Balance de la
Economía Argentina



NDICE DE COMPETITIVIDAD PROVINCIAL

CAPÍTULO 14: ÍNDICE DE COMPETITIVIDAD PROVINCIAL

 

La competitividad de una determinada región es la capacidad o potencial de su sistema económico para alcanzar sostenidamente en el tiempo mayores niveles de ingreso per cápita asegurando una mayor calidad de vida a su población. El Indice de Competitividad Provincial construido por un grupo de investigadores del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba intenta reflejar dicho fenómeno de manera sintética, y con ello proporcionar una base para recomendar medidas tendientes a lograr que las economías de cada jurisdicción progresen de forma sostenida y equilibrada.

14.1 La competitividad

Definir el concepto de competitividad no es una cuestión simple. Cualquier definición que se proponga debe captar la esencia multidimensional y el carácter holístico del concepto, así como la idea de un proceso que debe ser sostenido en el tiempo.

La competitividad a nivel nacional, puede entenderse como la capacidad del ambiente económico e institucional de un país para lograr un desarrollo económico sustentable y crecientemente equitativo, elevando el nivel de bienestar de su población. Este concepto no se limita al crecimiento económico definido como el aumento sostenido de la producción del país, sino que da un paso adelante, apuntando a que los beneficios de esa mayor producción se distribuyan equitativamente entre sus habitantes, permitiéndoles mejorar su calidad de vida.

Este objetivo se puede alcanzar desarrollando actividades productivas que den lugar a incrementos de la productividad, aprovechando las ventajas comparativas estáticas y dinámicas, dentro  de un marco de eficiencia que permita explotar al máximo el potencial de la economía. Es decir, las actividades productivas que se lleven a cabo deben reconocer los recursos específicos que se poseen y utilizarlos en la producción de manera eficiente; esto derivará en mayores retribuciones para todos los factores empleados en la producción y fomentará el descubrimiento y desarrollo de nuevos recursos, incrementando el potencial del país.

Siguiendo esta línea de pensamiento, queda claro por qué se debe abordar el tema de la competitividad como un proceso sostenible en el tiempo, con una visión de largo plazo, y no desde una perspectiva coyuntural.

En este contexto, la participación del sector público tiene una importancia central. Se requiere que todos los niveles de gobierno adopten políticas tendientes a crear el ambiente propicio para que las firmas existentes puedan crecer en un contexto de competencia, y a la vez, fomentar el desarrollo de actividades y negocios que atraigan nuevos emprendimientos. Sin lugar a dudas, la aplicación de estas políticas redundará en un mayor crecimiento del país y fortalecerá las bases de su competitividad.

Tener en cuenta todas las implicancias del concepto de competitividad, así como la importancia de las recomendaciones que surgen de la medición y la comparación internacional, es una cuestión particularmente relevante para Argentina, especialmente en la coyuntura actual, con un exceso de capacidad agotado y con cuellos de botella en determinados sectores, que podrían obstaculizar el objetivo de desarrollo económico sustentable y crecientemente equitativo.

14.1.1 La competitividad a nivel subnacional

Diversos países han logrado captar la importancia que tiene el desarrollo regional para alcanzar la meta de crecimiento sostenido a escala agregada. De esta forma, se ha trasladado el estudio de la competitividad nacional al ámbito regional, donde es posible gestionar de la mejor manera los problemas y sinergias microeconómicas.

El presente capítulo se inserta en ese marco, definiendo como unidades de estudio a las provincias argentinas. Teniendo en cuenta la realidad que enfrenta hoy Argentina y, sobre la base de los estudios realizados sobre competitividad regional, se adopta la siguiente definición:

"La competitividad es la capacidad o potencial del sistema económico de una determinada región para alcanzar mayores niveles de ingreso per cápita de manera sostenida".1

 Esta definición pone énfasis en tres aspectos. El primero, es que la competitividad hace referencia a la "capacidad o potencial" que tiene una economía regional, la cual se fundamenta en sus recursos estratégicos (empresas, infraestructura, recursos humanos y naturales, innovación, ciencia y tecnología, gobierno, etc.), que no sólo condicionan su desempeño, sino también el de la economía del país como un todo.

El segundo aspecto es la concepción sistémica de la economía regional y de la competitividad. Se analizan las provincias argentinas entendidas como un sistema económico, social, cultural, ambiental y político, sus agentes y recursos, así como las relaciones que se dan entre ellos en el proceso productivo.

Por último, se considera la capacidad del sistema productivo regional de generar mayores niveles de ingresos para sus habitantes de manera sostenida. Es de esperar, que un aumento del ingreso de los habitantes a lo largo del tiempo contribuya al bienestar y al desarrollo de la región.

En resumen, la competitividad no sólo apunta al desarrollo del sector empresarial de una región o país, sino también a otros aspectos: el desarrollo económico, la calidad de vida de los habitantes, el nivel tecnológico, la calidad de los medios de comunicación y transporte, entre otros. Todos estos aspectos son de gran importancia en la determinación de la capacidad de una región o país para lograr el desarrollo económico, social e institucional.

La consideración conjunta de dichos elementos en el proceso de desarrollo hacen de la competitividad un concepto holístico; la competitividad de una región o un país como un todo es mayor a la suma de la competitividad que adquieren los sectores en forma separada. En resumen, la competitividad es el producto de interacciones complejas y dinámicas entre el Estado, las empresas, las instituciones intermediarias y la capacidad organizativa de una sociedad.


1 Informe "Índice de Competitividad Regional 2003", Subsecretaría de Desarrollo Regional de Chile (SUBDERE).


 14.1.2 Índice de Competitividad Provincial

La elaboración de un Índice de Competitividad Provincial (ICP) permitirá ordenar a las provincias de acuerdo a su nivel de competitividad a los fines de realizar comparaciones, evaluando la brecha que existe entre las mismas en cuanto a su potencialidad para lograr el objetivo del desarrollo. A su vez dará una idea de cómo avanza una provincia respecto a otra, y contribuirá así a determinar los factores que influyen en la competitividad de cada una de ellas. Adicionalmente proporcionará una base para recomendar medidas tendientes a mejorar sus posiciones relativas, con el objeto de lograr que la economía progrese de forma sostenida y equilibrada. Esta característica se debe a que el Índice permite reflejar las debilidades y fortalezas que poseen cada una de ellas, pudiendo de esa forma atacar las primeras y reforzar las segundas mediante la elaboración de planes estratégicos.

La construcción de una medida resumen que refleje el nivel de competitividad de las distintas provincias requiere establecer una metodología que sirva como guía.

El Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba ha construido el Índice para Argentina, con una metodología similar a la que utiliza desde hace casi 10 años el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) de Chile, para construir el Índice de Competitividad Regional (ICR). El índice del INE resume las fuentes de la competitividad a siete factores: Factor Recursos Naturales, Factor Personas, Factor Empresas, Factor Infraestructura, Factor Gobierno, Factor Innovación, Ciencia y Tecnología y Factor Resultados Económicos.

El Índice de Competitividad Provincial (ICP) para Argentina sigue la misma lógica, considerando los mismos siete factores, si bien en el Factor Recursos Naturales se incorporan variables para medir la sustentabilidad del uso del medio ambiente, con lo cual a dicho factor se le denomina Factor Recursos Naturales y Medio Ambiente.

Es importante remarcar que el ICP, al igual que el ICR de Chile, tiene como propósito fundamental establecer las características estructurales que determinan la competitividad de cada jurisdicción en un momento y su evolución en el tiempo, prescindiendo del nivel de detalle que requeriría el análisis económico orientado a la formulación de programas específicos. La intención del índice es hacer hincapié en el todo más que en las partes, por lo cual el proceso de agregación de la información debe ser cuidadosamente definido.

La información ofrecida por cada variable tiene su origen tanto en fuentes secundarias, como en fuentes primarias. Esta última, más precisamente, consiste en información obtenida a través de encuestas de percepción a empresarios de todas y cada una de las provincias.

El trabajo para la construcción del Indice de Competitividad Provincial comenzó a mediados del año pasado y ha sido concluido a mediados de este año. En el Balance de la Economía Argentina 2006, en su Capítulo 12, se expone la base sobre la cual se construye el ICP y, al mismo tiempo, se exhiben los resultados para las variables con las que, en aquel entonces, ya se contaba con información.

A continuación se expone brevemente la metodología seguida para la construcción del Índice. Luego se examinan en detalle los resultados obtenidos para cada uno de los siete factores. Con ello, y dada la similitud del ICP con el ICR chileno, se realiza una comparación de los resultados. Posteriormente se analiza la metodología seguida para la elaboración de las encuestas y algunos resultados relevantes que surgen de ellas. A posteriori, se presentan los resultados globales del ICP. Para finalizar, se realiza un análisis de sensibilidad del ICP ante cambios en la importancia que se le otorga a cada variable y cada factor en la construcción del índice.

14.2 El ICP

14.2.1 Construcción del Índice y metodología

Para medir la capacidad que poseen las provincias para generar un crecimiento sostenido del ingreso per cápita, el ICP resume la información provista por los siete factores antes citados. Cada factor del índice está constituido por un conjunto de variables que reflejan el estado de dicho aspecto. En total, las variables ascienden a 72, de las cuales 56 son de tipo cuantitativo y 16 son de tipo cualitativo. Las del primer tipo son obtenidas de fuentes secundarias y las segundas provienen de la encuesta realizada a empresarios.

Las variables presentan una gran diversidad de escala y metodología de construcción. Es por ello que para homogeneizar su magnitud y unidad de medida se estableció un procedimiento de estandarización de la información. La misma permitirá llevar a todas las variables a una graduación única y común que varía entre 0 y 1. El valor cero indica que la provincia tiene el peor desempeño en la variable analizada, mientras que el valor uno muestra lo contrario.

Una vez homogeneizada cada una de las variables, se continúa con la construcción del índice, lo cual consiste en los siguientes dos pasos:

1. Se elabora cada factor a través de una suma ponderada de las variables que los representan, donde las ponderaciones intentan reflejar la importancia de cada una de las variables dentro del factor. Esto es,

 Ff = Σwi Zi

Donde: Ff indica el factor; wi representa el peso que tiene cada variable para la competitividad y Zi es la variable ya estandarizada.

2. Se obtiene la suma de los factores, cuyo resultado deriva en el Índice de Competitividad:

ICP = FG + F1 + FP + FE + FRNyMA + FICyT + FRE

Donde: ICP es el Índice de Competitividad Provincial, FG el Factor Gobierno, FI el Factor Infraestructura, FP el Factor Personas, FE el Factor Empresas, FRNyMA el Factor Recursos Naturales y Medio Ambiente, FICyT el Factor Innovación, Ciencia y Tecnología y FRE el Factor Resultados Económicos.

La agregación propuesta en este segundo paso le otorga a cada uno de los factores una ponderación equivalente sobre el total, lo cual le confiere el mismo grado de importancia a la información que resume cada factor. Este aspecto es discutible, pues se podrían proponer maneras distintas de agregación que le otorguen mayor participación a determinados factores en detrimento de los restantes; quienes proponen esto consideran que el índice de competitividad depende en mayor medida de determinados factores. Esta posibilidad, y sus consecuencias, será analizada en la sección 14.5.

14.2.2 Factores y sus resultados2

En este inciso se definen los aspectos de la realidad provincial que cada factor intenta captar y, simultáneamente, se analizan los resultados para las 23 provincias argentinas y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


2 En el Anexo A14.1 se encuentra una lista detallada de las variables que componen cada uno de los factores y las ponderaciones utilizadas en la construcción del ICP.


 14.2.2.1 Factor Personas

Los individuos que habitan una determinada región y las capacidades que poseen, son elementos esenciales en el proceso de desarrollo. La población de una provincia es el sustento de su competitividad, ya que representa el factor productivo fundamental de toda actividad económica; al mismo tiempo que es la receptora de los beneficios derivados de una mayor competitividad.

La competitividad está influida directamente por la productividad de los factores. Las personas son un factor fundamental en el proceso económico, y tanto su dotación como sus capacidades potencian o limitan los niveles de productividad en las actividades económicas. Tal como establece la teoría del crecimiento, mientras mayor sea la dotación de un factor, mayor será la producción y los ingresos y, por tanto, la competitividad de la provincia.

Un incremento en las capacidades de los individuos puede lograrse con entrenamiento, educación formal y experiencia, pero esto es sólo el principio. El capital humano, considerado como el aumento en la productividad del trabajo logrado a través de mejoras en las capacidades de las personas, es resultado de un conjunto de aspectos más profundos que se encuentran interrelacionados.

Es evidente que una persona bien desarrollada física, mental y socialmente está en mejores condiciones para llevar a cabo actividades laborales y de aprendizaje. Así, los niveles de calorías que ingiere un niño desde su nacimiento, su salud y los afectos y cuidados recibidos durante su crecimiento determinan sus niveles de aprendizaje escolar, como así también sus competencias profesionales. La vida en la indigencia y la pobreza afectan críticamente el potencial de desarrollo laboral de un individuo y, por consiguiente, las posibilidades de progreso económico de su provincia. Siguiendo este argumento, es de vital importancia la inversión en capital humano, alimentación, educación, salud, formación profesional y protección social.

El factor personas intenta medir todos estos aspectos que influyen sobre la capacidad productiva de los habitantes de una jurisdicción particular. Para ello incorpora doce variables, de las cuales once resumen la realidad educativa, sanitaria, laboral y de indigencia en la sociedad provincial.

La restante variable proviene de la encuesta de percepción a empresarios, e intenta captar el compromiso ético y moral de los ciudadanos respecto a los procesos institucionales y de organización social que afectan al proceso productivo.

14.2.2.1.1 Resultados del Factor Personas

El desempeño de las distintas provincias en este factor es altamente irregular. Es significativa la diferencia entre los valores extremos obtenidos. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se muestra primera en el ranking por amplia diferencia, mientras que las provincias de Corrientes, Misiones, Formosa y Chaco muestran resultados muy pobres. Al mismo tiempo, cabe destacar el buen posicionamiento de Tierra del Fuego, Santa Cruz y La Pampa.

CABA obtiene el primerlugar debido a que muestra resultados sobresalientes  en las variables obtenidas de fuentes secundarias. En el ámbito educación, CABA se encuentra primera en escolaridad media de los trabajadores, y en personas con educación media completa y personas con educación superior completa. En lo que respecta a mano de obra disponible en la jurisdicción (tasa de actividad), se posiciona en primer lugar, junto a Santa Fe, con aproximadamente un valor para la misma igual a 54%. En el ámbito salud también muestra una performance destacada, con una cantidad considerablemente mayor de médicos por habitante que el resto de las provincias, el menor porcentaje de población no cubierta con obra social o plan médico y con la menor mortalidad por causas externas (accidentes, suicidios u homicidios) del país. Además, es relevante destacar que CABA se encuentra tercera entre las jurisdicciones con menor porcentaje de personas bajo la línea de indigencia, variable que posee la mayor ponderación en la construcción del factor Personas. La peor performance de CABA se da en la variable de percepción obtenida de la encuesta a los empresarios. Ocupa la vigésima segunda posición en el grado de compromiso moral y ético de los ciudadanos.

Santa Cruz y Tierra del Fuego obtienen una alta performance basada en los menores porcentajes de personas bajo la línea de indigencia del país. Si bien ambas provincias no logran el liderazgo en los restantes ámbitos que componen al factor Personas, siempre se posicionan en los primeros puestos.

Las malas posiciones de Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa se explican por bajos indicadores en todos los ámbitos. Su debilidad en el ámbito Educación queda al descubierto por los peores resultados en las pruebas de lengua y matemática (ONE3) y el hecho de que poseen los menores porcentajes de personas con educación superior completa por habitante mayor a 15 años. Así, por ejemplo, Misiones ocupa la última posición en la variable porcentaje de respuestas correctas de matemática y lengua (ONE) y en la escolaridad promedio de los habitantes (medida en años).

En el ámbito salud, se repite la mala performance relativa de este grupo de provincias respecto al resto de las jurisdicciones argentinas, señalado por tener los mayores niveles de cantidad de años de vida potencial perdidos, mayores porcentajes de personas no cubiertas con obra social o plan médico y menor cantidad de médicos por habitante. En lo que respecta al ámbito trabajo, estas provincias poseen las menores tasas de actividad del país y se sitúan en los últimos puestos de la variable escolaridad promedio de los trabajadores. El alto nivel de pobreza en la región, también juega su parte, especialmente en Chaco y Formosa, las cuales poseen respectivamente la más alta y la cuarta tasa de indigencia más elevada del país.


3 Operativo Nacional de Evaluación.


 14.2.2.2 Factor Empresas

Las empresas son una pieza clave en el funcionamiento de las economías de mercado. El sector empresario es el motor microeconómico de la competitividad. El funcionamiento de las empresas está vinculado tanto a factores internos, como a factores externos a las mismas. Entre los factores internos se puede citar la capacidad de gestión, la capacidad de innovación y las prácticas de producción, de comercialización y de desarrollo, entre otros. Los factores externos provienen del entorno donde se desarrollan los negocios; son fenómenos no controlados por las empresas que dependen de acciones que apoyan (o no) al esfuerzo de las firmas y de la realidad macro determinada por las políticas del gobierno.

Debe tenerse en cuenta que las empresas necesitan fondos para llevar a cabo sus políticas de producción e inversión. Si bien en determinados casos provienen de fuente propia, las empresas necesitan tener acceso al crédito para lograr una mejor respuesta a las cambiantes condiciones de los mercados; está claro que el sector financiero juega un rol crucial para el desarrollo de los negocios.

En lo que respecta a la medición del aporte que las empresas hacen a la competitividad de las provincias, el ICP pretende resumir la eficiencia en el uso del factor trabajo en todos sus niveles y las posibilidades de mejorarla a través de la productividad, el apoyo al aparato productivo por parte del sector financiero a través del acceso al crédito que poseen las firmas y la percepción que los empresarios tienen sobre el funcionamiento del mercado en sus respectivas jurisdicciones.

14.2.2.2.1 Resultados del Factor Empresas

Los resultados para este factor muestran un desempeño similar en las 20 provincias intermedias, en tanto que las dos provincias de cada extremo están fuertemente diferenciadas. Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Tierra del Fuego gozan de un nivel sobresaliente en este factor, con desempeños muy por encima del conjunto intermedio, mientras que Formosa y Misiones están marcadamente por debajo del nivel de dicho conjunto. Obsérvese en el Cuadro 14.2 la diferencia existente entre CABA, jurisdicción líder, y Santa Fe, provincia tercera en el ranking y líder del bloque homogéneo intermedio; lo mismo entre Corrientes, provincia que finaliza el bloque homogéneo intermedio, y Misiones, la última provincia en el ranking.

CABA posee los mejores indicadores incluidos en el ámbito financiero (mayor número de filiales bancarias per cápita, mayor porcentaje de préstamos y de depósitos respecto al total nacional). Allí también se radica el mayor número de locales de producción de bienes y servicios por habitante y la productividad media del trabajo es la más alta del país, aunque es importante resaltar el hecho de que la tasa de crecimiento promedio de dicha productividad es una de las más bajas del país (puesto 20). Con respecto a las variables de percepción hay que señalar que CABA se ubica primera en nivel de competencia en los mercados y en nivel gerencial, mientras que ocupa el segundo lugar en la variable que refleja la importancia que se le da a la capacitación del personal en la provincia.

Tierra del Fuego basa su buen posicionamiento en una elevada productividad media del trabajo, presentando la tasa de crecimiento promedio de la productividad media del trabajo más alta del país.

Contrario a la realidad de las anteriores jurisdicciones, Formosa y Misiones tienen un desempeño bajo en los tres ámbitos que componen el factor Empresas: productividad, sector financiero y cantidad de empresas. Adicionalmente, las mismas ocupan los últimos puestos de las variables de percepción (por ejemplo, Formosa se ubica última en lo que se refiere a visión de los empresarios acerca del "nivel de competencia en los mercados", mientras que Misiones lo hace en la variable "existencia de mercado potencial"). Por lo tanto, hay que destacar que el ambiente de estas provincias no resulta ser el más propicio para el desarrollo de los negocios, pero sí lo es para el desarrollo de un plan estratégico que mejore las condiciones de competitividad.

14.2.2.3 Factor Gobierno

Las instituciones de carácter público de una jurisdicción juegan un rol fundamental dentro de su estructura económica. La Constitución Nacional Argentina (en los artículos 1º, 5º, 121º a 125º) establece una estructura de gobierno descentralizada, particionando al territorio nacional en 24 jurisdicciones y asignándoles a los gobiernos de las mismas responsabilidades para decidir políticas de gastos e impuestos.

En este sentido, cada gobierno subnacional puede influir con sus políticas de manera positiva o negativa en la calidad del ambiente económico, según el nivel de eficiencia con que cumpla sus funciones. Un ambiente favorable para los negocios permite un desarrollo sostenido de las actividades de consumo y producción, y con ésta el aumento de la productividad.

Las vías a través de las cuales las instituciones públicas generan ganancias o pérdidas de competitividad son numerosas, aunque pueden resumirse a dos dimensiones. En primer lugar, la existencia de un sistema jurídico legal estable y respetado disminuye los riesgos de incumplimiento de contratos, lo que aumenta los incentivos empresarios para realizar inversiones a largo plazo en infraestructura o para asimilar nuevas tecnologías. En línea con esto, si el ambiente institucional es saludable, el sistema financiero desarrolla su máximo potencial como prestamista de fondos para inversiones. En segundo lugar, el gobierno provincial tiene la responsabilidad de proveer servicios públicos con fuertes externalidades positivas para la sociedad. Los recursos absorbidos para proveer estos servicios dejan de estar disponibles para ser asignados por el sector privado, ya sea a inversión, consumo o producción, por lo que un manejo eficiente y transparente de las instituciones fiscales acrecienta la competitividad de la jurisdicción.

El factor Gobierno intenta resumir los aspectos que elevan la eficiencia en la administración gubernamental, entre ellos: la transparencia, la implementación de presupuestos públicos, las reglas y procedimientos mediante los cuales estos se elaboran, la buena asignación del gasto y la ausencia de déficit fiscales insostenibles o de comportamientos procíclicos del mismo. Asimismo, intenta captar la cantidad y la calidad de gasto destinado a rubros que son considerados importantes para la creación de un entorno propicio para el desarrollo de actividades económicas rentables (en un sentido amplio: social y económico). Parte de esta información proviene de la encuesta de percepción a los empresarios.

14.2.2.3.1 Resultados del Factor Gobierno

Las Provincias que sobresalen en desempeño son San Luis y La Pampa, aunque no es muy marcada la diferencia con respecto a las demás. Las provincias más rezagadas son Neuquén, Río Negro y Tierra del Fuego.

San Luis tiene el mejor resultado debido a que es la provincia con menor stock de deuda per cápita, sumado a que posee un nivel de efectividad en la recaudación impositiva muy elevada. Además, es la segunda provincia con mayor proporción del gasto total en servicios de seguridad, sociales y económicos, debido a la magnitud del gasto en trabajo (componente del rubro gasto en servicios sociales)4. En las variables de percepción provenientes de la encuesta a empresarios, San Luis se encuentra siempre entre las 6 primeras provincias. Quizá la única excepción al buen comportamiento de esta jurisdicción en las variables del Factor Gobierno sea la elevada presión fiscal; sin embargo, ésta no alcanza para neutralizar los buenos resultados de los otros indicadores. Por último, pero no menos importante, el nivel de delincuencia en San Luis estuvo muy por debajo respecto al nivel observado en la mayoría de las jurisdicciones argentinas (esta variable fue considerada como la más importante dentro del factor Gobierno, es decir, posee la mayor ponderación).

La Pampa se posiciona en el segundo lugar. Sin embargo, su desempeño es tan sobresaliente como el de San Luis. Esto se debe en gran medida a que esta provincia es la que mayor porcentaje de participación en elecciones presidenciales ha tenido (87% promedio entre 1983 y 2003) y es la cuarta jurisdicción con menor stock de deuda pública per cápita. Adicionalmente, obtiene el mejor desempeño en los indicadores de percepción de los empresarios (primera en calidad de los servicios prestados por el gobierno y segunda en apoyo del gobierno a actividades productivas, en calidad del gobierno y en eficiencia de la justicia).

En lo que respecta a las provincias con peor desempeño, Tierra del Fuego posee una de las deudas públicas provinciales per cápita más altas. Asimismo, la efectividad en la recaudación impositiva es de las más bajas del país. Además, cabe señalar que esta provincia es la que mayor porcentaje de la masa coparticipable de impuestos recibe (9,71% en el año 2005) lo que evidencia una alta dependencia respecto al Gobierno Central. Otro factor que contribuye al mal posicionamiento de la provincia es la tasa de participación en elecciones presidenciales, siendo la tercera más baja. En los indicadores de percepción, Tierra del Fuego ocupa la última posición en la variable calidad del gobierno (en lo referente a autonomía, honestidad y transparencia), según la percepción de los empresarios. Igualmente, en las demás variables de percepción provenientes de la encuesta, el comportamiento de esta jurisdicción no escapa al patrón medio-bajo (mitad inferior del ordenamiento).

Córdoba ocupa una posición intermedia-baja en el ranking, situación que refleja su ubicación en el ordenamiento de la mayoría de las variables. Por el contrario, en sólo dos de ellas se destaca su performance: positiva en el caso de la tasa de efectividad ya que es la tercera del país, después de CABA y Santa Fe; negativa en el caso de la proporción del gasto en servicios de seguridad, sociales y económicos respecto al total, ya que es uno de los más bajos del país (ocupa la posición número 21). Asimismo, la percepción de los empresarios cordobeses acerca del gobierno es de regular a mala, ubicándose la provincia siempre entre los últimos siete puestos en lo que se refiere a apoyo del gobierno a actividades productivas, calidad del gobierno, calidad de los servicios prestados y eficiencia de la justicia.


4 Cabe destacar que parte del gasto en trabajo se destina al Plan Inclusión Social. Para dimensionar la magnitud del mismo, basta conocer que en junio del 2006, 32.000 personas pertenecian al mismo, lo que equivale a un 12,6% de la población estimada entre 15-64 años. Este se creó en el año 2003 con el objetivo de dar trabajo a los desocupados y subocupados, cubriendo la totalidad del territorio provincial.


 14.2.2.4 Factor Infraestructura

La infraestructura de una sociedad forma las bases sobre las cuales se asientan las actividades de los seres humanos, interactuando ambas y modificándose mutuamente. En su concepción amplia, la infraestructura está compuesta por la infraestructura económica, la infraestructura de comunicaciones y la infraestructura relacionada con la vivienda. 

 Las actividades productivas se vuelven más dinámicas y eficientes en entornos que cuentan con vías de transporte adecuadas, canales de comunicación veloces y condiciones de vida aceptables para su población. Sin lugar a dudas que una infraestructura adecuada no es una condición suficiente para el desarrollo; sin embargo, no quedan dudas de que es una condición sumamente necesaria. 

La conexión terrestre, fluvial y aérea influye positivamente en la competitividad de una provincia. Una buena conectividad disminuye los costos de transporte para las personas y los bienes. Las firmas, que son células de vital importancia en la formación de la competitividad, son claramente beneficiadas. Estas obtienen acceso a nuevos recursos (humanos y naturales), su traslado más eficiente, y las posibilidades de generar innovaciones sobre la base de ellos son mayores. Un alto nivel de interconexión fortalece las articulaciones sectoriales y regionales, permitiendo explotar las potenciales economías de escala y alcance en determinadas industrias.

Otra dimensión sumamente relevante para la infraestructura económica de una provincia tiene que ver con su capacidad de generación de energía. La misma estará mostrando, por un lado, su estructura de producción y, por otro, su potencial de consumo, lo cual también refleja, en última instancia, características de tamaño y nivel de infraestructura (el mayor consumo estará asociado, en general, a un mayor nivel de actividad).

Es innegable la importancia crucial de las comunicaciones en el avance de la sociedad a través del tiempo. En la actualidad los diferentes medios de comunicación son esenciales para la vida de las personas, y esto se potencia si se considera el ámbito empresarial, de negocios, o los niveles de gobierno. La inclusión de este aspecto como determinante de la competitividad es fundamental.

Dentro del ámbito de la infraestructura de vivienda, se considera el acceso que las personas tienen a determinadas prestaciones básicas (servicio de agua potable, cloacas), y el nivel de hacinamiento. La importancia de estos aspectos con respecto a la competitividad radica en que son cruciales para conformar un entorno saludable para el desempeño de las actividades humanas.

El Índice de Competitividad Provincial busca recoger los elementos fundamentales de la infraestructura provincial a través de nueve variables obtenidas de fuentes secundarias y un indicador de percepción de calidad de la infraestructura, proveniente de la encuesta a empresarios.

14.2.2.4.1 Resultados del Factor Infraestructura

Al analizar los resultados para este factor, se observa una marcada desigualdad para el conjunto de provincias. Puede encontrarse un sesgo a mejores resultados en la zona sur de Argentina, aunque las tres primeras posiciones se hallan dispersas entre CABA, Tierra del Fuego y Neuquén. A diferencia del sur, el norte concentra las últimas posiciones. Así, por ejemplo, Chaco, Formosa y Santiago del Estero se ubican en los últimos tres puestos, "rodeadas" por provincias con niveles bajos de infraestructura.

 CABA posee el primer lugar en siete de las diez variables consideradas dentro del Factor. Lidera en todas las variables que conforman los ámbitos de infraestructura de comunicaciones e infraestructura de vivienda. Tierra del Fuego, no se encuentra en la primera posición en ninguna variable, pero se ubica en todas dentro de los tres primeros puestos, exceptuando la variable de percepción (en la que se ubica sexta) y en generación bruta de energía eléctrica (en la que se posiciona octava).

La provincia de Santiago del Estero muestra el peor desempeño, explicado por su mala performance en teledensidad de líneas fijas, usuarios de internet y parque de PCs (se ubica última en las tres variables). Además se ubica en la penúltima posición en teledensidad de teléfonos públicos, porcentaje de hogares con acceso a agua potable y porcentaje de hogares con acceso a cloacas. Tampoco obtiene buenos resultados en las variables de conectividad (puesto 22) y hacinamiento (puesto 5)5. Si bien la provincia obtiene una mala performance en las variables de fuentes secundarias, se observa que los empresarios de la provincia tienen una buena opinión respecto a la infraestructura, ya que en la variable de percepción acerca de la calidad de la infraestructura se posiciona en el quinto puesto. Sin embargo, esta visión aceptable de los empresarios acerca de la infraestructura no le alcanza a la provincia para "escapar" a la última posición.

Formosa, Chaco, Catamarca y Misiones acompañan a Santiago del Estero en lo más bajo del ranking, pues también poseen un desempeño pobre en la mayor parte de las variables de los tres tipos de infraestructura.


5 Es importante recordar que la variable hacinamiento es de naturaleza inversa, es decir, más hacinamiento implica que la provincia es menos competitiva.


 14.2.2.5 Factor Recursos Naturales y Medio Ambiente

El aumento de la competitividad provincial, como estrategia para lograr un crecimiento económico sustentable, debe estar en línea con la preservación y/o mejoramiento de la base de los recursos naturales. Los objetivos de crecimiento económico, desarrollo social y gestión ambiental están inevitablemente entrelazados en el marco de la sostenibilidad. Existe una relación muy estrecha entre estos objetivos de la competitividad: si los recursos naturales no son utilizados de una forma adecuada, la calidad de vida de los habitantes de una provincia será afectada de forma negativa una vez que los mismos se hayan depreciado o desaparecido.

El ICP, a través del Factor Medio Ambiente y Recursos Naturales, intenta resumir la calidad del medio ambiente y el capital natural disponible en cada una de las jurisdicciones argentinas. Para ello, mide las riquezas naturales que posee una provincia, mediante las cuales se pueden generar actividades productivas; es decir, mide el capital natural disponible en cada provincia como insumo para procesos productivos (por ejemplo: dotación y explotación de tierra, ganado y energía fósil), aunque también como base para generar servicios (ejemplo: servicios turísticos).

Considera también la dotación de bosques en la jurisdicción, valorada como albergue de biodiversidad y mitigante del calentamiento global, y los fenómenos del desmonte e incendios, que disminuyen la extensión de dicho patrimonio de la humanidad. Por último, el ICP incluye el esfuerzo gubernamental orientado a la solución de problemas ambientales, medido a través de la gestión de recursos naturales y de los desechos producidos (sólidos, líquidos y gaseosos), y la percepción que tienen los empresarios sobre dichos esfuerzos.

14.2.2.5.1 Resultados del Factor Recursos Naturales y Medio Ambiente

Las provincias de la región patagónica junto con la provincia de Buenos Aires alcanzan los cinco primeros lugares, de los cuales Santa Cruz, Tierra del Fuego, Neuquén y Chubut ocupan el primero, segundo, tercero y cuarto puesto respectivamente. Es marcada la performance superior de estas cuatro provincias con respecto al resto de jurisdicciones.

Santa Cruz, a pesar de no utilizar sus tierras en la producción de cereales, oleaginosas y crianza de ganado, mantiene un alto índice de producción mineral. Una característica muy particular de Santa Cruz y de las provincias de la Región Patagónica, que influye considerablemente en la posición alcanzada en el factor, son las reservas de petróleo y gas natural que poseen. En esta variable Santa Cruz alcanza la segunda posición como resultado de ubicarse primera en reservas de petróleo y tercera en reservas de gas natural. A su vez, el gobierno provincial santacruceño muestra una alta conciencia por el medio ambiente y la ecología en comparación con las restantes provincias argentinas, llevando adelante un gasto público en ecología y medio ambiente que asciende aproximadamente a cuatro mil pesos corrientes cada cien habitantes, un nivel que más que duplica al promedio del gasto en el resto de las provincias. Otra característica interesante de la provincia de Santa Cruz es que ocupa la primera posición en las variables provenientes de la encuesta de percepción a empresarios, a saber, grado de conciencia por el medio ambiente y mecanismos para incentivar el cuidado eficiente del mismo. En ambos indicadores, Chubut se posiciona en segundo lugar.

Córdoba se ubica en el séptimo lugar en este factor. Es curioso, pues tiene el mejor desempeño en la variable porcentaje de área sembrada en cereales y oleaginosas, seguida de cerca por las provincias de Santa Fe y Buenos Aires, y se ubica en segundo lugar en materia de turismo, detrás de la provincia de Buenos Aires. El hecho que limita el buen desempeño de Córdoba es no poseer reservas de petróleo y de gas natural; lo mismo sucede con otras provincias del centro del país, lo cual las pone en desventaja con respecto a las restantes provincias al momento de considerar la capacidad propia de producción de energía.

 Las provincias de Misiones, La Rioja y Formosa se ubican en las últimas posiciones del Factor Recursos Naturales y Medio Ambiente, a pesar de sus características geográficas. La posición de Misiones se debe principalmente a que en todas las variables componentes del factor se ubica en los peores lugares, esto es en los últimos lugares en aquellas variables que afectan positivamente al factor o en los primero en las variables inversas. Hay que resaltar que Misiones, a pesar de su mal desempeño en este factor, es una de las provincias que mayor extensión de tierra ha destinado al cuidado de bosques nativos. Formosa muestra el valor más bajo en el índice de turismo y en porcentaje de hogares con acceso a recolección de residuos (58%).

CABA también obtiene un resultado muy pobre en este factor (puesto 21). Esto se sigue de que la jurisdicción es altamente urbanizada, con lo cual no existe tierra destinada a la producción de cereales y oleaginosas, ni a la cría de ganado, ni a la producción mineral. Tampoco posee reservas de petróleo y gas, y casi no posee superficie de bosques nativos. Sin embargo, el porcentaje de hogares con acceso a recolección de residuos es el más alto en todo el país (casi el 100% de cobertura), y algo similar sucede con las variables de percepción, lo que le evita encontrarse en el último puesto.

14.2.2.6 Factor Innovación, Ciencia y Tecnología

La investigación científica, el desarrollo de nuevas tecnologías y la innovación juegan un rol clave en la determinación de la competitividad de una región. Actualmente se encuentra muy extendida la idea de que del abanico total de factores que pueden cambiar las reglas de la competencia, el cambio tecnológico figura como el más prominente. Las ventajas competitivas derivan hoy del conocimiento científico convertido en tecnologías aplicadas al proceso productivo.

Si bien en países en desarrollo como Argentina se estima más común la adopción de tecnologías extranjeras (a diferencia de países más cercanos a la frontera tecnológica, donde se le otorga una mayor importancia relativa a la innovación), el análisis del fenómeno de cambio tecnológico en cada jurisdicción se erige como de vital importancia para medir la competitividad de las mismas, fundamentalmente por la creación e incremento de las capacidades productivas que genera.

Las actividades de I+D sólidas resultan cruciales para el desarrollo económico de una provincia, pues la economía será capaz de producir más bienes y servicios consumiendo menos insumos (mano de obra, tierra, capital, energía, etc.).

La asignación de recursos a actividades científicas y tecnológicas incrementa el bienestar de la sociedad de dos modos: uno de manera directa, generando adelantos científico-tecnológicos que brindan nuevas soluciones y/o soluciones más eficientes a problemáticas de la salud, mejor uso del medio ambiente, mejores telecomunicaciones, entre otras; de manera indirecta, a través de una mejor posición competitiva de la provincia, generando más empleos mejor remunerados.

La innovación tecnológica implica la renovación y ampliación de procesos productivos, la renovación y ampliación de productos y servicios, cambios en las formas de organización y de gestión, e incremento en las calificaciones de los profesionales (capital humano). Si bien estas características se refieren al ámbito empresarial, mientras que la competitividad se mide a un nivel más global, la productividad de las empresas y el grado de innovación tecnológica influirán en la capacidad de generar ingresos de las provincias, por lo que este factor influye de manera significativa en el cálculo de la competitividad provincial.

El ICP intenta resumir los aspectos antes citados, considerando para su construcción cinco indicadores de origen secundario y tres indicadores de percepción. Con los primeros mide la dotación de capital humano en la jurisdicción y el apoyo público recibido por las instituciones avocadas a actividades de investigación y desarrollo. Los tres indicadores provenientes de la encuesta a empresarios, buscan descifrar con mayor nitidez el estado de las provincias en lo que se refiere a innovación, ciencia y tecnología. La visión de los encargados de tomar decisiones relacionas con estos aspectos permite tener una idea más certera del aporte que este factor hace al nivel de competitividad provincial.

14.2.2.6.1 Resultados del Factor Innovación, Ciencia y Tecnología

El Factor Innovación, Ciencia y Tecnología arroja un resultado que muestra diferencias muy marcadas entre las distintas jurisdicciones. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) lidera el índice para este factor por una amplia diferencia con respecto a Tierra del Fuego (segunda posición). Esto refleja los importantes desequilibrios existentes en la distribución territorial de los recursos humanos y del gasto en ciencia y tecnología a lo largo del territorio argentino. Hay que destacar que el ordenamiento de las provincias es homogéneo en la mayoría de las variables de fuentes secundarias, manteniéndose en posiciones similares lo que se observa en el resultado final para innovación.

 CABAse encuentra primera en cuatro de las siete variables que componen el factor, siendo éstas las cuatro variables con mayor ponderación en el mismo, a saber: acceso a fondos para proyectos de innovación, grado de actualización tecnológica e incorporación de ciencia y tecnología.

Las provincias sureñas (Tierra del Fuego, Santa Cruz, Río Negro y Chubut) y San Luis son las que mejor performance poseen en términos relativos, si se hace omisión de CABA. En el extremo opuesto, las provincias del norte son las que muestran un desempeño más bajo. De hecho, las provincias de Chaco, Jujuy, Formosa y Misiones ocupan las últimas cuatro posiciones. Es interesante señalar que estas jurisdicciones son las que se ubican últimas en el ordenamiento en las tres variables de percepción.

La provincia de Córdoba obtiene posiciones intermedias en la mayoría de las variables secundarias. Se puede distinguir que la provincia se encuentra quinta en población ocupada mayor a 20 años que posee títulos universitarios en disciplinas técnicas. Por el contrario, Córdoba muestra un bajo desempeño en las variables de percepción referida a innovación. Se posiciona anteúltima en acceso a fondos y en el decimonoveno lugar en grado de incorporación de ciencia y tecnología, ocupando una posición intermedia en grado de actualización tecnológica. Todo lo anterior determina que en el resultado global para el factor la provincia quede en el noveno puesto del ranking, contrastando con lo que se esperaría a priori de esta provincia tan pujante a lo largo de la historia del país.

La marcada concentración de la innovación, ciencia y tecnología en CABA invita a fortalecer la capacidad de las provincias, sobre todo de las más postergadas, para detectar las reales necesidades y carencias sociales y productivas y, de este modo, formular (o ayudar a formular) proyectos científicos y tecnológicos que puedan acceder a las distintas líneas de financiamiento existentes. El Cuadro 14.4 es revelador sobre estas diferencias, por ejemplo mostrando que CABA es 1943% superior a Misiones en este Factor. Una mayor descentralización favorecerá al desarrollo tecnológico de las distintas provincias, aumentando su competitividad.

 14.2.2.7 Factor Resultados Económicos

A pesar de que la competitividad está sumamente influenciada por el desempeño de los anteriores factores, resta e importa considerar y analizar el ambiente económico, identificando el grado de desempeño del agregado de la economía provincial frente a diferentes dimensiones de la realidad. Se intenta resumir mediante el Factor Resultados Económicos el desempeño agregado de cada jurisdicción en lo que refiere a aspectos sociales, económicos e institucionales.

El mejoramiento de la competitividad está estrechamente ligado a la reducción de la desigualdad y la pobreza. La mala distribución del ingreso tiene un efecto negativo directo sobre el bienestar social y económico de la provincia, ya que disminuye el ritmo de acumulación de capital físico y humano, reduciendo el crecimiento de la productividad y contrayendo la expansión de las actividades productivas; en el límite, la presencia de fuertes desigualdades acrecienta las posibilidades de inestabilidad macroeconómica y política y un quiebre de la paz social.

El pleno empleo de los recursos productivos permite que la economía se sitúe sobre la frontera de posibilidades de producción asegurando que, dado el estado tecnológico existente, se maximice la producción y el ingreso agregado de la economía. Las desviaciones de esta situación reflejarán una situación económica que es posible mejorar. Un bajo nivel de desempleo es un síntoma de que la región bajo análisis está empleando de la mejor forma posible la potencialidad de sus recursos.

El tipo y variedad de actividades desarrolladas en una jurisdicción determina su estructura económica. Es relevante analizar la concentración económica, pues una provincia poco diversificada reduce el espacio donde se puede actuar ante eventualidades adversas, lo que tendrá un efecto directo sobre el crecimiento de la economía provincial y por lo tanto sobre la competitividad.

La inversión destinada a la formación del capital es otro de los determinantes fundamentales del crecimiento económico, y es por ello que es de suma importancia que las regiones incentiven a las empresas nacionales o extranjeras a que inviertan, además de los desembolsos realizados por el gobierno de la jurisdicción en esta materia.

Las posibilidades que tienen las provincias para exportar son un reflejo de su adaptación al actual mundo globalizado. En tono a esto, el nivel de exportaciones de una jurisdicción es una manifestación del grado de competitividad de la misma.

El nivel de vida del habitante medio de una jurisdicción está altamente relacionado con el nivel de producción dentro de la misma y la tasa de crecimiento de ésta. Dichos indicadores señalan la mayor o menor disponibilidad de bienes y servicios que existe en la economía en un determinado momento y su evolución en los últimos años.

El Factor Resultados Económicos resume los aspectos señalados en los párrafos anteriores a través de once variables, de las cuales diez provienen de fuentes secundarias y la undécima se obtiene mediante la encuesta de percepción. Esta última mide las expectativas de los empresarios respecto a desarrollo futuro de la provincia.

14.2.2.7.1 Resultados del Factor Resultados Económicos

Nuevamente las provincias del sur argentino presentan un desempeño alto y el conjunto del norte argentino presenta un desempeño bajo. Entre las de mejor desempeño se destacan Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego, con resultados marcadamente superiores al resto. CABA se encuentra en quinta posición, mientras que la provincia de Buenos Aires está posicionada decimonovena. Jujuy, Corrientes y Tucumán presentan los peores resultados económicos.

No es extraño que la provincia de Santa Cruz sea la que se posiciona primera en el ranking del Factor Resultados Económicos. A pesar de que posee la economía más concentrada (el mayor índice de concentración económica), su excelente desempeño se debe a que mostró la mejor performance en prácticamente todas las variables; en cuatro de las diez, Santa Cruz se posiciona con el valor más alto (posee la mejor distribución del ingreso, el mayor nivel de exportaciones per cápita, y los más altos valores de inversión de firmas extranjeras y de inversión real directa pública). También se ubica entre las primeras posiciones de la variable de percepción del Factor Resultados Económicos, ubicándose en el tercer puesto de perspectivas de desarrollo futuro según la visión de los empresarios santacruceños.

Chubut obtuvo el segundo puesto debido a que ha sido la provincia donde las empresas nacionales han invertido la mayor cantidad de fondos (por habitante) para la formación de capitales, con un nivel de inversión de US$ 554,51 per cápita (año 2005). También fue la provincia que menos afectada resultó durante la recesión económica argentina entre 1998-2003, con la menor tasa de crecimiento negativa promedio para dicho período (-0,14% anual).

CABA muestra el mayor PBG per cápita del país ($21.787), con una clara superioridad por sobre el resto de las provincias argentinas (es un 67% mayor al PBG per cápita de Tierra del Fuego, la segunda provincia). Sin embargo, CABA se ubica quinta, pues se encuentra penúltima en exportaciones per cápita y en tasa de crecimiento promedio del PBG per cápita durante 1998- 2003, y además posee muy malos desempeños en inversión real directa pública e inversión extranjera.

Corrientes muestra el peor desempeño del país en ingresos medios, formación de capital de firmas extranjeras y perspectivas de desarrollo futuro (variable de percepción). Igualmente, la performance en la formación de capital de firmas nacionales, exportaciones y PBG es bastante pobre. Como fortalezas de la provincia se puede considerar que su estructura productiva es bastante desconcentrada y se posiciona en ubicaciones relativamente intermedias en exportaciones, distribución del ingreso y en la tasa de desempleo.

Sorprendentemente la provincia de Tucumán, a pesar de ubicarse última en el ranking, nunca se encuentra en la peor posición de las variables individualmente consideradas. Sin embargo, el hecho de que el desempeño sea bastante malo en casi todas las variables produce este resultado final. Puede rescatarse como aspecto positivo que la economía de la provincia no posee una alta concentración económica.

14.2.3 Resultado global del ICP

Conocida ya la metodología de construcción del ICP y los desempeños de cada una de las 24 jurisdicciones en cada uno de los siete factores componentes del índice, resta presentar el desempeño global de cada una de las mismas.

El análisis de cada jurisdicción en cada uno de los factores permitió conocer sus fortalezas y sus debilidades, lo que señala hacia cuáles aspectos deben orientarse las políticas de inversión pública y privada en cada área. El ICP global provee en una escala sintética el posicionamiento relativo de cada una de las jurisdicciones, poniendo en evidencia cuales regiones urgen en contar con un plan estratégico de desarrollo.

Conviene remarcar que tanto los valores del ICP obtenidos para cada jurisdicción como el ranking obtenido de la ordenación de éstas, dependen de los ponderadores elegidos para cada variable dentro de cada factor y de la ponderación de cada factor respecto a los demás factores.

La elección de dichos ponderadores surgió de un análisis consensuado por todos los integrantes del grupo de trabajo y de consultas a profesionales idóneos en el tema.

A efectos didácticos se introduce una jurisdicción ficticia, llamada "Utopía". Esta indica una posición ideal; es aquella que otorga el máximo nivel de competitividad. El objeto es poder analizar cuál es la diferencia que existe entre esta performance teórica-máxima y la provincia mejor posicionada en el índice, y poner en evidencia que la jurisdicción líder aún tiene espacio para continuar superándose.

El valor obtenido por cada jurisdicción en el Índice de Competitividad Provincial puede situarse entre cero y siete, indicando este último valor el nivel de competitividad máximo que goza "Utopía". Los valores efectivamente observados para cada jurisdicción se ubican en un intervalo menor (entre 1,44 y 4,49), indicando que en Argentina no hay jurisdicciones que estén mal en todos los factores ni que estén bien en todos los factores. A su vez, el hecho de que la jurisdicción con mayor nivel de competitividad (CABA, con 4,49) tiene un índice que alcanza un valor 2,51 puntos menor a "Utopía", sugiere que existe para dicha jurisdicción un margen para la implementación de políticas de desarrollo que acrecienten su competitividad relativa.

Para presentar el ranking de nivel de competitividad alcanzado por jurisdicciones argentinas, se adopta el criterio de ubicar a cada una en un grupo según el desempeño que obtiene en el ordenamiento global, siguiendo el siguiente razonamiento:

- Las tres primeras provincias en el ordenamiento conforman el grupo de alta competitividad, mostrando condiciones que favorecen el crecimiento sustentable del ingreso per cápita en comparación con las restantes;

- Las 18 provincias que ocupan posiciones intermedias integran el grupo con características moderadas de competitividad, dentro de las cuales se puede considerar que las primeras 9 jurisdicciones (puestos 4º al 12º) constituyen el subgrupo de competitividad moderada-alta; mientras que las siguientes 9 provincias (puestos 13º al 21º) conforman el grupo de competitividad moderada- baja.

- Las jurisdicciones ubicadas en los últimos tres puestos (22º al 24º) conforman el grupo de baja competitividad, manifestando condiciones de competitividad desfavorables para el crecimiento sustentable del ingreso cuando se las compara con las restantes.

 

En el Gráfico 14.8 se observa que Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Tierra del Fuego y Santa Cruz alcanzaron una alta competitividad global; CABA lidera el ranking con un valor de 4,49, seguida por Tierra del Fuego con un valor igual a 3,93 y por Santa Cruz con un valor de 3,82. Si bien es cierto que el desempeño global alto de estas tres jurisdicciones es resultado de que las mismas obtienen, en general, desempeños medio-altos en casi todos los factores que componen al ICP (ver Cuadro 14.5), cabe recordar que Tierra del Fuego tiene el peor desempeño en Factor Gobierno (puesto veinticuatro), y que CABA tiene un muy mal desempeño en el Factor Recursos Naturales y Medio Ambiente (veintiuno). Santa Cruz, en cambio, no muestra desempeños inferiores al decimosegundo puesto obtenido en el Factor Empresas.

Las provincias sureñas de Chubut, La Pampa, Neuquen y Río Negro, se sitúan en el cuarto, quinto, sexto y decimoprimer lugar, respectivamente. Esto deja en evidencia que las provincias de la región sur del país poseen una ventaja competitiva marcada sobre las provincias del centro, y aún superior por sobre las del norte. Merece señalarse que Chubut y La Pampa cuentan con desempeños medios-altos en todos los factores. En contraste, Neuquén y Río Negro, se unen a Tierra del Fuego con los peores desempeños del factor Gobierno, ubicándose en los puestos 22 y 23.

Las provincias del centro-este del país, obtienen las performances que cierran el grupo de competitividad media-alta. Santa Fe lidera a la región al posicionarse en el séptimo puesto, y le siguen Buenos Aires en el noveno, Entre Ríos en el décimo y Córdoba en el decimosegundo. Santa Fe muestra un buen desempeño en el Factor Empresas (puesto tres) y Factor Gobierno (puesto cuatro), en tanto que el peor desempeño lo obtiene en el Factor Innovación (puesto doce).

Los mejores resultados de la provincia de Buenos Aires están en Gobierno, Recursos Naturales e Infraestructura (quinto puesto en los tres), mientras que su talón de Aquiles se encuentra en la mala posición obtenida en el Factor Resultados Económicos (diecinueve). Entre Ríos obtiene un sorprendente desempeño en el Factor Gobierno (puesto tres), pero contrapesan dicho resultado la mala performance en los Factores Empresa e Innovación (puestos veinte y diecisiete, respectivamente). Córdoba cierra el grupo con performances intermedias en los siete Factores, posicionada relativamente bien en Factor Recursos Naturales (puesto siete) y relativamente mal en Factor Gobierno (puesto dieciséis).

En lo que respecta al conjunto de provincias cuyanas (San Luis, Mendoza y San Juan), se puede decir que se posicionan como grupo en la zona intermedia del ICP, ya que si bien San Luis se sitúa en el octavo puesto, Mendoza y San Juan están decimotercera y decimocuarta, respectivamente, es decir, en la segunda mitad de la distribución. San Luis obtiene el mejor desempeño del país en el Factor Gobierno (primer puesto), y el tercer puesto en el Factor Innovación; su debilidad se encuentra en el factor Personas (puesto 13). Mendoza y San Juan obtienen resultados en los siete factores similares a sus posiciones en el ICP.

Las provincias del noroeste argentino, teniendo en mente a La Rioja, Salta, Tucumán, Jujuy, Santiago del Estero y Catamarca, van cerrando el grupo de jurisdicciones con competitividad media-baja. La Rioja, en el puesto quince, muestra un buen desempeño en Factor Personas (siete) y factor Gobierno (nueve), pero un muy mal resultado en Factor Recursos Naturales (veintitrés). Tucumán está bien en Factor Innovación (diez), pero se posiciona último en el Factor Resultados Económicos. Santiago del Estero obtiene un bien logrado sexto puesto en Factor Gobierno, pero está último en el Factor Infraestructura.

En lo más bajo del Índice de Competitividad Provincial se localiza el grupo de provincias del noreste argentino, obteniendo la peor performance en conjunto del país. La provincia con menor ICP es Formosa, la cual alcanza un valor igual a 1,44, situándose 3,05 puntos por debajo la jurisdicción líder (CABA). Cuatro de sus factores están en el puesto veintitrés: Personas, Empresas, Infraestructura e Innovación. Su mejor desempeño, se observa en el Factor Resultados Económicos (puesto dieciocho). Misiones, aunque obtiene el decimosegundo puesto en el Factor Gobierno, se sitúa vigésimo tercera en el ICP, pues cuenta con los peores desempeños del país en tres Factores: Empresas, Recursos Naturales, e Innovación. Chaco, a pesar de tener una buena performance en el Factor Recursos Naturales (puesto nueve), posee el peor desempeño del país en Factor Personas, y se ubica vigésimo segunda en el Factor Infraestructura. Resta decir que Corrientes muestra un buen desempeño en el Factor Gobierno (puesto trece), pero los malos desempeños en Factor Empresas (puesto veintidós) y Resultados Económicos (puesto veintitrés), instalan a la provincia en el puesto veintiuno del ICP.

A esta altura puede surgir la siguiente pregunta: ¿afecta con a la misma intensidad cada uno de los factores al posicionamiento alcanzado por cada jurisdicción en el ICP? Esto es: ¿todos los factores contribuyen de manera idéntica sobre el ICP obtenido por la jurisdicción, o existen diferencias? La respuesta a esta cuestión se puede lograr a través del análisis del Coeficiente de Spearman. Dicho coeficiente indica la correlación de cada uno de los factores con el ICP; puede asumir valores entre -1 y 1. Valores positivos y cercanos a uno indican una correlación positiva entre el factor y el ICP casi perfecta, lo que implica que el factor contribuye directamente al nivel de ICP obtenido por cada jurisdicción.

El Cuadro 14.6 exhibe los coeficientes de Spearman para cada factor. Se observa que todos presentan el signo esperado para la prueba (son todos mayores a cero). El único coeficiente que no es significativo es el del Factor Gobierno. Los factores que mayor influencia ejercen en el posicionamiento de las provincias en el índice son el Factor Infraestructura y el Factor Personas; en un nivel un poco inferior se encuentran el Factor Innovación, Ciencia y Tecnología y el Factor Resultados Económicos; un escalón más abajo se encuentra el aporte de los Factores Empresas y Recursos Naturales y Medio Ambiente6.

Otra característica a resaltar es el hecho de que el Factor Recursos Naturales y Medio Ambiente presenta una influencia positiva en la competitividad de las provincias argentinas, mientras que en el caso de Chile o Colombia dicho efecto ha resultado ser en algunos casos negativo7.

A modo de conclusión del apartado, se presenta el resultado del ICP mediante un mapa que exhibe el ordenamiento de las provincias en el ranking mediante el esquema de semáforo. Asimple vista se confirma en el Mapa 14.1 lo que se citaba antes: las provincias del sur argentino presentan un desempeño medio-alto, en tanto que el conjunto del norte argentino presenta un desempeño medio-bajo.


6 Es importante remarcar que todos los factores reciben igual ponderación en el cálculo del índice.

7 Instituto Nacional de Estadística de Chile, Informe Índice de Competitividad regional 2003. CEPAL, Escalafón de Competitividad de los Departamentos en Colombia, 2003.


 

14.3 Comparación con Chile

En el presente apartado se realiza una comparación entre los valores obtenidos en el cálculo del Índice de Competitividad Regional (ICR) de Chile y el ICP de Argentina. Este tipo de comparaciones brindan la oportunidad de aprender tanto de los aciertos como de los errores que han cometido otros países en su proceso de desarrollo; si se lograra reconocer esta oportunidad y reflejar sus implicancias en el diseño de políticas propias, se estaría dando un paso muy importante hacia el logro del objetivo del desarrollo económico nacional.

¿Por qué tomar a Chile como punto de comparación? Un primer motivo es la evidente similitud entre ambos países, no sólo por una cuestión de localización geográfica, sino también por el hecho de compartir una gran parte del patrimonio cultural, producto de un desarrollo histórico común. Por otro lado, ambos indicadores poseen una estructura similar dado que, para el cálculo del ICP, se ha tomado como base la metodología de cálculo del ICR chileno, adaptando y realizando las modificaciones pertinentes a los fines de obtener resultados válidos en nuestro contexto propio.

Con respecto a lo expresado en los párrafos anteriores, no podemos dejar de lado el hecho de que Argentina corre con una desventaja con respecto al vecino país. A nivel latinoamericano, Chile es el país que más esfuerzo ha dedicado al estudio y la medición de la competitividad; tal es así que, desde 1997 y cada dos años, la Subsecretaría de Desarrollo Regional (SUBDERE) confecciona el informe "Índice de Competitividad Regional". En dicho informe se analiza la situación de los trece espacios subnacionales chilenos a partir de la información provista por el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile (INE). El hecho de poseer una serie temporal para los datos, enriquece aún más el resultado de los índices, dado que permite comparar la evolución de una misma jurisdicción a lo largo del tiempo. Así pues, el ordenamiento de las provincias o regiones, no necesariamente indica la evolución de la performance económica del país, sino que muestra las posiciones relativas de una economía respecto de las otras. Esto significa que una caída en la posición en el ranking puede deberse a que otras provincias o regiones han mejorado en mayor medida que la que se encuentra bajo estudio. La SUBDERE incluye estas apreciaciones en sus informes, realizando un análisis de la convergencia entre las distintas regiones.

En este contexto, se compara el ICP con los datos contenidos en el informe "Índice de Competitividad Regional 2003". Si bien los indicadores para ambos países tienen una estructura similar en cuanto a la forma de cálculo y a la definición de los factores incluidos, los ámbitos y variables que componen cada factor reflejan las características específicas de cada país. Reconociendo esta limitación, se llevará a cabo la comparación a través del cociente entre el valor máximo y el mínimo de cada conjunto de datos, como una medida de la desigualdad que existe entre las regiones.

En el Gráfico 14.9 se muestran los valores correspondientes al cociente máximo/mínimo de cada uno de los factores, así como del resultado global obtenido del ICP. El valor que adoptan estos cocientes, nos indican cuantas veces mayor es el valor máximo respecto del valor mínimo, vale decir, si el resultado del cociente es 3, se dice que el valor máximo es 3 veces más grande que el valor mínimo. Lógicamente, cuanto mayor sea el cociente mayor será la diferencia entre el puntaje obtenido por la provincia o región mejor posicionada y la peor posicionada, interpretándose que existe una mayor desigualdad entre estas provincias o regiones en lo referido al factor que se está considerando.

En general, se observa que los valores obtenidos para Chile oscilan entre 2,3 (Factor Personas) y 5,9 (Factor Resultados Económicos). En el caso de Argentina los valores muestran un rango de variación más amplio que va entre el 1,9 del Factor Gobierno y el 20,4 correspondiente al Factor Innovación, Ciencia y Tecnología. Para Chile, el valor promedio del cociente es de 3,53 con un desvío estándar de 1,25; para Argentina, esos valores son 8,32 y 6,41 respectivamente. En definitiva, respecto al cociente máximo/mínimo, los valores para Argentina oscilan en un rango mayor y presentan un promedio y una variabilidad bastante superiores a los que se observan para Chile.

La diferencia más amplia entre ambos países se presenta en el Factor Innovación Ciencia y  Tecnología (ICyT) donde el valor del cociente es de 20,4 para Argentina y sólo 2,8 para Chile. La desigualdad existente entre la jurisdicción mejor posicionada y la peor posicionada en este factor es abismal en el caso argentino. En este sentido, y teniendo en cuenta que el factor ICyT es uno de los más relevantes a la hora de determinar la potencialidad de crecimiento de una economía, se puede decir que Chile está mucho más cerca de lograr la convergencia entre las regiones que Argentina, donde a simple vista parece una tarea casi imposible y que requiere de un esfuerzo inusitado de descentralización. Esta descentralización no sólo se refiere a los fondos que se destinan a innovación, ciencia y tecnología desde el nivel nacional, sino también al esfuerzo y el interés que aporte cada provincia al fomento de estas actividades.

Así también, se observa una importante diferencia en los factores Personas, Empresas e Infraestructura, aunque no tan pronunciada como en el caso anterior. En el resto de los factores, los valores son bastante similares, siendo levemente superiores los de Chile. Cabe destacar el resultado obtenido para el Factor Resultados Económicos, donde, a pesar de adoptar valores relativamente bajos, el cociente para Chile es casi el doble del de Argentina; este es el único factor donde podemos afirmar que nuestro país ha mostrado menor desigualdad entre las provincias situadas en la mejor y la peor posición.

En cuanto al valor global de ambos índices, la diferencia no es muy pronunciada, siendo mayor la desigualdad en Argentina que en Chile.

En el Cuadro 14.6 se indica a qué jurisdicción corresponden los valores máximo y mínimo de cada factor, así como del resultado global del indicador.

En lo que se refiere a los valores máximos, se observa una mayor centralización en Argentina, donde CABA presenta el mejor desempeño en cuatro de los siete factores. De los restantes tres factores, Santa Cruz presenta el mejor resultado en dos y La Pampa en uno. En Chile, el Área Metropolitana (AM) presenta el mejor resultado en dos factores, al igual que la región de Antofagasta. Para los otros tres factores, el predominio se reparte entre tres regiones, a saber: Aysén, Los Lagos y O´Higgins. Además de acusar una mayor centralización, podemos decir que en Argentina se presenta un mayor grado de concentración en lo que se refiere a estos resultados, dado que sólo 3 de las 24 jurisdicciones consideradas presentan el valor máximo en un factor, mientras que en Chile son 5 (de un total de 13) las regiones que se ubican en la primera posición en algún factor. El resultado global del Índice de Competitividad muestra que, en ambos países, la jurisdicción central (AM en Chile y CABA en Argentina) es la que mejor posición obtiene en el ranking.

En cuanto a los valores mínimos, se observa en general, que los dos países presentan una distribución más "federal" de los resultados. En Argentina, el peor resultado lo obtienen 5 de las 24 provincias, siendo Misiones la más rezagada en tres de los factores. En Chile, 6 de las 13 regiones presentan el peor resultado en algún factor, repitiéndose Araucanía en dos de ellos. Vale la  pena destacar que en Chile, AM obtiene el peor desempeño en el Factor Recursos Naturales8contrariamente a lo que ocurre en nuestro país, donde CABA no ocupa el último lugar en ninguno de los factores considerados. En cuanto al resultado global, se observa un hecho curioso en Argentina, donde la provincia peor posicionada en el índice (Formosa) no ocupa el último lugar en ninguno de los factores considerados individualmente, de lo cual podemos inferir que ha obtenido malos resultados en la mayoría de los factores, aunque no los peores; en el caso chileno, la última posición en el índice la ocupa la región de Araucanía, siendo la única que obtiene el peor desempeño en dos de los factores.


8 Hay que tener en cuenta que el factor considerado en el ICR chileno incluye solamente Recursos Naturales, y no considera variables en cuanto a Medio Ambiente.


 14.4 Encuestas

Como es habitual en la construcción de este tipo de indicadores, se hace necesario complementar la información obtenida de fuentes secundarias con información primaria, esto es, información generada específicamente para ser utilizada en la construcción del indicador.

En el caso particular de los Índices de Competitividad, se establece que dicha información primaria provenga de encuestas realizadas a empresarios de cada provincia, de manera tal que se pueda contar con información de tipo cualitativo que refleje la percepción que tienen estos actores económicos sobre ciertos aspectos vinculados a la competitividad provincial.

 14.4.1 Metodología

14.4.1.1 Diseño de la muestra

Las características de la información a relevar, impiden realizar un muestreo aleatorio en el cual cada elemento del universo de estudio tendría la misma posibilidad de ser seleccionado, garantizando que la muestra sea representativa del universo.

Un primer problema es que no puede definirse el marco muestral, es decir un listado completo de los integrantes del universo de estudio. Esto se debe a que no existe información que permita elaborar un listado exhaustivo de todos los empresarios de cada provincia.

De cualquier manera, aún cuando pudiera definirse el marco muestral, puede que no sea conveniente el muestreo aleatorio, ya que no todos los empresarios de una provincia cuentan con la visión del entorno económico suficiente para responder preguntas vinculadas a los factores que influyen en la competitividad. En otras palabras, no se requiere la respuesta de cualquier empresario seleccionado aleatoriamente, sino la respuesta de aquellos empresarios que tengan la información que se desea obtener.

Dada la imposibilidad e inconveniencia del muestreo aleatorio, se puso en práctica el método de muestreo por conveniencia, que consiste en buscar a los respondentes en lugares o ámbitos donde se sabe a priori que existe una alta probabilidad de encontrar a los individuos que tienen la información o el conocimiento requeridos.

Parece razonable suponer que el ámbito en que se encuentran los potenciales respondentes es el de las cámaras y entidades empresarias de cada provincia, ya que los empresarios dedicados a las actividades gremiales del sector, tienden a poseer un mayor conocimiento del entorno económico que el resto del empresariado, tanto por sesgo de selección como por la misma participación en dichas entidades. Adicionalmente, y dada la presencia de entidades bancarias en todas las provincias y su relación con el sector productivo local, se ha considerado a sus gerentes regionales como integrantes del universo de respondentes potenciales.

La selección de los respondentes se realizó mediante un muestreo por cuotas: se define una cantidad determinada de respondentes con características similares y se continúan realizando encuestas hasta alcanzar el cupo definido.

14.4.1.2 Tamaño de la muestra

Al tratarse de un muestreo no aleatorio, la definición de la cantidad de encuestas debe realizarse con criterios diferentes a los utilizados habitualmente en muestreos aleatorios.

Para la realización del presente estudio se han tenido en cuenta tres restricciones:

a- Restricción Presupuestaria: la cantidad de encuestas tiene que estar en línea con el presupuesto asignado al proyecto.

b- Restricción de cantidad de empresarios: en provincias pequeñas y con estructuras económicas muy ligadas al sector público y a explotaciones dependientes de directivos radicados en otras provincias, la cantidad de empresarios locales con visión adecuada del entorno económico puede ser reducida. En este caso, no tienen sentido (y tampoco es factible) una muestra demasiado grande.

c- Restricción de diversidad de rubros y empresas: en provincias grandes y con estructuras económicas diversificadas sería deseable disponer de una mayor cantidad de casos para dar cuenta de la probable existencia de mayor dispersión en las respuestas, dada la diversidad de empresas y rubros existentes.

Teniendo en cuenta dichas restricciones, se han realizado 1234 encuestas. La muestra se ha estratificado por sector económico de acuerdo a la siguiente definición:

- Agropecuario y otras actividades primarias (primario)

- Industria (incluyendo construcción y software).

- Comercio (incluyendo comercio minorista y mayorista)

- Servicios (incluyendo servicios financieros)

El Cuadro 14.8 muestra la distribución de las encuestas realizadas en cada provincia.

14.4.1.3 La encuesta

Se incluyeron en las encuestas 16 preguntas referidas a diferentes aspectos íntimamente relacionados con la competitividad tales como: gobierno, empresas, capacidad tecnológica y de innovación y recursos naturales y humanos.

Las respuestas son de tipo cualitativo, encontrándose codificadas en un rango que varia desde el valor 1 (la peor percepción), hasta el valor 7 (la mejor percepción).

14.4.2 Resultados relevantes

El tipo de indicador para las diferentes provincias que se obtiene de la encuesta de percepción a empresarios no tiene un significado concreto; éste mide cómo se ubican en promedio las provincias en la escala del 1 al 7 para los aspectos consultados a los empresarios. Por tanto, dado el carácter subjetivo de las variables primarias, su análisis numérico es complicado.

Si bien a los fines del cálculo del índice es necesario resumir en un promedio los resultados de las variables obtenidas a partir de la encuesta, se está perdiendo una gran cantidad de información valiosa sobre la percepción de los empresarios acerca del grado de competitividad de sus respectivas provincias. A partir de las respuestas obtenidas de los cuestionarios es posible profundizar en la visión de los empresarios, analizando las relaciones que se pueden presentar entre las distintas variables.

A fines ilustrativos se presenta un ejemplo de asociación conceptual entre las variables "perspectivas de desarrollo futuro" y "calidad de gobierno", ambas obtenidas de las encuestas de percepción. La primera variable corresponde al factor resultados económicos e intenta reflejar cuales son las expectativas que tienen los empresarios en relación al desarrollo de sus provincias; la importancia de esta variable radica en que las expectativas de los agentes económicos son un factor influyente en la toma de decisiones sobre futuras inversiones, nuevas actividades, ampliación de plantas productivas, incorporación de nuevos productos al mercado, entre otros. La variable "calidad de gobierno" es una de las cuatro variables de percepción incorporadas en el Factor Gobierno, y trata de captar la percepción de los empresarios en lo que se refiere a la autonomía, honestidad y transparencia de su gobierno; una provincia en la cual los empresarios perciban que el gobierno se muestra autónomo, honesto y transparente será más competitiva que otra donde la percepción no sea tan favorable. En ambas variables, mayores valores registrados indican una mejor percepción por parte de los empresarios.

En el Gráfico 14.10 se presentan los promedios obtenidos en las provincias para estas dos variables, así como una línea de tendencia que muestra la relación positiva entre los valores.

La asociación positiva que se observa entre las variables indicaría que los empresarios que perciben que el gobierno de su provincia goza de un importante grado de autonomía, honestidad y transparencia, tienen mejores perspectivas acerca del desarrollo futuro. Queda de manifiesto entonces, la importancia que tienen las políticas públicas en el marco del crecimiento económico creando mejores perspectivas de desarrollo que desembocarán en nuevas inversiones, fortaleciendo los cimientos sobre los que se basa la competitividad.

Este es sólo un ejemplo de los resultados y conclusiones que pueden obtenerse a partir de la información provista por la encuesta. El análisis de otras relaciones de este tipo es útil para comprender mejor las fuentes de la competitividad de las provincias y puede servir como punto de referencia a la hora del diagnóstico y el diseño de políticas de desarrollo.

14.5 Análisis de sensibilidad del ICP

Como se ha señalado al comienzo de este capítulo, la construcción del ICP requiere de un proceso de agregación que hace necesario establecer la importancia relativa que tiene cada variable dentro de cada factor y, a su vez, la de cada factor respecto a los demás factores. Dicha importancia se ve reflejada en el valor de los ponderadores que se asignan a las variables y los factores para calcular el índice.

Si bien la elección del valor de dichos ponderadores ha surgido de un análisis consensuado por todos los integrantes del grupo de trabajo y de consultas a profesionales idóneos en el tema, también es cierto que se podría proponer otro conjunto de ponderadores que manifieste una idea distinta del concepto de competitividad. De hecho, existen infinitos conjuntos de ponderadores, cada uno de ellos reflejando una valoración particular de los aspectos relevantes que hacen a la competitividad de una región. Lógicamente, la utilización de ponderadores diferentes arroja valores diferentes del ICP de cada jurisdicción y altera su posición en el ranking.

En este apartado se realizan modificaciones en algunos de los ponderadores a los fines de analizar su repercusión sobre los resultados obtenidos. Este tipo de ejercicio se conoce como Análisis de Sensibilidad, y se basa en la comparación de los resultados obtenidos inicialmente con los resultados que se obtienen de la modificación de ciertos parámetros relevantes. A continuación, se presentan algunos ejemplos posibles de cambios en los ponderadores y se analizan las variaciones que se producen en el valor del índice y el cambio en el ordenamiento de las jurisdicciones.

14.5.1 Modificación en la ponderación de un factor

Para aumentar la ponderación de un factor, manteniendo la consistencia del indicador, es necesario disminuir la ponderación relativa de los restantes factores de manera proporcional. En este inciso se proponen incrementos del 100% en la ponderación de un factor, es decir, el ponderador aumenta de 1 a 2. Los restantes factores disminuyen su ponderación de 1 a 0,83.

En el Gráfico 14.11 se muestran los valores del ICP original junto a los valores que surgen de aumentar en un 100% la ponderación del Factor Gobierno. La ordenación que se presenta en el gráfico responde al ICP calculado inicialmente. Las barras indican los valores del ICP, mientras que las flechas ubicadas a la izquierda del nombre de cada provincia indican como se altera su posición en el ranking. Por ejemplo, en el caso de Tierra del Fuego, el valor del ICP cae de 3,9 a 3,7 y pierde una posición en el ranking, pasando del segundo al tercer puesto (recordar que las provincias están ordenadas de acuerdo al cálculo original).

Vale la pena destacar que la disminución en el valor del ICP no es una condición necesaria para perder posiciones en el ranking. Un ejemplo claro es el de San Juan, que aún aumentando su puntaje de 2,35 a 2,59, cae dos puestos debido a que las provincias inicialmente situadas por debajo tienen un crecimiento relativo del ICP más importante.

Se puede observar que sólo tres jurisdicciones presentan un menor valor del ICP: CABA, Neuquén y Tierra del Fuego. Esto nos indica que para estas tres jurisdicciones, el Factor Gobierno representa un "punto débil" en cuanto a su competitividad. Para el resto de las provincias el valor del ICP es mayor, indicando que el desempeño del gobierno en el ámbito local fortalece las bases de la competitividad.

La provincia que presenta un mayor aumento porcentual en el ICP es Misiones (+25%), poniendo en claro que el Factor Gobierno constituye una de las principales fortalezas de las provincia. Sin embargo, este hecho no le alcanza para escalar posiciones en el ranking, si bien erosiona casi completamente la distancia con respecto a Chaco.

En cuanto al posicionamiento de las provincias, se puede ver que ocho de ellas ganan posiciones (Santa Cruz, San Luis, Buenos Aires, Córdoba, La Rioja, Salta, Santiago del Estero, Catamarca) y seis de ellas pierden posiciones (Tierra del Fuego, Neuquén, Río Negro, San Juan, Tucumán y Jujuy). Las restantes 10 jurisdicciones mantienen su posición, aunque presentan un nuevo valor del índice.

Cabe destacar el caso de Neuquén que pasa del sexto al noveno lugar, siendo la provincia que más posiciones pierde en el ranking. Si bien la caída en el valor del ICP no es muy pronunciada, las provincias que se situaban como "competidoras" cercanas en el ranking original han ganado puntos en el ICP, logrando escalar posiciones por encima de ella. Estas provincias son Santa Fe, San Luis y Buenos Aires.

En la misma línea de análisis, se pueden modificar las ponderaciones de otros factores obteniendo nuevos resultados que permitan analizar con mayor profundidad la situación de las distintas provincias. A continuación se presentan algunos resultados relevantes que se han obtenido realizando un ejercicio similar con los factores Innovación Ciencia y Tecnología y Empresas9.

Cuando se incrementa en 100% el ponderador del Factor Innovación, Ciencia y Tecnología, se produce una caída generalizada del ICP; sólo 4 provincias obtienen un mayor puntaje, a saber: CABA, Río Negro, Tucumán y San Luis. Las provincias que presentan la mayor disminución porcentual del ICP son Misiones, Jujuy, Formosa, Catamarca y Entre Ríos. Las provincias que escalan posiciones con el cambio realizado en las ponderaciones, son: San Luis (+2), Río Negro (+1), Córdoba (+1), Mendoza (+1) y Santiago del Estero (+1). Entre Ríos sufre la mayor pérdida de posiciones (cae tres puestos), dejando en evidencia la importante debilidad que posee en este factor. Otras desfavorecidas fueron Neuquén, Santa Fe y Jujuy.


9 En el Anexo 14.2 se presentan los resultados de la sensibilización individual de estos factores.


 De la misma forma, cuando se aumenta en un 100% el ponderador del Factor Empresas, se observa una caída del ICP en la mayoría de las jurisdicciones. Sólo 6 provincias escapan a este fenómeno, aumentando levemente su ICP: CABA, Chaco, Jujuy, Catamarca, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. Las provincias con mayor caída del ICP son Misiones, Santa Cruz, Entre Ríos, Río Negro, San Juan y Chubut. En este caso, las provincias que ganan posiciones en el ranking son Córdoba (+2), Catamarca (+2), Santa Fe (+1), La Rioja (+1), Salta (+1), Jujuy (+1) y Formosa (+1).

14.5.2 Modificación simultánea en la ponderación de dos factores

En este apartado se analiza el incremento de la ponderación de dos factores en un 100%. Esto implica que los ponderadores de ambos factores pasan de 1 a 2, mientras que los demás caen a 0,6. Al igual que en los ejemplos donde se realizaba el incremento en la ponderación de un sólo factor, la reducción proporcional de los ponderadores de los otros factores es necesaria para mantener la consistencia del indicador.

El Gráfico 14.12 muestra como se modifican los valores del ICP y las posiciones relativas cuando se incrementa la ponderación de los factores Gobierno y Personas, reduciendo las de los restantes factores de la manera indicada en el párrafo anterior.

Lo más interesante que surge al analizar este ejemplo, es la comparación con los resultados que se han obtenido de modificar sólo la ponderación del Factor Gobierno, dado que al aumentar simultáneamente la ponderación del factor personas, los efectos ocasionados inicialmente se pueden reforzar o contrarrestar.

El cambio propuesto produjo el aumento del valor del ICP en 23 de las 24 jurisdicciones, revirtiendo la caída que se producía en CABA y Neuquén presentada en el apartado anterior. Tierra del Fuego es la única provincia que presenta menor puntaje. La mitad de las jurisdicciones mostraron un crecimiento en el índice mayor al 15%, resultando más favorecidas La Rioja, Misiones, Santiago del Estero y La Pampa.

En lo que respecta a cambios en la posición en el ranking, no hay ninguna provincia en la que se modifique la tendencia que se había presentado en el apartado anterior, vale decir, ninguna provincia que haya caído en el ranking al dar mayor importancia sólo al Factor Gobierno, ha escalado

posiciones al aumentar conjuntamente las ponderaciones de los Factores Gobierno y Personas simultáneamente, y viceversa. Se puede inferir que, en lo que se refiere a las posiciones del ranking, los efectos ocasionados por el cambio de ponderación del Factor Personas no alcanza a contrarrestar el efecto del cambio en el Factor Gobierno. Las jurisdicciones que más puestos suben en el ranking son La Rioja (escala 4 posiciones), Santiago del Estero y Catamarca (ascienden 2 posiciones). Las que más posiciones pierden son Neuquén (cae 4 puestos), Tucumán (cae 3 puestos) y Río Negro (cae 2 puestos).

Aplicando un razonamiento similar al planteado para los factores Gobierno y Personas, se sensibilizan conjuntamente las ponderaciones de los factores Empresas e Innovación, Ciencia y Tecnología (ICyT). Los ponderadores de ambos factores han pasado de 1 a 2, mientras que los correspondientes a los restantes factores han caído a 0,610.

En lo que respecta a cambios en el valor del ICP, los efectos negativos que producían ambos factores individualmente considerados, se potencian, haciendo caer los valores obtenidos en 22 jurisdicciones. Las excepciones son CABA y Tierra del Fuego, aunque con panoramas muy disímiles: en CABA el valor aumenta en un significativo 13,7%, mientras que para Tierra del Fuego el valor permanece constante. La caída más importante es la que ocurre en Misiones, del orden del 28%. Cabe destacar que los excelentes resultados que muestra CABA en ambos factores considerados individualmente, se potencian y dan lugar a una importante mejoría cuando se consideran conjuntamente. Lo contrario ocurre en el caso de Misiones.

En lo que respecta a cambio en las posiciones de las provincias en el ICP, y de acuerdo a lo que se presenta en el Anexo 14.2, se compara el cambio de la ponderación del Factor Empresas individualmente con el cambio simultáneo de ambos factores. Realizando estas modificaciones, se presentan varios casos en los que se revierte la tendencia que marca el Factor Empresas, más precisamente en cuatro jurisdicciones. En las provincias de Río Negro y San Juan, la mayor ponderación del Factor Empresas provocaba una caída en las posiciones de 1 y 2 puestos respectivamente, mientras que ponderando en mayor proporción ambos factores, las dos provincias escalan una posición. El efecto contrario se produce en las provincias de Jujuy y La Rioja. En estos cuatro casos, el efecto sobre las posiciones relativas de las mayores ponderaciones del factor ICyT y del Factor Empresas, actúan en sentido contrario, siendo más fuertes los efectos del primero.


10 Los resultados del análisis de sensibilización conjunta se presentan en el Anexo A14.2.


  Vale resaltar el caso de Entre Ríos donde los efectos se potencian: cuando se modifica únicamente el peso del Factor Empresas cae sólo una posición, mientras que con la modificación conjunta, pierde 4 posiciones en el ranking.

Más allá de los efectos ambiguos que puedan producirse en las distintas jurisdicciones en cuanto a las posiciones del ranking, no hay que perder de vista que todas las provincias (excepto CABA) presentan una gran debilidad en lo que se refiere a la competitividad de sus empresas y a la capacidad de desarrollar innovación, ciencia y tecnología, dos aspectos clave en lo que se refiere al potencial de crecimiento de una región.

14.5.3 Modificación en la ponderación de una variable

El análisis de sensibilidad puede aplicarse de manera similar sobre los ponderadores que indican la importancia de una variable en la determinación de un factor. Es interesante analizar los efectos de estos cambios dado que no sólo se alteran los resultados globales del ICP, sino también los resultados que se obtienen para el factor al que pertenece la variable cuyo ponderador se está modificando. De la misma forma que en los apartados anteriores, aquí se presenta un ejemplo a los fines de mostrar el tipo de conclusiones que se pueden obtener de la comparación de los resultados obtenidos considerando el cambio en los ponderadores respecto a los valores iniciales.

En el Anexo 14.3 se muestran los efectos que se producen en el factor ICyT y en el ICP a raíz de un aumento de 30 puntos porcentuales en la ponderación de la variable gastos en ciencias y tecnología.

El cambio propuesto en la variable gastos en ciencias y tecnología provoca una fuerte caída del puntaje que obtienen todas las provincias en el factor ICyT, con excepción de CABA y San Luis. En el caso de CABA se presenta un aumento del 4,8% en el puntaje y en San Luis del 0,89%. La jurisdicción que pierde mayor puntaje en el factor ICyT es Santiago del Estero, con una reducción porcentual del 73,1%. Se infiere que, en general, las provincias argentinas adolecen de una escasez de gasto en ciencia y tecnología, actuando esta variable como un fuerte limitante para su competitividad.

Paralelamente, en lo que se refiere a las posiciones que ocupan las provincias en el resultado del factor, se presenta un fuerte reacomodamiento, dado que sólo tres provincias no modifican su posición. Mientras que doce provincias escalan posiciones, nueve de ellas caen en el ranking.

La provincia que más posiciones pierde es La Pampa, cayendo seis puestos y, la que más puestos escala es Catamarca (subiendo cuatro lugares). Nuevamente, hay que destacar que si bien se produce un fuerte reacomodamiento en el ranking, revelando una gran heterogeneidad entre las provincias en lo que respecta a esta variable, no hay que perder de vista que, excepto CABA, el resto de las jurisdicciones presenta una importante debilidad en este aspecto, afectando negativamente el puntaje obtenido en el factor.

En lo que respecta a cambios ocurridos en el ICP11, solo 7 jurisdicciones modifican su posición, y ninguna lo hace en más de dos posiciones, de manera que el fuerte movimiento ocasionado dentro del factor no se traduce en grandes alteraciones en el ICP global. De las dos provincias que habíamos presentado con mayores cambios en el factor, La Pampa no modifica su posición, mientras que a Catamarca le alcanza para escalar dos posiciones en el ranking. Por otro lado, la caída en el puntaje de cada factor para la mayoría de las jurisdicciones también se hace evidente en el resultado global, donde sólo CABA y San Luis ven incrementado su puntaje en el ICP.


11 Ver Anexo A14.3


 Resta mencionar que se puede realizar el mismo tipo de ejercicio sensibilizando las ponderaciones de dos o más variables dentro de un mismo factor, o de distintos factores, así como también se pueden modificar ponderadores de variables y factores conjuntamente. Las posibilidades son infinitas.

14.5.4 Uso del análisis de sensibilidad

La aplicación del análisis de sensibilidad y sus implicancias no se agotan en los ejemplos presentados en el presente capítulo. Se pueden realizar infinitos cambios que reflejarían perspectivas diferentes del fenómeno de la competitividad, siendo útiles tanto en el diseño de políticas, como en la evaluación de proyectos de inversión.

Es menester remarcar que no sólo los agentes públicos pueden aprovechar este tipo ejercicios (trabajar sobre el ICP para determinar los condicionantes y las fortalezas de cada provincia y utilizar los resultados obtenidos como una guía para el diagnóstico y diseño de políticas), sino que también los agentes privados pueden modificar la estructura del índice de acuerdo a los aspectos que les parezcan mas relevantes a la hora de realizar un diagnóstico previo a llevar a cabo una inversión. Esto no es una cuestión menor, dado que tanto las políticas públicas como las inversiones privadas conllevan importantes costos hundidos, una gran cantidad de recursos que se desaprovecharían en caso de que se haya realizado un diagnóstico equivocado de la situación.

En línea con lo considerado, los beneficios del ICP y la aplicación del análisis de sensibilidad se verían potenciados si se contara con la evolución temporal del ICP, como en el caso de Chile, que permite no sólo analizar las jurisdicciones en un determinado momento, como se hizo en esta sección, sino también la senda dinámica seguida por éstas en el tiempo, pudiendo estudiar así las posibilidades de convergencia y de desarrollo económico con una visión de largo plazo.