Balance de la
Economía Argentina
EVOLUCI
EVOLUCIÓN Y PERSPECTIVAS DE LA ECONOMÍA PROVINCIAL
Teniendo en cuenta las estadísticas disponibles por jurisdicción provincial, confeccionadas y clasificadas con un criterio homogéneo por grandes rubrosseleccionados en el período 1988-1994, Ia provincia de Córdoba incrementó sus exportaciones de manufacturas de origen agropecuario un 63,7% contra un 49,9% a nivel nacional. Si la comparación se efectúa en términos de las manufacturas de origen industrial, el crecimiento fue del 222,4%, porcentaje que resulta dos veces y media superior al promedio del país, superando los valores correspondientes a las provincias de similar nivel de desarrollo económico. En las exportaciones totales, nuestra provincia también supera el promedio nacional, ventaja que se amplía en el período 1994-1996 de acuerdo a los valores proyectados en el presente trabajo que se incluyen en los capítulos referidos al comercio exterior.
Las estadisticas anteriores indican que globalmente Ia integración de la provincia a los mercados internacionales y especialmente al Mercosur fue más acelerada que en el resto del país, lo que se corrobora cuando el análisis se realiza en los sectores de actividad que generan más valor agregado.
Por otra parte, las inversiones realizadas durante los últimos cinco años también se destacaron por su volumen respecto al resto del interior del país, pero especialmente por estar dirigidas en su mayor parte hacia el sector de los bienes transables, aún cuando se las compara en términos relativos con la provincia de Buenos Aires.
En nuestro caso, el proceso de inversiones fue liderado por la industria metalmecánica, especialmente Ia rama automotriz y la industria de Ia alimentación con alto valor agregado, mientras que en el resto del país, al menos durante los primeros años del plan de convertibilidad, las principales inversiones se realizaron en las empresas de servicios públicos cuya producción estaba destinada al consumo interno.
Este cambio en la orientación de Ia demanda hacia los mercados externos y en la estructura de la oferta modificada por las inversiones, comenzó a delinear una nueva organización económica en Ia región, sostenida por su propia inercia, preanunciando modificaciones aún más profundas en el futuro.
Al principio, para algunos responsables de Ia administración pública y privada, el fenómeno observado no resultaba significativo a Ia luz de los enormes problemas pendientes en la administración de Ia economía argentina y las fuertes fluctuaciones cíclicas del pasado. A tal punto esa percepción estaba arraigada en las actitudes de los mismos, que apostaron a la licuación de los pasivos acumulados, esperando Ia fuerte transferencia de recursos que caracterizó el desenlace de las crisis anteriores. Hoy puede decirse, casi con certeza, que son cada vez menos los que no comprenden las características del actual proceso económico, aunque para quienes no percibieron el cambio probablemente ya sea demasiado tarde y los daños ocasionados por los errores se paguen inexorablemente.
El impacto de las modificaciones en el entorno sobre la organización de las empresas afectó sus estructuras y los procedimientos de conducción, como así también el perfil del liderazgo empresario y el enfoque de las estrategias elegidas.
Con el cambio tecnológico aparecieron nuevos negocios, participando de los mismos numerosas empresas extranjeras, pero también empresarios locales que supieron distinguir las ventajas comparativas de Ia región, adelantándose a sus competidores en un contexto de apertura y desregulación de las actividades.
Desde ese punto de vista, opuesto al de aquellos que restaron importancia al cambio, algunos analistas exageraron el impacto del mismo, subestimando Ia capacidad de adaptación de un importante grupo de empresarios cordobeses en sectores tales como el comercio, la banca y Ia industria de Ia alimentación, que no solo sobrevivieron a pesar de la competencia de las empresas extranjeras, sino que comenzaron a expandirse en otras provincias o en los países vecinos, fenómeno que sería deseable ampliar y consolidar en el futuro.
La evolución del sistema económico también tuvo importantes consecuencias sobre la productividad sectorial. Si bien no se cuenta con estadísticas actualizadas a nivel de las provincias a juzgar por algunos estudios1 el volumen físico industrial producido por obrero ocupado en Córdoba fue similar al aumento del 52% observado en el país entre 1990 y 1996. Este procesos de inversiones y exportaciones que comenzó a cambiar la estructura productiva y la forma de crecimiento de la provincia no fue acompañado por un aumento en la productividad de los servicios brindados por el sector público provincial ni por el desarrollo de la infraestructura física y social necesaria.
Es más, si se considera que desde 1990 a 1994 Ia economía provincial creció un 33% mientras que los gastos corrientes del gobierno Io hicieron en un 95% en términos reales2, la productividad por empleado público o por hora trabajada seguramente cayó en forma sustancial en la mayoría de los servicios, a juzgar tanto por el escaso crecimiento en el número de prestaciones como por la calidad de las mismas. Los niveles de costo salarial en términos del valor de la productividad de los mismos se ubicaron sustancialmente por encima de los correspondientes al sector privado.
1 Ver “Evolución y perspectivas del sector automotriz y autopartista", Serie de Estudios Sectoriales Nro. 6, Instituto de Investigaciones Económico-financieras, Bolsa de Comercio de Córdoba, noviembre 1996.
2 Con el agravante que los gastos operativos y de personal aumentaron aún más que el promedio.
Como consecuencia de las distorsiones señaladas, el déficit fiscal y el endeudamiento del gobierno de la provincia alcanzaron niveles insostenibles, alguno de cuyos efectos fueron neutralizados transitoriamente con la promulgación de la Ley de Emergencia. Es inviable regresar a la situación que prevalecía con anterioridad a dicha ley por lo que no resulta extraño que Ia misma se prorrogue hasta tanto se adopten las medidas estructurales que corresponden.
A pesar de la difícil situación que se enfrentaba, el gobierno provincial comenzó a salir lentamente de la crisis financiera de 1995 mediante el ajuste fiscal y el financiamiento de Ia deuda estipulados en Ia Ley de Emergencia. Por primera vez en quince años se inició un cambio de tendencia que pretende priorizar los gastos decapital sobre aquellos necesarios para sostener Ia actual administración.
Simultáneamente se inició un intenso ajuste fiscal caracterizado por Ia disminución del número de los empleados públicos y de las estructuras jerárquicas, Ia reducción de la jornada laboral y de los salarios, el ajuste del Sistema de Pensiones de la Provincia y Ia reconfiguración de la deuda.
En cuanto a las reformas estructurales se modificó la coparticipación de ingresos con las Municipalidades y se eliminó el impuesto a los ingresos brutos a nivel de Ia producción primaria, actividades manufactureras y servicios financieros. Adicionalmente se efectuaron distintas transferencias de servicios a las Municipalidades y Ia concesión de algunas usinas térmicas de EPEC.
En materia de información y a los fines de complementar el diagnóstico efectuado por Ia propia administración del Dr. Ramón Mestre, se solicitó un análisis sobre la situación del sector público de Ia provincia a una misión del Banco Mundial, llevada a cabo en octubre de 1995 y reiterada en forma más reducida en abril de 1996.
Lamentablemente no se avanzó más allá de esa iniciativa, tratando de mejorar Ia información generada por el sector público provincial y el procesamiento de la misma, especialmente en los aspectos fiscales y de endeudamiento.
En cuanto a las privatizaciones, el gobernador reiteró Ia intención de mantener gran parte de las empresas públicas bajo Ia orbita estatal, incluyendo el Sistema Previsional de la provincia. Por otra parte, no se avanzó en el proceso de desregulación de las actividades económicas, a pesar de haber firmado el Pacto Fiscal, aspecto en el que las demás provincias han mostrado igualmente pocos avances.
EI informe del Banco Mundial recomienda un conjunto de reformas de corto y largo plazo sobre la base de redefinir el papel del sector público como proveedor de bienes sociales accesibles y garante del crecimiento económico, que será posible alcanzar fortaleciendo en primer término las finanzas públicas y aumentando la eficiencia del gasto.
Si bien a nuestro criterio existen diferencias entre las recomendaciones del Banco Mundial y las intenciones de gobierno de Ia administración del Dr. Mestre incluidas en su plataforma electoral, pueden destacarse un amplio conjunto de objetivos que podrían considerarse comunes a ambos enfoques, principalmente en Io que se refiere a lograr niveles de equilibrio fiscal y eficiencia en la recaudación y el gasto. Sin embargo Ia principal dificultad reside en como implementar los programas que permitan alcanzar esos objetivos lo más pronto posible, cuando se tiene un número importante de restricciones.
Por ejemplo, el gobierno debería preguntarse cual es el beneficio de utilizar el Banco de la Provincia de Córdoba como instrumento de la política económica y social cuando para lograrlo necesita desviar importantes fondos públicos en un momento en que se está produciendo un proceso de concentración bancaria que tiene muy escasas posibilidades de revertirse.
La respuesta a este interrogante debería estar en función de las prioridades de la función pública, en especial cuando se brindan ciertos servicios en los cuales el Estado cumple un papel esencial y no tiene sustitutos.
Tal es el caso de los esfuerzos por combatir el desempleo y Ia pobreza en nuestra provincia, que se agravaron a partir de Ia crisis iniciada hacia fines de 1994, en un contexto de alta evasión impositiva, agudo debilitamiento de las funciones que debería cumplir el sector público, serias distorsiones en el mercado laboral y carencia de iniciativas conjuntas entre el sector público y privado para asumir mayores responsabilidades Tal como se explica en el capítulo Il.8 es probable que nuestra provincia se encuentre en vísperas de un nuevo escenario, donde la colaboración del sector público y privado pueda otorgar ciertas respuestas a los actuales interrogantes.
Ese escenario se caracterizará, entre otros aspectos, por las oportunidades que está comenzando a brindar la integración de la región central del país en Ia zona del Mercosur, con mejores posibilidades de desarrollo, o sea en lo que se define como "corredor de negocios" en el capítulo referido a comercio exterior.
Encontrarse geográficamente en una posición central respecto a Santiago de Chile como polo de desarrollo de Ia región del Pacífico y el triángulo San Pablo, Belo Horizonte y Río de Janeiro sobre el Atlántico, tiene notables ventajas desde el punto de vista del desarrollo económico, especialmente si es posible diferenciarse con características propias como una región alternativa a la provincia de Buenos Aires dentro del territorio argentino.
Tal como será explicado en el próximo capítulo una región central constituida por Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos mantiene su posición mediterránea sin perder Ia salida hacia el océano Atlántico a través de la hidrovía Paraná-Paraguay, que a su vez es la puerta de entrada por el medio de transporte de más bajo costo hacia Ia región central del continente latinoamericano.