ASPECTOS SOCIALES

 1.11 ASPECTOS SOCIALES 

1.11.1 El mercado laboral 

El empleo es el principal motor de la creación de la riqueza, instrumento básico del progreso social y bienestar de las familias. Dada su característica de articulador entre la esfera económica y social es un factor constitutivo de la ciudadanía, fuente de dignidad de las personas.  

Para medir las oportunidades de empleo y la evolución del mercado laboral, se han utilizado tradicionalmente varios indicadores. Entre los más usuales se encuentran: la tasa de actividad61, la tasa de empleo o tasa de ocupación62 y la tasa de desempleo63.  

La evolución de los principales indicadores del mercado laboral continúa mostrando mejoras sustanciales. El dinamismo económico promueve la generación de puestos de trabajo. Esto se refleja en los indicadores resumidos en el Cuadro 1.14. La tasa de empleo alcanza en el tercer trimestre un valor de 43,4% siendo el máximo de la serie. La tasa de desempleo evidencia una disminución constante desde el primer trimestre del año 2009. Según los últimos datos publicados por el Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC) la desocupación para los 31 aglomerados relevados por la EPH, alcanza al 7,2% de la PEA64 (menor valor de la serie).  

   

La tasa de desempleo muestra la situación enfrentada por la totalidad de las personas desocupadas, sin embargo al desglosar la tasa de desocupación según género y edad se pueden observar realidades  diferentes.  Realizando  este  procedimiento  se  obtiene  que  la  mayor  tasa  de  desocupación  se ubicó en las personas menores de 30 años, siendo muy superior en el caso de las mujeres jóvenes (17%) que en el de los hombres jóvenes (12.5%). 

La tasa de asalarización65 continúa aumentando, alcanzando al 76.8% de los ocupados en el tercer trimestre del 2011. Como contracara, la informalidad expresada a través del porcentaje de asalariados sin descuento jubilatorio presenta una nueva disminución, ubicándose en un valor de 34,3%. La alta  informalidad  laboral  nos  indica  que  la  oferta  potencial  de  trabajadores  es  muy  superior  a  lo indicado  por  la  tasa  de  desempleo  por  sí  misma.  Esta  problemática  merece  un  apartado  especial dado que constituye uno de los principales desafíos a superar por quienes participan en el mercado laboral argentino.  


 61 Tasa de actividad: porcentaje de la población económicamente activa y la población total. 

 62 Tasa de empleo o de ocupación: porcentaje entre la población ocupada y la población económicamente

 activa.

63 Tasa de desempleo: porcentaje entre la población desempleada y la población económicamente activa.

64 Personas en edad de trabajar que se encuentran ocupadas o que buscan empleo de manera activa.

 65Tasa de asalarización: porcentaje de ocupados que perciben un salario entre el total de ocupados.


  Si bien la generación de empleo ha sido constante en esta década de recuperación económica, el crecimiento del empleo en Argentina da muestras de ser significativamente rígido ante el incremento de la actividad. Como se observa en el Gráfico 1.102 en el año 2011, un aumento de un punto porcentual (interanual) del PIB en términos constantes se vio acompañado por un incremento del 0,29% del empleo registrado privado. Esto lleva a pensar que el crecimiento sostenido a altas tasas no es en sí mismo la única fuente de generación de empleo.                                                  

 

Una vez más las diferencias existentes en el mercado laboral se hacen sentir. La elasticidad empleo PBI varía según la intensidad del empleo. Si se considera la creación de empleo pleno66 se verifica una sensibilidad significativamente mayor del empleo, aumentando un 0,5% ante un incremento de un punto porcentual en el PBI.  

La creación constante de empleo en los últimos dos años permitió a los sectores recuperar su planta de personal e incluso expandirla más allá de los niveles contratados a finales del 2008 y durante todo el 2009.  Según los últimos datos disponibles (segundo trimestre del 2011), el sector productor de bienes recién está recuperando los niveles de ocupación alcanzados a finales de 2008 mientras que el sector servicios superan los niveles máximos de 2008 en un 5,4%. (Ver Gráfico 1.103)  Un dato destacable en este proceso de generación de empleo es el liderazgo experimentado por el sector productor de bienes. Su tasa de variación interanual fue la mayor durante el primer semestre del 2011 (v.a.i 5,10%), superando por primera vez desde finales del 2005 el ritmo de aumento del sector productor de servicios (v.a.i 4,62%).   


 66 Total de ocupados neto del total de subocupado (personas que trabajan menos de 35 horas semanas por

 causas involuntarias y que están 


 

1.11.2 Informalidad 

La informalidad es reconocida como una de las problemáticas más graves que presenta el mercado laboral  argentino.  Según  la  describe  la  OIT,  se  trata  de  un  fenómeno  estructural,  no  temporal  ni marginal.  Se  caracteriza  por  ser  un  empleo  desarrollado  fuera  del  marco  normativo  legal,  sin  los derechos ni beneficios que el mismo provee. Sus efectos negativos repercuten tanto en el bienestar de los trabajadores como en el crecimiento económico.  

Esta irregularidad lesiona derechos fundamentales del trabajador y su familia. Es un problema heterogéneo  que incide sobre un amplio rango de personas: desde quienes están excluidos del mercado laboral  y  marginados  de  los  mecanismos  formales  de  protección  social,  como  así  también  sobre aquellas  personas  que  viviendo  en  condiciones  socioeconómicas  aceptables  eligen  por  voluntad propia evadir obligaciones tributarias y laborales como los aportes a la seguridad social. 

A pesar de esta heterogeneidad, la concentración es marcada en los tramos inferiores de la distribución del ingreso. Según datos basados en la EPH, cuatro de cada diez informales se encuentran en el primer cuartil del ingreso per cápita familiar, mientras que en el segundo cuartil más pobre se encuentran otros tres. 

La composición de la PEA se revierte al pasar del 50% más pobre al 50% más rico de la sociedad. En el Gráfico 1.104 se puede observar la mayor incidencia de la informalidad en el primer y segundo cuartil de la distribución del ingreso per cápita familiar, disminuyendo en el último cuartil con una participación del 14,8%.  

 

Entre las consecuencias de una inserción laboral precaria encontramos las brechas salariales entre los trabajadores formales e informales. Un empleado registrado percibe un salario de bolsillo superior al de un empleado informal; por otro lado las actualizaciones salariales en el sector registrado lograron mantener el poder adquisitivo de la remuneración ante procesos inflacionarios. En el Gráfico 1.105 se expone la evolución del índice de salarios, el cual capta la senda de crecimiento de los mismos evidenciando una brecha entre las actualizaciones a los empleados registrados y no registrados en continua expansión.  

 

Otro perjuicio que daña el bienestar tanto del trabajador como de su núcleo familiar es el desigual acceso a la protección social y a la cobertura de salud. En el Gráfico 1.106 se resumen los últimos datos disponibles de la EPH para el segundo trimestre de 2011: mientras que sólo el 4% de los trabajadores formales declaró no poseer cobertura de salud, el 65% de los trabajadores informales declaró tener una carencia de seguro médico. 67 

 

El trabajador informal se ve enfrentado a un mercado laboral inestable, que no brinda las condiciones  necesarias  para  proyectarse  en  búsqueda  de  mayor  productividad  y  progreso  personal.  Esta inestabilidad se manifiesta en las diferencias de antigüedad en el puesto de trabajo según condición laboral y en la mayor tasa de rotación de los informales. Como muestran los Gráficos 1.107 y 1.108, los trabajadores formales retienen su puesto, en promedio, el doble de años que un informal, siendo su velocidad de rotación más del doble que la del total de ocupados.


67 Se consideró trabajador informal tanto a los asalariados sin descuento jubilatorio como a los patrones,

 cuentapropistas, o trabajadores familiares sin remuneración  


     

Un análisis de las causas de la informalidad nos dirige hacia el concepto de “informalidad de costos”.

Esta se genera como consecuencia de una baja productividad en ciertos tipos de empresas como las PyMES y microempresas, las cuales vislumbran en la evasión fiscal y laboral un recurso de subsistencia económica. En este segmento se deben crear esquemas de incentivos que brinden la seguridad necesaria para regularizar la falta legal con sus empleados y así promover la productividad laboral.  

En  otros  sectores,  como  las  empresas  en  las  que  conviven  trabajadores  formales  e  informales, la irregularidad  constituye  un  mecanismo  más  de  reducción  de  costos.  Estos  sectores  se  nutren  de trabajadores que perciben en el trabajo informal un refugio ante el desempleo, y optan por brindar sus servicios en ausencia de un marco regulatorio que los proteja.  

   

En esta etapa de crecimiento económico constante, se debe buscar un nuevo patrón que coloque al empleo como eje rector de las políticas económicas y sociales. Se destacan medidas de implementación concretas como el Plan Nacional de Regularización del Trabajo, el Régimen Especial para el Servicio Doméstico, el Monotributo Social, el Programa de Simplificación Registral y las campañas de sensibilización en los medios de comunicación. Sin embargo la informalidad, por ser un problema estructural y heterogéneo demuestra ser un núcleo duro de atacar. El diseño de políticas que reduz-can la informalidad deben ser el resultado de un compromiso del Estado, las empresas, los trabaja-dores y sus gremios, que aseguren una contracción de la precariedad en el tiempo brindando pro-tección social y comprometiendo a mejoras en la productividad.

1.11.3. Pobreza

La pobreza es la situación social y económica caracterizada por la incapacidad de satisfacer las nece-sidades básicas humanas, tanto físicas como psíquicas. Se manifiesta por la carencia de los recursos necesarios para el sustento digno del nivel y la calidad de vida de las personas.

 La calidad de vida se determina entre otros puntos por el acceso a la educación básica, la vivienda, el agua potable, la asistencia médica, etc. El diagnóstico sobre el estado del sistema educativo, sanitario y habitacional, entre otros, nos permiten valorar la calidad de vida alcanzada por una sociedad. Sin embargo para determinar la cuantía de la pobreza en un territorio se recurre a indicadores monetarios, comparando los ingresos de las familias con el costo de una canasta básica de bienes y servicios. En este sentido, se considera que una persona está en situación de pobreza cuando su nivel de ingreso no alcanza a cubrir la Canasta Básica Total (CBT). A su vez, la indigencia se mide por el porcentaje de la población que con sus ingresos no logra cubrir la Canasta Básica Alimentaria (CBA).

 A pesar del crecimiento económico los niveles de pobreza se han acentuado en los últimos años. Después de un pico máximo durante la última gran crisis interna, el nivel de pobreza descendió de manera continua hasta finales del año 2006. El punto mínimo de la serie se alcanzó con un 23% de la población en situación de pobreza. En la actualidad, el porcentaje de la población incapaz de acceder a la CBT se encuentra en torno al 25% de la población, representando a unos diez millones de argentinos. Aunque con menor variabilidad, la indigencia68 refleja la tendencia de la pobreza. El nivel de indigencia se ha mantenido en torno al 10% durante los últimos tres años.  

Como  se  analizó  en  el  Balance  de  la  Economía  Argentina  2010  el  nivel  de  pobreza  existente  no  es homogéneo en todas las provincias. Mientras el Norte presenta un nivel de pobreza superior al 40%, en el Sur no alcanza al 10% de la población. Los valores del Centro del país se asemejan al promedio nacional.  

Las estimaciones para el mes de setiembre realizadas por el INDEC arrojan un valor para la CBA de $616,64 y para la CBT de $1362,72. Dada la polémica en torno a los productos y los precios considerados en las canastas que releva el INDEC se recurre a estimaciones privadas. La Canasta Básica considerada señala el valor de los bienes que satisfacen las necesidades nutricionales (cantidades mínimas  de  calorías  y  nutrientes)  tomando  en  cuenta  los  hábitos  de  consumo  predominantes  en  los sectores populares de Córdoba. El número de productos relevados son 39, incluyendo productos de almacén, verdulería y carnicería.  

El nivel de indigencia se calcula a través del porcentaje de hogares o individuos cuyo ingreso es inferior al valor de la CBA. Para el mes de setiembre de 2011 la CBA para una familia tipo de los barrios de Córdoba tuvo un valor de $1.184,10; experimentando una variación de1.54% con respecto al mes de agosto. De manera análoga, el nivel de pobreza se obtiene analizando la cantidad de hogares o individuos cuyo ingreso no supera el valor de la CBT. La misma incluye a la CBA el componente no alimentario, expresado a través de la inversa del coeficiente de Engel69. La línea de pobreza para el mes de setiembre de 2011 para una familia tipo de los barrios de Córdoba fue de $2.616,86;  experimentando una variación mensual de 1,54%.  

Utilizando  estos  valores  y  los  resultados  de  la  EPH  se  presentan  en  el  Cuadro  1.15  los  niveles  de indigencia y pobreza de Córdoba para setiembre del año2011.  

 

1.11.4. Demanda habitacional 

La pobreza se expresa de diversas formas en un país produciendo inadecuadas condiciones de vida a grandes porciones de la población. Una de estas formas de expresión es la carencia de vivienda, la falta de servicios básicos en las mismas y la insuficiente infraestructura necesaria para sanear este problema. 

Estas carencias se representan en las estimaciones del “déficit habitacional”, que definiremos como la cantidad de hogares con carencia absoluta de vivienda, más la cantidad de hogares que habitan viviendas de calidad muy deteriorada o que no ofrecen los servicios básicos. 


68 Se considera como indigentes a quienes no puedan cubrir con sus ingresos el valor de la Canasta Básica Alimentaria.  

 69 Coeficiente de Engel = gastos alimentarios / gastos totales de la población de referencia


En este sentido, el Comité de Derecho Humanos de las Naciones Unidas aclara que en la actualidad una vivienda debe considerarse como el espacio donde los individuos o las familias pueden vivir en seguridad, paz y dignidad. 

Para poder lograr una comprensión del déficit habitacional es necesario recaudar información referida a la calidad de las viviendas y a su ocupación. En nuestro país, en los dos últimos censos, se ha utilizado  el  criterio  de  hogar‐unidad  doméstica.  El  mismo  exige  que  las  personas  que  forman  un hogar ocupen la totalidad o una parte de una vivienda y que compartan las comidas principales y atiendan en común a las necesidades básicas. La ventaja de este mecanismo frente a otros es que permite censar cuantos hogares conviven en una vivienda. 

Para la medición de demanda de viviendas se utilizan dos conceptos de requerimientos habitacionales. Por una parte, se encuentra el déficit cuantitativo que estima la cantidad de viviendas que la sociedad debe construir o adicionar al parque existente para que haya una relación uno a uno entre viviendas adecuadas y familias. Esto involucra diferenciar el parque de vivienda inadecuado y conocer cuánta es la demanda potencial de viviendas por medio de variables referidas al agrupamiento de las personas en hogares y núcleos familiares. La otra expresión es el déficit cualitativo, que se refiere a las viviendas particulares que deben ser  mejoradas para formar parte del  stock de viviendas satisfactorias. En la siguiente sección se realiza un estudio que está centrado principalmente en detallar  el  déficit  cuantitativo,  aún  cuando  están  también  registradas  las  necesidades  de  mejoramiento o viviendas recuperables. 

Como  se  mencionó,  la  medida  de  déficit  habitacional  básica  refleja  la  proporción  de  hogares  que residen en viviendas con deficiencias en relación con el total de hogares relevados. Se han definido distintas categorías de  hogares en viviendas deficitarias70

  •    Hogares en viviendas irrecuperables: Entendidas como aquellos hogares que residen en viviendas que por la calidad de los materiales con que han sido construidas, deberían ser directamente reemplazadas por las nuevas unidades de vivienda. Dentro de esta categoría se consideran  aquellos  que  residen  en  Ranchos,  Casillas,  locales  no  construidos  para  fines habitacionales y viviendas móviles. 
  •     Hogares en viviendas recuperables: Aquellos hogares que habitan en viviendas que si bien presentan rasgos de precariedad, pueden ser recuperadas mediante obras de refacción o completamiento. Dentro de la categorización del censo serian aquellos que residen en Casas tipo “B”71 y Piezas de inquilinato. 
  •     Hogares con hacinamiento por cuarto en viviendas buenas: hogares que habitan buenas viviendas pero, que por su tamaño, resultan inadecuadas para albergarlos produciéndose distintos niveles de  hacinamiento.  

 70 INDEC, Situación Habitacional 2001, Resultados del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas

 2001. Año 2003. 

71 Cumple por lo menos una de las siguientes condiciones: no tiene provisión de agua por cañería dentro de la

 vivienda; no dispone de retrete con descarga de agua; tiene piso de tierra u otro material precario (INDEC).  


 1.11.4.1  Análisis del estado del déficit habitacional  

Según datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 201072 existen en el país 12.171.675 hogares, lo que ha significado un incremento de 20,8% respecto del censo anterior. En cuanto a la cantidad de viviendas, existen 13.835.751 viviendas empadronadas, 14,9 puntos porcentuales por encima del último censo, de las cuales 11.317.507 son unidades ocupadas (ver Gráfico 1.110). 

A fin de realizar la estimación de las necesidades de viviendas nuevas se computó el total de hogares que ocupan viviendas irrecuperables, a saber: 447.448 hogares.                                                      

En lo que respecta al régimen de tenencia de la vivienda y de la tierra, el último censo muestra una mejoría en el porcentaje de hogares con tenencia legales de la vivienda pasando de un 84,5% en el 2001  al  85,8%  en  el  2010.  Dicho  aumento  se  debe  principalmente  a  un  crecimiento  del  5%  en  la cantidad de inquilinos mientras que los propietarios de la vivienda y el terreno caen en casi 3%. En el Cuadro 1.16 se detallan los datos de los hogares por tipo de vivienda, según el régimen de tenencia de la vivienda y el terreno. 


72 En esta sección se utilizarán datos correspondientes tanto al Censo Nacional 2010

como al Censo Nacional 2001, según disponibilidad de informacion.


 

 1.11.4.2 Situación Habitacional en la Provincia de Córdoba 

En cuanto a la provincia de Córdoba, entre 1980 y 2010 el parque habitacional creció un 71,63%, pasando de 698.957 viviendas empadronadas en 1980 a un total de 1.235.956 en el año 2010. Para el tiempo intercensal 1980/1991 la variación fue de 24,95%, para 1991/2001 fue de 21,26%, para el período 2001/2008 la crecimiento fue del 13,27% y en el último periodo 2008/2010 del 3,03%. 

Realizando un análisis a partir del Censo de 2010 se evidencia un total de 978.553 viviendas ocupadas en la provincia, las cuales son habitadas por 1.031.843 hogares. Por otro lado, el 1,09% de total de hogares habitan en viviendas consideradas deficitarias irrecuperables (valor considerablemente menor a la media nacional, 3,68%). El Cuadro 1.17 brinda un resumen con los últimos datos disponibles detallados respecto de la situación habitacional de la provincia de Córdoba y del país. 

Se debe destacar la favorable evolución en el tiempo respecto a las viviendas deficitarias irrecuperables. Así, se puede apreciar en el Cuadro 1.18 la evolución de los indicadores de calidad de vivienda en lo que refiere a las instalaciones sanitarias: 

  •      La proporción de viviendas con disponibilidad de agua por cañería dentro de las mismas as‐cendió del 76,3% en 1980 al 93,4% en el año 2010. 
  •     La proporción de viviendas con disponibilidad de inodoro con descarga de agua presenta una incidencia creciente del 77,6% en 1980 al 98,3% en el 2010. 
  •     En relación con el tipo de desagüe se observa que las viviendas ocupadas con desagüe a cloacas o a pozo ciego con cámara séptica aumentaron su incidencia del 73,4% en 1991 al 84,3% en el año 2001.Para el año 2010 alcanza al 86,6% de los hogares. Dichos incrementos  se originan en la mayor cobertura de la red de cloacas, debido a que la proporción de viviendas con desagüe a cloacas aumenta del 17% al 29,5% entre 1991/2001 y del 29,5% al 38,3%. 

 Con la información brindada por la EPH de INDEC se puede realizar un seguimiento actualizado de la situación habitacional del Gran Córdoba en lo que refiere a viviendas deficitarias recuperables y al nivel de hacinamiento existente (análisis del tipo cualitativo). El Cuadro 1.19 muestra la misma in-formación por deciles de ingreso per cápita familiar.

Actualmente en Gran Córdoba está evidenciando un hacinamiento (en términos de viviendas) del 7,3%, valor que ha estado en descenso en los últimos años pero que, igualmente, permanece en niveles significativamente altos.

Realizando un análisis por deciles de ingreso per cápita familiar, se desprende que sólo las familias que acumulan el 20% de los ingresos más elevados de la economía no presentan ningún tipo de deficiencia cualitativa en sus viviendas. Contrariamente, los deciles más bajos de la economía pre-sentan alarmantes problemas en lo que refiere a la calidad sanitaria de sus viviendas y al nivel de hacinamiento que presentan. Por ejemplo, hasta el tercer decil existe un hacinamiento superior al 10% (tomando como unidad a las viviendas), y solo a partir del quinto decil se evidencia un nivel inferior al 5% (ver Cuadro 1.19).

Habiendo cuantificado la demanda habitacional insatisfecha, cabe hacer la pregunta: ¿Qué tan lejos se  encuentra  la  misma  de  satisfacer  su  necesidad?  Es  evidente  que  la  respuesta  a  esta  pregunta depende  del  decil  del  que  se  esté  hablando.  El  Gráfico  1.111  presenta  una  comparación  entre  el costo  de  construir  un  m2  para  el  promedio  del  tercer  trimestre  del  2011  ($2.640,16)  y  el  ingreso promedio familiar por decil (del mismo periodo del 2011), tanto para Córdoba como para Rió Cuarto como ciudad referente del interior provincial y para el total del país. 

 

 


 73 Deciles de ingreso per cápita familiar. 


 A primera vista resulta que inclusive el noveno decil, para construir un m2, debe abocar un monto equivalente a la suma de los ingresos familiares dividido por el total de los miembros de la familia, ya sea en el interior o en la capital provincial. A modo de ejemplo, si una familia de este decil aspirase a comprar lo que la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Provincia de Córdoba llama una “vivienda tipo74″, suponiendo además que los costos de construcción permanecen constantes y que no puede acceder a una financiación, le tomaría, invirtiendo en estas proporciones, 5,5 años terminarla,  lo  que da  una clara  idea  del  sacrificio  que  implica.  Sacrificio  que  claramente  aumenta  si  se tiene en cuenta que el costo de construcción aumenta en promedio un 20% año y si se conjugan otros factores como el alquilar otra vivienda durante la construcción para habitarla. Por supuesto que si la prioridad de la familia es alcanzar la vivienda propia, todos los miembros pueden hacer un mayor  esfuerzo  y  abocar  de  esta  manera  más  fondos  a  la  adquisición  de  la  misma,  acortando  el tiempo antes estimado. Sin embargo, es probable que aun llevando un nivel de vida bastante austero, al computar los aumentos en los costos y el alquiler, el tiempo resulte mayor. 

Si el noveno decil encuentra estas dificultades, es evidente que los deciles que sí presentan déficit habitacional de alguna índole se encuentran en una dificultad aun mayor para suplirlo. Así surge la necesidad de un financiamiento oficial a largo plazo que permita la adquisición de una vivienda a las familias que encuentran dificultades en la actualidad.

 

1.11.5 Salarios  

Si bien el desempleo presenta un descenso continuo, el año 2011 cerró nuevamente con un bajo nivel de elasticidad empleo‐PIB. En cuatro años consecutivos no fue posible superar el umbral del 0,3% de creación de empleo por un aumento unitario del PIB. Esto demuestra fuertes rigideces en el mercado de trabajo.  

Una cuestión preponderante en el mercado laboral es la lucha salarial existente para mantener e incluso aumentar el salario real en contextos inflacionarios. Haciendo un análisis de los salarios básicos por convenio75 para el año 2011, se observa que solo un gremio no pudo ganarle al alza generalizada de precios del 23%. Camiones, Administración Pública y Textiles apenas lograron que sus salarios básicos recuperaran la pérdida del poder adquisitivo por inflación. (Ver Gráfico 1.112) 


 74 Con una superficie cubierta de 75,7 m2, compuesta por living‐comedor, dos dormitorios, cocina y baño.

75 Salario básico de convenio: es el salario mínimo que percibe un trabajador sin antigüedad que cumple una jornada

normal de trabajo, según lo establece el convenvenio


 Dejando de lado la categoría inferior y con excepción de los mecánicos y los encargados de edificios, todos los sindicatos lograron aumentos salariales por encima de la inflación final. Como se puede observar en el Cuadro 1.20, algunos sindicatos lograron aumentos del salario real cercanos al 10%. 

 

Entre las principales rigideces del mercado del trabajo, se encuentran los altos costos laborales no acompañados por una mejora de la productividad. En el Gráfico 1.113 se puede observar la evolución de los salarios reales y la productividad en el periodo 1995‐201076. El crecimiento entre puntas del salario real fue de un 36% mientras que la productividad laboral (medida como el producto por persona empleada) aumentó un 31%. Esto indica que pese al fuerte proceso inflacionario, las remuneraciones reales han logrado crecer al ritmo de la productividad laboral, alcanzando incluso en los últimos años, aumentos superiores al aporte adicional al producto.  

 

 


76 Para el cálculo del salario real se utilizó la serie de Remuneración por todo concepto de los trabajadores registrados del sector privado publicado por el Ministerio de Trabajo y el Índice de Precios del Consumidor construido por la 

provincia de Santa Fe.  


 La carrera salarial para el año 2012 forma parte de un proceso más integral de reordenamiento de los  principales  precios  relativos.  Surge  la  necesidad  de  reorientar  las  negociaciones  en  torno  a  la productividad laboral. En este sentido desde el Poder Ejecutivo se anunció la formación de una comisión  encargada  de  estudiar  la  evolución  de  la  productividad  en  cada  sector,  constituyendo  una herramienta esencial al momento de debatir una pauta salarial moderada que no ejerza presiones sobre el nivel general de precios. 

 

1.12 Consideraciones Finales 

La economía local cerró su noveno año de crecimiento consecutivo. En particular, tanto el 2010 como el 2011, fueron años con un desempeño productivo por encima del 9%, explicados por una variedad de impulsos económicos de distinta magnitud. No obstante, el contexto internacional no deja de arrojar señales de precaución y el futuro se vislumbra incierto. 

En  este  escenario,  en  el  capítulo  se  pretendió  abordar  de  distintas  perspectivas,  los acontecimientos económicos de mayor relevancia en el año que pasó en materia fiscal, monetaria, financiera, comercial y social. 

En lo que respecta a  la economía mundial, si bien se registró un crecimiento, este lo hizo a menores tasas que las proyectadas  y se realizaron ajustes (a la baja) para proyecciones futuras. Un punto a destacar es que las economías emergentes explicaron la mayor parte de este crecimiento mientras que algunos países avanzados se contrajeron. En este sentido, preocupa la dificultad que tienen los países de la Eurozona de encontrar una salida razonable a los desequilibrios por los que transitan sus economías.  

En materia comercial, si bien se verificó un superávit, este fue un 11% inferior al año 2010. El resultado se caracterizó por exportaciones que alcanzaron un record histórico, siendo los principales consumidores de la producción doméstica Brasil (20,78%) y China (7.69%) y por importaciones que se incrementaron en un 30% en relación al año anterior, como consecuencia de un aumento del consumo interno, el fuerte crecimiento de la actividad industrial y los altos niveles de inflación doméstica. Este significativo incremento llevó a las autoridades a implementar normativas para regular el crecimiento de las importaciones. 

La situación fiscal por su parte, se deterioró significativamente en el año que transcurrió. El menor crecimiento de los ingresos y el sostenimiento de los gastos se tradujo en un déficit financiero sin precedentes en la administración kirchenerista, alcanzando el 1,6% del producto.  

Por  otro  lado  los  aspectos  monetarios,  cambiarios  y  financieros  se  mantuvieron  estables  en  términos  de líneas generales de política caracterizados por una base monetaria en expansión generando presiones inflacionarias, esfuerzos por  mantener el nivel de  reservas internacionales conteniendo principalmente la demanda de divisas por parte del sector minorista, un mercado de cambios administrado a fin de disminuir la volatilidad del tipo de cambio y una política de profundización financiera orientada a aumentar el dinamismo del crédito productivo al sector privado (motor de crecimiento). 

Finalmente, en materia social, mientras los niveles de pobreza e indigencia registran una profundización en los  últimos  años,  los  principales  indicadores  del  mercado  laboral  registran  una  indudable  mejora  como resultado de  un aumento en la tasa de empleo, asalarización y salarios reales y una disminución de la tasa de desempleo e informalidad (entendida como la proporción de asalariados sin descuento jubilatorio).  

Como resultado del análisis realizado en el capítulo, se puede afirmar que los principales problemas locales parecen estar relacionados a cuestiones sensibles a futuro; a saber, los desordenes fiscales, la inflación y la dirección de las cuentas externas. Por su parte, el destino que tome el mundo en el 2012 será un punto clave en el modo y la forma de resolver estos desordenes macroeconómicos y sin lugar a dudas, en el impacto que tendrá en la sociedad argentina. De este modo, es necesario pensar que no existe mejor forma de entrever los problemas a futuro que hacer un análisis retrospectivo de la realidad, con la convicción de que el futuro es incierto, pero con la certeza de que en el pasado se escribe la historia. 

 

ANEXOS 

ANEXO 1.1: Metodología del IMAC 

El IMAC es el Indicador Mensual de la Actividad Económica de Córdoba. El indicador resume el comportamiento de un conjunto de once variables que permiten explicar la evolución de la economía de la provincia. 

La construcción del IMAC involucra acciones tales como:

  •    Transformación de variables nominales en reales, dividiendo por el Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Córdoba77
  •    Ajuste estacional de las series, realizado para evitar las  variaciones regulares y repetitivas dentro de un año  determinado;  tales  como  efectos  de  los  aguinaldos,  mayores consumos ciertos meses del año, ciclos agropecuarios, etc. El programa utilizado es el X12-ARIMA del US Bureau of Census.  
  •    Construcción del IMAC, resumiendo la información de las series individuales y dando mayor peso a aquellas series que poseen menor volatilidad. 

 La información que se utiliza fue seleccionada de acuerdo a principios metodológicos recomendados a nivel internacional y nacional. Cumple con rigurosos criterios estadísticos y económicos, y a su vez ofrecen la posibilidad de mostrar el ritmo actual de la economía. A continuación se enumera la información del IMAC, sus características particulares y su correspondiente fuente de información. El listado pertenece al grupo de series coincidentes, o que muestran el desempeño presente del ciclo económico de la provincia (ver Cuadro A1.1.1).  

  


77 A partir de Enero de 2007 se utiliza el IPC de la provincia de Santa Fe, a causa del alejamiento de los cálculos de la Inflación por parte del IPC de la Ciudad de Córdoba y de la Capital Federal y GBA. Al final del presente documento se brinda una comparación entre los cálculos de las diferentes fuentes privadas y oficiales que miden el desempeño del IPC.  


 Si bien se requieren once series, se debe adicionar la serie del Índice de Precios al Consumidor (IPC) necesaria  para  deflactar  las  variables  monetarias;  es  decir,  para  quitar  el  efecto  de  la  inflación. 

Además el consumo de gas y fuel oil utilizados en la industria se resumen en una única serie, al igual que las ventas de naftas y GNC. De esta forma el número de series es mayor a las inicialmente presentadas en la tabla previa. 

 

 A1.1.1 Metodología de cálculo 

En este apartado se presentan de manera rigurosa los pasos que deben seguirse para la construcción

del IMAC78.

En primer lugar, se calculan el promedio de variaciones estandarizadas mensuales (c(1)). Para ello, cada serie “j”, previamente deflactada (en el caso de las series nominales) o convertida a unidades homogéneas (en el caso de la energía), es ajustada por estacionalidad y otros procedimientos estadísticos que suavizan los datos irregulares. Luego, se calcula el promedio simple de las variaciones.  

  

Estas variaciones mensuales, que corresponde al promedio simple de las variaciones estandarizadas, son  multiplicadas  por  la  relación  entre  el  desvío  estándar  del  PIB  nacional  (para  que  puedan  ser comparables los ciclos de la provincia con el nacional) y el desvío estándar de las variaciones calculadas. Luego se le suma la tendencia del PBG (mPBG) para incorporar información sobre el ciclo provincial en el período 1994‐2008. 

  

Partiendo de un valor 100 en el período inicial de cálculo del indicador, se construyen los restantes valores y actualizaciones del indicador, calculando la exponencial sobre el período previo. 

  

Desde el comienzo del cálculo del IMAC se trabajó con el IPC de la Ciudad de Córdoba para quitar el efecto  de  la  inflación  en  las  series  nominales,  ya  que  por  su  naturaleza  era  lo  más  indicado  para ajustar la información de la Provincia de Córdoba. Pero en 2007 se produjo un alejamiento intencional  entre  el  verdadero  comportamiento  de  los  precios,  estimado  por  organismos  privados,  y  los presentados por la Provincia y el INDEC Nacional. Esto motivó el empalme con series que muestran fehacientemente el desempeño de los precios. Es por ello que una de las mejores alternativas disponibles es el IPC estimado por la provincia de Santa Fe, ya que se elabora en una Institución oficial y que cuyo cálculo no se encuentra intervenido. 


78 Es factible solicitar una versión más extensa y detallada que la actual. Contacto: sdiaz@bolsacba.com.ar.      


A continuación se grafican el comportamiento de los precios según diferentes indicadores estimados, tanto públicos (nacionales y provinciales), como privados; para que el lector o usuario del IMAC pueda extraer sus propias conclusiones. A excepción de los cálculos del INDEC y de la DPE de Córdoba, las estimaciones brindan señales similares sobre el ritmo inflacionario. 

 

A1.2 Metodología del  IAECC 

El IAECC es el Indicador Mensual de la Actividad Económica de la Ciudad de Córdoba. El indicador resume el comportamiento de un conjunto de 10 variables que permiten explicar la evolución de la economía de la Ciudad.  El IAECC fue desarrollado como proyecto de Investigación en la Bolsa de Comercio de Córdoba mediante un convenio con el Consejo Federal de Inversiones (CFI). En la actualidad, se realizará la difusión mensual de los cálculos en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba. 

La metodología es similar a la utilizada para la elaboración del IMAC, de la actividad económica provincial, aunque el conjunto de series es más reducido ya que a medida que se reduce la cobertura geográfica aumentan considerablemente la dotación de información estadística. 

La construcción del IAECC requiere de ciertos pasos repetitivos en cada una de sus actualizaciones mensuales. Este conjunto de series mensuales se relacionan con el empleo, las remuneraciones, las ventas, la producción automotriz, las ventas de autos 0 km, la construcción, y la demanda laboral. De manera sintética los pasos abordados en la elaboración son: 

  •      Proceso de selección de un conjunto amplio de series candidatas a integrar el indicador. En dicho proceso se requiere que las series cumplan con criterios estadísticos, económicos y de rápida de disponibilidad de la información. Además, se necesita que las series presente un comportamiento coincidente con la “serie de referencia” que a priori de conoce capta adecuadamente el ciclo económico de la Ciudad. Dicha serie es el nivel de empleo 
  •     Recopilación de las series mensuales  
  •     Transformación de variables nominales en reales, dividiendo por el Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Córdoba79
  •      Ajuste estacional de las series. El ajuste se realiza para evitar las variaciones regulares y repetitivas  dentro  de  un  año  determinado;  tales  como  efectos  de  los  aguinaldos,  mayores consumos ciertos meses del año, ciclos agropecuarios, etc. El programa utilizado es el X12‐ARIMA del US Bureau of Census.  
  •      Construcción del IAECC, resumiendo la información de las series individuales y dando mayor peso a aquellas series que poseen menor variación o son menos volátiles. 

La información que se utiliza para la construcción del IAECC fue seleccionada de acuerdo a principios metodológicos recomendados a nivel internacional y nacional. La información cumple con rigurosos criterios estadísticos y económicos, y a su vez ofrecen la posibilidad de mostrar el ritmo actual de la economía. A continuación se enumera la información del IAECC, sus características particulares y su 


 79 A partir de Enero de 2007 se utiliza el IPC de la provincia de Santa Fe,

a causa del alejamiento de los cálculos de la Inflación por parte del IPC de

la Ciudad de Córdoba y de la Capital Federal y GBA. Al final del presente

 documento se brinda una comparación entre los cálculos de las diferentes

 fuentes privadas y oficiales que miden el desempeño del  IPC.     


correspondiente fuente de información. El listado pertenece al grupo de series coincidentes, o que muestran el desempeño presente del ciclo económico de la Ciudad (ver Cuadro A1.1.2).                                                                                                     

 

ANEXO 1.2: PATRÓN DE COMERCIO BILATERAL: LOS CASOS DE BRASIL Y CHINA

En el presente anexo se realiza un análisis del comercio  exterior  de  Argentina  con  el  objetivo  de 

encontrar  aquellas  variables  que  explican  la  evolución de las exportaciones e importaciones hacia 

y desde los dos principales socios comerciales del país, Brasil y China. 

 

A1.2.1 Introducción 

Los principales datos sobre el comercio exterior de Argentina ya fueron presentados en el inciso 1.8. En el presente anexo se aborda el comercio exterior desde una perspectiva diferente, donde se intenta encontrar las variables explicativas que influyen sobre los volúmenes comercializados. Se coloca especial énfasis en el vínculo comercial con Brasil y China, dado que ambos explican, en conjunto, el 30% de las exportaciones del país (año 2010). 

Las relaciones comerciales con Brasil y China son muy diferentes, desde la composición de las exportaciones e importaciones hasta las distancias entre ambos mercados, por ende, las hipótesis sobre cuáles son las variables que explicarían el comercio bilateral también son diferentes. 

En el caso del vecino país y principal socio del Mercosur, el  análisis intenta verificar o rechazar dos hipótesis básicas: 

1.   La evolución y dirección del comercio exterior entre los dos países depende, fundamentalmente, del comportamiento del tipo de cambio real bilateral, 

2.   La evolución y dirección del comercio exterior entre los dos países depende, fundamentalmente, de las tasas de crecimiento de cada una de las economías. 

Cabe aclara aquí que si bien puede rechazarse o aceptarse alguna de estas hipótesis a nivel macro, cuando se realiza el análisis de manera desagregada (por sectores industriales, sectores primarios, etc.) puede arribarse a conclusiones diferentes. Esto se debe a que algunas actividades pueden presentar  mayor  sensibilidad  a  una  determinada  variable  que  al  ser  estudiado  de  manera  agregada quedan  compensadas  por  sensibilidades  menores  de  otras  actividades.  Además,  cuando  en  el  comercio bilateral existe una alta concentración en un producto específico (como es el caso de Argentina y Brasil, en el sector automotriz), éste influirá de manera decisiva en el resultado gregado. 

En el caso de China, la hipótesis es radicalmente diferente. Como se presentará oportunamente, la mayor parte de las exportaciones hacia China son del complejo sojero (en particular, poroto sin procesar), por lo que el nivel de ventas externas hacia el país asiático estaría regido principalmente por el éxito o no de las campañas agrícolas internas, y el precio internacional de los commodities. Sin embargo, en lo que se refiere a importaciones, las mismas están compuestas fundamentalmente por bienes industriales, cuya demanda depende del crecimiento económico de Argentina y los precios relativos. 

 

A1.2.2 Relaciones comerciales entre los principales socios 

En el Esquema A1.2.1 se presenta el monto exportado por cada país (Argentina, Brasil, China y Estados Unidos) y el destino de sus exportaciones. La dirección de cada flecha indica el destino de sus ventas externas, donde se señala la participación de ese destino sobre las exportaciones totales de cada país80

A partir del Esquema A1.2.1, y como ya fue presentado en el inciso 1.8 del presente libro, se advierte que Argentina presenta una alta dependencia de sus exportaciones en dos destinos, Brasil y China, 


 80 El grosor de la línea es proporcional a la dependencia del país a cada uno de los destinos. 


con un 21,3% y 8,6% del total exportado en el año 2010, respectivamente. Asimismo, el vecino país también presenta una alta dependencia en pocos destinos dado que China, Estados Unidos y Argen-tina, en ese orden de importancia, concentran el 34% de sus ventas externas.

  A1.2.3 La relación bilateral con Brasil 

Como ya se presentó en el inciso correspondiente a comercio exterior, Brasil se constituye como el principal socio comercial de Argentina, siendo el comprador de aproximadamente el 20% de las ventas externas del país.

A1.2.3.1 Composición del comercio bilateral con Brasil 

Resulta importante remarcar algunas características claves en la composición del comercio bilateral con Brasil, dado que presenta particularidades en relación a otros socios comerciales. En relación a las exportaciones hacia el vecino país, como se indica en el Cuadro A1.2.1, éstas se encuentran alta-mente concentradas en el capítulo 87 de la Nomenclatura Común del Mercosur (NCM), correspondiente a «Vehículos automóviles, tractores, ciclos y demás vehículos terrestres, sus partes y acceso-rios», con el 43,3% del valor exportado durante el año 2010. Participaciones menores tuvieron los capítulos referidos a combustibles, aceites y ceras minerales, cereales, y plásticos y sus manufacturas.

 

  

En lo que se refiere a importaciones, nuevamente, el capítulo 87 de la NCM adquiere la mayor relevancia, con una participación del 36% sobre el valor total importado durante el mismo año. Siguen en orden de importancia  otros  capítulos  que  abarcan  productos  industriales  como  reactores  nucleares,  calderas  y máquinas, máquinas, aparatos y material eléctrico, y plástico y sus manufacturas (ver Cuadro A1.2.2) 

Así, gran parte del comercio entre ambas economías corresponde a comercio intraindustrial. Cada país no está especializado en una industria en particular sino más bien en productos en particular. 

Esto es evidente en el caso del sector automotriz, dónde las filiales de las terminales en ambos países fabrican modelos diferentes y complementan su oferta local con importaciones de aquellos vehículos no montados internamente. Estos factores, sin duda, determinan la relación bilateral e influyen de manera decisiva en cuanto a cuáles son las variables explicativas del comercio entre ambas economías. 

A1.2.3.2 Comercio bilateral y tipo de cambio real 

El tipo de cambio real bilateral es un indicador a nivel macroeconómico de los precios relativos entre ambas economías. Cuando el tipo de cambio real bilateral con Brasil (pesos por real) aumenta, esto implica un abaratamiento relativo de los productos argentinos. Así, a medida que esta variable aumenta, deberían esperarse mayores saldos positivos en la balanza comercial, y viceversa. Sin embargo, cuando se analizan ambas series (tipo de cambio real bilateral y saldo de la balanza comercial), la evidencia parece contradecir esta hipótesis. 

En enero de 2002, a raíz de la devaluación del peso argentino, el tipo de cambio real bilateral (TCRB) aumentó un 150% en tan sólo algunas semanas. Luego, debido a la estabilización de la moneda nacional y el efecto “pass‐through” el TCRB comenzó a retroceder nuevamente pero manteniéndose aún al doble que en diciembre de 2001. Sin embargo, la apreciación de la moneda brasileña permitió mantener un TCRB elevado durante los siguientes años, con una temporal caída entre mayo de 2008 y agosto de 2009 como consecuencia de la depreciación del real a causa de la salida de capitales por la crisis internacional (ver Gráfico A1.2.1). 

   

Un hecho claro es que, contrariamente a lo que podría esperarse según la primera hipótesis presentada  en  la  introducción,  el  tipo  de  cambio  real  bilateral  alto  no  implica  necesariamente  un  saldo comercial  positivo  para  Argentina  (ver  Gráfico  A1.2.1).  Por  este  motivo,  deberían  buscarse  como fundamentos  del  comercio  bilateral  otras  variables  explicativas.  Una  de  ellas,  la  más  importante según la evidencia empírica, es el crecimiento económico de ambas economías, como se presenta en el punto A1.2.3.3. 

 

A1.2.3.3 Comercio bilateral y crecimiento económico 

En  el  intercambio  bilateral  con  Brasil  se  impone  claramente  una  relación  de  complementariedad, reflejo de economías cada vez más integradas, particularmente en el ramo industrial. El sector automotriz es un caso ejemplar en este sentido. 

En el presente apartado se analiza, en primer lugar, la relación entre el crecimiento brasileño y las exportaciones al vecino país (elasticidad PIB de las importaciones brasileras desde Argentina), y la relación inversa: vínculo entre el crecimiento argentino y las importaciones desde aquel origen (elasticidad PIB de las importaciones argentinas desde Brasil). Posteriormente, y resultante de una combinación de estos análisis, se pretende explicar el saldo comercial bilateral a partir de los diferenciales de crecimiento de ambas economías. 

 Analizando las series históricas se observa una importante dependencia de las importaciones argentinas al PIB local. Esto queda reflejado con claridad a partir del Gráfico A1.2.2, donde se observa el similar  comportamiento  en  los  valores  referidos  a  la  tasa  de  crecimiento  interanual  del  producto argentino  y  las  importaciones  desde  Brasil.  Estas  últimas  estarían  replicando  4  veces  la  variación ocurrida en el producto, mostrando una elevada elasticidad de las importaciones brasileras al comportamiento del PIB doméstico. 

Algo similar ocurre con la sensibilidad de las importaciones brasileñas. El Gráfico A1.2.3, análogo al Gráfico  A1.2.2,  muestra  la  existencia  de  una  alta  sensibilidad  de  las  importaciones  brasileñas  por bienes argentinos a las variaciones del producto de su economía. 

 

De este modo, la evolución del saldo comercial con el vecino país podría ser explicada a partir de los diferenciales de crecimiento de ambas economías. Así, cuando un país crece más que el otro, tiene una mayor demanda de importaciones (tanto de bienes de consumo, como intermedios y de capital) y, por lo tanto, el saldo comercial debería ser positivo. En el Gráfico A1.2.4 se observan períodos en los cuales Argentina registró menor crecimiento y el saldo de la balanza comercial bilateral fue positivo, y períodos en los cuáles ocurrió lo contrario. 

Pueden identificarse tres etapas en las cuales las diferencias de crecimiento estuvieron de un signo o de otro, al igual que la balanza comercial bilateral. La primera de ellas, comprendida entre el primer trimestre de 1997 y el último de 1998, donde a pesar de que el crecimiento económico de Argentina fue mayor que el de Brasil, se registró un saldo positivo en la balanza comercial bilateral. En este caso, no se verificó la hipótesis planteada con anterioridad. 

En la segunda, comprendida entre el primer trimestre de 1999 y el último de 2002, Brasil registró tasas de crecimiento económicas mayores que las de Argentina y el saldo de la balanza comercial bilateral, en línea con la hipótesis planteada, fue positiva. La tercera de las etapas, que comenzó en el año 2003, muestra un crecimiento mayor de la economía local y un saldo comercial negativo con el vecino país. 

 

 

Recuadro A1.2.1: Un análisis sectorial 

 En el análisis desagregado podrían estar omitiéndose cuestiones importantes respecto a lo que ocurre con determinados sectores económicos. En Dicovskiy y Kiper (2009) se advierte que “algunas ramas productivas pueden exhibir una mayor dependencia respecto de algunas variables, que pueden ser compensadas en el agregado por sensibilidades menores en otras”. En su estudio, los autores, mediante estudios econométricos a partir de información sobre comercio exterior bilateral, tipos de cambio y crecimiento económico desde el primer semestre de 1994 hasta el primero de 2009 llegaron a la conclusión de que existe “una elevada y generalizada dependencia de las exportaciones industriales a Brasil respecto del crecimiento del PIB de ese país. Específicamente, los sectores cuyas exportaciones son más sensibles a las variaciones en el nivel de actividad de Brasil son Hierro y Acero, Maquinaria, Motores, Plásticos y Automotriz”. 

En relación al tipo de cambio real, el estudio arrojó que existen tres sectores con “elevada elasti‐cidad” (mayor a uno): prendas de vestir, productos textiles, y calzado. Aún así, los autores señalan que “en los tres casos también es determinante el nivel de actividad en Brasil”. Existe otro grupo  de  productos  con  “sensibilidad  media”  al  tipo  de  cambio  (cuando  el  tipo  de  cambio  se aprecia/deprecia un 10%, las exportaciones crecen/caen entre un 5% y un 10%). Estos sectores son: Madera y Muebles, Productos de caucho, Fabricación de aparatos de uso doméstico, y Sector  Automotriz.  Por  último  algunos  sectores  presentan  una  muy  baja  dependencia  del  tipo  de cambio real bilateral. Estos son: Plásticos, Papel, Motores, Maquinaria, Fibras sintéticas, Hierro y Acero, Químicos, y Cuero. 

 

A1.2.4 La relación bilateral con China 

A1.2.4.1 Composición del comercio bilateral con China 

Analizando las exportaciones hacia el país asiático durante el año 2010, se observa una alta concentración en el complejo oleaginoso, particularmente, en las ventas de “porotos de soja excluidos para siembra”.  Este  producto  significó  en aquel año  el 71% del  valor  exportado.  Por  otra  parte,  de  los cinco principales productos, cuatro corresponden a productos primarios o manufacturas de origen agropecuario, y uno a productos minerales (aceites crudos de petróleo). 

 

Por otro lado, cuando se analizan las importaciones, resulta inconveniente desagregarlas a nivel de producto (8 dígitos de la NCM) dada la alta desconcentración de las mismas en diferentes productos tecnológicos: computadoras, partes de computadoras, teléfonos celulares, electrodomésticos, etc. El único producto no perteneciente a un ramo tecnológico y que se encuentra entre los más importados es el “Glifosato y su sal monoisopropilamina”, con 182 millones de dólares importados durante 2010. 

Los productos más importados desde el país asiático se encuentran englobados en el capítulo 85 de la NCM referido a “Maquinas, aparatos y material eléctrico, y sus partes”, con el 30% de participación  en  2010  (ver  Cuadro  A1.2.4).Con  un  nivel  de  importancia  similar  le  sigue  el  capítulo  84,  que comprende  “reactores  nucleares,  calderas,  máquinas,  aparatos  y  artefactos  mecánicos;  partes  de estas máquinas o aparatos” 

 

A diferencia de lo que ocurre en la relación bilateral con Brasil, en el caso de China, los productos intercambiados  corresponden  a  sectores  económicos  diferentes,  no  existiendo  comercio  intraindustrial. Por este motivo, las variables que incluyen sobre el comercio en este caso también son diferentes.  

A1.2.4.2 Evolución del comercio bilateral 

El verdadero despegue del comercio bilateral con China comenzó a partir del año 2002, con niveles de exportaciones e importaciones que crecieron de manera prácticamente ininterrumpida hasta la actualidad (con excepción del año 2009).  Un hecho relevante que comenzó a observarse a partir del año 2003 es que las importaciones crecieron a una velocidad superior que las ventas hacia aquel país por lo que el superávit bilateral inició una senda de caída. Así, en el año 2007 el superávit fue casi nulo (77 millones de dólares) y en 2008 el déficit alcanzó los 750 millones de dólares continuando esta tendencia y llegando en 2010 a los 1.850 millones de dólares (ver Gráfico A1.2.5). 

A1.2.4.3 Variables explicativas de las importaciones desde China 

Dada la composición de las importaciones desde China, concentradas fundamentalmente en bienes industriales de consumo y bienes de capital, la evolución de las importaciones desde el país asiático debería estar, a priori, relacionada de manera directa con el crecimiento económico interno.  Esta hipótesis queda confirmada a partir del Gráfico A1.2.6 dónde se relaciona el crecimiento de las importaciones desde China y el crecimiento económico de Argentina. Se destaca una fuerte dependencia de las compras externas a esta variable. 

   

A1.2.4.4 Variables explicativas de las exportaciones hacia China 

La hipótesis que se verificó para el caso brasilero donde las exportaciones hacia el vecino país estaban relacionadas de manera directa con su crecimiento económico parecen quedar descartadas para el caso de China. Esto queda a la luz observando el Gráfico A1.2.7, donde se advierte la falta de correlación entre las series de crecimiento económico de China e importaciones anuales desde Argentina hacia el país asiático. 

 

Sin embargo, dada la composición de las exportaciones hacia aquel país, concentradas fundamentalmente en los envíos de porotos de soja sin procesar81, sí se advierte una correlación entre el valor bruto de la producción de soja (producción anual multiplicada por el precio promedio FOB en puertos argentinos) y las  exportaciones  hacia China.  Así,  se  entiende que  éstas  dependen de  manera directa  con  los  saldos exportables y no con el crecimiento económico de este socio comercial (ver Gráfico A1.2.8). 

  


81 En el año 2010, el 71% del valor exportado hacia China correspondió a porotos de soja sin procesar.

 Además, del total de exportaciones de este producto por Argentina, el país asiático adquirió el 83% (10,1

 millones de toneladas de 12,2 millones embarcadas). 


A1.2.5 Consideraciones finales 

En el presente anexo se estudiaron las variables explicativas del comercio exterior con los dos principales socios de Argentina: Brasil y China. Dadas las diferencias en términos de productos comercializados se advierten que los factores que afectan las compras y ventas externas desde y hacia aquellos países son distintos en cada caso. 

Con nuestro principal socio del Mercosur, gran parte del intercambio está relacionado con el sector industrial, con  una  influencia  marcada  del  sector  automotriz  en  el  volumen  total.  Así,  a  partir del análisis realizado se llegó a la conclusión de que el comercio bilateral está regido, principalmente, por el crecimiento económico de ambos países y donde el tipo de cambio real bilateral no es significativo, al menos a nivel macro. Las importaciones de cada uno de los países dependen de su nivel de actividad, por lo que el resultado de la balanza comercial bilateral está vinculado de manera directa con el diferencial de las tasas de crecimiento. 

Sí se advierten algunas cuestiones particulares cuando se realiza el análisis a nivel sectorial, donde aparecen algunas ramas industriales que presentan elasticidad al tipo de cambio real bilateral como los sectores de vestimenta, productos textiles y calzados. 

Por otro lado, el comportamiento del comercio bilateral con China guarda relación con otras variables  explicativas,  dadas  las  diferencias  en  términos  de  la  composición  del  comercio  bilateral.  Así, debido a que  gran parte de las importaciones desde el país asiático pertenecen a ramas industriales (bienes industrializados finales y de capital), la evolución de éstas depende fundamentalmente del nivel de actividad interno. Sin embargo, en relación a las ventas hacia aquel destino, lideradas por un único producto (porotos de soja sin procesar), éstas no dependen del nivel de actividad de aqul país sino más bien de cuestiones internas (producción de soja) y el precio internacional de la oleaginosa. 

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