa para aumentar la recaudación y ganar cierto margen para no tener que ajustar ciertos gastos.
Resulta difícil esperar que estos controles puedan contener la inflación, en un contexto de subas de precios que impactan en los costos de producción. Por ejemplo, con tres subas en lo que va del año, las naftas acumulan un 7,4% de incremento, mientras las tarifas de servicios públicos también podrían aumentar, a la vez que, para no perder competitividad cambiaria, el dólar oficial viene subiendo a un ritmo aproximado de 4% mensual desde noviembre. En definitiva, en las condiciones actuales es poco probable que se puedan sostener acuerdos de precios que validen una inflación para este año inferior a la de 2020.