Informes
Económicos



Fecha: 3/2020

La pandemia exacerbó las brechas de género en el mercado laboral

La crisis económica por el COVID-19 tuvo un impacto muy marcado y heterogéneo sobre los sectores productivos. En los sectores que se vieron más afectados, como comercio, hoteles, restaurantes y transporte, entre otros, se desempeñaba la mitad del total de ocupados del país, tal como se muestra en el Gráfico 1. Un aspecto observado tanto a nivel local como internacional, es que, dada la composición por sexo del empleo en esos sectores más afectados, las mujeres se encontraron en mayor grado de exposición y vulnerabilidad que los hombres, ante el shock económico causado por la pandemia. En efecto, el gráfico muestra que, el 60% del total de mujeres ocupadas antes de la pandemia se desempeñaba en los sectores más afectados, en comparación al 44% de los hombres.


Gráfico 1: Distribución de empleos por sexo y afectación del sector. Periodo 4T-2019

Fuente: IIE sobre la base de EPH cuarto trimestre 2019 (INDEC).


Como agravante, las posibilidades de teletrabajo también son más reducidas en mujeres que en hombres en esos sectores más afectados. Así, en los sectores de Servicios, Comercio y Restaurantes y hoteles, tan solo el 7,7% de las mujeres habría podido trabajar de forma remota, contra el 15,1% de los hombres. Además, la tasa de informalidad en estos sectores es 51% entre las mujeres y 43% en el caso de los hombres.


La pandemia también ha derivado en mayores dificultades para la inserción laboral de las mujeres, ante la mayor demanda de tareas en el ámbito de la administración del hogar. Con el cierre de colegios, la demanda de ayuda escolar a los niños en el hogar aumentó drásticamente y hay datos que indican que esa tarea recayó en mayor medida sobre las mujeres. Las mujeres menores de 45 años destinan más del doble del tiempo que los varones a tareas no remuneradas, entre las que se incluyen cuidado de niños, ayuda de niños en edad escolar, y otras tareas necesarias para el funcionamiento del hogar. Esto adquiere mayor relevancia si se considera que el 45% del total de mujeres ocupadas tiene al menos 1 hijo de hasta 12 años en el hogar. Probablemente, con esto tenga que ver que en promedio las mujeres realizan 10 horas menos de trabajo remunerado que los hombres. Más problemático aún es que 31% de las mujeres con al menos un hijo de hasta 12 años están a cargo de hogares monoparentales, con lo cual las dificultades para esas trabajadoras son aún mayores.


Al evaluar cómo se vieron afectados los empleos de hombres y mujeres en 2020, la evidencia es elocuente. El Gráfico 2 presenta la evolución de la tasa de destrucción de empleo en los últimos años, definida como el porcentaje de ocupados del mismo trimestre del año anterior que se encontraban en el desempleo o fuera del mercado trabajo. Los datos muestran que a lo largo de todo el período considerado la tasa de pérdida de empleos de mujeres es mucho mayor que la de los hombres. Lo más llamativo es que luego de un fuerte aumento en la destrucción de empleo para ambos sexos en el segundo trimestre de 2020, en el tercer trimestre del año pasado esas diferencias aumentaron fuertemente. Algo que llama la atención en ese sentido es que más del 76% de las mujeres que perdieron su empleo, versus 61% de los hombres, se retiraron del mercado de trabajo y dejaron de buscar empleo.


Gráfico 2: Tasa de pérdida de empleos por sexo

Fuente: IIE sobre la base de paneles rotativos de la EPH (INDEC).


Los datos dan cuenta de que las dificultades que enfrentan las mujeres para una inserción laboral exitosa se vieron acrecentadas durante 2020. Esa profundización de las brechas de género en el mercado laboral plantea desafíos para potenciar políticas que faciliten la inserción laboral de las mujeres, para mejorar su bienestar y contribuir al desarrollo económico.