Informes
Económicos



Fecha: 8/2021

Densidad empresarial en Argentina, entre las menores del mundo y en baja

Resumen

  • Debido a factores estructurales como la elevada presión impositiva, las excesivas regulaciones laborales, el bajo acceso al financiamiento y la inestabilidad macroeconómica, hacer negocios en Argentina es particularmente complejo.

  • Nuestro país se encuentra entre los de menor natalidad empresarial del mundo y la región, muy lejos de Chile, y del promedio de países de ingreso alto, medio y bajo, miembros de la OCDE y países de la Unión Europea.

  • Una variable que resume los débiles incentivos a la actividad empresarial en nuestro país es la presión impositiva; los datos son contundentes en marcar que con una carga tributaria superior al 100% de las utilidades comerciales, Argentina tiene la mayor tasa impositiva de la región y la segunda más alta del mundo.

  • A mayor presión impositiva menor es la creación de nuevas empresas; los datos sugieren que por cada 1% de incremento en la tasa tributaria, la densidad de nuevas empresas se reduce en 1,82%.

  • Si bien es cierto que la cuarentena desmedida del segundo trimestre de 2020 condujo a una fuerte destrucción de empresas, el que su impacto haya perdurado en el tiempo depende de factores que son responsabilidad del gobierno, que han deteriorado el clima de negocios y la previsibilidad.

  • A pesar de que la actividad económica agregada tuvo un rebote desde mayor del año pasado, el número de empresas no paró de caer y se mantiene estancado en lo que va del corriente año.

  • A mayo de 2021, último mes con información, y en relación a febrero de 2020, hubo una pérdida neta de 19.215 empresas privadas a nivel nacional, de las cuales 2.298 de ellas eran de la provincia de Córdoba.

  • La actividad empresarial solo prospera en los sectores más productivos de nuestro país; así es como durante la pandemia en Córdoba se sumaron 211 empresas pequeñas de servicio de cosecha mecánica, 159 de cultivo de soja, 67 de servicios informáticos, 46 de maquinaria agrícola y 37 de venta al por mayor de insumos para el agro y la construcción

  • Por el contrario, el resto de los sectores, que son la mayoría, siguen muy resentidos; esto se nota particularmente en los sectores más afectados por las restricciones impuestas por el gobierno, habiendo en Córdoba cerrado 2.251 PyMEs en la pandemia, entre ellas 550 empresas de taxis, remises y alquiler de autos, 457 restaurantes, 362 comercios de venta de ropa, 308 hoteles y hosterías y 152 almacenes.

  • El aumento de la presión impositiva sobre el sector privado, regulaciones laborales que dificultan la contratación, agravadas por la doble indemnización y la prohibición de despidos, y la baja oferta de fondos prestables de los bancos, que financian cada vez más al Estado con LELIQ, Pases y títulos públicos, afectan la rentabilidad de los negocios al punto que muchos resultan inviables y terminan cerrando.

  • En medio de la campaña electoral, se insiste en la necesidad de crear empleos productivos para reducir la pobreza. Pero siendo que son las empresas las que generan nuevos empleos, en la medida que se siga persiguiendo al sector privado desde el Estado será muy difícil lograr ese objetivo.




    Debido a factores estructurales como la elevada presión impositiva, las excesivas regulaciones laborales, el bajo acceso al financiamiento y la inestabilidad macroeconómica, entre muchos otros, hacer negocios en Argentina es particularmente complejo.


    Como consecuencia, antes de la pandemia, el país presentaba una de las menores densidades de nuevas empresas a nivel mundial, y esto aun cuando el indicador tuvo en 2018, el último año con información comparable entre países, un incremento de 15% respecto al mínimo de 2014/2015. El Gráfico 1 muestra a nuestro país, por lejos, entre los de menor natalidad empresarial del mundo y de la región, muy lejos del líder Chile, y también del promedio de países de ingreso alto, medio y bajo, miembros de la OCDE y países de la Unión Europea.


    Gráfico 1: Nuevas empresas cada 1.000 personas entre 15 y 64 años, año 2018

    Fuente: IIE sobre la base de Banco Mundial.


    Una variable que resume los débiles incentivos a la actividad empresarial en nuestro país es la presión impositiva. El Gráfico 2 presenta la comparación internacional de la tasa tributaria total, en porcentaje de las utilidades comerciales. La información proviene del Banco Mundial; según la fuente esa tasa mide “el monto de impuestos y contribuciones obligatorias que pagan las empresas después de justificar las exenciones y deducciones”. Los datos son contundentes en marcar que con una carga tributaria superior al 100% de las utilidades comerciales, Argentina tiene la mayor tasa impositiva de la región y la segunda más alta del mundo.


    A su vez, en cuanto a su efecto en la densidad empresarial, se observa con claridad que a mayor presión impositiva menor es la creación de nuevas empresas. En efecto, los datos combinados de los dos gráficos presentados, sugieren que por cada 1% de incremento en la tasa tributaria, la densidad de nuevas empresas se reduce en 1,82%.


    Gráfico 2: Tasa tributaria total como porcentaje de las utilidades comerciales, año 2018

    Fuente: IIE sobre la base de Banco Mundial.


    Partiendo del desfavorable escenario descripto, la actividad empresarial se vio aún más golpeada desde inicios del año pasado, no tanto por la pandemia, sino por decisiones erradas al nivel de la política económica del gobierno actual.


    Si bien es cierto que la cuarentena desmedida del segundo trimestre de 2020 condujo a una fuerte destrucción de empresas, el que su impacto haya perdurado en el tiempo depende de factores que son responsabilidad del gobierno, que han deteriorado el clima de negocios y la previsibilidad.


    Tal es así que, como se observa en el Gráfico 3, a pesar de que la actividad económica agregada tuvo un rebote desde el año pasado, el número de empresas no paró de caer y se mantiene estancado en lo que va del corriente año.


    A mayo de 2021, último mes con información, y en relación a febrero de 2020, hubo una pérdida neta de 19.215 empresas privadas a nivel nacional, de las cuales 2.298 de ellas eran de la provincia de Córdoba.


    Gráfico 3: Número de empresas y actividad económica. Periodo enero de 2020 – mayo de 2021

    Nota: EMAE es el Estimador Mensual de Actividad Económica.

    Fuente: IIE sobre la base de SRT e INDEC.


    Dentro de las empresas que cerraron la gran mayoría tenía menos de 25 empleados (PyMEs). En el caso de Córdoba, hay 2.251 PyMEs menos que antes de la pandemia, entre ellas 550 empresas de taxis, remises y alquiler de autos con chofer, 457 restaurantes, 362 comercios de venta de ropa, 308 hoteles y hosterías y 152 almacenes (Gráfico 4).


    Por su parte, los rubros donde las PyMES cordobesas mostraron mejor desempeño se relacionan a los sectores que tienen niveles de productividad muy elevados tal que les permiten soportar la agobiante carga regulatoria del Estado. Así es como en Córdoba se sumaron 211 empresas pequeñas de servicio de cosecha mecánica, 159 de cultivo de soja, 67 de servicios informáticos, 46 de maquinaria agrícola y 37 de venta al por mayor de insumos para el agro y la construcción, entre los cinco rubros más destacados, tal como se observa en el Gráfico 4.


    Gráfico 4: Cinco rubros con más creación y destrucción neta de empresas en Córdoba

    Periodo febrero de 2020 – mayo de 2021

    Fuente: IIE sobre la base de SRT.


    En síntesis, la actividad empresarial solo prospera en los sectores tradicionalmente competitivos de nuestro país, pero sigue muy resentida en el resto que son la mayoría.


    El aumento de la presión impositiva sobre el sector privado, regulaciones laborales que dificultan la contratación, agravadas por la doble indemnización y la prohibición de despidos, y la baja oferta de fondos prestables de los bancos, que financian cada vez más al Estado con LELIQ, Pases y títulos públicos, afectan la rentabilidad de los negocios al punto de que muchos resultan inviables y terminan cerrando. Esto no solo afecta a nuestras PyMEs, ya que lo mismo ocurre con muchas empresas multinacionales grandes que dejan el país.


    En diversos ámbitos, en medio de la campaña electoral, se insiste en la necesidad de crear empleos productivos para reducir la pobreza. Pero siendo que son las empresas las que generan nuevos empleos, en la medida que se siga persiguiendo al sector privado desde el Estado será muy difícil lograr ese objetivo.