APENDICE CAPITULO II

APENDICE DEL CAPITULO II

 

Indicadores Económicos y Sociales de las Provincias Argentinas, I986 y 1996

Existen diversos indicadores que reflejan el nivel de bienestar de una región o provincia, como por ejemplo: producto bruto per cápita, tasa de analfabetismo, tasa mortalidad bruta e infantil y necesidades básicas insatisfechas, entre otras.

Si se considera que el bienestar de la población depende únicamente del producto bruto per cápita, se debería mencionar que el valor de la producción de bienes y servicios de los residentes en Capital Federal en 1996 fue más de tres veces superior al generado en Córdoba, y más de once veces superior al observado en Santiago del Estero. A similares conclusiones se arribaría, si se tuvieran en Cuenta otros indicadores tomados en forma individual 6.

Con el objeto de determinar el nivel de desarrollo relativo de las distintas jurisdicciones argentinas, se elaboró un Índice de Desarrollo Económico y Social para los años 1986 y 1996.

El mismo considera la evolución de un conjunto amplio de indicadores y permite ordenar las 23 provincias argentinas y Capital Federal comparando sus brechas de desarrollo. El primer paso fue considerar 20 variables explicativas del nivel de bienestar provincial7, y construir igual número de índices, de manera de observar las diferencias de desempeño entre provincias en cada indicador. Mediante una ponderación simple estos 20 índices se transformaron en un índice social, uno fiscal y uno de nivel de desarrollo económico (los que se incluyen al final del capítulo). Finalmente a través de otra ponderación8, se obtuvo el Índice de Desarrollo Económico y Social, para los años 1986 y 1996.

Como resultado de comparar la ubicación de cada provincia en el ranking en ambos años, se pueden realizar inferencias sobre la velocidad en que las provincias alcanzan mejores niveles de bienestar y se acercan (o no) a la jurisdicción de mayor desarrollo. No obstante, debido al método de construcción del índice, no es posible utilizarlo para cuantificar las mejoras absolutas en el nivel de desarrollo de cada una de las provincias.

En el cuadro 11.1 se observa el liderazgo de Capital Federal, en los dos años considerados. En 1986 el nivel de desarrollo de esta jurisdicción era 7,13 veces superior al existente en el Chaco, mientras que en 1996 esta cifra se reduce a 5,81 veces.

 


6 El porcentaje de hogares con NBI de Formosa es casi cinco veces superior al evidenciado en Capital Federal.

7 Entre las que se destacan: analfabetismo, esperanza de vida, producto bruto per cápita, necesidades básicas insatisfechas, tasa de mortalidad, tasa de completación del nivel primario y secundario, tasa de desocupación, recursos tributarios provinciales, gastos en capital, etc.

8 El Índice de Desarrollo Económico y Social resulto de una combinación del Índice Social (50%), del Índice de Desarrollo Económico (40%) y del Índice Fiscal (10%).


 

Es de destacar el descenso en el Índice de Desarrollo Económico y Social de las provincias de Buenos Aires y Córdoba. En 1986, Buenos Aires ocupaba la sexta posición, mientras que en 1996 se ubica en el décimo primer lugar. En el mismo período Córdoba desciende de la cuarta a la quinta ubicación.

En el caso de Córdoba, entre las principales razones de su descenso se encuentran, el crecimiento más lento del producto bruto per cápita y especialmente el aumento en el índice de desocupación. En 1986 Córdoba poseía un nivel medio de desocupación del 6,4%, mientras

que en mayo de 1996 alcanzó al 17,2%, ubicándose como una de las provincias más afectadas por la falta de empleo. No obstante Córdoba mantiene la segunda ubicación en el Índice Social y evidencia una leve mejora en el Índice Fiscal.

Buenos Aires exhibe un crecimiento aceptable en términos de su producto bruto per cápita, pero manifiesta igualmente un importante aumento en su índice de desocupación y una lenta reducción de los hogares con necesidades básicas insatisfechas. 

Los casos anteriores contrastan con la evolución de la provincia de Santa Fe y Mendoza. La provincia de Santa Fe mantiene su octava posición en el ranking y Mendoza asciende del quinto al tercer puesto. En Santa Fe se observaron avances en los indicadores sociales y especialmente en los fiscales, no obstante se destaca un lento crecimiento en su producto bruto per cápita y un aumento de su tasa de desempleo. El ascenso en la posición de la provincia de Mendoza fue consecuencia de las mejoras en los indicadores sociales y de su reducida tasa de desocupación, una de las menores del país.

Dentro de las provincias que alcanzaron mejores posiciones en el índice, se destacan San Luis, La Rioja, Tierra del Fuego, Mendoza y Misiones; mientras que en el conjunto de provincias que descendieron en el ranking se encuentran San Juan, Santiago del Estero, Córdoba, Buenos Aires y La Pampa.

Es importante mencionar la existencia de dos grupos de provincias. El primero se compone por aquellas jurisdicciones que lograron reducir la distancia entre su propio nivel de desarrollo y el nivel de la región líder, insinuando entonces, la existencia de convergencia a nivel provincial. Estas provincias se encuentran sombreadas en el cuadro 11.1 (Santa Cruz, Chaco, San Luis, Mendoza, Misiones, Tucumán y La Rioja, entre otras). El segundo grupo, está formado por aquellas provincias que no pudieron reducir sus brechas de desarrollo respecto a Capital Federal. Se advierte así la divergencia entre las provincias relativamente más ricas del país (Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba) y la jurisdicción líder.

De esta forma, en base al Índice de Desarrollo Social y Económico elaborado, puede demostrarse la existencia de convergencia para un conjunto de provincias y de divergencia para otro. Asimismo, es importante destacar que el Índice de Desarrollo Económico y Social señala, para el caso de Córdoba y Buenos Aires, un desaceleramiento relativo de la velocidad en que alcanzan mayores niveles de desarrollo. Esta situación contrasta con el mantenimiento de las posiciones de Santa Fe y las mejoras observadas en Mendoza.

 

 


9 El concepto de convergencia entre distintas regiones o provincias pretende comprobar la existencia de fuerzas  económicas que hacen que las regiones de un país tiendan a alcanzar un mismo nivel de bienestar a largo plazo. El hecho de converger a un determinado nivel exige que las provincias inicialmente más pobres o rezagadas crezcan más rápidamente que las provincias más ricas. Ver «Las Economías Regionales Argentinas» Guido Porto, 1995.


 

 

 

 

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