Balance de la
Economía Argentina
ASPECTOS SOCIALES REGIONALES
ASPECTOS SOCIALES REGIONALES
La situación social en la Región Central Argentina mejoró en el transcurso de las últimas Décadas. Los niveles de desocupación han sido menores a los del conjunto del país, si bien debe tenerse en cuenta que su tasa de actividad y de empleo fueron más bajas. Los indicadores de distribución del ingreso y pobreza, la enseñanza educativa secundaria, las tasas de mortalidad infantil y esperanza de vida indican una mejor situación con respecto al promedio del país.
Extendiendo el análisis comparativo a las regiones aledañas, se puede decir que la Región Central de Chile es la mejor posicionada en materia social, tanto por los indicadores educativos, de salud, como de empleo. La Región Central Argentina y Buenos Aires se destacan con los menores niveles de pobreza. En cambio, Uruguay y Sur de Brasil muestran valores desfavorables en el ámbito educativo, sanitario y en menor medida en el porcentaje de hogares con NBI.
12.1. Empleo
En el cuadro 12.1 se exponen los principales indicadores de la situación laboral para el conjunto de provincias que componen la Región Central Argentina.
Como se puede observar en el cuadro 12.1, la tasa de desempleo promedio de la Región Central en agosto de 1998 fue inferior a la del total de aglomerados urbanos del país y a la de Buenos Aires (siendo la de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe las más elevadas). Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta situación se presentó en un contexto de menores tasas de actividad y de empleo.
Es decir, que si bien el desempleo es inferior en la región central, la proporción de personas que buscan trabajo y la cantidad de personas empleadas respecto a la población total es más baja.
Con respecto a la subocupación, las cifras son similares a las registradas en el total país. Entre Ríos y San Luis presentan menores tasas que el resto.
En los gráficos 12.1 al final del capítulo se puede observar en forma comparada la evolución en el transcurso de la presente década de la situación laboral para la Región Central, Gran Buenos Aires el total de los aglomerados urbanos incluidos en las EPH que realiza el INDEC. Se aprecia que el comportamiento del desempleo, la actividad y el empleo ha sido similar para las tres jurisdicciones, ubicándose el conjunto de las 6 provincias por debajo del total país y Gran Buenos Aires.
En cambio, en la tasa de subocupación se reflejan diferencias en los comportamientos de las tres jurisdicciones comparadas. A partir de 1993, la Región Central permaneció con niveles de subempleo inferiores al total de aglomerados urbanos. Sin embargo, en la medición de agosto del corriente año este último alcanzó un valor por debajo del correspondiente a la Región Central, luego de la tendencia descendente que se inició en 1995.
En el gráfico 12.2 se expone la evolución de los principales indicadores laborales de la Región Central desde 1990 en adelante. Se puede apreciar que el problema ocupacional (acumulando el desempleo y el subempleo) alcanzó su máximo entre mayo de 1996 y mayo de 1997, mejorando a partir del período siguiente. Cabe destacar que en agosto de este año la leve mejora observada no fue significativa respecto al relevamiento anterior, interrumpiéndose la tendencia decreciente presentada hasta el momento.
Con respecto a la tasa de actividad, a partir de Octubre de 1997 comenzó a decrecer lentamente. Por su parte, la tasa de empleo disminuyó en todo el período analizado. Se prevé que en los próximos períodos persista esta tendencia negativa, por el menor nivel de actividad y el impacto de la reforma laboral sancionada en el mes de setiembre pasado.
12.2. Distribución del Ingreso y Pobreza
Si se analiza la distribución del ingreso en forma comparada de la Región Central y del Gran Buenos Aires, para octubre de 1990, 1994 y 1997, se puede afirmar que la primera se encuentra en una mejor situación. En octubre de 1997, el quintil de la población de mayores ingresos de esta región ganó 9,35 veces más que el quintil de menores ingresos, mientras que en Gran Bs.As. esta relación ascendió a 11,64 veces (ver gráfico 12.3).
Por otra parte, si se analiza la evolución de la distribución del ingreso entre octubre de 1990 y octubre de 1997, se puede afirmar que Gran Bs. As. aumentó en mayor proporción la concentración de sus ingresos que la Región Central. En el último período mencionado la relación entre los ingresos del 5° quintil y el 1° quintil de Gran Bs.As. creció un 30% respecto al valor que el mismo indicador presentaba 7 años atrás. Por su parte, el crecimiento del cociente en la Región Central fue del orden del 20%.
Si bien estas cifras ubican a la Región Central en una mejor posición relativa respecto al Gran Bs.As., revelan que la situación dista de ser equitativa y queda camino por recorrer en esta materia. Teniendo en cuenta el porcentaje de hogares con necesidades básicas insatisfechas de cada jurisdicción como un indicador de la pobreza estructural, se analizan las regiones referidas con anterioridad.
Se puede apreciar que en 1980 el porcentaje de hogares con NBI en la Región Central (promediando en forma ponderada los datos de las provincias que la componen) fue inferior al presentado por el promedio de Argentina, pero se ubicaba por encima del registrado en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, debido a la caída del 32% registrada entre 1980 y 1991 (superior a la de las otras dos jurisdicciones comparadas), en ese último año se posicionó en una situación relativa más favorable, con un 14,5% de los hogares con NBI, frente al 14,7% y al 16,5% de Buenos Aires y del país, respectivamente.
Dentro de la Región Central, se puede observar que Córdoba es la que en mejor situación se encuentra, con la menor proporción de hogares pobres de las seleccionadas, seguida por Santa Fe y Mendoza. Cabe destacar que si bien Entre Ríos y San Juan se encontraban en las peores posiciones respecto a este indicador, en el período comprendido entre ambos censos nacionales fueron, junto con Córdoba, las que mejoraron en mayor proporción.
Trasladando el análisis a las regiones que componen la parte sur del Corredor Austral de Crecimiento, en el gráfico 12.4 se compara el porcentaje de hogares con NBI en las mismas a comienzos de la presente década.
La Región Central Argentina es la que cuenta con una menor proporción de hogares con NBI. Resalta la cifra elevada que registró la Región Central de Chile, con un 34,8% de los hogares en situación de pobreza. Uruguay se encuentra en una situación de pobreza en los hogares, con un ratio del orden del 22.3%.
12.3. Educación
En el cuadro 12.3. se puede observar en forma comparada para los dos últimos censos, la tasa de analfabetismo de la población de 10 años y más y la tasa neta de escolarización primaria y secundaria de la Región Central, Provincia de Buenos Aires y el total del país.
El mismo refleja que la provincia de Buenos Aires tiene los mejores indicadores, a excepción de la tasa neta de escolarización secundaria. Aquí cabe recordar lo expresado en el capítulo 9, donde se muestra que las diferencias provinciales de crecimiento durante los últimos cuarenta años responden básicamente a los distintos niveles de educación de las jurisdicciones consideradas.
Se aprecia que la tasa de analfabetismo de la Región Central se ubica por encima del promedio país y de Buenos Aires. Sin embargo, durante el período transcurrido entre ambos censos, en esta región dicho indicador disminuyó en mayor proporción.
Con respecto a la tasa neta de escolarización primaria, los niveles registrados en ambos períodos y su evolución han sido similares en las tres jurisdicciones comparadas. Lo mismo sucede con la tasa neta de escolarización secundaria, aunque en este caso se presenta una leve diferencia a favor de la Región Central.
Cabe destacar que Córdoba y Santa Fe se destacaron en relación a las demás integrantes de la Región. Otras provincias en peor ubicación, como San Luis y Entre Ríos, mejoraron sensiblemente durante el período.
En el gráfico 12.5 se muestran las tasas de acceso y completación del nivel primario y secundario para 1991. Como se puede apreciar, la Región Central en todos los casos se ubica por debajo de los niveles alcanzados por el país.
Con respecto a la provincia de Buenos Arres, la Región Central muestra menores tasas de acceso en el nivel primario. Sin embargo, la situación nuevamente se revierte en el nivel secundario.
El cuadro 12.4 indica que la Región Central concentra el 29% del total de establecimientos educativos y el 26% de los alumnos del país, por debajo de la participación con que cuenta la provincia de Buenos Aires (34% y 38%, respectivamente).
La Región Central posee una mayor proporción de establecimientos en relación a su población, mientras que Buenos Aires muestra una situación inversa.
Por último, se analiza la cantidad de alumnos por docente para 1994. En el gráfico 12.6 se refleja que en el nivel primario y secundario la Región Central contaba con menor número de alumnos por docente que el total nacional. En efecto, mientras en la primera se registraban 17 alumnos por cada docente en el nivel primario y 9,3 en el nivel secundario, el promedio nacional arrojaba 18 y 10 alumnos en cada uno de los niveles educativos mencionados.
En los demás niveles la situación fue distinta, especialmente en el rubro Otros donde la Región Central alcanza el número de 25 alumnos por docente. Este nivel de educación agrupa adultos no equiparables a los niveles de enseñanza.
Si se compara con respecto a Buenos Aires, a excepción del nivel inicial y Otros, la Región Central también registró menor cantidad de alumnos por docente, observándose la mayor diferencia en el nivel primario.
Extendiendo una vez más el análisis a las regiones vecinas de los países limítrofes, el cuadro 12.5 indica que la Región Uruguay y Sur de Brasil alcanzó la mayor tasa de analfabetismo (7,5%) influenciado principalmente por las cifras registradas por la región Sur de Brasil.
Por otra parte, Buenos Aires y la Región Central de Chile poseen una tasa de analfabetismo del orden del 2,3% y del 2,6%. La Región Central Argentina se ubicó en una posición intermedia, aunque aún distante de la elevada cifra de Uruguay y Sur de Brasil.
Respecto a la Tasa Neta de Escolaridad Primarla, la Región Central Argentina y Buenos Aires mostraron mayores resultados que Uruguay y que la Región Central de Chile. En relación a la Tasa Neta de Escolaridad en el nivel de enseñanza secundaria, se destaca la Región Central de Chile.
12.4. Salud
En el cuadro 12.6 se expone la participación de la Región Central en los recursos aplicados al sector salud, en forma comparada con la provincia de Buenos Aires.
Se puede apreciar que el número de médicos y de establecimientos que concentran las 6 provincias asciende al 29% y al 32,9%, respectivamente. Si se relaciona con la proporción de población que acumulan (26%), se aprecia que poseen en términos relativos más recursos sanitarios.
En el cuadro 12.7 se confirma lo mencionado anteriormente, ya que tanto el número de médicos y de camas cada 1.000 habitantes como la cantidad de establecimientos con internación cada 100.000 habitantes es notoriamente superior a la registrada en el promedio país, y más aún en comparación con la provincia de Buenos Aires.
Mientras que en la Región Central durante 1992 existían 2,77 médicos por cada 1.000 habitantes, el país en promedio tenía 2,50 y la provincia de Buenos Aires sólo 1,62. Respecto a la dotación de camas por cada 1.000 habitantes, la Región Central tenía un 14% más que el país y un 36% más que la provincia de Buenos Aires.
En los establecimientos con internación la diferencia es aún mayor, siendo de 15,3 en la Región Central, de 9,4 en el país y de 6 en la provincia de Buenos Aires, es decir que el conjunto de 6 provincias posee 2 veces y media el número de establecimientos con internación por cada 100.000 habitantes que esta última jurisdicción.
Cabe aclarar que estas cifras estarían indicando una mayor cobertura sanitaria pero no necesariamente implicarían mejoras en la calidad de los servicios.
Finalmente en el cuadro 12.8 se observan los resultados obtenidos en los principales indicadores de la salud. La comparación de la Región Central resulta positiva en relación al país y a la provincia de Buenos Aires, ya que la esperanza de vida en la primera asciende a 72,3 años mientras que en las siguientes a 71,9 y a 72,1 años.
Lo mismo sucede con la tasa de mortalidad infantil, alcanzando al 18,1 % o en el conjunto de las 6 provincias en comparación al 20,9 % o registrado por las otras dos jurisdicciones incluidas en el estudio.
En el cuadro 12.8 se incluye también información sobre los casos notificados en 1995 sobre determinados problemas de salud, ya sea por enfermedades o accidentes.
A excepción del chagas, la proporción de casos notificados en estas 6 jurisdicciones han sido muy inferiores a la participación que las mismas poseen en la población total del país.
Si se relaciona la cantidad de recursos sanitarios per cápita con que cuenta la Región Central y el estado de salud de su población (medida a través de los indicadores expuestos), se podría inferir que un mayor número de estos recursos influyó favorablemente en la buena situación sanitaria de sus habitantes. Sin embargo, como ya fuera mencionado en el Balance de la Economía Argentina en 1997, éste no es el principal y único determinante de las mejoras en la salud.
En el cuadro 12.9 se concluye con el análisis social a nivel comparativo de las distintas regiones del corredor de negocios, exponiendo un conjunto de información relativa al sector salud.
Como se puede apreciar, tanto respecto a esperanza de vida como a tasa de mortalidad infantil, la región mejor posicionada es la central de Chile mientras que en el otro extremo se ubica Uruguay y el Sur de Brasil1.
La Región Central Argentina y Buenos Aires se encuentran en una posición intermedia, con 72,3 y 72,1 años de esperanza de vida. Sin embargo, en lo relativo a la tasa de mortalidad infantil, las cifras alcanzadas en 1995 fueron cercanas a la región compuesta por Uruguay y Sur de Brasil (19,6%o y 22,2% o, respectivamente).
Cabe destacar que la Región Central de Chile es la que cuenta con la menor cantidad de recursos aplicados al sector, con sólo 1,51 médicos y 2,15 camas por cada 1.000 habitantes, siendo la que mejores resultados obtuvo en cuanto a esperanza de vida y mortalidad infantil.
Esto reafirma lo mencionado en anteriores ediciones del Balance en relación a la necesidad de invertir en el mejoramiento de otros aspectos relativos al nivel de vida de la población y que influyen fuertemente en su estado sanitario, tales como las condiciones de la vivienda (piso de tierra, hacinamiento), el acceso a servicios sanitarios básicos (servicio de agua potable, desagüe cloacal) y el acceso a la educación, entre otros. Es en estos aspectos en los que se debe enfatizar para lograr una mejor calidad de vida de la población.
1 Tal como fue explicado en el Capítulo 8 del Balance de la Economía en 1998, en realidad Uruguay se encuentra en una situación más parecida a la de Ia Región Central, por lo tanto el promedio está notablemente influenciado por el Sur de Brasil.