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Económicos



Fecha: 5/2022

La mejor inversión en los últimos 20 años fue congelar asado en el freezer

Un informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba revela que conservar carne desde el 2002 fue más rentable que un plazo fijo tradicional, uno en UVA, comprar dólares o acciones de bolsa.

 

Mayo 2022- El Banco Central incrementó la tasa de interés de referencia (llevaba dos años sin hacerlo y es una de las condiciones del acuerdo con el FMI), que pasó a 49% anual para el plazo de 28 días (equivale a una tasa efectiva del 61,8%), y aún así no cubre a los inversores frente a la aceleración de la inflación. De esta manera, se sigue deteriorando el ahorro y la inversión.

Frente a esta realidad, el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Bolsa de Comercio de Córdoba analizó el rendimiento de distintas alternativas de ahorro en los últimos 20 años e incorporó una opción de alimentos a las más tradicionales del sistema financiero. El estudio llegó a la conclusión que haber comprado asado en el 2002 fue la opción más rentable para los argentinos, por encima de un plazo fijo tradicional, uno en UVA, comprar dólares o acciones de bolsa.

 

Plazo fijo tradicional

Es uno de los instrumentos de ahorro más expandidos en el país. Un depósito inicial de $100 en abril de 2002 equivale a $3.800 por el pago de intereses.

La clave es que para tener el mismo poder adquisitivo que tenían los $100 de hace 20 años, hoy se necesitan casi $12.000. La inflación deterioró los ahorros de un inversor que optó por el plazo fijo, quien perdió 68% en términos reales.

 

Plazo fijo en UVA

Esta herramienta se instrumentó en 2016. Los $100 iniciales son $4.750 en la actualidad. Pese a superar el rendimiento del plazo fijo tradicional, perdió el 60% de su valor por la inflación. 

Si la inversión en UVA hubiera existido hace 20 años -el Instituto consideró el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER)-, el rendimiento hubiera sido de $4.362, aún menos que la combinación de plazo fijo y UVA descripta antes.

Se da esta situación porque el CER replicó la inflación informada por el INDEC durante su intervención entre 2007 y 2015, que estaba subestimada. Es decir, un indicador que fue creado originalmente para seguir el avance de los precios terminó perdiendo 63% frente a la inflación real (reestimada en función a la de las Provincias y la Ciudad de Buenos Aires para el período) de los últimos 20 años.

 

Dólar

Un ahorrista que compró $100 en dólares en abril de 2002 tendría ahora casi $3.900 valuados al tipo de cambio oficial. Medidos al valor del mercado libre, el monto salta a $6.700.

Los cálculos transparentan que la dolarización venció a los instrumentos de ahorro tradicional en pesos, pero también perdió frente a la inflación: en términos reales, el dólar libre perdió 44% de su poder adquisitivo desde abril de 2002.

Más allá de las distorsiones de la política económica argentina, esta situación se explica porque el dólar también tuvo inflación en los últimos 20 años, que fue del 60,8% acumulada. Por eso también se deterioró su poder de compra, aunque en menor medida que el peso.

  

Acciones de bolsa

Son instrumentos utilizados por los ahorristas dispuestos a asumir un mayor nivel de riesgo. Los $100 invertidos en abril de 2002 equivaldrían a $22.500 en la actualidad, en base a la evolución del índice Merval que resume el comportamiento del mercado accionario argentino. La cifra queda 90% arriba de la inflación. 

Por el bajo nivel de educación financiera en la Argentina, la inversión en el mercado de capitales no es una alternativa muy extendida. De acuerdo al Banco Central de la República Argentina (BCRA) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), según un estudio que realizó en 2017, mientras que el 73% de los argentinos reconoce como alternativa de ahorro los depósitos plazo fijo, solo el 33% lo hace con las acciones.

 

Asado

En el hipotético caso de haber comprado y congelado $100 de asado hace 20 años, equivalentes a 23 kilos de carne, hoy valdrían $24.000. Pese a que la tira de asado con hueso es uno de los cortes más consumidos a nivel local y no es exportado, la evolución de su precio superó al rendimiento de las alternativas de ahorro más utilizadas del país.

 

 

  

Consecuencias del deterioro del ahorro

En la práctica, el 12% de los argentinos ahorra en moneda extranjera, el 5% lo hace en plazos fijos y menos del 1% lo hace en el mercado de capitales. Por otro lado, la mitad de los argentinos no ahorra por decisión propia o porque sus ingresos no le alcanzan.

La pérdida del poder adquisitivo, el bajo nivel de educación financiera y las políticas de represión financiera en confluencia con las tasas de interés inferiores a la inflación llevan a que se deteriore el ahorro de la población.

A su vez, esta situación deriva en menores posibilidades de financiamiento, tanto para el consumo como para la inversión, lo que impacta de forma negativa en la economía y limita aún más el potencial de crecimiento y desarrollo de cara al futuro.

 

Autores

Lic. Fabio Ezequiel Ventre

Subdirector del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba

Valentina Vijarra

Investigadora Junior del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba