ASPECTOS SOCIALES

CAPÍTULO 11: ASPECTOS SOCIALES

En el presente capítulo se desarrollan los principales aspectos sociales en nuestro país y en la Región Centro.

En primer lugar, se consideran los principales indicadores del mercado laboral, en el cual se evidencia el aumento no sólo de la tasa de desempleo sino también de la precariedad en el mismo. Luego se presenta un análisis del sector salud, en el cual se destaca, entre otros aspectos, el problema de eficiencia en el gasto. El análisis del sistema educativo argentino incorpora estadísticas de todos los niveles, así como de ciencia y tecnología. El estudio de la pobreza y la distribución del ingreso pone de manifiesto el marcado deterioro de la situación social en los últimos años. Finalmente, se considera el tema de la seguridad pública, donde se destaca el importante crecimiento en la delincuencia.

11.1. EMPLEO

11.1.1. SITUACION Y EVOLUCION DE LOS PRINCIPALES INDICADORES DEL MERCADO LABORAL

Si bien el problema del desempleo en Argentina no es un fenómeno nuevo, es principalmente a principios de los ’90 cuando emerge como una de las principales fuentes de preocupación para toda la sociedad.

Este fenómeno se traduce no sólo en inconvenientes psíquicos y económicos para todas aquellas personas que desean participar del mercado laboral y no pueden, sino también en diversas dificultades para las personas ocupadas. Estas se ven expuestas a situaciones, como incrementos de las jornadas parciales involuntarias, trabajo en negro, inestabilidad ocupacional y de ingresos e incluso sobreocupación.

Existen grupos especialmente vulnerables, como los jóvenes, las personas con bajo nivel de instrucción y las mujeres, que es importante diferenciar para llevar a cabo políticas más eficientes. Incluso la diversidad geográfica de nuestro país determina particularidades especificas en el mercado laboral de cada región.

 

11.1.1.1. ARGENTINA

En el gráfico 11.1 se presenta un panorama de la evolución del mercado laboral argentino desde 1981. El mismo permite analizar las tendencias de las tasas de actividad, tasa de empleo, tasa de desocupación y tasa de subocupación.

En la ultima década se pueden diferenciar tres períodos. En el primero, desde 1991 a 1994, los incrementos de la tasa de actividad fueron cubiertos en gran medida por aumentos en los niveles de empleo. Esto posibilitó que, si bien se incrementaron los niveles de desempleo, éste se mantuviera en tasas menores al 10%. En el segundo período, de 1994 a 1998, la importante caída en los niveles de empleo y el continuo incremento de las tasas de actividad, llevaron a niveles altos de desempleo, cuyo máximo fue del 18,4% en mayo de 1995. En la última etapa, que abarca desde 1998 a 2001, la recuperación del empleo posibilitó la disminución de la desocupación a 12,4% en octubre de 1998. A partir de ese momento el empleo no ha crecido con la misma intensidad y nuevamente la economía está viviendo tasas crecientes de desempleo abierto.

A continuación, se analiza detalladamente cada uno de estos indicadores. La tasa de actividad representa la participación de la población económicamente activa1 en el total (ver definiciones en Recuadro 11.1). 

 


1 PEA se refiere a personas que tienen una ocupación o que, sin tenerla, la están buscando activamente. Está compuesta por la población ocupada más la población desocupada.


La misma da una idea del porcentaje de la población total que desea participar del mercado laboral. Se puede apreciar que a partir de mediados de los ’80, la tasa de actividad comenzó a incrementarse en forma continua. Asimismo, se destaca el importante aumento que se verificó entre mayo del 2000 y mayo del 2001.

Esto significa que a lo largo de la década de los ’90 el incremento de la población económicamente activa superó al crecimiento vegetativo de la población total. Entre las causas que determinan este incremento de la PEA pueden señalarse aspectos de tipo estructurales y coyunturales. Entre los primeros puede señalarse el incremento de la participación de las mujeres en el mercado laboral y la tendencia a alargar el período activo, es decir a ingresar antes y retirarse después del mercado laboral.  Entre los aspectos coyunturales, puede señalarse lo que se conoce como efecto del trabajador adicional, por el que en situaciones de depresión económica, ante la necesidad de mejorar el ingreso familiar o frente al riesgo que el jefe de hogar se quede sin empleo, se incorporan más trabajadores secundarios al mercado (como jóvenes y amas de casa).

RECUADRO 11.1: DEFINICIONES

TASA DE ACTIVIDAD: cociente entre la PEA y la población total, señala el grado de participación en el mercado laboral.

TASA DE EMPLEO: cociente entre los ocupados y la población total, es el indicador más representativo del nivel de actividad de la economía.

TASA DE DESOCUPACION: cociente entre los desocupados2  y la PEA, varía de acuerdo a la cantidad y la composición de la PEA.

TASA DE SUBOCUPACION: cociente entre los subocupados (los que trabajan menos de 35 horas semanales por causas ajenas a su voluntad y desean trabajar más) y la población económicamente activa. 

Otro indicador importante es la tasa de empleo, la cual comenzó a crecer a partir de principios de la década pasada, como consecuencia de la reactivación que mostraba la economía. Con la crisis mexicana en 1995 cayó abruptamente, comenzando posteriormente su recuperación. Sin embargo, a partir de mayo de 1998 se presentó una nueva disminución del índice de empleo. El mismo se ubicaba en un 36,9% en mayo de 1998 y según la ultima medición de mayo de 2001 alcanzaba el 35,8%, valor que sigue siendo superior al mínimo que se registró en mayo de 1996 (34%).

 


Siendo las personas desocupadas aquellas que no teniendo ocupación, están buscando activamente trabajo. Este concepto Corresponde a desocupación abierta y no incluye otras formas de precariedad laboral (también reveladas por la EPH) tales como personas que realizan trabajos transitorios mientras  buscan  activamente  una  ocupación,  aquellas  que  trabajan  jornadas  involuntarias  por  debajo  de  lo  normal,  a  los desocupados  que  han suspendido la búsqueda por falta de oportunidades visibles de empleo, a los ocupados en puestos por debajo de la remuneración vital mínima o en puestos por debajo de su calificación, etc.


 

Por otro lado, el nivel de desempleo alcanzó una tasa del 16,4% para mayo 2001. En esta fecha se registraron también los niveles más altos de subocupación, que alcanzaron el 14,9% y que evidencian una  mayor precariedad de los empleos existentes.

11.1.1.2. REGION CENTRO

A nivel regional o provincial las fuentes de información del mercado laboral son los relevamientos de las Encuestas Permanentes de Hogares (EPH) que realiza el INDEC. Esta es una encuesta que se realiza en 28 aglomerados del país y que permite la obtención de algunos indicadores urbanos que se consideran representativos del total provincial. Otra fuente de información la constituye la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) que el Ministerio de Trabajo de la Nación realiza en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Rosario.

En el cuadro 11.1 se observan los principales indicadores para la Región Centro, comparando datos de mayo de 2000 y mayo de 2001.

En cuanto a la tasa de actividad, se observa que en mayo de 2000 era Córdoba la que presentaba el mayor porcentaje de personas que deseaban participar del mercado laboral. Esta situación cambió en mayo de 2001, verificándose un importante incremento en la tasa de actividad en la ciudad de Rosario. En esta ciudad, aunque se produjo un aumento en los niveles de empleo, éste no fue suficiente para cubrir el incremento en la oferta laboral, provocando los niveles de desempleo más elevados de la región (20,2%). En las otras dos ciudades, Córdoba y Paraná, se verificaron disminuciones en los niveles de desempleo pero esta disminución sólo es estadísticamente significativa en Paraná.

Por último, se destaca la suba en los niveles de subocupación en las tres localidades, lo que evidencia (al igual que a nivel nacional) una precarización del empleo.

 

11.1.1.3. PERSPECTIVAS DE LA TASA DE ACTIVIDAD

Como se mencionó anteriormente el importante incremento que se observa en la tasa de actividad en Argentina puede ser el resultado de factores tanto coyunturales (como las crisis económicas), o estructurales (como la incorporación secular de la mujer al mercado laboral o la mayor participación de los jóvenes). En base a datos del Banco Mundial, se estimó una tasa de participación promedio3  para países de América Latina y para otras naciones desarrolladas. 


Se divide las estimaciones de la fuerza laboral de cada país por su población total.


Con un promedio de 40,98% para 1999, la tasa de participación en Argentina es inferior a todos los países desarrollados considerados, superior a la de Perú (35,71%) y muy similar a la de Chile (40%) y México (41,07%). Es decir que se evidencia que a medida que un país tiene mayor grado de desarrollo, mayor tiende a ser su tasa de actividad. En base a este hecho, se podría pensar que en Argentina aún existe la posibilidad que la tasa de actividad continúe creciendo, ante lo cual la generación de puestos de trabajo deberá crecer a un mayor ritmo, para que no se sigan verificado altos niveles de desempleo.

11.1.2. EVOLUCION DEL EMPLEO

11.1.2.1. ARGENTINA Y REGION CENTRO

Como se mencionó anteriormente, es muy importarte  considerar  la  evolución  del empleo. En este sentido, se pueden analizar dos  indicadores:  los  puestos  de  trabajo declarados al SIJyP y las estimaciones del número de personas ocupadas del sector urbano en base a la EPH.

Con respecto a la evolución de los puestos de trabajo declarados al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, el mayor crecimiento a nivel nacional se dio en el primer trimestre de 1999 en comparación con el último de 1998 (ver gráfico 11.3).  

  

partir de esta fecha siguió un comportamiento aleatorio, con valores negativos y positivos. Si bien a partir del tercer trimestre del 2000 al primero del 2001 se observaron modestas variaciones positivas en este indicador, los resultados volvieron a empeorar en el segundo trimestre del 2001. Para este último trimestre los puestos declarados fueron 4.759.3004, de los cuales aproximadamente el 85% corresponde al sector privado. Durante 1997 y 1998 el crecimiento del empleo formal en la  Región Centro fue inferior al del total del país; sin embargo, a partir de 1999 y durante el 2000 tuvo un desempeño más favorable que el total nacional. En cuanto a la participación de la Región Centro en el total de puestos declarados en el país, la misma se ubica en un pomedio de 15,8% para todo del período. Este indicador disminuyó desde el III trimestre de 1996 al III trimestre de 1998, a partir del cual se inició una recuperación (ver gráfico 11.4). 


Se estima que en mayo de 2001 los ocupados urbanos eran unas 12.018.000 personas, por lo que los declarados representan un 40,2%. Recordemos que los datos del SIJP no incluye los empleados públicos de provincias no adheridas, el personal militar de las fuerzas armadas, fuerzas de seguridad, personal policial y menores de 18 años. En el sector público inicialmente se incluyó al personal del dependiente del Gobierno Nacional y de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Posteriormente se fueron incorporando las cajas de empleados públicos provinciales y municipales de algunas provincias.


Para el II trimestre del 2001 los puestos de trabajo de la Región Centro registraron una participación de 16,1% sobre el  total de puestos nacionales. Es decir, que si bien la cantidad de puestos en la región creció, su participación sobre el total nacional se recuperó lentamente.

Si se considera la participación de cada provincia, el total de 765.000 puestos declarados se divide de la siguiente manera: 41,5% en Córdoba, 45,7% en Santa Fe y un 12,8% en Entre Ríos. El segundo indicador es la creación neta de empleo urbano, medida como la diferencia entre el total de ocupados entre mayo de cada año (ver gráfico 11.5). La interpretación de su evolución muestra que se evidenció una creación positiva de puestos de trabajo entre mayo del 2001 y mayo del 2000. Entre mayo de 1995 y mayo de 1994 se evidenció una destrucción neta de puestos de trabajo debido a los efectos de la crisis mexicana. La máxima creación de puestos de trabajo se dio entre mayo 1998 y mayo 1997. Este indicador incluye todas las personas que declaran estar ocupadas en las encuestas permanentes de hogares e incluye trabajadores formales e informales, y los de sectores tanto públicos como privados. 

11.1.2.2. EMPLEO PRIVADO

El Ministerio de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos, realiza mensualmente un relevamiento denominado Encuesta de Indicadores Laborales, cuyo objetivo es ampliar el conocimiento sobre las características y estructura del empleo formal privado. Esta encuesta comenzó en diciembre de 1995 en el Gran Buenos Aires, comprendiendo 200 casos mensuales. A partir de julio de 1998 se realizó una revisión conceptual y metodológica y se inició un período de ajustes y modificaciones que comprende aspectos muestrales (ampliación y rediseño), conceptuales y operacionales. En esta fecha se incorporó Gran Córdoba con una muestra de 200 empresas, ampliándose la muestra de Gran Buenos Aires a 400 casos (mayo 1999). Gran Rosario se incorporó a partir de julio de 1999 con el estudio de 200 casos, ampliándose a partir de ese momento la muestra de GBA a 800 casos. En el gráfico 11.6 se presenta  la evolución del empleo privado formal a partir de mayo de 1998, considerando como año base junio de 1999. En el mismo se advierte que en el Gran Córdoba el empleo privado cayó desde mayo de 1998 a junio de 1999, seguido de  un  período  de  relativa  estabilidad, mientras que a partir de mayo de 2000 comenzó a caer nuevamente. Entre mayo de 1998 y septiembre de 2001 la disminución fue del 8,5%. Gran Buenos Aires presenta una tendencia muy similar, pero con  una caída continua en los niveles de empleo privado para todo el período considerado. 

En el caso de Gran Rosario, si bien desde fines de 1999 mostraba una recuperación en los niveles de empleo privado, superando las otras dos ciudades consideradas, desde marzo de 2001 comenzó a caer en forma continua.

En el gráfico 11.6 se observa claramente como se acentuó desde fines del 2000 la caída del empleo privado en las tres ciudades consideradas. Asimismo, la Encuesta de Indicadores Laborales elabora un índice de variaciones trimestrales en el empleo por rama y tamaño de la empresa. En el Cuadro 11.2 se puede apreciar la problemática del empleo privado en forma más desagregada, considerando las variaciones entre el segundo trimestre del 2001 y el segundo trimestre del 2000. Así, por ejemplo, en el Gran Buenos Aires y Gran Rosario, las empresas que disminuyeron en mayor medida su número de ocupados fueron aquellas entre 50 y 199 empleados, mientras que en Gran Córdoba las más perjudicadas fueron las grandes empresas con más de 200 empleados.

Con respecto a la rama de actividad, en Gran Buenos Aires sólo se generaron empleos en los sectores de comercio, restaurantes y hoteles y en el rubro de servicios financieros, siendo la mayor expulsora de mano de obra el sector construcción. Este sector es el más afectado en los tres centros urbanos considerados, principalmente en el Gran Córdoba. En esta ciudad el sector con mayor incremento en el empleo fue el de los servicios de electricidad, gas y agua y en Gran Rosario el sector manufacturero. 

11.1.3. EMPLEO NO REGISTRADO

11.1.3.1. NIVEL NACIONAL

Muchos especialistas en estudios del mercado laboral señalan el deterioro en la calidad del empleo como uno de los principales fenómenos ocurridos durante la década pasada. Para analizar este hecho se pueden considerar los incrementos en las  jornadas  parciales  involuntarias, medidas por el subempleo las que, como se comentó anteriormente, alcanzaron los niveles más altos de la década (14,9%).

Asimismo, es posible estimar el porcentaje de asalariados en negro como aquellos a los que no se les realizan aportes jubilatorios. El gráfico 11.7 muestra el crecimiento de este porcentaje en el transcurso de la década pasada. Para octubre de 2000 se alcanzó un máximo de 37,6%. Entre los sectores más afectados se pueden mencionar los del servicio doméstico y la construcción. También registran altos niveles de empleo no registrado sectores como comercios, restaurantes y hoteles, así como transporte, almacenamiento y comunicaciones5 .

 

11.1.3.2. REGION CENTRO

Al igual que lo sucedido a nivel nacional, el empleo en negro creció en forma considerable en los principales aglomerados de la Región Centro a lo largo de los ’90 (ver gráficos 11.8 y 11.9). Los niveles más altos se observan en Concordia, Gran Córdoba y Río Cuarto, con tasas de 45% 44,5% y 39,2% respectivamente para octubre de 2000. Con niveles promedios de 33,5% se ubican Rosario, Santa Fe y Paraná. Entre las características que se destacan en relación al desempleo en los ’90, el economista Luis Becaria señala el incremento del desempleo de los jefes de hogar y un deterioro de  la  calidad  del  empleo,  medido  a través de un incremento de la jornada parcial involuntaria y el aumento de los asalariados en negro. Esto lleva a una mayor inestabilidad del ingreso de los hogares, que dificulta a su vez las posibilidades de planificación e incluso  puede  hacer  a  las personas más  vulnerables  ante  problemas  de salud. Los sectores que mayor proporción de empleo en negro presentan en Gran Córdoba son el Servicio doméstico y la Construcción, seguidos por los rubros Hoteles y Restaurantes, y Transportes, almacenaje y comunicación (ver cuadro 11.3).

En Gran Rosario los sectores más afectados son Servicio doméstico, y Hoteles y restaurantes, seguidos por los rubros Otros servicios comunitarios y Construcción. Del mismo modo, en Paraná es el rubro de Servicios domésticos el que soporta el mayor porcentaje de empleo en negro, secundado por la Construcción, Hoteles y restaurantes, y Otros servicios comunitarios. 


5 En un intento por disminuir estos índices, entre las medidas que se implementaron en julio del 2001 se propuso una modificación tributaria que implicaba un incremento en los aportes patronales al 16%, que podría ser descontado a cuenta del IVA, en un porcentaje que dependerá del sector de actividad. También se han presentado proyectos como el Plan Federal contra el Empleo No Registrado, por el que el Ministerio de Trabajo y la Anses darían un número provisorio a los trabajadores y a los inmigrantes ilegales (para que queden registrados) y si, vencido ese plazo, los empleadores no los regularizan, se les podría intervenir bienes e incautar las mercaderías que se produzcan, e incluso suspender actividades en el sector involucrado (La Voz del Interior 14/07/2001).


Por otro lado, en las tres ciudades consideradas, el empleo no registrado afecta mayormente a los que poseen menor nivel educativo. El Gran Córdoba es el aglomerado que mayor nivel de empleo en negro registra para todos los niveles educativos, alcanzando un 64,7% para las personas que sólo poseen primario completo.

Algo similar sucede si se analiza por el tamaño de la empresa. En este sentido, son los establecimientos con menos de 50 empleados los que tienen mayor porcentaje de empleo informal. Nuevamente es el Gran Córdoba el que, para este tamaño de  establecimiento presenta mayor  porcentaje  de  empleo  en  negro  que  Rosario, Paraná y Gran Buenos Aires.

 

11.1.4. SALARIOS

En cuanto a la evolución de los salarios reales, una aproximación se puede obtener a través de la serie de ingresos promedio de la ocupación principal de los asalariados con datos de la EPH, la cual incluye tanto los salarios formales como los informales. Según esta fuente, entre octubre de 1994 y octubre de 2000 en el total de aglomerados urbanos del país el salario real cayó un 8,4%. Los gráficos 11.10 y 11.11 muestran la evolución de los salarios reales para todas las ciudades de la Región Centro en las que se lleva a cabo dicha encuesta. En el mismo se observa que en el Gran Córdoba los valores en octubre del 2001 se encontraban en niveles similares a los de comienzos de la década, con una caída del 1,5% (respecto a 1992). En el Gran Rosario la disminución fue del 4,3%, mientras que en Paraná crecieron levemente.

Con niveles inferiores a los salarios de Capital Federal ($9296 ) o el Gran Buenos Aires ($672,2 ), se ubican en orden decreciente Santa Fe ($513,9), Gran Córdoba ($506,2), Paraná ($483,9),  Gran Rosario ($479,4) y Río Cuarto ($433,2), Concordia ($389,2). Por otro lado, es posible obtener las remuneraciones brutas promedio devengadas de los puestos de trabajo declarados  al  Sistema  Integrado  de Jubilaciones  y  Pensiones  (SIJP).   

 


Para octubre de 2000.


En base a estos datos. el salario promedio en marzo de 2001 para la Región Centro es de $679, y de $895 para el promedio del país. Sin embargo, cabe considerar que las diferencias entre provincias son muy significativas. Así, mientras Gran Buenos Aires cuenta con una remuneración bruta promedio de $1.1977, ésta asciende a $759 en Córdoba, $698 en Santa Fe y de $581 en Entre Ríos. 

RECUADRO 11.2: SALARIOS EN EL SECTOR PUBLICO VERSUS SALARIO EN EL SECTOR PRIVADO

En cuanto a la diferencia salarial entre empleo público y privado, un trabajo muy interesante es el realizado por el economista Ernesto Kritz llamado ¿A quién favorece el empleo público en las provincias?. En base a este trabajo se consideró información para la Región Centro que se resume en el cuadro 11.4, tomando información de la Dirección de Ocupación e Ingresos del Ministerio de Economía, con base en procesamientos especiales de la Encuesta Permanente de Hogares.

Se pueden señalar algunos aspectos de interés:

ÿ Entre Ríos es donde mayor es el porcentaje de ocupados en el sector público (en sólo 4 provincias es inferior al 20%, entre éstas Córdoba y Santa Fe).

ÿ El ingreso medio en el sector público, es el doble que el del sector privado no registrado, siendo también superior al del sector privado registrado en el caso de Córdoba y Santa Fe.

ÿ Para todas las provincias de la región, el empleo público es más importante en los hogares de ingreso medio-alto y alto, que para los hogares más pobres. Por ejemplo, en el caso de Córdoba sólo el 4,7% de los ocupados del sector público pertenecen al quintil más pobre, mientras que el 37,9% son personas que están en el quintil de más altos ingresos.

11.1.5. PROGRAMAS DE EMPLEO Y SEGUROS DE DESEMPLEO

Las políticas de empleo que lleva a cabo el Ministerio de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos pueden clasificarse en dos grandes áreas:

a) Políticas activas de empleo: son aquellas que demandan algún tipo de capacitación y /o trabajo por parte del beneficiado, mejorando de esta manera su acceso al mercado laboral.

 


Le siguen las provincias Patagónicas de Santa Cruz ($1.131), Tierra del Fuego ($1.060), Neuquén ($1.043) y Chubut ($1.000).


Programas de empleo: son aquellos que están destinados al financiamiento de mano de obra para el desarrollo de infraestructura económica; incentivo de Pymes para la creación de puestos de trabajo y el respaldo de mano de obra para brindar servicios de promoción y desarrollo comunitario. Entre estos se mencionan los programas: Crear Trabajo, Programa Trabajar, PEL Comunitario, Turismo es Trabajo, Manos a la Escuela. 

Programas de capacitación laboral: son aquellos destinados a ofrecer nuevos conocimientos que mejoren las condiciones de inserción en el mercado laboral. Entre estos figuran: Consejos de Formación Profesional, Talleres Ocupacionales, Talleres Protegidos de Producción, Formujer, Capacitar, Discapacidad, Estudiar es Trabajar

b)  Políticas pasivas de empleo: a diferencia de las anteriores, son aquellas que no demandan ningún tipo de acción por parte del beneficiario 

Seguro de Desempleo: se otorga a trabajadores despedidos por causas ajenas a su voluntad y que tengan un mínimo de aportes al Fondo Nacional de Empleo. Los montos destinados a programas de empleo a nivel nacional registraron un máximo  de  $298,7 millones en 1997, año a partir del cual  decrecieron continuamente, alcanzando en el 2000 un total de $162,4  millones (ver gráfico  11.12  y cuadro 11.5). Asimismo, los promedios de prestaciones anuales representó en el 2000 aproximadamente 1 millón de personas.

 

Como se observa a partir del gráfico 11.12, el monto gastado en programas de empleo tiende a disminuir en mayor proporción que el número de prestaciones, lo que estaría indicando que la prestación promedio ha disminuído constantemente en el transcurso de la década. En cuanto a la participación de las provincias de la Región Centro, en el cuadro 11.5 se observa que, si bien se incrementó considerablemente a partir de 1996, disminuyó nuevamente para el año 2000. Santa Fe es la que mayor participación regional presenta, destacándose el porcentaje que alcanza Buenos Aires, cerca del 30% en 2001.

Al considerar los montos ejecutados por programas de empleo se destacan el Plan Trabajary el Programa de Emergencia Laboraral (PEL9 ).  En la Región Centro el primero representó el 55,6% y el PEL el 41% de los montos totales asignados a dichos programas. Para los primeros meses del 2001 esta tendencia se invirtió, pasando a ser de mayor importancia en cuanto a montos destinados el PEL (especialmente en Córdoba y Entre Ríos).

A fines de agosto del 2001, el Ministerio de Trabajo planteó el rediseño de los planes de empleo. El mismo incluye un registro único para los beneficiarios del sistema en todo el país. El listado será confeccionado por el Ministerio de Trabajo y se realizará con una orden de prioridades según la situación familiar, el nivel de instrucción, la edad, el sexo y la cantidad de hijos de cada desocupado. 

 


PROGRAMA TRABAJAR: Es un Programa de Empleo Transitorio. El Ministerio de Trabajo financia una ayuda económica no remunerativa de hasta $200 mensuales para personas que trabajen en proyectos de 3 a 6 meses de duración y que tengan por finalidad satisfacer necesidades socialmente relevantes, por medio de la construcción de obras de infraestructura social comunitaria. El Proyecto tiene que ser llevado a cabo por organismos públicos nacionales, provinciales, municipales u ONG sin fines de lucro, que deberán proveer los materiales, maquinarias, herramientas y la mano de obra calificada necesaria para la concreción de las obras. Está dirigido a trabajadores desocupados, personas de bajos recursos y escasa calificación laboral, preferentemente jefes o jefas de hogar, que no estén percibiendo prestaciones por seguro de desempleo ni estén participando en algún otro programa del Ministerio.

PROGRAMA DE EMERGENCIA LABORAL COMUNITARIO: Es un programa de Empleo Transitorio similar al anterior pero la ayuda económica no remunerativa es de hasta $160 mensuales. Está dirigido a trabajadores desocupados, con las mismas características que en el caso anterior pero se exige que en los proyectos un mínimo del 60% de los beneficiarios propuestos sean mujeres.


Con esta iniciativa se intenta evitar la superposición de beneficios. Se pensó también en la posibilidad que el Gobierno financie los emprendimientos y los desocupados sean remunerados con los fondos de los planes de empleo10. 

Como se mencionó anteriormente,  dentro de las políticas pasivas de empleo se encuentra el Seguro de Desempleo. La Prestación por Desempleo se otorga a los trabajadores en relación de dependencia, bajo Ley de Contrato de Trabajo, que hayan sido despedidos por motivos ajenos a su voluntad, como por ejemplo: despido sin justa causa o por quiebra del empleador y que tengan un mínimo de aportes al Fondo Nacional de Empleo.

Asimismo, se requieren distintas condiciones que pueden consultarse en la página del ANSES. Los montos destinados a estas prestaciones alcanzaron en el 2000 $ 386,4 millones, monto similar al máximo registrado en 1996. Este seguro cubrió a casi 1 millón y medio de personas11 .

El cuadro 11.6 muestra que la participación de la Región Centro asciende aproximadamente al 20% de los montos totales. También se aprecia que, mientras Córdoba incrementó su participación (pasando a tener el mayor porcentaje de la Región), en Entre Ríos y Santa Fe sucedió lo contrario. 


10 La Nación 24/08/2001.

11 Esto representa el 72% de los desocupados que según estimaciones de la EPH eran 2.283.000 personas en octubre del 2000.


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