ENCADENAMIENTOS PRODUCTIVOS, ALGUNOS ASPECTOS TEÓRICOS

CAPÍTULO 13: ENCADENAMIENTOS PRODUCTIVOS, ALGUNOS ASPECTOS TEORICOS

 

Los encadenamientos productivos consisten en una aglomeración de empresas que interactúan, logrando así aumentar sus niveles de competitividad. Esta estrategia de producción resulta de singular importancia para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), las cuales pueden verse perjudicadas por cuestiones tales como el tamaño, el acceso al financiamiento y a la información si trabajan en forma aislada. En América Latina, el desarrollo de un sector PyME robusto puede traer importantes beneficios en cuanto a la generación de empleo, diversificación de la producción y generación de una sociedad más igualitaria. Es por ello que es primordial llevar a cabo políticas para incentivar esta forma de producción, teniendo en cuenta que el desarrollo de instituciones y estudios universitarios afines es determinante en la búsqueda de este objetivo. 

13.1 Complejos, encadenamientos productivos o clusters: definición

Se entiende por complejo productivo, encadenamiento productivo o cluster a una considerable aglomeración de empresas que se desempeñan en la misma actividad o en actividades estrechamente relacionadas, dentro de un área espacialmente delimitada, que cuenta con un perfil determinado, donde la especialización y el comercio inter-firma resulta sustancial. A su vez, presenta importantes economías externas, de aglomeración y de especialización debido a la presencia de productores, proveedores, mano de obra especializada y servicios anexos específicos al sector- y la posibilidad de llevar a cabo una acción conjunta en búsqueda de eficiencia colectiva. – Un cluster está constituido por una línea de proveedores sucesivos y de clientes hasta llegar verticalmente al consumidor o usuario final y comprende también las alianzas estratégicas que se establecen, horizontalmente, entre empresas que compiten, por ejemplo, en el mercado interno, pero que se alían para conquistar los mercados internacionales 1. Es necesario tener en cuenta que un encadenamiento productivo implica continuidad en el tiempo, por ello así como el ambiente en el cual se desarrolla, éste evoluciona continuamente. En un sentido más amplio, el término cluster se refiere a una simple concentración de actividades económicas. Dada la complejidad existente entre los distintos modelos de interacción en los complejos productivos y el énfasis que se le otorga en la literatura a las variable no mesurables, tales como la confianza empresaria, es imposible formular una definición precisa de cluster para diferenciar con exactitud una aglomeración pura de un encadenamiento complejo que presente fuertes externalidades. En el mundo real, hasta una simple asociación de empresas, como sería una Zona de Procesamiento de Exportaciones, genera beneficios básicos para las mismas. Es así como el término cluster puede referirse a una amplia variedad de aglomeraciones empresariales.

 


1 Levy (2003).


 

 Sin embargo, la definición expuesta en el párrafo anterior se ha considerado como apropiada para el análisis realizado a lo largo de este libro, ya que la pura aglomeración de firmas que carecen de relaciones específicas, no brinda espacio para la generación de mayor eficiencia colectiva, rasgo característico de los complejos productivos. Es por este motivo que las diversas definiciones del término agregan elementos básicos a la noción de concentración espacial y se centran en factores externos y de interacción:

– efectos externos positivos que surgen como resultado de la existencia de un fondo común de trabajo calificado y atracción de compradores,

– encadenamientos hacia atrás y hacia delante entre firmas,

– intercambio intensivo de información, a la vez que existen instituciones que generan espacio para un ambiente de creatividad,

– acción conjunta con el objeto de alcanzar ventajas locales,

– la existencia de una infraestructura institucional diversificada que apoya las diferentes actividades,

– una identidad sociocultural basada en valores comunes, dentro de un ambiente local que facilita el establecimiento de lazos de confianza empresaria.

La escasez de espíritu empresarial, las barreras al traspaso de información, la falta de confianza y similares restricciones son consideradas como los principales cuellos de botella en el desarrollo de los encadenamientos productivos.

 

13.2 Encadenamientos productivos y PyMEs

Tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, existe una importante cantidad de evidencia que apoya la importancia de los encadenamientos productivos en el desarrollo del sector de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs). La experiencia europea indica que las PyMEs pueden no presentar desventajas con respecto a las grandes firmas si las primeras son capaces de beneficiarse de las ventajas de la formación de clusters. La explicación de ello surge de la colaboración que éstos prestan en el incremento de los niveles de competitividad de aquellas.

La competitividad para una empresa es el medio para crear valor económico, permitiendo a la empresa incrementar sus recursos tangibles e intangibles, y consecuentemente, su valor. Acordando con Levy, se considera que no resulta factible determinar la competitividad de una empresa sin comprender la correspondiente al cluster o clusters en los que participa.

En una economía en vías de desarrollo existen tres motivos principales para justificar el incentivo público a la formación de un sector PyME robusto. El primero de ellos es el hecho de que un país como un todo se beneficia, ya que el sector privado se amplía y diversifica, generando mayor cantidad de empleos. El siguiente argumento consiste en que este tipo de empresas no se consolidan sin ayuda estatal, ya que existen fallas de información y otras imperfecciones del mercado -la provisión de apoyo financiero, técnico y de mercado para las PyMEs- que necesitan ser combatidas.

Finalmente, se considera que los programas destinados a las empresas de menor tamaño generan mayor bienestar social y eficiencia económica, al hacer énfasis en las oportunidades de trabajo que existen para los sectores menos privilegiados de la sociedad. Es por este motivo que el desarrollo de encadenamientos productivos es de fundamental importancia para las economías en desarrollo. 

13.3 Motivos para la formación de clusters

Como bien lo establece Alberto Levy (2003), – la competitividad de un país es el sustento fundamental del desarrollo económico, del empleo y de la prosperidad . Así mismo, considera que la creación de valor económico sólo es sustentable si se crea además, valor social. Es por este motivo, que se deben establecer las condiciones para que la sociedad cree empresas generadoras de empleo en forma espontánea. Las políticas a implementar para alcanzar este objetivo deben asegurar la flexibilidad laboral (especialmente en las PyMEs que han sido las principales generadoras de empleo luego de la crisis en nuestro país) que permite a las empresas adecuarse a los vaivenes de los mercados, eliminar burocracias y privilegios innecesarios, garantizar el derecho de la propiedad privada, incrementar la calidad educativa para contar con profesionales de excelente formación, con el objeto de generar un ambiente apto para incentivar la inversión internacional. Así mismo, no debe olvidarse la necesidad de crear un escenario lo suficientemente estable que permita la toma de decisiones de largo plazo, de lo cual dependen la inversión, el desarrollo económico, el empleo y la prosperidad. – El único camino es la formulación y la correcta implementación de una estrategia que sustentada por la competitividad- reconstruya, estabilice y desarrolle . Siguiendo a Joseph Ramos2, existen diversos enfoques teóricos que intentan explicar el motivo por el cual se forman los complejos productivos. Sin embargo, todas estas hipótesis respecto de la formación de complejos productivos tienen en común la noción de que la competitividad de la empresa es potenciada por la competitividad del conjunto de empresas y actividades que conforman el complejo al cual pertenecen. Esto deriva de importantes externalidades, economías de aglomeración, derrames tecnológicos e innovaciones que surgen de la intensa y repetida interacción de las empresas y actividades que integran el complejo.

13.3.1 Teoría de localización y geografía económica

Esta teoría focaliza su análisis en la razón que lleva a las actividades a concentrarse en ciertas áreas y no a distribuírse en forma aleatoria3. Se hace hincapié en el peso relativo del transporte en el costo final, lo cual explicaría por qué algunas actividades suelen ubicarse cerca de los recursos naturales mientras que otras lo hacen en las proximidades de los mercados a abastecer.

Este enfoque subraya las interdependencias con materia prima, producto procesado y subproductos, que hacen más fácil coordinar sus movimientos en una sola ubicación. Este es el caso de las empresas productoras de acero y las siderúrgicas que cuentan con una gran interdependencia que induce a la integración vertical de estas producciones. Dentro de los aspectos críticos que se tienen en cuenta al momento de determinar la localización óptima se consideran la claridad, transparencia y tradición de la legislación sobre derechos de propiedad, así como la estabilidad y competitividad de la legislación tributaria. Un ejemplo de ello son las industrias canadienses y australianas de procesamiento minero para los mercados de Estados Unidos y de Asia, respectivamente.

13.3.2 Teoría de los encadenamientos hacia atrás(downstream) y hacia adelante (upstream)

La teoría de los encadenamientos hacia atrás y hacia adelante se debe a Hirschman (1957 y 1977) y procura mostrar cómo y cuándo la producción de un sector es suficiente para satisfacer el umbral mínimo o la escala mínima necesaria para hacer atractiva la inversión en otro sector que éste abastece (encadenamiento hacia atrás) o procesa (hacia adelante). Los primeros dependen tanto de factores de demanda como de su relación con factores tecnológicos y productivos. Asimismo, el desarrollo de los encadenamientos hacia adelante depende en forma importante de la similitud tecnológica entre la actividad extractiva y la de procesamiento.


2 Director de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial de la CEPAL. – Una estrategia de desarrollo a partir de complejos productivos en torno a los recursos naturales . Revista de la CEPAL

3 Para mayor información véase North (1955), Krugman (1995) y Borges Mendez (1997).


13.3.3 Teoría de la interacción y los distritos industriales»

A través de la teoría de la interacción se pretende explicar las condiciones más propicias para que haya aprendizaje basado en la interacción, la cual eleva la confianza y reduce los costos de transacción y de coordinación. Asimismo, esta actividad, acelera la difusión del conocimiento y la innovación, generando derrames tecnológicos y economías externas y de escala para el conjunto de empresas del – distrito que no podrían ser internalizados de estar cada empresa interactuando con las otras a gran distancia.

13.3.4 El modelo de Michael Porter

Michael Porter (1991) sostiene que la diversidad e intensidad de las relaciones funcionales entre empresas explican la formación de un complejo productivo y su grado de madurez. Estas relaciones se basan en cuatro pilares fundamentales, competencia entre empresas de la misma actividad; relaciones con sus proveedores, actividades de apoyo y productores de bienes complementarios y con proveedores de insumos y factores especializados. En análisis de Porter en los complejos productivos considera que éstos se dan tanto en torno a recursos naturales como así también a actividades basadas en el aprendizaje y el conocimiento (telecomunicaciones, computación y electrónica).

13.3.5 Variantes referidas a recursos naturales

La teoría del crecimiento económico a partir de productos básicos, que en inglés se conoce como – The Staple Theory of Economic Growth , explica el desarrollo económico de Canadápartir de impulsos provenientes de la exportación de sus distintos recursos naturales. Es así que cada auge exportador da lugar a una ola de inversiones de primer, segundo y tercer grado, que no sólo multiplica el efecto exportador inicial, sino que genera actividad económica cada vez menos dependiente de ese efecto. Una variante parecida (David y Wright, 1997) parte de que en el desarrollo de los Estados Unidos a fines del siglo XIX la explotación y el procesamiento de recursos naturales fue mucho mayor que su participación en las reservas mundiales de tales recursos. Uno de los sectores estudiados por estos autores fue el de la minería, donde Estados Unidos no sólo contaba con una cantidad abundante de recursos mineros, sino también con las instituciones adecuadas para explotarlos (leyes favorables a la explotación, estudios geológicos diversos y 20 universidades que entregaban títulos de ingeniería minera ya en 1875 con fuertes nexos con el sector productivo). Los autores indican que el importante derrame tecnológico desde la minería impulsó la retroalimentación entre actividades como la exploración, la extracción, el procesamiento y los avances tecnológicos del sector, causando un fuerte incremento en estas actividades.

13.4 Lecciones europeas

El interés internacional por los encadenamientos productivos surgió principalmente dada la experiencia de la – Tercera Italia 5, concepto que comenzó a utilizarse hacia 1970. En aquellos momentos, se evidenciaba un pequeño progreso económico en el Sur pobre (Segunda Italia), mientras que el rico Noroeste (Primera Italia) se enfrentaba a una profunda crisis.

 


4 Innis (1954 y 1962), Watkins (1963), Mackintosh (1953) y Scott (1964).

5 Un análisis con mayor profundidad sobre la experiencia Italiana puede encontrarse en el Balance de la Economía Argentina (2001) donde se trata la región de Emilia Romagna. El mismo tema, haciendo hincapié en la Región del Véneto, se presenta en la edición 2002.


 En contraste, el Noreste y Centro mostraba un dinámico crecimiento y atrapó la atención de los científicos sociales. En esta zona, grupos de pequeñas firmas se aglutinaban en regiones específicas y lograban resultados remarcables a través del desarrollo de nichos, mercados de exportación y nuevas oportunidades laborales. A partir de la formación de encadenamientos productivos se formaron en Italia distritos industriales, los cuales se definen como clusters que han logrado desarrollarse más allá de la simple especialización y división de trabajo entre firmas. Es decir, que han surgido formas de colaboración implícita y explícita entre los agentes de la economía local en el distrito, incrementando la producción local y la capacidad de innovación.

La aparente vitalidad de los clusters de pequeñas y medianas empresas en Italia desencadenó gran interés en el estudio de estos sistemas de producción. Como resultado del debate internacional, una serie de atributos relacionados con los distritos industriales fueron delineados, entre ellos se encuentran la proximidad geográfica, especialización sectorial, predominio de firmas pequeñas y medianas, estrecha colaboración inter-firma, competencia basada en la innovación, identidad socio-cultural que facilita la confianza, organizaciones de auto-ayuda activas y un gobierno regional y municipal colaborador. 

Sin embargo, extraer conclusiones de la experiencia italiana cuenta con dos problemas de fundamental importancia:

 – resulta intrínsecamente dificultoso establecer conexiones causales entre políticas puestas en práctica y el éxito que alcanzaron los distritos industriales,

– en Europa, el surgimiento de los distritos industriales no resultó de una estrategia conciente local o regional, sino como un resultado espontáneo del crecimiento que fue fortalecido institucionalmente.

 Como es posible observar, las recomendaciones que pueden derivarse de esta experiencia no se relacionan con la formación y surgimiento sino con el desarrollo del distrito industrial. Consecuentemente, es necesario analizar las experiencias en otros países en vías de desarrollo para extraer una mayor cantidad de conclusiones. Es por ello que, en lo que concierne a lecciones de política, los canales de aprendizaje Sur-Sur son al menos tan importantes como los Norte-Sur.

 

 13.5 Lecciones de países en vías de desarrollo

Existen clusters en América Latina y Asia que han logrado una alta especialización y generado grupos de apoyo. Sin embargo, los encadenamientos o distritos industriales en América Latina resultan muy heterogéneos y muy distintos a aquellos modelos estilizados que han influenciado las discusiones en ámbitos académicos y políticos de Europa y Norteamérica. Altenburg y Meyer-Stamer identifican, para Latinoamérica, tres tipos ideales de clusters, cada uno de los cuales cuenta con estructura, principios organizacionales, trayectoria de desarrollo, oportunidades y factores de riesgo bastante diferenciados. Para cada uno es necesario implementar políticas a medida.

 –  Clusters de sobrevivencia de micro y pequeñas empresas: en general producen bienes de baja calidad para consumidores locales, normalmente en actividades donde las barreras a la entrada son nulas o inexistentes.

 


6 – How to Promote Clusters: Policy Experiences from Latin America . World Development, 1999.


  Presentan asiduamente características relacionadas al sector informal, con productividad y salarios muy por debajo que aquellos observados en empresas medianas y grandes. El grado de especialización y cooperación inter-fima es bajo, reflejando la falta de especialistas en la fuerza laboral así como una estructura social débil.

 – Clusters de productores de avanzada diferenciados: la mayoría prosperaron en el período de sustitución de importaciones y producen para el mercado doméstico. Típicamente se constituyen de un mix de empresas heterogéneo. La liberalización comercial forzó a estos encadenamientos a hacer frente a la competencia internacional e indujo a la implementación de cambios estructurales.

 – Clusters de corporaciones transnacionales: se desempeñan en actividades tecnológicas de mayor complejidad, como son electrónicas y automotrices. Son dominados por plantas de alta producción y generalmente atienden tanto al mercado nacional como internacional. Generalmente cuentan con una escasa relación con las PyMEs e instituciones locales. Como fuera mencionado anteriormente, los encadenamientos productivos cuentan con un alto dinamismo, ya que deben adaptarse a los cambios que se generan en el ambiente en el cual se desarrollan. Esto resulta de fundamental importancia para aquellos que se desarrollan en América Latina donde las estructuras económicas se modifican con mayor rapidez que en las economías desarrolladas. Debido a estos aspectos, no resulta completamente apropiado encuadrar a un encadenamiento determinado dentro de una categoría arbitraria e indefinidamente. Sin embargo, las mismas sirven para analizar en un momento determinado el tipo de políticas a implementar y evitar así errores que resultan de aplicar los mismos lineamientos sin distinción alguna entre encadenamientos disímiles.

 Es necesario recalcar, además, que los encadenamientos productivos en América Latina se forman en su mayoría en torno a una actividad con una fuerte ventaja comparativa natural, es decir, en torno a un recurso natural.

 

 13.6 Complejo productivo en torno a un recurso natural

Como se mencionara anteriormente, este tipo de encadenamientos productivos se forman en base al desarrollo de alguna actividad en la cual se cuenta con una ventaja comparativa natural. Este es el caso, a modo de ejemplo, de la industria forestal de Finlandia, país que cuenta con amplias reservas y plantaciones de bosque, muy superior al promedio mundial. Los mismos se encuentran cerca del mar, lo cual reduce los costos de transporte, y cerca de un mercado internacional, Europa.

 La evolución típica que cabría esperar en el desarrollo y conformación de un complejo productivo maduro exitoso, capaz de mantener su competitividad a través de mejoras continuas de la productividad, pasa a grandes rasgos por cuatro etapas. Una primera fase que consiste en la extracción y exportación del recurso natural, con un procesamiento local mínimo e importando casi todo lo demás, desde el grueso de insumos hasta maquinarias e ingeniería. En la segunda fase comienzan las actividades de procesamiento y exportación, a la vez que se empiezan a sustituir importaciones a través de la producción local de algunos insumos y equipos, proveyendo localmente en su totalidad, los servicios de ingeniería para la producción y parcialmente aquellos relacionados al diseño. La tercera fase se caracteriza por la exportación de algunos de aquellos bienes y servicios que fueron sustituidos en primera instancia. En este caso, la mayor parte de la ingeniería es nacional y se profundiza la exportación de productos procesados más sofisticados.

Finalmente, durante la cuarta fase se exportan productos procesados de gran variedad y complejidad, insumos y maquinaria, servicios de ingeniería, tanto de diseño como de consultoría especializada, y se comienza a invertir en el exterior en este mismo rubro.

En los países desarrollados estos complejos maduros se caracterizan por generar actividades lo suficientemente sólidas como para sobrevivir a la desaparición o disminución relativa del recurso natural que las impulsara originariamente.

Es necesario tener en cuenta que estos complejos productivos no se dan sólo en torno a bienes físicos, como la extracción de algún recurso natural, sino también a la provisión de servicios ligados a los recursos naturales. Un ejemplo de ello es el complejo turístico.

En América Latina se han desarrollados complejos productivos incipientes. Uno de ellos es el complejo oleaginoso de Argentina (Obschatko, 1997). Este encadenamiento genera cerca del 25% de las exportaciones y ha presentado alto crecimiento. Nuestro país aprovecha la ventaja comparativa para la producción agrícola de la pampa y una salida al mar relativamente próxima. La duplicación del precio internacional de las semillas oleaginosas y del aceite (que hizo muy rentable la producción de ambos), juntamente con un fuerte aumento de los rendimientos por hectárea y la posibilidad de llevar a cabo técnicas de doble cultivo (trigo en invierno y soja el resto del año), impulsaron este complejo. Actualmente, el mismo se encuentra bastante maduro y exhibe encadenamientos hacia atrás, adelante y hacia los lados. El mismo será desarrollado con mayor grado de detalle en el Capítulo 14.

 

13.7 Consideraciones finales

En general se observa que el nacimiento y la formación inicial de los complejos son espontáneos y relativamente ajenos al apoyo institucional. Sin embargo, su posterior desarrollo se beneficia tanto de la acción colectiva de sus miembros como así también de las políticas de apoyo específicas que sean aplicadas por los organismos públicos. Un elemento de singular importancia para potenciar e intensificar los encadenamientos, que se observa en casi todos los complejos exitosos, fue la complementación institucional idónea, a veces de origen público, aunque siempre incluyendo asociaciones de los propios productores del complejo.

La Investigación y Desarrollo juntamente con la Educación son dos aspectos que resultan fundamentales a la hora de incentivar un encadenamiento productivo. Esto se debe a que permiten alcanzar un grado de innovación permanente, generando ventajas competitivas dinámicas, adaptándose a las oscilaciones del mercado e incrementando la competitividad del cluster y por lo tanto de cada una de las empresas que lo conforman.

Es por ello que es necesario sentar las bases para el desarrollo de un ambiente de negocios creativo y predecible, que permita tomar decisiones de largo plazo, incentivando la inversión local y extranjera, que permite incorporar tecnología y llevar a cabo actividades de Investigación y Desarrollo.

Así mismo, la vinculación temprana entre la formación de profesionales de alta especialización tecnológica y la industria, es un aspecto que ha resultado vital para muchos de los complejos productivos exitosos en el mundo. La enseñanza debe estar profundamente ligada con el sector productivo, cubriendo sus necesidades y permitiendo así mismo, una incorporación más dinámica y efectiva de los profesionales en el mercado laboral.

Así mismo, los organismos privados y públicos que cumplen funciones similares a los centros proveedores de servicios son decisivos para los complejos productivos emergentes en países en desarrollo. No hay que olvidar el papel que desempeñan las instituciones financieras proveedoras de crédito, sin las cuales es muy dificultoso el desarrollo de la actividad productiva.

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